domingo, 31 de octubre de 2021

DIOS INTERVIENE SIEMPRE, SI TÚ AMAS

 VIDA DE LA PALABRA                últimas semanas de OCTUBRE


Alguna de mis EXPERIENCIAS tratando de llevar a la práctica diaria la Palabra de Vida de octubre («Sabemos que en todas las cosas interviene Dios para bien de los que lo aman», Rm 8, 28) y la de septiembre («Si uno quiere ser el primero, sea el último de todos y el servidor de todos», Mc 9, 35):

1.-        Son varias las sorpresas que saltan cada día y a las que hay que hacer frente, muchas veces sin saber de dónde llueven. Te cuento solo alguna de las muchas:

         Hace unos días me llaman de la institución principal que nos daba los alimentos a la parroquia y que luego nosotros entregábamos a los necesitados: ¡nos suspenden las entregas porque desde febrero no se han atendido las instrucciones que habían dado! Después de “pelearlo”, vi que lo tenían más que decidido. Así que, continuando con la misma amabilidad y respeto, les mostré mi desacuerdo y no tuve más remedio que acatar con humildad su decisión.

Añadieron que, dado que estoy apenas estrenado aquí, nos concederán una oportunidad y, si en 3 meses pusiéramos al día todo tal como nos indiquen en la inspección de la semana próxima, empezarían de nuevo entonces a surtirnos.

“Todo sirve para el bien de los que aman”. ¿También esto? Yo pensaba sobre todo en la gente necesitada. ¡También esto! Con fe en la Providencia divina y en la ayuda de S. José, que “entiende de todo”.

Con ilusión estamos tratando de tener ya todo más que listo para esa próxima revisión. Conscientes también que a veces un parón no interrumpe la marcha, sino que sirve para recobrar más aliento e impulso.

¡Dios seguro que sacará un bien mucho más grande de todo ello, si no dejamos de amar a todos y de sonreír ante todo!

1b.-     Varias personas que desempeñaban diferentes tareas importantes en la parroquia, llevaban ya tiempo pensando por edad o por desplazamiento que quizá era el momento de dejar sus diversos cometidos; para no abandonarme “en la estacada”, se ofrecían, no obstante, a continuar unas semanas, mientras íbamos encontrando otras personas que pudieran desarrollar esa tarea o ponían de plazo hasta Reyes.

         Recordando el “todo sirve para el bien de los que aman…”, se transformaba en acogida y comprensión el “jarro de agua fría” en mi interior que suponía cada uno de sus anuncios. En primer lugar, dando sinceros agradecimientos a cada uno por esos servicios desarrollados desinteresadamente tantos años a favor de la Parroquia. En segundo lugar, de entender yo que ellos tienen que discernir (por edad o distancia o situaciones familiares o…) lo que es Voluntad de Dios para ellos; y alegrarme con ellos, si lo tienen claro, de que den gloria a Dios de otra manera o en otro sitio; no obstante tengo de par en par abiertas las puertas y el corazón a que continúen indefinidamente. Y, en tercer lugar, de nuevo fiarme de la Providencia y de S. José, (¡como ya han empezado a hacer en varias tareas!), que moverán el corazón de otras personas que pudieran entregarse a esos servicios (¡y a otros muchos que me voy dando cuenta!) en la parroquia. “Todo sirve para el bien”.

 

2.-        Una semana cada cuatro, nos toca a nosotros dos estar pendientes todo el día del teléfono para atender el tanatorio de Las Rozas.

Mi primera intervención allí fue una Misa “de cuerpo presente” a las 15:00. Dado que se alargó una reunión que tenía yo previamente esa mañana, me fui allí sin comer.

         Saludé con la mayor amabilidad a los empleados y a 4 familiares. Cuál sería mi sorpresa que en la Misa solo estaban ellos 4. Ni se pusieron de pie; ni contestaron, (solo una de ellas, mayor, de vez en cuando elevaba un tímido “amén” casi imperceptible): eso me desconcertó y desconcentró mucho al principio.

“Todo sirve para el bien de los que aman a Dios”. Pensé en la difunta de casi 102 años, quizá mujer con mucha fe. Y, (aunque la circunstancia, la pasividad y frialdad invitaban a todo lo contrario), viví la Misa “a tope” por el Señor en primer lugar, con ilusión, ¡y también por ella, que era mi prójimo a quien amar! Como si hubiera celebrado yo solo, concentrado teniendo por testigo a “toda la corte celestial”. O como si hubiera estado en una iglesia repleta y con gente entregada participativamente.

         Esto último sí lo pude vivir así, justo una semana después (casi a la misma hora), con un gran amigo del movimiento, que acaba de dejarnos. El corazón se llenaba de gozo dando todos gracias a Dios ante este gran hombre, y pidiendo con intensidad de fe vivida por su eterno descanso, casi como una fiesta anticipo de la del cielo a la que está llamado.

