Aquí tienes algunos textos que podrían ayudar para reforzar la PdV de junio («El Señor es mi pastor, nada me falta», Sal 23, 1):
CONFORTAR AL QUE SUFRE
Los sufrimientos más crueles son
la soledad, el abandono, la incomprensión y el olvido por parte de los
familiares.
Muchas personas sólo tienen la
compañía de su propio dolor.
Estemos atentos a quien sufre, empezando por nuestros
familiares y amigos. Una visita, una llamada telefónica, un recuerdo, son más
importantes que la solución de sus problemas.
Si participar de la alegría de
alguien aumenta su felicidad, compartir el dolor de quien sufre le trae alivio
y valor para seguir adelante.
APOLONIO CARVALHO, Comentario al Pasapalabra diario 13 julio
TRABAJAR “DE DOS EN DOS”
No puedo hacer nada en ese caso, por ese ser querido en peligro o enfermo, por esa circunstancia intrincada... Bueno, haré lo que Dios quiera de mí en este momento: estudiar bien, barrer bien, rezar bien, cuidar bien a mis hijos... Y Dios pensará en desenredar esa madeja, en consolar a los que sufren, en resolver ese imprevisto. Es un trabajo bidireccional en perfecta comunión, que requiere de nosotros una gran fe en el amor de Dios por sus hijos y nos permite confiar en nosotros mismos a través de nuestras acciones. Esta confianza mutua hace maravillas. Se verá que, donde no hemos llegado, ha llegado verdaderamente Otro que lo ha hecho inmensamente mejor que nosotros.
CHIARA LUBICH, Scritti Spirituali/2, Città Nuova, Roma
19972, pp.194-195
ESCUCHAR LA VOZ DE LA CONCIENCIA
Porque ahí, dentro de mí, "habla"
una ley que yo no me he dado (la Voz del Bien), que me precede, y que debo
obedecer si quiero ser y sentirme libre. Es toda mi dignidad y mi grandeza. Ahí
estoy solo/a con Dios.
P. MANOLO MORALES, O.S.A., Comentario al Pasapalabra diario 4 julio
Ante todo, es importante tener una conciencia
recta, formada por principios éticos y por las enseñanzas de Jesús.
A partir de esto, la voz de la conciencia se
convierte en nuestra mejor consejera, destacando las cualidades que deben
evolucionar para mejorar, mostrándonos los errores y defectos que requieren
corrección.
Cuando
tenemos el deseo de amar en nuestro corazón, escuchar la voz de nuestra
conciencia significa mantener una conversación constante con Dios que habla
dentro de nosotros.
Las manifestaciones de la conciencia son
variadas: puede ser el silencio, una advertencia de peligro o un estímulo para
permanecer del lado del bien. O podría ser un arrepentimiento, un deseo de
recomenzar y corregir las etapas oscuras de nuestra vida.
De todas las formas, ella nos ayuda a ser
mejores personas.
APOLONIO CARVALHO, Comentario al Pasapalabra diario 4 julio
CUSTODIAR EN EL CORAZÓN LA LUZ
P. MANOLO MORALES, O.S.A., Comentario al Pasapalabra diario 2 julio
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