martes, 31 de octubre de 2017

SENTIMIENTOS DE MISERICORDIA, COMO JESÚS

VIDA DE LA PALABRA                      últimas semanas de OCTUBRE

Alguna de mis EXPERIENCIAS tratando de llevar a la práctica diaria la Palabra de octubre («Tened entre vosotros los mismos sentimientos que Cristo», Flp 2, 5) y la de septiembre («Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz y sígame», Mt 16, 24):
1.-        Medianoche. Portazo tremendo. Pensé: “al párroco se le ha escapado la puerta”, (y él pensaba: “¿qué habrá hecho Paco con la cama?”). A los pocos segundos, golpes espantosos: ¿terremoto.., se hunde la casa parroquial…? Mi madre se despierta sobresaltada: “¿con la lluvia se hunde la casa de los vecinos, que estaban hoy terminando de reparar su tejado…?”.
Pensando que era en nuestro techo, (“¿quizá.. el párroco está abriendo un agujero de emergencia… por la lluvia…?”), salgo en pijama a la terraza… a la vez que también él, en pijama, sale por el otro extremo. Los mazazos no cesan, fortísimos. Miramos el tejado y… no, ¡provienen de abajo, de la planta principal, justo bajo la terraza! Nos miramos y exclamamos a la vez: “¡el despacho parroquial, la caja fuerte, ladrones!”.
Corremos cada uno a nuestra casa a por el móvil: 112. Salimos a la terraza, y en ese momento 3 tipos salen por abajo arrastrando la caja (con suelo y pared a los que estaba anclada). Con el móvil, yo grabo vídeo de las matrículas: un coche recula a toda velocidad y revienta la verja de hierro (estando a punto de matar a uno de sus compañeros de dentro); intentan meter la caja (con alguna baldosa y parte de pared incluidas) en el maletero: inservible, lo han destrozado con el golpe. Acercan otro coche marcha atrás, la cargan y huyen todos. No habría más de 200 € como mucho; el destrozo, sí, será de varios miles (imagino que lo cubrirá el seguro). Seis minutos en total.
            Al instante llega la Guardia Civil y la Policía local, y al ver el coche inservible con luces y en marcha en la puerta de la iglesia, sacan sus pistolas. Desde la terraza me identifico, les informo que ya han huido todos y que en un instante bajamos a abrirles a ellos. Mi madre me suplica desde su cama: “¡no salgas!”. La tranquilizo.
            Les muestro el vídeo que he grabado: rápidamente comunican la matrícula del coche huido. Al instante les informan que son 2 vehículos sustraídos esa mañana.
            Miran los vídeos grabados con las cámaras de seguridad. Iban con capuchas y cuello alto.
Cuando a las 2:30 a.m. se habían ido marchando todos, ¡me viene el recuerdo de un detalle!: nos ponemos el párroco y yo a mirar la grabación de las cámaras de seguridad, no solo del hecho (del cual ya se han llevado copia los guardias y la policía), sino de todo el día; y cuando ya íbamos a desistir por puro cansancio y sueño… ¡ahí están!: sobre las 17:10 entran dos de ellos al despacho parroquial, y luego uno sale a su coche y vuelve a entrar con un inhibidor y otros instrumentales, (grabamos copia para darla a la mañana a la Policía Judicial, que vendrían temprano).
Y me vino a la mente: justo a las 17:15, por la puerta del interior, ¡yo iba a entrar al despacho!: ¡¡me los hubiera topado de frente con las manos en la masa!! Pero oí a los catequistas que estaban en el piso de abajo preparando las aulas y, (la Palabra del mes dice “tened los sentimientos de Cristo…”), preferí bajar a saludarlas y ver si necesitaban algo, antes de entrar yo luego en el despacho.
            Volviendo a la noche del robo. Cuando ya subo a acostarme sobre las 3:30 a.m., mi madre (había yo subido un par de veces para informarla-tranquilizarla) dice: “¡qué lástima los ladrones!; estoy rezando mucho por ellos; siempre huyendo; y tendrán padre y madre… siempre en vilo por sus hijos; y van por el mal camino, que no es el de la salvación eterna; bueno, por supuesto también rezaba por vosotros para que no os pasara nada, ¡eh!”.
1b.-      La noche la pasamos sin verja y sin cerradura de la puerta (que está casi debajo de mi cama)… intranquilos…
Sobre las 6:15 a.m., de nuevo, un golpe (esta vez no fuerte) en esa puerta. Me levanto corriendo a mirar desde mi servicio: entre la llovizna, un hombre con casco cerrado de moto se va alejando. ¡Pero reconozco su andar!: es el responsable del comedor parroquial de Caritas y me acuerdo de pronto que tenía que venir temprano, (¡no pensaba yo que tanto!), a llevarse la furgoneta de la parroquia para ir a buscar alimentos.
¡Menudo susto y disgusto se habrá llevado el pobre!: lo llamo desde mi ventana y le cuento… Pero, (la palabra de vida…: “sentimientos de Cristo…”), aunque estoy agotado, me pongo algo y el alzacuellos (para ser reconocible) y bajo por si la Policía, que iba a rondar de vez en cuando por el barrio (sabiendo que teníamos todo abierto), lo ve a este o a los otros de nuestro equipo de Caritas, no vaya a ser que no distingan bien entre la llovizna y se figurasen que eran los ladrones y pudiera haber un malentendido o percance.
Al rato, ya al despertarse mi madre por la mañana: “todos los momentos que me he desvelado, estoy rezando por los ladrones, estos y otros, para que se arrepientan y vuelvan al buen camino”. Estos son los sentimientos de Cristo Jesús: los de una madre que piensa en todos y, más aún, en sus hijos más desvalidos y desencaminados. Me uní a esa oración, (y también para que los pesquen, cumplan sus deberes para con la justicia y la sociedad, y se rehabiliten).


