VIDA DE LA PALABRA primeras semanas de SEPTIEMBRE
Alguna de mis EXPERIENCIAS tratando
de llevar a la práctica diaria la Palabra de Vida de septiembre («Si alguno quiere venir
en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz y sígame», Mt
16, 24) y la de agosto («Bueno es Yahvé para con todos, tierno con
todas sus criaturas», Sal 145,
9):
1.- Me di cuenta que en su momento no había llamado a una amiga para
manifestarle mis condolencias por el fallecimiento de su marido tras una rápida
enfermedad. Era una buena oportunidad pues hacía mucho que no teníamos
contacto. Pensando tener un rato largo para dedicarle, luego se me hacían las
22:30 y ya no me parecía momento adecuado para llamarla; o me acordaba en medio
de la Misa o en el coche y rezaba…; o en otros momentos no tenía su teléfono a
mano. Y así se me pasaron días… ¡y semanas con el mucho ajetreo!
Hace pocos días, al ver de lejos a su madre, me he vuelto a acordar:
¡qué desastre soy: se me han pasado varios meses y no me he hecho presente de
modo directo! Colorado de vergüenza, llamé esa misma noche pidiéndole, además,
perdón. Suavemente me recriminó: “echaba
en falta tus palabras”. Demasiadas tareas, despiste y…; nada de excusas. Es
mi cruz. Y tratar de darme sinceramente en todo lo que le decía; y luego, (el
mejor modo de reparar), seguir ofreciendo y rezando por él, por ella y por sus
niños, como vengo haciendo todos estos días.
2.- Como te conté, los últimos
10 días de agosto estuve en Loppiano (Florencia), una Mariápolis permanente
donde viven unas 800 personas de todo el mundo teniendo como objetivo hacer
viva la presencia de “Jesús en medio” por el amor recíproco “donde dos o más…”,
vivir el Evangelio en todos los aspectos de la vida comunitariamente, ser como
María que “da a Jesús” a todos los que a ella se acercan. Todo, motivo más que
suficiente para alabar a Dios que es bueno, que es tierno con todas sus
criaturas; y también los campos, la naturaleza, el santuario de María
“Theotokos” (=”madre de Dios”, en griego).
Estuvimos
50 sacerdotes de 27 países, organizados en focolares (hogares, pequeñas
comunidades de 6 ó 7). Yo, con Europa occidental: uno de Francia, de Portugal,
de Bélgica, de Holanda y dos de Malta. Pendiente cada uno de lo que más le
gusta al otro para desayunar, breves en el servicio para que pueda entrar otro,
adelantarse a los demás para fregar los platos… rezar juntos la liturgia de las
horas, decidir qué hacer o dónde ir en el rato de descanso…
La comida de mediodía y las charlas de las
mañanas sí las teníamos los 50 juntos.
Ese amor
recíproco concreto era la base para poder estar bien injertados en esta
ciudadela de testimonio y, a la vez, para que calaran en nosotros con
naturalidad los sencillos-profundísimos temas que se trataban, sobre todo esos
textos de Chiara Lubich referidos a un periodo de especial iluminación. Era
como viajar en el paraíso contemplando. El corazón y la mente se llenaban. Y
eso se iba notando en el rostro de cada uno conforme pasaban las jornadas. De
tal manera, que revisar el año vivido y programarse para el que viene,
resultaba un desafío fascinante desde esa luz. Muchas ideas, muchos propósitos.
Descanso interior y exterior.
Los
últimos días, (y aún continúa aquí ya de regreso), el alma canta, y eso se
refleja en que yo iba tarareandillo continuamente alguna canción llena de
significado de las que allí aprendíamos y en querer transmitir a todos algo
aunque solo sea con la mirada.
Alguna de vuestras EXPERIENCIAS tratando
de llevar a la práctica diaria la Palabra de Vida de septiembre («Si alguno quiere venir
en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz y sígame», Mt
16, 24), la de agosto («Bueno es Yahvé para con todos, tierno con
todas sus criaturas», Sal 145,
9) y la de julio («Venid a mí todos los que estáis fatigados y
sobrecargados, y yo os daré descanso», Mt 11, 28):
1.- “…una vez más, gracias por tus puntuales envíos…, que
siempre son estimulantes para seguir en el "ut omnes" (= “que todos
sean uno”).
Comparto esta experiencia de hace unos días. Desayunando, me sorprendí
hablando mal de algunos guías que dicen auténticas…, (y al llegar aquí sonaron
mis timbres interiores de alambra: ¿“alabar
a Dios por todas sus criaturas”?). Enseguida rectifiqué diciendo que eran
excepciones, que la mayoría lo hacía bien, y los que lo hacían mal posiblemente
se habrían visto obligados, sin poder prepararse. Inicié luego la rutina de
cada mañana; primero regar y cuidar las plantas del patio de luces: ¡alabé a
Dios por sus criaturas las plantas!, mientras lo hacía con cariño y alegría,
para que al contemplarlas otros sintiesen los mismo... Intentaré seguir en este
tono...”