 

 

Alguna de vuestras EXPERIENCIAS tratando de llevar a la práctica diaria la Palabra de Vida de octubre («Sabemos que en todas las cosas interviene Dios para bien de los que lo aman», Rm 8, 28), la de septiembre («Si uno quiere ser el primero, sea el último de todos y el servidor de todos», Mc 9, 35) y la de agosto («Quien se haga pequeño como este niño, ese es el mayor en el Reino de los Cielos»,

Mt 18, 4):

 

1.-        “como siempre, te leo con mucha ilusión por hacerme entender muchos de mis sentimientos y darme estrategias para estar más cerca de Dios y comprender lo que nos tiene preparados a cada uno de nosotros. 

Estamos pasando un mal momento, el peor que he vivido. Mi madre está ya muy mal, y me desconsuela verla luchar tanto y ver en sus ojos esa pena y rabia de no ganar la batalla. Y en cuanto muestra esos sentimientos, enseguida pide perdón a Dios. ¡Qué fortaleza! Todos los días le pido poder disfrutar un poquito más de ella y que siempre se sienta acompañada por Él, que me ayude a decir y hacer con ella lo que más necesite mi madre en cada momento, y que no sienta miedo. 

            Sé que rezas por ella y por todos nosotros, pero te agradecería si pudieras mandarme alguna oración de consuelo, porque a veces me cuesta todo muchísimo.

 

2.-        “habiendo regresado de África, comparto una primera impresión: viendo esos días a los niños jugando en el recreo o bien atentos a sus profes en el aula, recordaba los comienzos, cuando el cole era un proyecto, un diseño sobre un plano.

La última vez que fui, hace 6 años, estaba todo en obras; había mucho movimiento de tierras, maquinas, andamios, obreros trabajando por todas partes.

Al regresar ahora y ver que aquello que antaño fue una idea ahora era una realidad, recordaba el lema y la oración del Domund y me daba cuenta que, en verdad, “el desánimo y el cansancio no tienen la última palabra”.

En este trayecto no nos han faltado horas de desánimo, ocasiones, incluso, de pensar en tirar la toalla y no continuar con el proyecto ante muchas dificultades.

Pero ante el "no merece la pena seguir" que en esas ocasiones retumbaba en nuestros oídos, escuchábamos también las palabras dirigidas a Josué en el Antiguo Testamento: "¡ánimo, sé fuerte y valiente! ¡No temas, ni te acobardes!”.

Y desde luego que mi marido lo ha sido: fuerte, valiente y no se ha dejado acobardar por nada ni nadie y con ese entusiasmo, con el empuje del Padre y del Espíritu Santo, siguió adelante.

            Por ello ahora he podido ver la felicidad reflejada en la cara de los niños. He podido escuchar sus risas y sus voces cantando al unísono. He podido sentir un rayo de esperanza. He podido constatar que, en verdad, con esfuerzo, trabajo, dedicación, oración, las cosas pueden ser diferentes.

He visto, como dice la mencionada oración, “mucho amor en movimiento”: en los niños, en los profes, en el equipo directivo, en las personas que nos llevaban y traían, en...

Pero sobre todo he visto mucho amor en movimiento en mi marido a quien ni siquiera el haber pasado por la uci hace poco le ha hecho detenerse y ha seguido traspasando fronteras para seguir trabajando por un futuro mejor para jóvenes y niños de las zonas más desfavorecidas.

 

 

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sábado, 16 de octubre de 2021

TODO CONTRIBUYE, SI AMAS

VIDA DE LA PALABRA                    primeras semanas de octubre


  

Alguna de mis EXPERIENCIAS tratando de llevar a la práctica diaria la Palabra de Vida de octubre («Sabemos que en todas las cosas interviene Dios para bien de los que lo aman», Rm 8, 28) y la de septiembre («Si uno quiere ser el primero, sea el último de todos y el servidor de todos», Mc 9, 35):

 

1.-        Estas 3 últimas semanas me he visto desbordado en múltiples frentes. A la vez, aceptaba la “humillación” de reconocer que, lo que tanto predico, (“¡vive bien el momento presente!”, “¡arrojad en Dios todas vuestras preocupaciones!”), a menudo yo no lograba vivirlo. Pero… ¿también esto?: ¡¡sí!!, ¡¡también esto sirve para el bien de los que aman a Dios!! La PdV una vez más y momento a momento venía en mi rescate.