Alguna de vuestras EXPERIENCIAS tratando de llevar a la práctica diaria la Palabra de julio de octubre («Tened entre vosotros los mismos sentimientos que Cristo», Flp 2, 5), la de septiembre («Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz y sígame», Mt 16, 24) y la de agosto («Bueno es Yahvé para con todos, tierno con todas sus criaturas», Sal 145, 9):
1.-        “gracias, Paco, por tu prontitud para enviarnos a mediados de mes.
Esta noche casi no hemos pegado ojo por lo de los incendios de todo alrededor. Aquí… no hemos tenido fuego, pero hemos sufrido el humo y la ceniza de todo alrededor, sintiéndonos impotentes y rezando como locos para que cesara el viento y llegase la lluvia, refrescante y estabilizadora, para todos estos incendios y calores insoportables que estamos sufriendo

2.-        “leyendo tu correo me viene a la mente las sensaciones que llegan ahora a mi vida de plenitud con lo más pequeño y diminuto. Es como si las pequeñas cosas que tiene la vida se me hubiesen ampliado y ahora las veo más que nunca. Crecer en la fe considero que es eso, ya que a través de la oración noto como me calmo y me lleno de paz.
He contagiado este entusiasmo a alguna persona y con eso me es suficiente.
Cuando me despisto, me exige a mí misma con mucha voluntad que es lo que hay que hacer.
Me he dado cuenta durante este mes lo importante que es dar ese espacio a los demás y en particular a tus seres queridos, que son a los que más exigimos sin darnos cuenta que al final les desgastamos mucho.
Estoy cambiando por dentro e imagino que es el Señor el que me está ayudando y me simplifica mucho las cosas.
Es muy curioso cómo aparecen personas en mi vida para tender puentes y cómo soy capaz de ordenar muchos pensamientos en seres cercanos que están muy perdidos y dando vueltas sin rumbo fijo.
Le pido al Señor que me ayude con mi hija para que encuentre su camino y abandone algunas trivialidades que está viviendo, pero que entiendo que también serán necesarias para saber lo que quiere.
Poner los límites es agotador, pero ahora lo tengo claro y me cuesta mucho menos.
También estoy ayudando a otros jóvenes a creer en ellos mismos y afrontar los avatares de la vida. Lejos de enfadarme y entristecerme, ya que no tengo la vida tan perfecta que siempre he perseguido y doy gracias al cielo por tener todo lo que tengo. Me doy cuenta de lo privilegiada que soy y admito los errores como parte de mi vida (la cuota de alta exigencia siempre pasa factura y te distrae de lo cotidiano)…
…Me ha encantado esa parte de tu correo en la que describías lo que escuchabas con tus sobrinos y cómo a través de tus palabras transmitías tanta paz.
Es muy bonito el ser capaz de despertar los sentidos y estar tan lleno de vida.
Te doy las gracias ya que en cada frase, en lo que reflejas, me haces mucho bien

