VIDA DE LA PALABRA primeras semanas de JUNIO
Alguna de mis
EXPERIENCIAS tratando de
llevar a la práctica diaria, con la Gracia de Dios, la Palabra de junio («Tú eres mi Señor, mi bien, nada hay fuera de
Ti», Sal 16, 2) y la de mayo («Os doy un mandamiento nuevo: que os améis
los unos a los otros», Jn 13, 34):
1.- El texto que en la anterior entrada de hoy te he copiado lo escuché a Chiara Lubich en una multiconferencia telefónica a finales de noviembre de
1991, (pocos meses después publicado en la revista Ciudad Nueva): “Tú, Señor,
eres mi único Bien”. El tratar de ponerlo en práctica a cada instante durante
las semanas siguientes, produjo un bien inmenso en mi alma: una cercanía y
connaturalidad con Dios tan grande, que parecía que yo llevaba alas en los pies
por la felicidad inmensa del alma incluso en medio de las contrariedades.
También le ha hecho un bien inmenso a muchas personas,
(de todo estado y edad), a las que desde entonces se lo he ido explicando, no
solo desde la teoría, sino también desde mi experiencia de aquellas semanas, (y
posterior). Incluso cuando acompaño alguna tanda de Ejercicios Espirituales,
suele ser una de las primeras meditaciones que siempre ofrezco a los
participantes.
Desde entonces en muchos momentos y circunstancias no he
dejado de vivir ese salmo, pues siempre “salta” como un resorte en mi mente y
mi corazón: en todos estos años me ha ayudado muchísimo a mantener sintonía
interior con el Señor.
Ahora la PdV de este mes nos lo vuelve a proponer. ¡Señal
de que debo dar un paso más allá en su vivencia!
Ese versículo del salmo dirigido hacia el Señor, me está
ayudando a elegirlo a Él como primero y centro, en pequeñas cosas a las cuales
se puede aferrar el corazón sin darse cuenta: ante una comida que me han
regalado y que me gusta, y que parece que los jugos gástricos empiezan a
funcionar… “Tú, Señor, eres mi único Bien, aunque te agradezco esto (y lo
agradezco en el alma a quien lo trae), Tú eres el centro: no el comer o no
comer, ni que esté sabroso o no”.
Ante el calor de estos días, (nunca había tenido 33º
dentro de una casa parroquial durante la madrugada y 31º al amanecer): “Tú,
Señor, eres mi único Bien, el centro eres Tú, no el calor, (¡ni el frío del
invierno!), y por tanto, sigo amando en cada cosa que hago, en tratar de vivir
bien tu Voluntad, aunque esta sea dormir... y cueste...”.
Y lo mismo en contrariedades o malentendidos: p.ej. con
la empresa que pondrá paneles fotovoltaicos próximamente en la parroquia; en
dificultades de organización; en imprevistos que me hacen “perder” toda una
mañana...: “Tú, Señor…”.
En cosas o tareas que prefieren a otros y no a mí… “Tú…”:
“¡me alegro!, pues importas Tú y tu reino; no quien lo haga”.
¡Son decenas de oportunidades de diálogo interior con a
Él en el caminar diario junto a Él!
Alguna de vuestras EXPERIENCIAS tratando de llevar a la práctica diaria la Palabra de Vida de junio («Tú eres mi Señor, mi bien, nada hay fuera de Ti», Sal 16, 2), la de mayo («Os doy un mandamiento nuevo: que os améis los unos a los otros», Jn 13, 34) y la de abril («Id por todo el mundo y proclamad la Buena Nueva a toda la creación», Mc 16, 15):
1.- “…Comparto contigo
las experiencias de vivir la Palabra de Vida... "Tú eres, Señor, mi
bien... "
Mi bien, cuando me llega la tristeza por la
ausencia de mi madre... Mi bien, que todo lo llena, todo lo cubre de amor y me
lanza a amar y a ponerme al servicio de quienes veo en necesidad.
Necesidad de compañía que brindo a mi
hermana y a personas que ahora lo necesitan.
Y “Tú eres, Señor, nuestro bien”, el
que nos hace salir al encuentro del otro, el que está, aunque no se le vea...
-El que se deja ver
en los tristes y afligidos.
-El que siempre
escucha nuestras oraciones y súplicas.
-El que nos cuida y
guarda como a la niña de sus ojos...
Y “Tú eres, Señor, mi Bien” cuando de entre
esa desgana, saco ganas de hacer algo por los demás y me brindo a ayudar en el
cole durante el recreo y salir al paso cuando veo que faltan hoy los 2 compis a
quienes les tocaba recreo. Y antes de que me avisen, salgo yo a estar allí en
el patio con los peques.
“Tú eres mi Bien” cuando saludo y sonrío
afablemente a esa compi a quien le cuesta sonreírme.
“Tú eres mi Bien” cuando veo que estudiar y
leer, (para poder ayudar mejor a los niños y a las familias), es un modo de
hacer el Bien a otros.
“Tú eres mi Bien” cuando hoy sin
tardar he escrito a una persona para ayudar a su hija para decirla cómo ha de
hacer en la oposición de maestros o los trámites a seguir…”.
PENSABA ESCRIBIRTE
PARA DARTE LA NOTICIA DE QUE, AL MENOS POR EL PRÓXIMO AÑO, A PARTIR DE
SEPTIEMBRE (MIDIENDO POR CURSOS), ME TRASLADAN A MADRID.
EN UNO DE MIS ESCRITOS TE
HABLABA DE ALGO QUE ME HACÍA SUFRIR Y TE PEDÍA ORACIONES...: PUES LA SOLUCIÓN CON
ESO HA LLEGADO…
LAS PALABRAS DEL SALMO QUE COMENTA LA PALABRA DE VIDA LAS
REPITO MUCHAS VECES...: VAN MUY DENTRO Y QUIERO QUE SIGAN SIENDO UN GRAN EMPUJE
EN MI VIVIR DÍA A DÍA.
REZA, POR FAVOR, PARA QUE
SEPA VIVIR BIEN ESTA NUEVA VOLUNTAD DE DIOS... ME FÍO DE QUE ÉL SIEMPRE QUIERE
LO MEJOR Y ME ABANDONO EN SUS MANOS. FELIZ MES DEL SAGRADO CORAZÓN. SIEMPRE
RECUERDO EL GRAN AMOR QUE MI MADRE LE TENÍA Y QUIERO IMITARLA…”.
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