domingo, 16 de septiembre de 2018

LA PALABRA RECIBIDA DÓCILMENTE, NOS SALVA

VIDA DE LA PALABRA         primeras semanas de SEPTIEMBRE



Alguna de mis EXPERIENCIAS tratando de llevar a la práctica diaria la Palabra de Vida de septiembre («Recibid con docilidad la Palabra sembrada en vosotros, que es capaz de salvar vuestras almas»
(St 1, 21) y la de agosto («Con amor eterno te he amado: por eso he reservado gracia para ti», Jr 31, 3):

1.-        El jueves pasado por la mañana yo tenía que estar en 3 sitios distintos: visitas a los enfermos del hospital, reunión de arciprestes en Madrid con el Vicario y dos pruebas médicas que me tenían que hacer. Me tenía que fiar de la PdV y acoger con humildad lo que Él siembra en mí: donde yo no llegara, que Él supliera de algún modo.
            Nada más llegar al hospital para iniciar las visitas… llamada de urgencias: un fallecido por infarto fulminante relativamente joven y con 3 hijos. Rezando por él y consolando a los distintos familiares, se me fue todo el tiempo disponible. Pero por la tarde, el diácono permanente pudo sacar un rato y suplir lo que yo no hice.
            En mis pruebas médicas… me tuvieron casi una hora en la sala de espera, aunque tenía cita con horario concertado. ¡¡Y yo que tendría que estar en otros dos sitios ese mismo rato!!: paciencia; no me iba a servir alterarme. Aproveché para rezar, y mucho, y para pedir por esas cosas que yo debía, pero no iba a poder hacer.
            A la reunión, luego, ya dudaba yo si ir: participaría solo la última media hora de las 3 programadas. Al final me decidí: si valoro la comunión y la fraternidad con todos, ¡y más con los sacerdotes!, podía hacer el esfuerzo, a pesar de que me da mucho estrés simplemente el ir a Madrid, y más si es en coche, ¡y más con la “tartana” de sustitución que el taller me había dejado! Pero mereció la pena creer que con poco se puede construir la fraternidad. Y fue un rato precioso, también luego durante la comida.
A mitad de esta, comenta uno de los arciprestes dirigiéndose a mí: “hoy por circunstancias he tenido que venir en taxi; y al decirle al taxista esta dirección, intuyó que era un lugar de sacerdotes y me preguntó si por casualidad no habría conocido yo a José Varas; al decirle que sí, se emocionó y empezó a contarme y alabar sus bondades”. Como te imaginas, habiendo vivido yo 13 años con José, fue para mí también emocionante y daba gracias a Dios.
Otro de los arciprestes, al rato, me preguntó por Aitor, que está todo este curso haciendo la Escuela Sacerdotal de vida y espiritualidad de comunión en la ciudadela de testimonio internacional de Loppiano (cerca de Florencia) y también fue un momento bonito, por un lado, oír hablar elogiosamente de él y, por otro, tener yo la oportunidad de contarles a todos qué es Loppiano, presentando así esa Mariápolis como el don que es para toda la Iglesia y que para mí también lo fue los 9 meses que pasé allí y todas las veces que he vuelto unos días.


Alguna de vuestras EXPERIENCIAS tratando de llevar a la práctica diaria la Palabra de Vida de septiembre («Recibid con docilidad la Palabra sembrada en vosotros, que es capaz de salvar vuestras almas»
(St 1, 21), la de agosto («Con amor eterno te he amado: por eso he reservado gracia para ti», Jr 31, 3) y la de julio («Mi gracia te basta, que mi fuerza se realiza en la flaqueza», 2 Co 12, 9):

1.-        …un laborable salí de casa para ir a Misa al atardecer y, a los pocos metros, había una mujer tirada en unos escalones. Muchas personas habrían pasado por allí. Me acordé que soy cristiana, (casi la primera vez que lo hago por eso), y me acerqué para interesarme: estaba borracha. Con delicadeza la convencí para que tiráramos las cervezas. Le pregunté si quería agua, y fui a mi casa y le bajé un vaso (de esa botella de agua mineral que me bendijiste). Me miró y viendo que, (por una vez), yo iba un poco arreglada y que ella estaba hecha un desastre, hizo un comentario triste. Entonces le dije plenamente convencida: “no te preocupes; somos todos iguales”. Al oírlo, se puso a llorar de emoción y me pidió un abrazo. Después no había manera de que me soltara… Estuve más de una hora con ella, esperando a que se le pasara…
…unos días después, anochecido salí a caminar hacia un parque… y la volví a encontrar; estaba más serena… pero con varias cervezas en una bolsa, estuvimos hablando un buen rato y la convencí para que no se las bebiera… y ella me recomendó que no fuera sola a ese parque, porque una vez le sucedió algo a ella… Estuvimos hablando y al final no caminé: quién sabe si mi ángel de la guarda se sirvió de ella para protegerme…



2.-        “gracias una vez más por tu puntual PdV. la espero con verdadera ilusión, no cabe duda que es Palabra de vida: da nuevo impulso, sostiene nuestro caminar y nos lanza con fuerza a afrontar la luchas de cada día. Ya veo que el mes agosto lo has tenido un poco complicado, mas no por eso menos importante estando en la voluntad de Dios, ¿verdad?; lo del golpe, ¿no te resientes nada?: ten cuidado y cuídate.
Yo por aquí también he tenido un poco de todo: estos meses de verano nos resultan complicados por el mucho cambio de personal de trabajo por las vacaciones y varias bajas de algún otro; un chico de mantenimiento se me accidentó cayendo de un andamio: lleva 12 días hospitalizado, se ha lesionado la columna y hoy me han llamado que lo llevaban a Madrid para posible operación. Muchas, muchas veces he acudido a la PdV de agosto “con amor eterno te he amado: por eso he reservado gracia para ti”: ¡qué seguridad nos da el Señor al poder confiar plenamente en su Palabra pues de verdad se cumple y casi sin darnos cuenta, es su paz y el ir asumiendo el presente con su gracia…!



Si quieres leer más experiencias similares, 
de gente de todo el mundo,
puedes encontrarlas “pinchando” AQUÍ  o AQUÍ
o también AQUÍ




N.B.: tú también puedes compartir las experiencias
que, por gracia de Dios, hayas podido realizar
poniendo en práctica el Evangelio;
“pincha” aquí abajo en “comentarios” y escríbela;
o, dado que en algunos navegadores eso no funciona,

mándamela por correo-e.


No hay comentarios:

Publicar un comentario