1b.-    En la primera reunión con el equipo de Caritas de la nueva parroquia, nos venía la preocupación: a los 6 días tendríamos que ir al Banco de alimentos y no sabíamos cómo ni teníamos furgoneta ni nada. A la vez, estábamos desbordados en horario con tantas personas que venían a por alimentos. Ante la tentación, dije: “no podemos cerrar el puño; “dad y se os dará”, nos dice el Evangelio; si cerramos la mano para dar a otros, se nos cerrará la fuente de la Providencia. Y nuestra parroquia es de “S. José” y él es “especialista” en todos los temas, como decía Sta. Teresa”.

En la homilía de la Misa conté la experiencia. Al acabar, entra una de las personas que estuvieron en la reunión y dona 60 € para alquilar una furgoneta con la que ir a recoger alimentos. Al salir esta, entra otra: "estoy de baja y tengo la furgoneta familiar disponible; y también a uno de mis hijos". Se me conmovió el corazón al ver la prontitud con la que S. José atendió (¡por doble vía!!) mis agobios y, pasando cerca de la capilla del Santísimo (al ir a despedir a otro feligrés), rápidamente dirigí un "guiño de inteligencia" también a Jesús-Eucaristía como agradecimiento.

1c.-      Fue bonito luego el día de cargar los alimentos, (un lunes, aunque habitualmente es el segundo martes de mes por la mañana). Fuimos con la furgoneta, (más un coche), y entre 4 personas cargamos todo rápidamente y al llegar aquí a la Parroquia ya estaba otro grupito para descargar (y otro luego para desembalar y colocar). Precioso clima de colaboración entre todos y de alegría a pesar del esfuerzo.

Algunos que llegaron tarde (les habíamos convocado para determinada hora, pero se nos dio tan bien todo, que volvimos con el cargamento mucho antes), pudieron luego ayudar en otras tareas, como limpieza de sillas y ordenar los salones; alguien que entendía de cerrajería, ayudó en limar algunas puertas que no cerraban. Un informático echó horas a montones con paciencia para ajustar la nueva impresora y los antiguos ordenadores del despacho parroquial. Un pulular de gente alegre dándose por el Señor y por su parroquia.

Paralelamente iban llegando personas o familias necesitadas, (vienen los lunes y los martes), y ya se podían llevar una gran bolsa de alimentos no perecederos. También, en esta ocasión, otros como yogures y similares

1d.-     Estos últimos tienen su "historia": venía yo cansado de toda la mañana en un encuentro precioso en el Centro Mariápolis: tenía media hora para echarme la siesta y volver de nuevo allí. Y al entrar en el recinto parroquial, veo un montón de cajas con yogures líquidos, copitas de chocolate y nata, etc.

         Con el cansancio que tenía, por un instante me vino la tentación de hacer como que no lo veía, pero me puse a cargar las cajas para entrarlas al salón parroquial; en ese instante salía el otro sacerdote y, canturreando, se puso a ayudarme. Así que, volví al centro Mariápolis sin reposar.

 

1e.-      La verdad es que yo creo que el Señor, por intercesión de S. José, en cuanto descubrimos alguna tarea pendiente o se nos ocurre una iniciativa, (a veces sin llegar a expresarla en voz alta o a rezar pidiendo por ello), a las pocas horas nos pone a alguien que sabe y se ofrece para colaborar ocasional o permanentemente. Muchos “ángeles” continuamente pendientes de todo. De verdad que “todo sirve para el bien de los que aman a Dios”.

 

 

Alguna de vuestras EXPERIENCIAS tratando de llevar a la práctica diaria la Palabra de Vida de octubre («Sabemos que en todas las cosas interviene Dios para bien de los que lo aman», Rm 8, 28), la de septiembre («Si uno quiere ser el primero, sea el último de todos y el servidor de todos», Mc 9, 35) y la de agosto («Quien se haga pequeño como este niño, ese es el mayor en el Reino de los Cielos»,

Mt 18, 4):

 

1.-        “cuando estaba fuera, de viaje, trataba de estar atenta a las necesidades y problemas de mi entorno. A veces me callaba pero cuando había problemas gordos y serios, si podía hablar, lo hacía; otras veces le pedía al Señor que les ayudara. 

En una ocasión había unos hermanos que no se hablaban porque estaban muy dolidos entre ellos. Yo trataba de poner paz y darles ánimos. Les decía que todos cometemos errores muchas veces y hay que pedir perdón, pero también hay que saber perdonar cuando ocurre al revés. Es necesario hablar con las personas, porque si no, no seríamos cristianos y no viviríamos el Evangelio.

La mamá de ellos, llorando, se echaba siempre la culpa por dar a su hija todo lo que pedía. Yo, trataba de consolarla y le decía que estaba haciendo lo que una madre hace por sus hijos... Finalmente hablaron los hermanos y todos contentos, disfrutaron los unos con los otros

Yo hablaba mucho con la hermana, era la que había cometido "el error”, pedía y estaba pendiente de ella. Al preguntarle si disfrutó ayer con la familia, se puso a llorar.

