Unos text ayudará Aquí tienes unos textos que nos ayuden a recordar e intensificar la práctica de la Palabra de este mes («Permaneced en mi amor: daréis mucho fruto»):
DEJÉMONOS GUIAR POR LA LUZ DE DIOS
P. MANOLO MORALES, o.s.a, Comentario al Pasapalabra del 31
diciembre 2020
VIVIR CON HUMILDAD (Cf. Flp
2,3)
P. MANOLO MORALES, o.s.a, Comentario al Pasapalabra del 11
enero 2021
VIVIR Y TRABAJAR POR LA UNIDAD DE
LOS CRISTIANOS
Todos los cristianos
también tenemos en común la Palabra, el bautismo y el amor recíproco.
Descubriendo todo lo que nos une y poniéndolo en evidencia, Dios estará
entre nosotros y será Él quien realizará la unidad entre nosotros.
Quedan las tradiciones litúrgicas y las diferencias doctrinales, pero no
impiden una relación más cercana, una ayuda recíproca en la evangelización, un
testimonio de amor mutuo que nos llevará a amar la iglesia del otro como si
fuera la nuestra.
El amor de Cristo nos une, y juntos podemos acoger a toda la humanidad. “Que
todos seamos uno, para que el mundo crea” (cf. Jn 17,21).
APOLONIO CARVALHO DO
NASCIMENTO, Comentario al Pasapalabra del
lunes 18 enero 2021
DEJÉMONOS GUIAR POR LA LUZ DE DIOS
A través de Chiara, también yo descubrí esta luz mucho más bella que todas
las otras cosas bellas de este mundo, es la luz de Dios, que es Belleza, Bondad
y Verdad.
Yo también la seguí. Y si tuviese mil vidas, siempre haría la misma
elección.
En este año 2020, en medio del dolor, las pérdidas y las muchas
restricciones, siempre he descubierto esta inmensa luz que nos hace ver lo
positivo de todo: el aumento de la fe en los corazones, de la solidaridad entre
nosotros, del amor recíproco en las comunidades, en las familias y entre
amigos.
Esta misma luz nos hace mirar el 2021 con el corazón lleno de fe, esperanza
y de mucho más amor.
APOLONIO CARVALHO DO
NASCIMENTO, Comentario al Pasapalabra del
31 diciembre 2020
AMÉMONOS UNOS A OTROS, PORQUE EL AMOR ES DE DIOS
…para que
nuestra decisión de morir completamente a nosotros mismos frente a cada prójimo
adquiera nueva fuerza, quiero ver con vosotros, junto a dos grandes santos que
han terminado con éxito el Santo Viaje [de la vida], S. Agustín y S. Jerónimo,
la importancia de la caridad.
Las suyas son
ideas que han impresionado mi alma y espero que le suceda así también a la
vuestra.
Agustín,
maestro de caridad, aclara: “Si todos
hicieran el signo de la cruz [que es un acto religioso], si respondieran amén y cantasen el aleluya [es
decir, si hicieran liturgias, que son importantísimas, sí, pero se quedaran
solo en eso…]: si todos recibiesen el
bautismo y entrasen en las iglesias, si hicieran construir los muros de las
basílicas... queda el hecho de que sólo la caridad hace que se distingan los
hijos de Dios de los hijos de Satanás.
Los que tienen la caridad han nacido de Dios, los
que no la tienen no han nacido de Dios. Es éste el gran criterio de
discernimiento. Si tú tuvieras todo, pero te faltase esta única cosa, de nada
te serviría lo que tienes; si no tienes las demás cosas; pero posees ésta, tú
has cumplido la ley”.
S. Jerónimo
escribe: “Te pregunto: ¿tú has percibido
el paso de la infancia a la adolescencia, a la juventud, a la madurez, a la
vejez? Cada día se muere un poco, cada día experimentamos transformaciones y,
no obstante, vivimos con la ilusión de ser eternos. Estas mismas cosas que
estoy dictando, que se escriben y después vuelvo a leer y que corrijo, son
momentos de vida, se me restan. Cada punto que el escribano señala en la página
es un punto quitado al arco de mi vida (...). La única ganancia verdadera que queda es nuestra unidad en el amor de
Cristo”.
Queridísimos,
¿habéis oído? La caridad para nosotros cristianos es lo que cuenta, como dice
Agustín; es lo que queda, como dice Jerónimo.
¿Qué tenemos que deducir?
Cuando durante el
día, sintamos que nuestro corazón da importancia a un detalle o a otro, a
quedar bien, a salvar las apariencias, a un afecto, a un apego, a juicios, a
pensamientos, a personas, a nosotros mismos..., habituémonos a descartar, a
eliminar cada cosa, diciendo en nuestro corazón: “Esto no vale, esto otro no cuenta”, para no llenarnos de vanidad.
Cuando, en
cambio, encontremos la ocasión para poner en práctica la caridad, digamos en
nuestro interior: “Esto tiene valor, esto
cuenta, esto dura”. Así viviremos nuestra vocación de cristianos auténticos
CHIARA LUBICH, Conexión CH del 20 diciembre 1984
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