3.-        “hasta hoy no he encontrado un ratito… Gracias por compartir la palabra de vida: cuando la leo, créeme que me hace mucho bien, me abre a la comunión y me llena de paz el alma, sobre todo cuando ando un tanto dividida con tantas cosas... Este mes ha sido uno de ellos y, sin embargo, todo es gracia y gran oportunidad pues en medio de todo está el Señor.
…Desde septiembre faltaba una persona, con lo cual había que cubrir el hueco; …por otro lado hemos tenido que traspasar todo a otra planta y vaciarla completamente por remodelación...
            Este mes al poner en practica la palabra de vida, “tened entre vosotros los mismos sentimientos de Cristo” se me hacía tan difícil, y todos los días al empezar la Eucaristía mi súplica constante era la de poder vivir con los ojos en Jesús, para que mirando con Él, los sentimientos de Él brotaran en mi interior. Ocasiones no faltan.
3b.-      Se cayó en su casa… y se fracturó cadera y brazo (está sola y con tratamiento de cáncer); te imaginas qué bella oportunidad: buscar personal que la acompañara en el hospital hasta y después de operarla; difícil a veces, varias visitas. Esto lo he vivido con gran paz al estar y poder hacerla sentir con alguien, lo difícil me resultó buscar residencia temporal, en casa yo no podía; sabía lo que implicaba no poder atenderla y no encontrar una puerta que se me abriera. Una y otra vez le pedía a Él que moviera los sentimientos de las personas; en esa total impotencia, brotaba la paz y alegría al poder amar gratuitamente: sentía el mismo amor de Dios a mí. Por la mañana me dicen que no hay nada y, en cambio, en la tarde me respondieron en un sitio que tenían una cama.
3c.-      En otro momento que me parecía haber hecho un gran gesto de amor, ante el rechazo de la otra persona, pronto experimenté la propia debilidad dándole una contestación muy poco adecuada (haciéndole sentir mal). Gracias a la Palabra de vida “rápido y enseguida y con alegría” salí al encuentro: le pedí disculpa y me ofrecí para hacerle un servicio, que ella agradeció y quedó sorprendida.
3d.-      Ante algunas cosas que he propuesto y me han sido rechazadas, al principio el amor propio se ha sentido herido y queriendo hacer de las suyas, pero la palabra de este mes me ha traído gran paz: sentía darme una y otra vez la oportunidad de empezar de nuevo, “muriendo” y tratando así de dar mi vida por el hermano.
Así ando, para arriba y para abajo: ¿qué te parece? Seguimos con gozo en la lucha

4.-        “Antes de que termine el mes de octubre, el de “las Teresas” y uniéndome a la Palabra del mes, siendo consciente de los sentimientos que Jesús tendría en esos momentos, te comento una experiencia:
Pocos días antes de irnos de vacaciones de verano, vi en un escaparate una placa de cerámica con los versos de Sta. Teresa: "Nada de turbe..." que siempre
me han gustado; la compré y guardé empaquetada en mi armario, para un posible regalo.
Al venir de las vacaciones y abrir la puerta de casa, nos encontramos todo, sacado, revuelto y tirado en el suelo: habían entrado a robar. En medio de este desorden, vi que habían abierto el envoltorio de esta placa, pero no se había roto.
Entre tanto susto y disgusto por todo lo que habían tirado en el suelo y lo que se habían llevado, la recogí y leí sus versos muy despacio... me ayudó a poner “de otra manera” las cosas en su lugar, es decir, a dar importancia a lo que realmente la tiene: ¡SÓLO DIOS BASTA! Y sin "turbarme ni espantarme", sentí una gran paz que me permitió ir poco a poco recogiendo y valorando lo que me rodeaba: un techo donde dormir, buenas personas con las que convivir, comida para compartir, trabajo para seguir...y lo más grande: FE para VIVIR. 
…buen comienzo del mes de los Santos y de los difuntos! Que siempre se me hace cuesta arriba, por el cambio de temperaturas y oscuridad, pero sé que luego... ¡TODO SE PASA!

4.-        “siento no haberte dado las gracias antes por cuanto nos dices respecto a la situación sociopolítica que estamos viviendo, que comparto totalmente y que me ha ayudado a vivir la PdV en estos días tan dolorosos para todos.
Sentía fuerte el desconcierto, la impotencia, la incapacidad de pensar con serenidad; iba perdiendo muchas de mis "seguridades", aparecía el miedo a perder bonitas relaciones construidas, etc., etc. Sólo el reconocer y acoger nuevos "rostros" de Jesús Abandonado me han ido dando la fuerza para renovar el compromiso de gastar mi vida para "que todos sean uno...". Esto ha significado rezar mucho por unos y por otros, hacer un esfuerzo por entender los motivos de ciertas opiniones, cortar cadenas de whatsapp ofensivas, evitar comentarios negativos y, en algunos momentos claves, asegurarle directamente a las personas que estamos comprometidas en trabajar por el bien común, (con las que hay discrepancias de opiniones en este momento), que seguimos adelante juntas y esto ha reforzado nuestra relaciones


Si quieres leer más experiencias similares, 
de gente de todo el mundo,
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