La tranquilicé diciéndole que todos cometemos errores y la animé a pedir ayuda a sus hermanos porque ellos la ayudarían en todo lo que pudiesen.

Le di varias cosas mías; tiene un niño de dos meses, le compré pañales y ropa para unos cuantos días. Ella, agradecida, se ofreció a hacer alguna cosa por mí. Cuando me fui, se quedó llorando por mi marcha, pero le dije que no se preocupara porque en lo que pudiera la iba a ayudar.

Yo estaba feliz porque en cada momento sentía que El Señor me ponía las palabras en mi boca y ya no me siento tan tímida para hablar. He aprendido a fiarme de Él.

 

2.-        “siempre caminaremos unidos por la PdV y la comunión de los Santos. Desde la muerte de mi hermano, vivo pegada a mi madre… sin elección, abrazando esta etapa de mi vida para mayor gloria de Dios y el bien de las almas… y de la mía!!! Mi cariño y agradecimiento siempre, por todo lo vivido y compartido. Mis buenos deseos y oración en esta nueva aventura… me gusta el servicio… y la donación. Espero q te sirvan para un cambio de escenario y sigas sonriendo y ayudando a las almas a mirar al Cielo para que se encuentren con Cristo.

 

3.-        “llevo todo el día recordando la frase de la Palabra de Vida de este mes. Tendía a ella para dar sentido a ciertos momentos de sinsentido. Y al recordarla... (“todo lo permite Dios para mi bien...”), me ayudaba a centrarme de nuevo en el Señor y en lo que estaba haciendo y con quién estaba. En este caso, con mi madre. 

Me venían pensamientos de que mis hermanos están por ahí, (2 de ellos trabajando, los pobres), y yo aquí en casa con mi madre. Y volvía a recordar...: “todo es para mi bien...”. 

Y más fuerte me venía ese pensamiento negativo cuando han venido mi hermano y mi cuñada y este hermano siempre con pocas palabras y poco contacto visual... E intentaba transmitir agrado y ser agradable... (Estoy con mi madre porque deseo amarla y que esté a gusto, tranquila, serena, feliz; no estoy porque ellos me lo impongan). Y pensaba yo: “¡No importa...: es para mi bien...!”. 

Y si pongo amor, esto es oro en el Paraíso... Para quien pueda necesitarlo... Y recordaba las personitas por quien tanto rezo y ofrezco cada día.

A veces parezco tonta... Siempre la que se queda los fines de semana... Siempre la que hace favores... Siempre... 

Y la verdad es que no sé por qué me vienen esas quejas, porque con mi madre estoy tan a gusto... Es el mejor sitio donde podría estar. Me vendrá el pensar así por mis juicios ante lo que hacen los demás.

He besado a mi mamá con besos fuertes y sonoros, como los besos de las abuelas... Y pensaba en Jesús...: beso a mamá y beso a Jesús... 

Una tarde tranquila. Llena de pensamientos que venían como nubarrones negros a quitarme la paz, pero he acudido a la Palabra de Vida: "En todo interviene Dios para bien de los que lo aman...". Todo para mi bien... Todo para el bien de mamá...

Y en cada momento que ella necesitaba algo, intentaba yo responder con paciencia, cariño y agrado...

La Palabra de Vida ha sido mi escudo y mi refugio ante el desánimo que estaba llamando continuamente a mi puerta.

 

 

 

 

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viernes, 15 de octubre de 2021

TODO SUMA, SI AMAS

             Para renovarnos e intensificar el vivir bien la Palabra de vida del mes («sabemos que en todas las cosas interviene Dios para bien de los que lo aman»), aquí tienes unos textos:



 

ESPERAR EN DIOS

 

Deseamos cada día "lo mejor" para nosotros y para nuestro mundo. Pero "eso mejor" será siempre "que venga el Reino de Dios". Por muy mal que vayan las cosas, solo Dios es el centro y "la plena satisfacción de todos nuestros deseos".

 

P. MANOLO MORALES, O.S.A., Comentario al Pasapalabra del 16 octubre 2021

 

 

 

 

LA PERFECTA ALEGRÍA

 

Un día san Francisco, verdaderamente enamorado de su Señor, mientras iba camino de Asís en invierno, descalzo y medio aterido de frío, le explicó a fray León en qué consistía «la perfecta alegría, la perfecta leticia».

No consistía tanto en hacer milagros y resucitar a los muertos, ni en profetizar y hablar todas las lenguas, sino en estar dispuestos a recibir las injurias de los hermanos del convento al que se dirigían conservando la caridad, porque «por encima de todas las gracias y de los dones del Espíritu Santo… –decía–, está el de vencerse a sí mismo y de sobrellevar gustosamente, por amor a Cristo Jesús, penas, injurias, oprobios e incomodidades».

