VIDA DE LA PALABRA últimas semanas de ENERO
Alguna de mis EXPERIENCIAS tratando
de llevar a la práctica diaria la Palabra de enero («Porque el amor de Cristo nos apremia», 2 Co 14)
y de diciembre («Dios viene… y os salvará», Is 35,
4):
1.- Cada 3º viernes de mes,
vamos en pequeños grupitos con los jóvenes de la Parroquia a repartir alimentos,
(y, además, en un termo, caldo caliente, y en otro, café), a los “sin techo” a
Madrid. Los tuve que dejar a mitad para irme al Clínico: José estaba en
urgencias con fuerte neumonía a sus 87 años. Tras hablar un rato con él, en
seguida pedí que llamaran el Capellán y él me dijo que fuera yo mismo quien le
administrara el sacramento de la santa Unción para los enfermos, (por el cual
Dios conforta interiormente y sana y da fuerza para poder llevar bien la
ancianidad y/o la enfermedad). Supe luego por otro amigo allí ingresado que el
Capellán contó en una Misa que se quedó admirado de ese momento, del cariño con
que le hablaba aunque él apenas podía expresarse y de la relación fraterna
entre los dos. ¡Que sea para gloria de Dios!
No en vano, desde el 1 de
septiembre de 2003, (primero en la Parroquia de S. Jorge y desde el 9 de marzo
de 2005 en la casa “Cor Unum” de Las Matas), hemos vivido en comunidad, (con al
menos otros 2 sacerdotes más siempre), hasta finales de septiembre de 2015. Y
luego he estado visitándolo por lo menos semanalmente en una Residencia (de
Torrelodones primero y luego en la sacerdotal de Madrid).
Cada uno de los días de
esta semana ingresado, he estado compaginando mi mucha tarea parroquial y
hospitalaria en Villalba, con ir a pasar unas horas con él al acabar y, (lo que
ha sido más trabajoso todavía y agotador), coordinar por correo-e. y WhatsApp a
familia y gente del movimiento y algunos otros para que siempre estuviera acompañado
por personas que le aseguraran el cariño y la oración y los cuidados en turnos
de 2 ó 3 horas, (¡¡gracias a cada uno de los que habéis estado!!).
Cada noche, antes de
volverme a la Parroquia, yo le recordaba a Jesús Crucificado y Abandonado y le
preguntada si le daba su "sí" como Esposo del alma; y con un
movimiento de cabeza y un gesto, como que decía "¡por supuesto; faltaría
más!". Y le preguntaba yo si lo ofrecía por el "que todos sean
uno" de Jesús, tal como querría Chiara
Lubich, y por la semana de la
unidad de los cristianos que en esos días transcurría, y con un apretón de
párpados me lo aseguraba. El martes por la noche, tras susurrarle de nuevo eso,
yo concluyo preguntándole: “¿vale,
campeón?”. A lo cual él ha soltado un “¡vale!”
que me ha impresionado, pues apenas se le oye. Su típico “¡vale, Paco!” con el
que siempre me hacía unidad, (los primeros años era él el responsable de
nuestra comunidad, los últimos, yo). Ha sido una de las últimas palabras que dijo.
Casi todas las noches,
además, al despedirme, antes de una oración a la Virgen, le daba saludos
mencionando uno a uno a todos los sacerdotes focolarinos que habían escrito
asegurándole unidad; y al nombre de algunos, (y de Obispos y de otras personas
y amigos), esbozaba un intento de sonrisa. Y diciéndole que le queríamos y que
sabíamos todos cuánto nos quería; y cuánto le debemos gracias a esos días
ofrecidos.
El miércoles, (que ya habían
empezado a ponerle algo de morfina), además de repetirle lo anterior, le he
recordado los episodios que tanto renombraba él: con Luminosa (“Lumi, ¿cómo amas tú a Jesús Abandonado?”,
“como se puede, padre, como se puede”),
con su hermano Pedro, etc. Alguna lagrimilla que le brotaba, me indicaba que
quizá sí me oía y entendía.
El viernes 27, al igual que
las otras noches, también el momento de despedirme fue bonito y significativo
y, aunque movió un poco los párpados, no estoy plenamente seguro esta vez si me
escuchaba: le he vuelto a repetir lo de estas noches pasadas, la consagración a Jesús Crucificado y Abandonado, y el vivir por el “que todos sean uno”,
añadiendo que cuando él visitó a su hermano Pedro pocas horas antes de
fallecer, este le dijo: “José, ¿y te vas
a marchar sin hablarme del Cielo?”. Y entonces él volvió a entrar y le
recordó la frase del Apocalipsis: “verán
al Señor cara a cara y llevarán su nombre en la frente; ya no habrá más noches
ni necesitarán luz de lámpara o del sol porque el Señor Dios irradiará luz
sobre ellos y reinarán por los siglos de los siglos”. Recé en
voz alta a la Virgen el “bajo tu amparo”, le di como cada noche la bendición y me despedí “hasta mañana si Dios quiere”. Al poco de llegar yo a Villalba, a la 1:15 (por tanto, ya sábado, día semanal de la Virgen; fiesta de Sto. Tomás de Aquino), me llamó su sobrina diciendo que había fallecido y me volví de nuevo para el Clínico rezando en el coche por su eterno descanso y dando gracias a Dios por su vida.
voz alta a la Virgen el “bajo tu amparo”, le di como cada noche la bendición y me despedí “hasta mañana si Dios quiere”. Al poco de llegar yo a Villalba, a la 1:15 (por tanto, ya sábado, día semanal de la Virgen; fiesta de Sto. Tomás de Aquino), me llamó su sobrina diciendo que había fallecido y me volví de nuevo para el Clínico rezando en el coche por su eterno descanso y dando gracias a Dios por su vida.
