VIDA DE LA PALABRA primeras semanas de OCTUBRE
Alguna de mis
EXPERIENCIAS tratando de
llevar a la práctica diaria la Palabra de Vida de octubre («Conserva el buen depósito mediante el Espíritu Santo que habita en
nosotros», 2 Tm 1, 14) y la de septiembre
(«Confortaos
mutuamente y edificaos los unos a los otros», 1 Ts 5, 11):
1.- Hablo con frecuencia con una
persona que tiene mucha inquietud: nunca recibió una educación religiosa, ni
oyó hablar de ningún tema relacionado. Le resulta todo absolutamente nuevo.
En algunas ocasiones, ha
escuchado otro tipo de explicaciones (pseudocientíficas o de otras religiones)
a los temas fundamentales de la vida y de la trascendencia.
A menudo le repito en voz
alta: “creo, Señor, pero aumenta mi fe”.
Me contesta que no la tiene, (como una mezcla de ganas y de dudas, como una
lejana adolescencia). Me repito en silencio cuando ya no se me ocurren más
argumentos (“auméntanos la fe”), a la
vez que escucho con atención sus disquisiciones para discernir si tienen
algunas “semillas del Verbo”, pequeños puntos de verdad, (relacionados con el
“depósito de la fe”), a partir de los cuales empezar a “construir”. Y siempre
le aseguro que sí tiene fe (la recibió en su reciente bautismo), pero que tiene
que “regar” y poner “al sol de Dios” ese precioso don recibido en ciernes.
2.- En distintos días han venido
a disculparse (traídos por sus respectivas madres) dos de los siete
adolescentes que hará unos 20 días estuvieron en el tejado de la casa
parroquial a las 4:30 a.m. Eso les honra a unos y otras. Y me edificó.
Traté de ayudarles a
comprender que las curiosidades y travesuras, (al final, tan solo querían hacer
unos “selfie” en altura), podrían haber traído muy malas consecuencias y
fácilmente se hubieran podido matar de una caída o electrocutar.
Los animé a que tuvieran
iniciativas, sí, pero que fueran útiles para el bien común, para los
necesitados.
Desde el principio, tenía yo
en mente la PdV para que no perdieran “el depósito recibido”: traté que cada
gesto o palabra sirviera sobre todo para construir y, también, para entablar un
inicio de amistad con mayores y jóvenes. Y creo que sí hemos dado un paso en
este sentido.
3.- Durante los once años y
medio que viví en Las Matas, todas las mañanas tomaba yo el tren hacía Madrid. Ayer,
después de algo más de tres años, me encontraba de nuevo en esa estación.
Habiendo perdido la
práctica, como anécdota al sacar el billete, (aparte que la primera máquina en
que lo intenté durante un buen rato, no funcionaba bien), luego me dejé las
vueltas sin recoger, (me di cuenta cuando ya había pasado el torno). Me dio
fastidio, pero “Tú, Señor, eres mi único Bien”: mi tesoro no es el dinero.
Al ser una hora
distinta de aquel entonces, no pensé encontrar a ningún conocido, así que me
senté a leer mientras esperaba el tren. Al instante se acerca muy sonriente
alguien a quien en aquella época veía cada mañana los primeros años. Pasan años
sin vernos, pero la amistad permanece (también a través de este correo).
A los pocos minutos
me dice: “me gustaría confesarme”.
Así que le propuse que al subir al cercanías, buscáramos un sitio discreto y
así hicimos en un extremo del vagón. Paz y alegría inmensas de distribuir la
misericordia de Dios-Amor. Ratito luego de animada y bonita conversación:
“edificaos los unos a los otros”.
Alguna de vuestras
EXPERIENCIAS tratando de
llevar a la práctica diaria la Palabra de Vida de octubre («Conserva
el buen depósito mediante el Espíritu Santo que habita en nosotros»,
2 Tm 1, 14), la de septiembre («Confortaos mutuamente y edificaos los unos a
los otros», 1 Ts 5, 11) y la de agosto («Porque donde esté vuestro
tesoro, allí estará también vuestro corazón», Lc 12, 34):
1.- “…millones de gracias por seguir mandándome la PdV: me
encanta recibirla y leerla, y además es una forma de saber de ti.