En esto estaba según él la «perfecta leticia».

Probemos también nosotros. Cuando nos demos cuenta de que se acerca el dolor (por una renuncia, un desapego, una prueba o una enfermedad), repitamos con san Francisco: «Aquí está la perfecta leticia», que es como decir, con sentido pleno, «Tú eres, Señor, mi único bien».

Un pensamiento fuerte, ¿verdad? E implacable. Pero es con acciones como esta como podemos progresar en la vida, y hasta volar; podemos dejar una estela luminosa y arrastrar a muchos otros.

 

CHIARA LUBICH

 

 

 

 

AMAR A TODOS

 

Hoy podemos dar un salto de calidad y extender el alcance de nuestro amor. Amar solo a las personas por las que sentimos afecto es una gran limitación. Debemos abrir nuestro corazón al amor por todos.

Podemos convertirnos en manantiales que sacian la sed de todos con el agua vivificante del amor.

Nuestra propia sed será saciada, porque amar sin hacer distinción de personas es la síntesis de vida de la Palabra de Dios que es fuente de agua viva; y el que bebe de esta fuente no tendrá más sed.

Hoy abriré mi corazón al amor para esa persona difícil que encuentro todos los días en el trabajo; o para ese familiar que me defraudó; o para ese amigo que no se acordó de mí en mis momentos de dificultad. Es decir, abrir el corazón al amor verdadero significa romper con los paradigmas y conceptos puramente humanos sobre el amor.

 

APOLONIO CARVALHO NASCIMENTO, Comentario al Pasapalabra del 13 octubre 2021

 

 

 

 

EN TODAS NUESTRAS NECESIDADES

PONGÁMONOS EN MANOS DE DIOS

 

No para dejar de hacer lo que nos corresponda a nosotros, sino para sentirnos, siempre y en todo, "mirados" por un Padre. Son sus manos "como un techo que nos protege" y da seguridad; manos que, incluso "cuando corrigen, acarician".

 

P. MANOLO MORALES, O.S.A., Comentario al Pasapalabra del 11 octubre 2021

viernes, 1 de octubre de 2021

NUNCA CANSARSE DE SERVIR POR AMOR

 VIDA DE LA PALABRA                    durante las 4 semanas de SEPTIEMBRE

 


Alguna de mis EXPERIENCIAS tratando de llevar a la práctica diaria la Palabra de Vida de septiembre («Si uno quiere ser el primero, sea el último de todos y el servidor de todos», Mc 9, 35) y la de  agosto («Quien se haga pequeño como este niño, ese es el mayor en el Reino de los Cielos»Mt 18, 4):

 

1.-        Como cada mes, la PdV me ha resultado fundamental a lo largo de las semanas, ¡y más este septiembre cargado de acontecimientos y emociones!

         Al principio, terminando de preparar los Ejercicios Espirituales para los 17 seminaristas de Oviedo y unas hojitas concisas para darles después de cada meditación, me repetía: “servicio por amor, servidor de todos”. A la vez la tentación de pensar en el traslado y la mudanza. Me humillaba el ver que, ¡lo que tanto predico!, me costaba vivirlo: centrarme por amor en el momento presente y abandonar en Dios todas las preocupaciones. Y lo ofrecía al Señor tanto por una parroquia como por la otra, como por esos seminaristas.

1b.-    Dos noches antes de salir hacia Asturias, quise imprimir los temas y esa hojita para los seminaristas, pero… ¡se acabó el tóner de la impresora y con finde por delante (sin que la compañía de mantenimiento del aparato nos pudiera traer)! Ahí sí reaccioné bien: “¿es un rostro de Jesús Abandonado?, ¡pues los Ejercicios darán mucho fruto!”. A la mañana siguiente después de Misa, providencialmente alguien se enteró, y me llevó a su empresa (aunque no abren los sábados) para imprimir allí las 250 hojas.

         Al día siguiente, después de todas las Misas de la mañana en la parroquia, cuando voy a coger el coche para el viaje, me comunican que un sacerdote de un pueblo cercano, a mitad de su Misa, tuvo que ser asistido por urgencias y llevado al hospital. No me tocaba a mí el hospital ese día, tampoco soy ya el arcipreste, ¡y tenía el tiempo más bien justo para las cuatro horas y media hacia Asturias! “Servir por amor, servir a todos”. Al final, en vez de reposar 10 minutos antes del viaje, (y restando el margen de tiempo para llegar al norte con una hora de anticipación), decidí pasarme por el hospital para visitarlo. Gracias a Dios no era grave la cosa, aunque es muy mayor.

