jueves, 15 de marzo de 2018

CAMINAR ACOMPAÑADOS POR JESÚS, MARÍA Y NUESTROS HERMANOS

VIDA DE LA PALABRA               primeras semanas de MARZO



En esta ocasión no me da tiempo a más, pero al menos un brevísima crónica del primer fin de semana de marzo con los Ejercicios de Cuaresma, y siempre de llevar a la práctica diaria la Palabra de Vida de marzo («Muéstrame tus caminos, Yahvé, enséñame tus sendas», Sal 25, 4):

1.-      Entré sola; salí acompañada”. Era el resumen de una de los 49 participantes en el fin de semana de Ejercicios Espirituales. El objetivo, como siempre: unión con Dios y comunión con los hermanos. El tema, esta vez, la “Via Mariae”, “el camino de María”, como itinerario de todo cristiano hacia Dios. “Cuando pasas al Centro Mariápolis, hay algo especial que te envuelve…; estos mismos Ejercicios en otra casa no tendrían el mismo efecto…”, añadía otro participante contándolo a su grupo parroquial. La presencia de Jesús en medio, del Resucitado “donde dos o más están unidos en su Nombre”.
            Unas semanas antes, preparando yo estos Ejercicios e inscribiendo a la gente, me venían muchos problemas a resolver: nunca habíamos estado tantos, quizá tendría que dar los Ejercicios yo solo, tengo previamente que terminar otras tareas, no podré atender personalmente a toda la gente, y un largo etcétera. Yo, mientras, iba viviendo el momento presente en mis múltiples actividades y me quedaban pocos instantes cada día para intentar disponer todo bien. El viernes previo… recordando la PdV… y pensando, una vez más, que el tema es María… me viene como un sentimiento quizá inspirado por Ella: “yo me encargo de todo; ¿no vas a hablar de Mí…?”. Me invadió una gran paz y a partir de ahí sí que logré centrarme bien en vivir por amor cada momento presente, (y dormir bien por las noches); y, además, un día me venía una buena idea, otro día alguien sugería algo que solucionaba alguno de los aspectos, otro día un religioso se ofrece a ir para ayudarme a confesar… y poco a poco todo se pudo ir encajando asombrosa, ¡providencialmente!
1b.-            La víspera de empezar, hubo varias enfermedades importantes de algún familiar directo de algunos de los inscritos, y ocho de ellos tuvieron que darse de baja diciendo a todos que vivían la Voluntad de Dios y ofrecían; algunos incluso durante el fin de semana meditaron textos similares a los que íbamos a tratar para así vivir en unidad con nosotros.
Pocos minutos antes de empezar, a uno de Madrid se le produjo un aneurisma: uvi móvil y operarlo a vida o muerte durante 4 horas y media, (su mujer, naturalmente, se fue con él); resultó un verdadero milagro. Todos viviendo por todos: todos ofreciendo por todos, cada uno desde su sitio en su respectiva voluntad de Dios de su momento presente. Fui a visitarlo el martes al hospital y él decía con serenidad y alegría: “han sido unos verdaderos Ejercicios Espirituales para mí”. Y su hija añadía riendo: “¡para toda la familia!”. Él sonriendo explicaba que quería tomarse ahora plenamente en serio los años que Dios le pueda conceder y vivir del todo para Él cada cosa.



Alguna de vuestras EXPERIENCIAS tratando de llevar a la práctica diaria la Palabra de Vida de marzo («Muéstrame tus caminos, Yahvé, enséñame tus sendas», Sal 25, 4), la de febrero («Al que tenga sed, yo le daré de la fuente del agua de la vida gratuitamente», Ap 21, 6) y la de enero («Tu diestra, Señor, es magnífica en poder», Ex 15, 6):

1.-        me acabo de dar cuenta de una cosa: el viernes cuando estuve en misa me gustó mucho la homilía; pensé decírselo al sacerdote, pero no dije nada y luego me sentí mal: había desperdiciado una oportunidad de hacerle más agradable el día a una persona. Al quedarme yo con el sentimiento y no transmitirlo, era como si me hubiese quedado con un peso: si se lo hubiera dicho, yo ya no tendría esas palabras rondando por mi cabeza y, sin embargo, él si las tendría en su corazón, no como peso, sí como luz. 
Cuando el otro día me presentaste a M. y lo primero que hice fue decirle lo bien que había leído en Misa, me sentí como liberada: como si hubiese resurgido un sentimiento que hacía mucho no sentía. Al transmitirle a ella mis sentimientos, ya no se quedaron en mí y me sentía más ligera. ¡Qué sensación! Sé que dicho así suena absurdo, pero yo sé muy bien por qué lo digo… Me salió del alma transmitírselo y al hacerlo me sentí muy bien conmigo misma. Es como si de sopetón hubiese recuperado una naturalidad que en algún momento de mi vida perdí y me sentía mal por ello. Fue sólo un instante, pero lo suficiente para que estuviera feliz, por lo menos, por un momento

2.-        impresionada por la homilía sobre Manos Unidas del domingo anterior de ver que hay tantas personas que pasan hambre, y no solo la física, sino también la interior, me he propuesto meter en tapper la comida que me sobra diariamente y dejarla no muy lejos de los cubos de basura ya que lamentablemente he visto a dos personas que todas las mañanas buscan dentro de los contenedores. A la vez que la comida, también he dejado alguna ropa que considero que les puede hacer falta. Mi hija me decía… pero me da igual: he visto que alguien se lo lleva y eso me basta.
2b.-      hasta hace dos años había una persona que pedía cada quince días e iba por los chalets, con lo cual era todo mucho más personal y le guardaba la comida para esos quince días y luego le ayudaba con algo de dinero. También llevaba comida a la iglesia… a dos personas que pedían regularmente en la puerta y me pidieron de comer… Con estos actos me sentía fenomenal y luego en navidad hacia compra de algo especial para los tres, (bueno una navidad no estaba yo y mi marido se equivocó y le dio el carro al que venía a casa, con lo cual se puso muy contento; así que tuve que comprar para los otros dos, jajaja).
2c.-      Ahora estoy ayudando a la hija de una amiga con su proyección de carrera, pero también la he detectado algunos miedos que tenemos que mejorar. El otro día quedé con ella para comer y yo misma me decía: “Señor, pero que hago aquí si no sé ni cómo enfocar este tema y tengo una hija que no sé a veces ni gobernar”; pero allí estaba yo. La comida fue estupenda y logré reconducirla en muchas cosas y ella me dio a mí otras muchas.
2d.-      La vida es un intercambio, pero en el aspecto laboral no logro encontrarlo. El ambiente es muy tenso y me siendo mal, la verdad, con tantas salidas de tono. Le pido al Señor que me ilumine en este aspecto ya que me tenso mucho y lo paso mal. Me encanta esa frase de que “hay que morir a nuestro hombre viejo para que nazca el nuevo”. ¡Qué difícil resulta esto!: el papel lo soporta todo, pero dejar nuestra antigua forma y el apego, a veces me pueden...
Me voy a proponer realizar todas las premisas o promesas (no sé cómo llamarlo) que has compartido, (son todas fantásticas), en la medida que pueda…
No sé qué tengo que hacer, pero sé que me falta algo y tengo que encontrarlo: espero que el Señor me vaya llevando a ello. Con relación a los ejercicios espirituales no me siento todavía preparada para ir; es como si sintiese todavía rechazo: estoy dentro y fuera a la vez





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