lunes, 30 de enero de 2017

JOSÉ, HACIA LA CASA DEL PADRE

VIDA DE LA PALABRA          últimas semanas de ENERO

Alguna de mis EXPERIENCIAS tratando de llevar a la práctica diaria la Palabra de enero («Porque el amor de Cristo nos apremia», 2 Co 14) y de diciembre («Dios viene… y os salvará», Is 35, 4):
1.-        Cada 3º viernes de mes, vamos en pequeños grupitos con los jóvenes de la Parroquia a repartir alimentos, (y, además, en un termo, caldo caliente, y en otro, café), a los “sin techo” a Madrid. Los tuve que dejar a mitad para irme al Clínico: José estaba en urgencias con fuerte neumonía a sus 87 años. Tras hablar un rato con él, en seguida pedí que llamaran el Capellán y él me dijo que fuera yo mismo quien le administrara el sacramento de la santa Unción para los enfermos, (por el cual Dios conforta interiormente y sana y da fuerza para poder llevar bien la ancianidad y/o la enfermedad). Supe luego por otro amigo allí ingresado que el Capellán contó en una Misa que se quedó admirado de ese momento, del cariño con que le hablaba aunque él apenas podía expresarse y de la relación fraterna entre los dos. ¡Que sea para gloria de Dios!
No en vano, desde el 1 de septiembre de 2003, (primero en la Parroquia de S. Jorge y desde el 9 de marzo de 2005 en la casa “Cor Unum” de Las Matas), hemos vivido en comunidad, (con al menos otros 2 sacerdotes más siempre), hasta finales de septiembre de 2015. Y luego he estado visitándolo por lo menos semanalmente en una Residencia (de Torrelodones primero y luego en la sacerdotal de Madrid).
         Cada uno de los días de esta semana ingresado, he estado compaginando mi mucha tarea parroquial y hospitalaria en Villalba, con ir a pasar unas horas con él al acabar y, (lo que ha sido más trabajoso todavía y agotador), coordinar por correo-e. y WhatsApp a familia y gente del movimiento y algunos otros para que siempre estuviera acompañado por personas que le aseguraran el cariño y la oración y los cuidados en turnos de 2 ó 3 horas, (¡¡gracias a cada uno de los que habéis estado!!).
         Cada noche, antes de volverme a la Parroquia, yo le recordaba a Jesús Crucificado y Abandonado y le preguntada si le daba su "sí" como Esposo del alma; y con un movimiento de cabeza y un gesto, como que decía "¡por supuesto; faltaría más!". Y le preguntaba yo si lo ofrecía por el "que todos sean uno" de Jesús, tal como querría Chiara Lubich, y por la semana de la unidad de los cristianos que en esos días transcurría, y con un apretón de párpados me lo aseguraba. El martes por la noche, tras susurrarle de nuevo eso, yo concluyo preguntándole: “¿vale, campeón?”. A lo cual él ha soltado un “¡vale!” que me ha impresionado, pues apenas se le oye. Su típico “¡vale, Paco!” con el que siempre me hacía unidad, (los primeros años era él el responsable de nuestra comunidad, los últimos, yo). Ha sido una de las últimas palabras que dijo.
Casi todas las noches, además, al despedirme, antes de una oración a la Virgen, le daba saludos mencionando uno a uno a todos los sacerdotes focolarinos que habían escrito asegurándole unidad; y al nombre de algunos, (y de Obispos y de otras personas y amigos), esbozaba un intento de sonrisa. Y diciéndole que le queríamos y que sabíamos todos cuánto nos quería; y cuánto le debemos gracias a esos días ofrecidos.
El miércoles, (que ya habían empezado a ponerle algo de morfina), además de repetirle lo anterior, le he recordado los episodios que tanto renombraba él: con Luminosa (“Lumi, ¿cómo amas tú a Jesús Abandonado?”, “como se puede, padre, como se puede”), con su hermano Pedro, etc. Alguna lagrimilla que le brotaba, me indicaba que quizá sí me oía y entendía.
El viernes 27, al igual que las otras noches, también el momento de despedirme fue bonito y significativo y, aunque movió un poco los párpados, no estoy plenamente seguro esta vez si me escuchaba: le he vuelto a repetir lo de estas noches pasadas, la consagración a Jesús Crucificado y Abandonado, y el vivir por el “que todos sean uno”, añadiendo que cuando él visitó a su hermano Pedro pocas horas antes de fallecer, este le dijo: “José, ¿y te vas a marchar sin hablarme del Cielo?”. Y entonces él volvió a entrar y le recordó la frase del Apocalipsis: “verán al Señor cara a cara y llevarán su nombre en la frente; ya no habrá más noches ni necesitarán luz de lámpara o del sol porque el Señor Dios irradiará luz sobre ellos y reinarán por los siglos de los siglos”. Recé en
voz alta a la Virgen el “bajo tu amparo”, le di como cada noche la bendición y me despedí “hasta mañana si Dios quiere”. Al poco de llegar yo a Villalba, a la 1:15 (por tanto, ya sábado, día semanal de la Virgen; fiesta de Sto. Tomás de Aquino), me llamó su sobrina diciendo que había fallecido y me volví de nuevo para el Clínico rezando en el coche por su eterno descanso y dando gracias a Dios por su vida.
Bastantes, después de recibir la noticia, sentenciaban casi con las mismas palabras: “ahora su sonrisa y su famosa carcajada están perpetuadas en el cielo”. Incluso el sacerdote alemán que tantos años fue nuestro responsable a nivel mundial se atrevía a añadir: ¡…quien sabe si el Reino de los Cielos ahora, con sus carcajadas, tiene un toque extra que incluso arrancará una sonrisa a la Virgen…!”.