         Ya en carretera, a mitad del viaje, se me enciende en el coche una luz naranja de advertencia: ¡no hay presión en las ruedas! No me lo creía: esa semana me había gastado más de mil euros en todas las revisiones pertinentes que le tocaban al vehículo. ¡No hay duda!: los Ejercicios serán fructuosos con tantos rostros de Jesús Abandonado. “Arrojad en mí vuestras preocupaciones”.

         Finalmente llegué justito a la hora de empezar.

         Traté de vivir los Ejercicios en espíritu de donación como siempre, ¡y más con esta PdV! Al final, todos los seminaristas estaban muy contentos y les había resultado fructuosa la experiencia. Prueba de ello es que a mí también me sirvieron para “desconectar” de este mes bullicioso, (veo ahora, que, si no, hubiera yo “reventado” hace unos días), orar más, renovarme en el rezo vivido de la Liturgia de las Horas (que primorosamente preparaban y cantaban cada día), descansar con paisajes maravillosos meditando ante el mar o la playa o los acantilados, y contemplar palpablemente la acción de Dios en la historia de la vocación de cada uno de ellos y en esos días.

Fue para todos una experiencia de Dios en el fondo del alma y de Dios en medio de nosotros por los ratitos de comunión.

 

2.-        Al regreso de Asturias, ya me centré totalmente en dejar todo atado y arreglado (“servir por amor, servir a todos”) en la Parroquia Virgen del Camino y en la capellanía del hospital de Villalba y, a la vez, simultanear la toma de contacto con los sacerdotes y la gente de la Parroquia S. José para ir cogiéndole el pulso, (“servir por amor, servir a todos”). Está siendo agotador, pero estoy contento y con mucha fe e ilusión, dentro de que las despedidas siempre cuestan y de que en estos casos son muchas las incertidumbres prácticas ante las próximas semanas.

         Pero sí quiero recalcar que ante mis preocupaciones y agobios, me ha descansado muchísimo la divina Providencia a través de auténticos “ángeles”: bastantes personas de aquí están derrochando cantidad de horas e ilusión y fraternidad entre ellas y para conmigo recogiendo y empaquetando mis libros y ropa y otras pequeñas cosas, y me han ayudado a llevarlos con la furgo de la parroquia y sus coches. Y otro pequeño “ejército” me está limpiando la casa parroquial de destino y colocando cosas, ¡y gastando su propio dinero y desgastándose para renovar alguna cosilla o comprar lo que falta! Y una preciosa celebración eucarística (¡con regalos incluidos!) para dar gracias por estos 5 años realizando juntos este tramo del Santo Viaje. Unos y otros… ¡¡eso sí que es servir desinteresadamente!!

         Y, a su vez, otra pequeña muchedumbre de “ángeles” está ayudando a los sacerdotes salientes de mi parroquia de destino a tirar papeles, limpiar despachos y salones, etc., y les han hecho una magnífica y emotiva despedida por su jubilación. Y el Consejo de pastoral parroquial donándose también a tope para esta transición con el tren en marcha para que no pierda velocidad en el camino del Reino de Dios, entre otras cosas, preparando con dedicación la ceremonia de pasado mañana.

         Una y otra parroquia tienen un plantel precioso de personas que verdaderamente aman a la Iglesia y a los sacerdotes y a todos. Y están siendo para mí un testimonio admirable de la PdV de este mes: “Si uno quiere ser el primero, sea el último de todos y el servidor de todos”. Estoy inmensamente agradecido a Dios por todos y cada uno de ellos; e inmensamente agradecido también a todos y cada uno, la mayor parte (¡hay que decirlo!), mujeres que hacen ver la maternidad de María y de la Iglesia.

El próximo domingo día 3 de octubre a las 12:30 será la ceremonia de inicio de mi ministerio como párroco (en otras épocas se llamaba “toma de posesión”) en la Parroquia “S. José”, de Las Matas. Si quieres ir, me encantará vernos allí, aunque con tanta gente apenas podremos cruzar unos breves saludos. ¡En cualquier caso cuento con tu oración por mí y por esta nueva comunidad parroquial!

 

 

Alguna de vuestras EXPERIENCIAS tratando de llevar a la práctica diaria la Palabra de Vida de  septiembre («Si uno quiere ser el primero, sea el último de todos y el servidor de todos», Mc 9, 35), la de agosto («Quien se haga pequeño como este niño, ese es el mayor en el Reino de los Cielos»Mt 18, 4) y la de  julio («Ánimo, hija, tu fe te ha salvado», Mt 9, 22):

 

1.-        “LA PALABRA DE VIDA DE AGOSTO PARECE QUE HACE TIEMPO QUE SE LO PEDÍA A DIOS... LO DEL "SER PEQUEÑA... PUES ME IMPACTÓ MUCHO CUANDO EN NAVIDAD ORABA ANTE EL MISTERIO DE JESÚS NIÑO...

