viernes, 16 de marzo de 2018

DEJARNOS GUIAR POR LA SENDA DE DIOS-AMOR


Te ofrezco unos textos que nos ayuden a seguir profundizando y meditando (¡¡y, sobre todo, llevando a la práctica diaria), la Palabra de Vida de marzo («Muéstrame tus caminos, Yahvé, enséñame tus sendas», Sal 25, 4):



DEJARNOS GUIAR POR EL AMOR

      Si sigo a Cristo, ¿dónde me llevará? ¿Dónde terminaré? ¿Qué querrá de mí? ¿Qué hará de mí?  
Quien ama de veras no hace preguntas: sencillamente se deja guiar por el amor.  
Abraham no sabía adónde lo llevaría Dios, no lo supo Moisés, no lo supo Pedro ni Juan ni Santiago ni Andrés… “Ven”. A esta invitación ninguno de ellos le preguntó “¿dónde?”.
Se puede confiar en el ser amado.  
Lo importante no es saber dónde se está yendo, sino con quien se está caminando.  
Al final, el amor te enseñará a superar también el miedo a una dedicación incondicional: el amor es para siempre.”

FABIO CIARDI, Vieni




LOS SENDEROS DEL AMOR LLEVAN A DIOS.

¡Dios es amor! Y solamente por la vía del amor, puedes conocer a Dios. Amor razonable, acompañado por la razón. ¡Pero amor! “Pero, ¿cómo puedo amar lo que no conozco?”; “Ama a los que tienes cerca”. Y ésta es la doctrina de dos Mandamientos: el más importante es amar a Dios, porque Él es amor; pero el segundo es amar al prójimo, pero para llegar al primero tenemos que subir los peldaños del segundo: es decir, a través del amor al prójimo llegamos a conocer Dios, que es amor. Solamente amando razonablemente, pero amando, podemos llegar a este amor.

PAPA FRANCISCO, Homilía diaria Misa en Santa Marta, Radio Vaticana, 8 enero 2015





SER LUZ PARA LOS DEMAS

Aprendemos mucho con la reflexión, con la meditación de la Palabra, pero aprendemos también con el compartir de la vida; es decir, compartiendo las experiencias hechas después de la reflexión.
          El intercambio de las experiencias es una verdadera comunión y ayuda a convertirse en un solo corazón y una sola alma.
          Al poner en común con los otros lo que estoy viviendo, transmito para ellos la luz que recibí, o sea, soy luz para los otros.
          Cuando las experiencias son puestas en común con la debida humildad, edifican e iluminan a todos, además de dar gloria a Dios.
          De hecho, Jesús afirmó eso cuando dijo: “Brille así vuestra luz ante los hombres, para que vean estas buenas obras, y por ello den gloria a vuestro Padre que está en los Cielos” (Mt 6,16).

APOLONIO CARVALHO NASCIMENTO





SABER POSPONER NUESTROS PROGRAMAS PARA AMAR

[...] saber posponerlo todo, despojarse de cualquier pretensión de poder, para asegurar la presencia de Jesús entre vosotros, viviendo como niños por el Reino de Dios. De esta forma, será inevitable que Jesús produzca una pastoral “nueva” y unos sacerdotes “nuevos”: sacerdotes-Cristo por la humanidad, dispuestos a dar la vida por todos. [...]

CHIARA LUBICH, Discurso a la Escuela sacerdotal del Movimiento de los Focolares, Grottaferrata 1966



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