Bastantes, después de
recibir la noticia, sentenciaban casi con las mismas palabras: “ahora su sonrisa y su famosa carcajada están
perpetuadas en el cielo”. Incluso el
sacerdote alemán que tantos años fue nuestro responsable a nivel mundial se
atrevía a añadir: ¡…quien sabe si
el Reino de los Cielos ahora, con sus carcajadas, tiene un toque extra que
incluso arrancará una sonrisa a la Virgen…!”.
Alguna de vuestras EXPERIENCIAS tratando
de llevar a la práctica diaria la Palabra de enero («Porque el amor de Cristo nos apremia», 2 Co 14),
de diciembre («Dios viene… y os salvará», Is 35,
4) y la de noviembre («Todo lo puedo
en Aquel que me conforta», Flp
4, 13):
1.-
“…a la
hora del almuerzo escolar yo quería terminar y enviar las calificaciones de los
estudiantes en religión ortodoxa. Otro profesor se sentó a mi lado y quise
compartir una historia contada por una niña en religión preocupándome de él, a
quien he escuchado con gran atención. Fue un momento de hermosa comunión…”
2.-
“…hablé
con un pastor pentecostal que tiene una empresa de ventanas y puertas para
hacer unas vidrieras. Me dijo que él podría hacerme el encargo. Era la semana de oración por la unidad,
y estaba cuidando de ponerla en práctica: no ecumenismo teológico, sino el del
amor, que comparte cosas simples, pero me pareció que era un paso adelante en la
relación…”
3.-
“…una
pequeña experiencia que hago estos días es que nuestro chico con más problemas
(una historia muy dura y un informe psiquiátrico de muchas páginas) ha vuelto
rebelde de las vacaciones y, sobre todo, como retándonos a expulsarle. Por
tanto, es un desgaste tremendo tratar de quitarle esa idea de encima, (que será
en gran parte inconsciente), a base de amor. Veo que ese amor el Señor lo
acompaña de pequeños frutos. Pero a la vez, no sé si será suficiente; estamos
tratando de "enderezar" el rumbo con todas nuestras “armas”, pero os
pido oración.
En particular, que esto no cope todas mis/nuestras energías porque hay
otras decenas de chicos para con quienes la caridad de Cristo también nos
apremia…”
4.-
“estos días he acompañado, algunos ratos, a un religioso de 80 años
que ha sido operado de su cadera izquierda. Los demás religiosos han hecho las otras faenas. Me alegra pensar que colaboro con el Señor y que Él va delante…”
5.-
“…yo, Paco, tengo que decirte
que mi madre falleció este mes, con lo cual el año nuevo lo hemos empezado con
una gran tristeza en el alma, pero con la serenidad y la tranquilidad de que
médicamente se ha hecho todo lo que se podía. Como ella siempre ha creído
profundamente en Dios, creo que ya estará feliz junto a Él y junto a todos
nuestros seres queridos y con el resto de hermanos en Cristo.
Paco, menos mal que ella nos
dio esta esperanza, junto con mi padre, que en su día decidieron por nosotros
bautizarnos y enseñarnos en este caminar hacia Dios; porque sin fe, estas
separaciones serían insufribles.
De esto te das cuenta en
estos momentos tan críticos: lo importante que es la fe. Yo sé que esta separación
es transitoria y que cuando volvamos a encontrarnos si Dios quiere, será para
siempre y ya nada ni nadie podrá separarnos. Sé que para que eso, tengo que
seguir haciendo méritos, pero esta despedida no ha hecho más que fortalecer mi
fe y mi esperanza. Por favor, te pido me ayudes con tus oraciones; gracias por todo…”
6.- “…cuando entran tus correos en un inbox cargado de preguntas de asesoría, se abre una ventana de
sensaciones que me llevan a otra dimensión y me conectan con mi mundo interior
de forma directa.
Conforme los voy leyendo me doy
cuenta de que hay más vidas que la laboral y problemas mucho más importantes
que a veces ni son escuchados. Muchas veces pienso que contigo tengo otra forma
de sentir la Iglesia, mucho más cercana y natural, que es en las cosas del día
a día.
Con relación a cómo he
comenzado el año, decirte que con el propósito de valorar mi día a día y
dejarme fluir sin preocuparme más de lo debido.
Mi actitud es intentar sentirme
bien todos los días y al final del día valorar ese momento positivo para que no
se me escape que ha ocurrido.
Tengo la sensación de que los cambios me llevan día a día a
encontrarme con Cristo, pero en el detalle cotidiano dejando a un lado la
retórica de la palabra.
El otro día me di un buen
susto, como te comenté, con el coche y me di cuenta de que en un descuido
pierdes el control de lo territorial, así que no sé qué sentido tiene
preocuparse tanto por ese control de las cosas. Mi mayor ilusión es mi hija y
verla crecer día a día me llena de felicidad y ya no busco momentos espectaculares ya que todo lo sencillo me llena. Cada vez me voy dando cuenta
que hay que tener recursos para afrontar el día a día y no ir a situaciones
incómodas por simples luchas de poder.
Me apetece ser y hacer feliz y este año por encima de todo me he
propuesto eso: provocar y contagiar sonrisas ya que no solo se contagia la
tristeza, sino también la alegría…”
Si quieres leer más
experiencias similares,
de gente de todo el mundo,
N.B.: tú también
puedes compartir las experiencias
que, por gracia de
Dios, hayas podido realizar
poniendo en práctica
el Evangelio;
“pincha” aquí abajo en
“comentarios” y escríbela;
o, dado que en algunos
navegadores eso no funciona,