LUEGO ES LA PALABRA DE VIDA QUE MÁS NECESITO EN ESTOS MOMENTOS: SER PEQUEÑA, IR PARECIÉNDOME MÁS A JESÚS MIENTRAS ÉL CRECE DENTRO Y YO VOY DISMINUYENDO PARA DEJARLE LUGAR...

YO VOLVÍ A LA COMUNIDAD EL DÍA 30. ME HA TOCADO COCINAR PARA LA COMUNIDAD Y TRATO DE HACERLO CON AMOR Y PONIENDO LO MEJOR DE MÍ PARA QUE LA COMIDA LES GUSTE... EL AMOR "ES UNA FERZA DIVINA QUE TE AYUDA EN LA CREATIVIDAD Y SERVICIO.

 

2.-        “hoy que estoy de preparativos para mandar unos paquetes a las misiones, faltaban cosas que mi sobrinos me iban a traer: se fueron unos días de vacaciones, pero hoy, no podía porque en mi coche dicen que era mucho y mi maletero es muy pequeño. Pero esta mañana les he dicho “voy a por ello”, pero no iban a comer en su casa. Me venía a la mente: “no me puedo fiar”. Nada más pensarlo, me viene a la mente: “no te fiabas de Mí”. En seguida le dije: “Señor, me fio de Ti: Tú eres mi único Bien”. Al momento me olvidé del tema, porque había quedado con la sobrina. Me ha ayudado a traerlo, ha venido hasta casa y me ayudó a subirlo. Cuando regala, Él lo hace a lo grande: me dice ella que la niña pequeña saca una bolsa de cosas, sin estrenar; le dice: “mamá, esto es para los niños de la tía”. Hace no mucho, no daba nada: todo era para ella.

2b.-     Ahora tengo a casi toda la familia implicada: esta mañana, viendo a una amiga, que le había dado paracetamoles otra amiga en común, porque allí hay muchas personas que no lo pueden comprar y (cuando pueden) no hay en las farmacias. A mí me llega al alma, cuando voy a comprarme algo digo: “no, espero a las rebajas: así puedo mandar más cosas para ellos”. Todo es obra de Dios, yo soy el instrumento; Él me pone las palabras cuando hablo; no creí nunca en mi vida que iba a poder hacer algo así.

 

 

3.-        “estoy leyendo también "Diario de fuego", de Igino Giordani, y volveré a leerlo por tercera vez. Recuerdo frases que se me han quedado dentro: "La Eucaristía nos une a Dios. Todos los sacramentos nos unen a Dios. Y el hermano es otro sacramento que nos une a Dios. A Dios llegamos a través del hermano. El que ama al hermano es rico."

Ayer me enfadé con una de mis hermanas. Y perdí la paz... Y tras confesar y pedir al Señor la fuerza para perdonar, me lo concedió y al día siguiente tomé la iniciativa y la llamé. Y volvió la unidad...

Estoy viviendo un verano lleno de cariño y de servir con mi madre. Intento además estar pronta para servir, fregar, colocar, y para que todo en casa esté a punto... 

Son vacaciones de descanso, acompañamiento y servicio. Y gozando de tranquilidad...

Hoy estaba lavando ropa a mano y me ha venido un pensamiento de desánimo y he pensado “¿qué puedo hacer?”. Y enseguida se me ha iluminado el alma con este otro pensamiento: “¡Puedo hacer esto por amor a Dios!”. Y así lo he hecho... Y ha vuelto la luz... 

Tengo mucho que mejorar en el camino de la santidad. Y en ello estoy, intentando estar disponible para quien me necesita.

Ahora por teléfono atiendo a personas que solicitan apoyo por conflictos familiares. Y veo que sí que les ayuda lo que les voy indicando. Es servir al hermano y ahí amar a Jesús.

Y hacerme pequeña... Un gran reto al que aspiro….

 

4.-        “normalmente venimos a la playa hacemos sin parar, pero hemos decidido empezar a viajar con más calma y detenernos en algún pueblo del trayecto para ir conociéndolos.

Esta mañana hemos parado en el Castillo de Garcimuñoz, pero tan pronto hemos llegado que estaba cerrado, tal como nos ha informado una chica que iba a entrar a reponer bebidas.

Hemos dado, pues, un paseo por el pueblo y hemos encontrado una panadería que sí estaba abierta y mientras esperábamos nuestro turno hemos estado charlando con varias mujeres del pueblo que también esperaban.

Luego  nos hemos tomado un café y de camino hemos visto un letrero que ponía "convento". He querido ir a visitarlo, pero resulta que ya no funciona como tal.

Una mujer nos ha explicado que en la parte que tenían dedicada a recoger a los pobres hicieron 6 viviendas, en una de ellas vivía ella y nos ha contado toda la historia de su hogar haciendo hincapié en el patio.