El año pasado empecé a dar catequesis de confirmación y
este año seguiremos con el mismo grupo, justo hoy empieza, y la verdad es que
tu PdV me ayuda mucho en esta tarea... Te pido por favor que reces por mi labor
como catequista porque, la verdad, soy muy inexperta y muy "pequeña"
y me cuesta mucho conseguir la atención y llegar al corazón de 20 niños de 11
años. ¡Muchas gracias por todo!”.
2.- “…me siento llena de
DIOS. ¡Cómo me alegro y me animo con la PALABRA DE VIDA y las reuniones del
YouCat!
Casi todas
las noches intento (la mayoría lo consigo), tener a Dios en mi interior:
gozo con ello. Me da un salto el corazón y lo siento con profundidad.
Todo esto,
me ayuda a ver a Cristo en los demás.
Gracias por
ayudarme como lo haces. Con el Amor del Señor…”.
3.- “…gracias como
siempre por enviarnos la PdV.
En este
mes especial de los misioneros, qué difícil tarea tienen y cuánto valoro su
esfuerzo por los demás. Sobre todo, pienso que si para mí mi misión primera es
mi familia y a veces tengo la sensación de que no lo hago bien del todo, (teniendo
en cuenta que recibo alguna que otra crítica de los míos, y eso es
"durillo"), cuánto más duro darse a los demás entregando su tiempo y
su vida.
Menos
mal que la oración ayuda mucho y pedir disculpas y aceptarlas. Es ahí cuando
siento el Espíritu y me siento más fuerte.
Gracias
porque la PdV me ayuda mucho…”.
4.- “…muchas gracias por la Palabra de Vida, Paco. Me ha
ayudado también mucho tu homilía de hoy: “transmitir la fe por contagio”. Me
alegro mucho de retomar las catequesis con los niños: doy gracias a Dios por
ello…”.
5.- “…hace unos días una definición en el YouCat me
llegó al corazón…: “cada acto de culto es como una cita de amor que Dios
escribe en nuestra agenda”. Pensaba en ella cuando esta mañana rezaba el
rosario.
Reconozco que me ha costado
acostumbrarme a rezarlo. Al principio, la verdad, lo hacía como algo repetitivo
y sin mucha constancia. Tampoco lo rezaba entero: uno, dos misterios.
Un día vino triste mi marido…
Estaba preocupado por la salud de un niño… y me propuso rezar, por él, durante
varios días el rosario entero… Empecé rezándolo por ese niño concreto y luego
añadí otros enfermos conocidos, y rezaba también por todos en general... En
otra ocasión rezaba por los sacerdotes, otro día por los amigos, por las
familias…, los pobres...
Ahora, en verdad, siento que
cuando rezo el rosario acudo a una cita con María para nada repetitiva, para
nada tediosa. Es como tener una charla entre amigas. Como dos madres que se
juntan para hablar de los hijos y es que, cada vez que una cuenta del rosario
pasa por mis manos, pienso en una persona concreta, a veces conocida, a veces
no. Cada vez que llego al “ruega por nosotros” lo concreto, y le digo “te
ruego, te pido por...” hoy tiene un examen, está enfermo, acompáñale en su
destino nuevo, ayúdala a discernir, dala un poco de luz en este momento en que
se encuentra sola....
O bien le agradezco su presencia en
mi vida, o... No generalizo, lo personalizo.
Sí. Para mí el rosario se ha
convertido en una cita muy importante en mi agenda. Una cita con María. ¿Repetitiva?
¿Aburrida? ¡Todo lo contrario!
Tras saludar a Maria, empiezo un
diálogo con ella. Ella me recuerda los momentos cruciales de su Hijo:
dolorosos, luminosos.... y pensando en ellos, yo le hablo de sus otros hijos y…
con lo grande que es la familia de Dios, la de cosas que pasan: ¡imposible
aburrirse! Más bien todo lo contrario, hay días que me cuesta dejar el rosario
repasando con María la vida de su Hijo y la de todos los que se van cruzando en
mi vida.
No hay dos días, dos rosarios,
dos citas con María, iguales...
Gracias a ti por recomendarme
acudir a María y al YouCat que me tiene fascinada…”.
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que, por gracia de
Dios, hayas podido realizar
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