VIDA DE LA PALABRA últimas semanas de ABRIL
Alguna de mis
EXPERIENCIAS tratando de
llevar a la práctica diaria, con la Gracia de Dios, la Palabra de Vida de abril
(«Aspirad a las cosas de arriba, no a las de la tierra»,
Col 3, 2) y la de marzo («Vivid
como hijos de la luz; pues el fruto de la luz consiste en toda bondad, justicia
y verdad», Ef 5, 8-9):
1.- El Viernes
Santo por la mañana nos descerrajaron la hucha del vestíbulo del templo
parroquial.
El caso es que unas dos
horas antes yo había visto al ladrón, (ya "estuvo" aquí en febrero,
después de robar en varias parroquias de los alrededores), y ahora lo reconocí,
pero pensé que, como él también me vio, se marcharía, (eso hizo, sí, pero por
lo visto volvió el único rato que yo salí en toda la mañana, aunque había muchas
personas rezando dentro).
"Buscad las cosas de
arriba", así que no me alteré, (además, no se debió llevar mucho); incluso
nos reímos con algunos a quienes les comenté; y dos señoras que colaboran con Caritas
y la limpieza me decían: "¡a lo mejor lo necesita!", "¡le vendrá
mejor que a nosotros!". No obstante, advertí a la policía (y a las
parroquias de los pueblos alrededor) para que estuvieran atentos.
2.- Estas semanas
he tenido delante varias cuestiones que no sabía yo qué aconsejar o cómo
acompañar, y "aspirando a las cosas de arriba" muchos días como
anillo al dedo me llegaba providencialmente el comentario al Pasapalabra diario,
(= "refuerzo" a la Palabra de Vida del mes, conjugándolo con las lecturas
de la Misa del día), que me hacía notar “las cosas de arriba”, la certeza de
que Él obra: el pasapalabra me venía a confirmar que si yo me centro en hacer
la voluntad de Dios del momento presente por amor y a rezar suficientemente, el
Señor va poniendo su "bálsamo" a esas personas a las que no me viene
la luz para dar un consejo. ¡Él se va ocupando discretamente! ¡¡Incluso aunque
no veamos resultados, es así!!
3.- Hace unos días, en mi pueblo, al acabar de
dar el paseo-ejercicio matinal (en el que, además, aprovecho para ir meditando
el Rosario) fui, en chandal como estaba, a un gran supermercado. En la
frutería, una señora mayor (no la conozco de nada; ni ella a mí) que viene con
varias cosas entre los brazos hablando sola en voz alta… y... resulta que al
final parece... ¡sí, se está dirigiendo a mí! Le pregunto sorprendido:
"¿cómo quiere que la ayude?". Me contesta, (con tono entre preocupado
y desagradable), poco menos que: "¡eres tonto!, ¿no lo ves?". Me
acuerdo de la PdV, "buscad las cosas de arriba...". Aunque llevo
prisa, pacientemente le sonrío, le pregunto que si quiere las bolsitas que
hay allí para la fruta aunque sean pequeñas y la ayudo a meter lo que llevaba
ella entre los brazos. Y se aleja de nuevo con la retahíla que llevaba
repitiendo todo el rato: "¡no sé cómo me he venido sin ninguna
bolsa!". No le dije que cogiera un carrito, pues pensé que ya se iba.
En otra sección del supermercado de nuevo se me acerca repitiendo lo mismo.
Le sonrío una vez más y le digo que puede acercarse a la salida y allí le dan
bolsas. Se marcha poco convencida y al rato vuelve y me dice: "¡ya tengo
esta bolsa grande!". "¿La ayudo a meter su compra ahí?". Y en un
tono ya menos belicoso: "¡¡¡Pues, claro!!!". Y cuando se aleja, dice
por fin contenta: "¡Gracias! Tú también tendrás madre", como
disculpándose. Me alegré de haberle sonreído todas las veces.