Le he preguntado si podíamos visitarlo a lo que ha aceptado gustosa. Dentro estaban dos de sus hermanas que nos han ofrecido un café y hemos estado un rato de tertulia con ellas.

Una parada del camino curiosa y luminosa: no hemos visto las piedras que teníamos en mente visitar, pero la visita y el encuentro imprevisto con las piedras vivas del pueblo ha sido muy gratificante.

 

 

 

 

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TODO CONCURRE AL BIEN PARA LOS QUE AMAN

PALABRA DE VIDA                               octubre 2021

 


«Sabemos que

en todas las cosas interviene Dios

para bien de los que lo aman»

(Rm 8, 28)

 

La Palabra que nos proponemos vivir en este mes está sacada de la carta del apóstol Pablo a los Romanos. Es un texto largo y lleno de reflexiones y enseñanzas, escrito antes de dirigirse a Roma, para preparar su visita a aquella comunidad, que Pablo aún no conocía en persona.

El capítulo 8 subraya en particular la vida según el Espíritu y la promesa de la vida eterna que espera a los individuos, a los pueblos y a todo el universo.

 

«Sabemos que en todas las cosas interviene Dios para bien de los que lo aman».

 

Cada palabra de esta frase está cargada de significado.

Pablo proclama que, ante todo como cristianos, hemos conocido el amor de Dios y somos conscientes de que toda esperanza humana forma parte del gran designio de salvación de Dios.

Todo contribuye, dice Pablo: los sufrimientos, las persecuciones, los fallos y debilidades personales, pero sobre todo la acción del Espíritu de Dios en el corazón de las personas que lo acogen.

Además, el Espíritu recoge y hace suyos los gemidos de la humanidad y de la creación (cf. Rm 8, 22-27), y esta es la garantía de que el designio de Dios se realizará.

Por nuestra parte, hemos de responder activamente a este amor con nuestro amor, encomendándonos al Padre en cualquier necesidad y dando testimonio de esperanza en el cielo nuevo y la tierra nueva (cf. Ap 21, 1) que Él prepara para quienes confían en Él.

 

«Sabemos que en todas las cosas interviene Dios para bien de los que lo aman».

 

¿Cómo acoger, entonces, esta fuerte propuesta en nuestra vida personal y cotidiana?

Chiara Lubich nos sugiere: «Ante todo, no debemos detenernos nunca en el aspecto puramente externo, material y profano de las cosas, sino creer que cualquier hecho es un mensaje con el que Dios nos expresa su amor. Entonces veremos que la vida, que se nos puede mostrar

como un tejido del cual no vemos más que nudos e hilos confusamente entrelazados, en realidad es distinta: es el dibujo maravilloso que el amor de Dios va tejiendo sobre la base de nuestra fe. En segundo lugar, debemos abandonarnos con confianza y totalmente a este amor en todo momento, tanto en las pequeñas cosas como en las grandes. Es más, si sabemos encomendarnos al amor de Dios en las circunstancias comunes, Él nos dará la fuerza para confiarnos a Él en los momentos más difíciles, como pueden ser una gran prueba, una enfermedad o el mismo momento de la muerte. Entonces, probemos a vivir así, y, por supuesto, no de una manera interesada, es decir, para que Dios nos manifieste sus planes y tengamos de este modo su consuelo, sino solo por amor, y veremos que este abandono confiado es fuente de luz y de paz infinita para nosotros y para muchos otros»[1].

Encomendarnos a Dios en la decisiones difíciles, como la que nos cuenta O. L. de Guatemala: «Trabajaba como cocinera en una residencia de ancianos. Al pasar por el pasillo, oigo a una viejita pedir agua. A riesgo de saltarme las normas, que me prohíben salir de la cocina, le alcanzo un vaso de agua con cariño. Los ojos de la anciana se iluminan. A mitad del vaso, me agarra la mano: “¡Quédate conmigo 10 minutos!”. Le explico que no debería, que me expongo a que me despidan. Pero esa mirada… Me quedo. Me pide que recemos juntas: “Padre nuestro…”. Y al final: “Canta algo, por favor”. Se me ocurre: “No nos llevaremos nada, solo el amor…”. Los demás residentes nos miran. La mujer está feliz y me dice: “Dios te bendiga, mi hijita”; y al poco se apaga. De todos modos me despidieron por haber salido de la cocina. Mi familia, que vive lejos, necesita mi ayuda, pero yo estoy en paz y feliz: respondí a Dios, y esa mujer no dio sola el paso más importante de su vida».

 

LETIZIA MAGRI



[1] C. Lubich, Palabra de vida, agosto de 1984, en Ead., Palabras de Vida/1 (1943-1990), Ciudad Nueva, Madrid 2020, pp. 313-314.