VIDA DE LA PALABRA primeras semanas de NOVIEMBRE
Alguna de mis EXPERIENCIAS tratando
de llevar a la práctica diaria, con la Gracia de Dios, la Palabra de Vida de
noviembre («Esta
viuda, en cambio, ha echado todo cuanto poseía, todo lo que tenía para vivir»,
Mc 12, 44) y la
de octubre («El que quiera
llegar a ser grande entre vosotros sea vuestro servidor, y el que quiera ser el
primero entre vosotros sea esclavo de todos», Mc 10, 43-44):
1.- La semana pasada fui a predicar 3 días de retiro
a religiosas. Los tenía bastante elaborados, pero los 2 días previos tenía
programado dedicar más tiempo aún a su preparación y también a orar más. Pero el
primero de esos días, además de todas las tareas pastorales habituales,
surgieron 4 entierros y al día siguiente una persona requería mucho tiempo. En
lo uno y lo otro traté de darme.
Mis “dos monedillas” eran, pues, en esta ocasión, “monedas” de
tiempo: esos pocos y últimos tiempos que restaban para preparar, dedicarlos en
cambio con plena atención y paz a esas otras cosas que también eran “voluntad
de Dios sobre mí” y fiarme plenamente del Señor para la predicación, (“en su
momento se os sugerirá lo que tenéis que decir”). Al final salió todo bastante
bien y todo el mundo muy contento.
2.- En la parroquia habíamos ofrecido unas sencillas
imágenes de san José durmiente para poner en una ranura que tiene debajo un
papelito con las inquietudes para que, (igual que hace el Papa Francisco), se
ocupara él mientras uno duerme: san José obtenía las respuestas de Dios, -a
través de ángeles-, a su inquietudes precisamente durante el sueño.
A principios de año andaba yo bastante preocupado por lo que me
comentaban desde el Consejo de Economía parroquial: a pesar de haber ajustado
espartanamente todo tipo de gastos y recortes, sospechaban que íbamos de nuevo
a tener gran déficit al cierre de 2023. Tenemos un templo parroquial, (moderno,
y bonito sobre todo por sus grandes vidrieras), pero demasiado grande y, en
cambio, no somos muchos los feligreses.
Yo confiaba plenamente en la providencia y más aún estando nuestra
Parroquia dedicada a san José: igual que él cuidó de la Sagrada Familia,
(aunque no estuvieran boyantes), también a nosotros nos sacaría las “castañas
del fuego” a cada momento. Pero se ve que o en mi rostro o mis palabras no
reflejaba yo plenamente esa confianza.
Entre otros, una buena amiga me lo debió notar a mediados de enero:
“no te preocupes; a mi san José en el cabecero de la cama, le he escrito el
papelito con esta tarea para que él os lo solucione y se lo he puesto debajo”.
Cada 3 ó 4 días me preguntaba con gran fe… ¡y candorosa ingenuidad!: “¿ya se ha
arreglado la economía de la Parroquia?; ¡pues no le voy a quitar la petición a
san José hasta que él lo apañe!!”. Pasaron los meses, pues nuestro ecónomo está
enfermo y el cierre de cuentas se hizo en primavera: resulta que… ¡no habíamos
tenido déficit!
2b.- Pero, además, para este año 2024 han ido
apareciendo estos meses algunas entradas inesperadas que van a ayudar a
mantener el balance también este año incluso poniendo más la calefacción.
Me emocionó al respecto una familia con pocos recursos. A
los padres de catequesis en general les sugerimos una pequeña colaboración
anual voluntaria, (casi simbólica), para los gastos, sobre todo el catecismo de
su hijo que ya de por sí cuesta casi esa cantidad, pero les hablamos también de
la posibilidad de colaborar más con una pequeña domiciliación mensual, la cual,
desgravada de la declaración de la renta del año siguiente, al final de cuentas
les viene a suponer solo aquella pequeña cantidad. Pocos hacen esta
domiciliación. Pues bien, esta familia me preguntó cuándo y cómo entregar su
colaboración; les contesté que era voluntario, que si no podían, no pasaba
nada. Mi sorpresa fue mayúscula cuando lo que me planteaban no era esa pequeña
entrega puntual, sino la domiciliación mensual y con algún euro más de lo que
nosotros proponíamos como mínimo. Me emocioné interiormente pensando en las dos
monedillas de la viuda del Evangelio.
Alguna de vuestras EXPERIENCIAS tratando
de llevar a la práctica diaria la Palabra de Vida de noviembre («Esta viuda, en cambio, ha echado todo cuanto
poseía, todo lo que tenía para vivir», Mc 12, 44), la de
octubre («El que quiera llegar a ser grande entre vosotros sea vuestro servidor,
y el que quiera ser el primero entre vosotros sea esclavo de todos», Mc 10, 43-44) y la de septiembre («Poned por obra la Palabra y no os contentéis solo con oírla, engañándoos
a vosotros mismos», (St 1,
22):
1.- “…hoy he tenido que
rectificar mi intención, en casa se hablaba de enviar ayuda económica a los
necesitados de la Dana, una cosa urgente dada la dimensión de la catástrofe,
pero no había acuerdo en la cantidad a donar: yo me retraía, pues últimamente
estamos teniendo muchos gastos y hay que tratar de ahorrar... De pronto me di
cuenta de que sí tengo que ahorrar, pero también tengo que confiar en la lógica
del Evangelio y Jesús sabe lo que necesita cada uno: yo sencillamente tengo que
pensar en los que sufren necesidad y han perdido todo, dar sin interés, y así
hemos hecho…”.
2.- “…ya en el mes
de Noviembre, ¡cómo pasa el tiempo! Visitando a mis seres queridos en el
cementerio y acordándome de ellos, aunque siempre los tengo presentes, porque
es una manera de amar a estos tan prójimos: es una obra de misericordia “rogar
a Dios por vivos y difuntos”…”.
3.- “…cómo me
reconforta recibir tus correos. ❤️
Ahí voy… Me van a hacer una
infiltración/intervención con sedación para quemarme los nervios a 80 grados.
Es con un equipo que viene de otro país, que en España está en fase
experimental, pero sin agujas y así no corro riesgo de perforación de pulmón… Estoy
asustada, porque soy la primera a la que se lo van a hacer, aunque con mucha
confianza con este Doctor. Por favor reza por mí; no voy a misa porque no puedo
coger catarro, contagio…”.
4.- “…que nos
podamos saludar muchos años, gracias por compartir la palabra conmigo, me hace
mucho bien…”.
5.- “…estoy muy agradecida de
recibir La Palabra de Vida cada vez, y la del mes de noviembre que me ayuda y
me hace muy feliz…”.
Si quieres leer más experiencias
similares,
de gente de
todo el mundo,
puedes
encontrarlas “pinchando” AQUÍ o AQUÍ
o también
AQUÍ o AQUÍ