3.- En la chocolatada y juegos populares para
los niños proponen a los adultos participar en una carrera de sacos. Dudo,
porque es algo que de niño o joven hubiera querido, y nunca he hecho: “¿y si
haces el ridículo?; ¿si te caes y te manchas, ¡o te rompes un hueso!?”. Valoro,
creo que con cuidado no es una imprudencia; es más: quizá el “aspirad a las
cosas de arriba” esta vez significa “hacerme uno” con la fiesta popular y ser
como un niño.
Ganó el alcalde (casi 20 años más
joven que yo) y por mucho, y yo el segundo, delante de los concejales. Lo
bonito es que ello a lo largo de la mañana fue dando pie para hablar con unos y
con otros, (no conocía yo a casi nadie).
Con 2 matrimonios que paseaban
con sus 2 niños, (resulta que llevan pocos meses aquí; conocen a menos gente
aún que yo), conversamos animadamente y nos emplazamos para ir a bendecirles
sus respectivos hogares.
Alguna de vuestras
EXPERIENCIAS tratando de
llevar a la práctica diaria la Palabra de Vida de abril («Aspirad
a las cosas de arriba, no a las de la tierra»,
Col 3, 2) y la de marzo («Vivid como hijos de la luz; pues el fruto de
la luz consiste en toda bondad, justicia y verdad», Ef 5, 8-9):
1.- “…estas palabras las intento poner a práctica
todos los días: por mi profesión hay ocasiones que te gustaría decir y
hacer cosas, cuando nos tratan con desprecio aquellas personas que se creen
estar por encima de todo y estás intentando proteger su vida. En ese momento me
intento poner en su situación con más cariño y empatía y te das cuenta que son
el miedo y la angustia los que les hacen reaccionar así, (con todos los “palos”
que te ha dado sin haberte conocido previamente), y termina con un apretón de
manos y un “gracias”, que en muchas ocasiones he visto que con otros
compañeros, en cambio, termina en conflicto…”.
2.- “…me estaba acordando de ti y de mi
promesa de ayer... Recordando la Palabra de Vida, que me lleva a pensar en el
Paraíso, (“aspirad a las cosas de arriba…”), intento " vivir bien el
momento presente". Yo lo interpreto como tratar de ser muy fiel al amor
porque en cada cosa que hago pongo mucho amor... y éste crece cuando aumentan
los actos que "envío hacia arriba" como Chiara enseñaba a los Gen 4.
Supone, por tanto, una dinámica que nunca acaba y que siempre te empuja a
más...
"Buscad las cosas de arriba"... ¿No es allí
donde miramos y enviamos nuestros actos cuando amamos... ahora, luego,
después...? Este es mi compromiso, que deseo acrecentar y que trato de
compartir con otros... Así el universo se verá sembrado de globos de muchos
tamaños y colores…”.
3.- “…me he acordado de tus anécdotas y
es que pensando en la vitrina con muñequitos que quiero hacer para las
comuniones, (similar a las que he ido haciendo con escenas bíblicas y la
historia sagrada), se me ha ocurrido añadir unos banquitos de madera y se lo he
comentado a mi hermana, profe en un cole de formación profesional, por si los
de la sección de madera me podían echar una mano y les ha encantado la idea.
Así que, ahí está una persona que no conozco de nada colaborando con una idea catequética
que he tenido.
De igual forma la profe de obra civil también me ha dado
unos azulejos que he usado de altar. Los que simulan el suelo de la iglesia los
he traído de Cantabria, dados por una amiga.
La cruz me lo dio
hace unos años un sacerdote, así como la estampa de fondo de San José que la he
sacado de un recordatorio que me dio.
Para esa misma pequeña vitrina, la vela, el cáliz y las
flores son de los Playmobil que me han dado los niños
Quería poner un marco donde cada semana escribiré los
nombres de los niños que reciban su primera comunión y a ello se ha ofrecido
una catequista que escribe muy bien.
Pienso en todo ello y la verdad es que me emociono porque
tengo la sensación de tener delante de mí un sueño hecho realidad: siempre
quise hacer algo creativo donde dar la
oportunidad a los demás de participar con lo que supieran hacer o aportar y sin
habérmelo propuesto, delante de mí lo tengo…”.
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