2.- “…metiendo
las bolsas de la compra en el coche, miré la factura: me quedo perplejo del
poco coste, para lo mucho que llevaba. Así que, volví con las bolsas y el
ticket a la cajera. Efectivamente, la máquina no había marcado alguno de los
productos. Se sorprendió y me lo agradeció muchísimo, pues si no, luego se lo
hubieran cargado a ella…
2b.- …al volver de la Mariápolis en
Cáceres, decidí prestar más atención a los vecinos, (más de la mitad son
magrebíes): a veces ni nos decimos “hola o adiós”. En el parking, me paré a
hablar con uno de ellos. Y a los poco minutos me dice: “…tú, mejor que musulmanes; tú cuidar a tu madre; nosotros no así; se lo
digo a mis amigos y familia, tú mejor…”. Parece ser que no han pasado
desapercibidos todos estos años de atención continua a mi madre, de llevarla al
médico o a pasear en su silla...”
3.- [de mi hermana
pequeña, desde Chad] “…llevo días sin escribir por aquí. Por ahora todo muy bien. Aunque es
muy duro todo. Vamos conociendo a gente muy amable y muy buena; por ejemplo
ayer conocimos por el camino a una vecina cuando paseábamos: una chica de 18
años que venía de trabajar en el campo con su bebé colgado a la espalda y sus
herramientas sobre la cabeza. El bebé venía durmiendo y me lo imaginaba todo el
día al sol en el campo y me daba una penilla…, pero aquí son las cosas así y la
chica parecía muy contenta. Vemos a mucha gente muy pobre, pero que se conforma
con lo que tiene…
…hoy hace exactamente 4 meses que estoy aquí y puedo decir que estoy
contenta. Los niños son un regalazo a pesar de que cada día riñen más; pero
sigo con el corazón partido, porque os echo muchísimo de menos a todos. El
Señor me está dando el ciento por uno, pero eso no quita que a veces, de las
rosas, me quede mirando las espinas 😂😂😂 y que no tenga días en los que diga que me voy a volver antes porque
estar aquí es duro, aunque a cada instante sientes la alegría de escuchar las
risas y los cantos de los niños… Os quiero un montón😘😘😘…”
4.- “…veo que tu verano ha sido intenso:
has hecho muchas cosas.
Yo he podido descansar, pero ha
sido un verano de cambio de casa. La
obra se alargó más de lo debido y el sábado, aun sin terminar la casa, me tuve
que cambiar y aquí estoy en mi nueva casa intentando no perder la calma y
viendo dónde coloco las cosas.
Me ha encantado el texto y las
experiencias contadas. Leyendo las mismas, creo que voy a aceptar las
incidencias de la obra de otra forma y no voy a quejarme tanto.
Durante este mes he tenido una
relación muy intensa con Cristo y le he contado muchas cosas. Estuve unos días
en Ruidera y pude ver todo el esplendor del Creador y en cada iglesia que me
paraba le expresaba una sensación. Me llamó la atención la pequeña Ermita del
castillo… y su Virgencita. Es curioso, pero esta vez no entraba pidiendo cosas,
pero notaba Su presencia más que nunca.
Cuando volví a casa, me llamó mi
prima, que había vendido la casa de mi tía que, créeme, era muy difícil de
vender y le di gracias a Dios, ya que después de tanto tiempo era mi mejor
momento.
Lo que sí he notado es cómo me ha
calmado el contarle cosas a Él y todo se va atenuando en esa paz interior.
Dentro de mi cansancio por todo lo
material que me estaba ocurriendo en mi vida, aparecían muchos actos de amor
que ya he sabido identificar. Doy gracias a Dios ya que he tenido a mi hija
conmigo casi todo el verano y hemos crecido mucho juntas y me ha sorprendido la
cantidad de conocidos dispuestos a ayudarme: era todo muy sorprendente y yo
notaba cómo sabía convivir con ese sentimiento.
Voy a ofrecer al Señor mi mejor
cara para la terminación de la obra y el no agotarme tanto con estos aspectos
materiales ya que estoy viva y al final eso es lo que cuenta.
Me estoy preparando ya para la
vuelta al trabajo y ver cómo enfoco con mi hija este segundo curso de
bachiller, ya que no creo que apruebe este año y le pido al Señor que la
ilumine y la toque con su varita mágica.
En fin, que me siento bien, aunque
algo inquieta por el cambio. Me ha hecho mucho bien leerte hoy y te doy las
gracias. Espero verte el domingo en Misa…”
Si quieres leer más experiencias
similares,
de gente de todo el
mundo,
N.B.: tú también
puedes compartir las experiencias
que, por gracia de
Dios, hayas podido realizar
poniendo en práctica
el Evangelio;
“pincha” aquí abajo
en “comentarios” y escríbela;
o, dado que en
algunos navegadores eso no funciona,
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