Alguna de vuestras EXPERIENCIAS tratando de llevar a la práctica diaria la Palabra de enero («Porque el amor de Cristo nos apremia», 2 Co 14), de diciembre («Dios viene… y os salvará», Is 35, 4) y la de noviembre («Todo lo puedo en Aquel que me conforta», Flp 4, 13):
1.-        “…a la hora del almuerzo escolar yo quería terminar y enviar las calificaciones de los estudiantes en religión ortodoxa. Otro profesor se sentó a mi lado y quise compartir una historia contada por una niña en religión preocupándome de él, a quien he escuchado con gran atención. Fue un momento de hermosa comunión…

2.-        “…hablé con un pastor pentecostal que tiene una empresa de ventanas y puertas para hacer unas vidrieras. Me dijo que él podría hacerme el encargo. Era la semana de oración por la unidad, y estaba cuidando de ponerla en práctica: no ecumenismo teológico, sino el del amor, que comparte cosas simples, pero me pareció que era un paso adelante en la relación…

3.-        “…una pequeña experiencia que hago estos días es que nuestro chico con más problemas (una historia muy dura y un informe psiquiátrico de muchas páginas) ha vuelto rebelde de las vacaciones y, sobre todo, como retándonos a expulsarle. Por tanto, es un desgaste tremendo tratar de quitarle esa idea de encima, (que será en gran parte inconsciente), a base de amor. Veo que ese amor el Señor lo acompaña de pequeños frutos. Pero a la vez, no sé si será suficiente; estamos tratando de "enderezar" el rumbo con todas nuestras “armas”, pero os pido oración.
En particular, que esto no cope todas mis/nuestras energías porque hay otras decenas de chicos para con quienes la caridad de Cristo también nos apremia…

4.-        “estos días he acompañado, algunos ratos, a un religioso de 80 años que ha sido operado de su cadera izquierda. Los demás religiosos han hecho las otras faenas. Me alegra pensar que colaboro con el Señor y que Él va delante

5.-        “yo, Paco, tengo que decirte que mi madre falleció este mes, con lo cual el año nuevo lo hemos empezado con una gran tristeza en el alma, pero con la serenidad y la tranquilidad de que médicamente se ha hecho todo lo que se podía. Como ella siempre ha creído profundamente en Dios, creo que ya estará feliz junto a Él y junto a todos nuestros seres queridos y con el resto de hermanos en Cristo.
Paco, menos mal que ella nos dio esta esperanza, junto con mi padre, que en su día decidieron por nosotros bautizarnos y enseñarnos en este caminar hacia Dios; porque sin fe, estas separaciones serían insufribles.
De esto te das cuenta en estos momentos tan críticos: lo importante que es la fe. Yo sé que esta separación es transitoria y que cuando volvamos a encontrarnos si Dios quiere, será para siempre y ya nada ni nadie podrá separarnos. Sé que para que eso, tengo que seguir haciendo méritos, pero esta despedida no ha hecho más que fortalecer mi fe y mi esperanza. Por favor, te pido me ayudes con tus oraciones; gracias por todo

6.-        “cuando entran tus correos en un inbox cargado de preguntas de asesoría, se abre una ventana de sensaciones que me llevan a otra dimensión y me conectan con mi mundo interior de forma directa.
Conforme los voy leyendo me doy cuenta de que hay más vidas que la laboral y problemas mucho más importantes que a veces ni son escuchados. Muchas veces pienso que contigo tengo otra forma de sentir la Iglesia, mucho más cercana y natural, que es en las cosas del día a día.
Con relación a cómo he comenzado el año, decirte que con el propósito de valorar mi día a día y dejarme fluir sin preocuparme más de lo debido.
Mi actitud es intentar sentirme bien todos los días y al final del día valorar ese momento positivo para que no se me escape que ha ocurrido.
Tengo la sensación de que los cambios me llevan día a día a encontrarme con Cristo, pero en el detalle cotidiano dejando a un lado la retórica de la palabra.
El otro día me di un buen susto, como te comenté, con el coche y me di cuenta de que en un descuido pierdes el control de lo territorial, así que no sé qué sentido tiene preocuparse tanto por ese control de las cosas. Mi mayor ilusión es mi hija y verla crecer día a día me llena de felicidad y ya no busco momentos espectaculares ya que todo lo sencillo me llena. Cada vez me voy dando cuenta que hay que tener recursos para afrontar el día a día y no ir a situaciones incómodas por simples luchas de poder.
Me apetece ser y hacer feliz y este año por encima de todo me he propuesto eso: provocar y contagiar sonrisas ya que no solo se contagia la tristeza, sino también la alegría



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