martes, 14 de febrero de 2023

DIOS ME MIRA CON TERNURA A CADA INSTANTE

VIDA DE LA PALABRA                             primeras semanas de FEBRERO


  

Alguna de mis EXPERIENCIAS tratando de llevar a la práctica diaria, con la Gracia de Dios, la Palabra de Vida de febrero («Tú eres el Dios que me ve», cf. Gn 16, 13) y la de enero («Aprended a hacer el bien, buscad la justicia», Is 1, 17):

1.-        Me han encargado grabar unas charlas cuaresmales para Radio María (que emitirá desde el lunes 27 todos los días a las 10:30 a.m.). Ya me costaba el programa semanal de 4 minutos los jueves, por lo que pensé que quizá me iba a bloquear: no sé hablar sin ver a nadie, encerrado en un estudio. Necesito mirar a los ojos a los que me escuchan e ir adaptando el modo de transmitir el mensaje según como capto que ellos lo van asimilando o no, tratando de “hacerme uno” con ellos. Esa reciprocidad de amor (yo hablar por amor y ellos escuchar por amor), hace posible el “donde dos o más…”, que permite, en definitiva que sea Jesús quien llegue a los corazones, más allá de lo que yo hable o enseñe. Pero fiado en la PdV, ¡Dios sí que me ve y con amor!, y que en Él todo pasado y futuro, es siempre un eterno presente, van saliendo adelante esas charlas cuaresmales ¡e incluso me encuentro a gusto!

 

 

Alguna de vuestras EXPERIENCIAS tratando de llevar a la práctica diaria la Palabra de Vida de febrero («Tú eres el Dios que me ve», cf. Gn 16, 13), la de enero («Aprended a hacer el bien, buscad la justicia», Is 1, 17) y la de diciembre («Confiad en el Señor por siempre jamás, porque en el Señor tenéis una Roca eterna», Is 26, 4):

1.-        “Gracias, Paco!!! Hoy la Palabra de Vida me ayuda en un día complicado. Sé que siempre lo que nos manda Dios es para bien y así lo acepto, y rezo agradecida por todo: lo bueno y lo no tan bueno.

Pero hay momentos en los que resulta complicado adivinar los pensamientos del Señor para cada uno de nosotros y cuando ves a uno de tus hijos sufrir tanto y desde tan pequeño por la maldad de los hombres resulta muy duro…: el niño “acosador” vuelve ya al colegio. Rezo por él, de verdad, para que encuentre su camino y La Paz. Pero su vuelta ha alterado terriblemente a mi hijo: ha estado más de 45 minutos con un ataque de ansiedad tirado en el suelo, sin parar de llorar y sin consuelo. No ha querido tomarse el tranquilizante que me mandó el médico en estas ocasiones. He rezado para que se le pasara, para que todo tenga sentido, y para que aceptemos lo que tenga que pasar.

Mi marido está en el extranjero hasta el sábado y yo no me encuentro bien. Ayer me tuvo que acostar mi hija porque tenía muchos dolores con mi cáncer: no he dormido casi nada, como de costumbre, y estoy cansada. Pero a pesar de eso, cuando ha pasado lo de mi hijo sabía que no estaba sola, que Él me acompañaba. 

No todo es malo, estoy muy contenta del cambio en mi hija: por fin vuelve al rebaño… 

Muchas gracias, Paco!!! En cuanto pueda voy a verte y hablamos… y aunque sea así, a ti también te siento próximo, mi hermano.

 

2.-        “la palabra de vida de enero nos animaba a buscar la justicia divina. Desde hace más de un año, un proveedor de nuestra empresa tiene facturas pendientes. Estas facturas no se le pagan porque tienen un problema bastante importante en los albaranes recepcionados en nuestro sistema y no cuadran las cantidades entregadas con los albaranes con respecto a lo realmente entregado, y por tanto, las facturas tampoco resultan correctas. 

            El problema debería resolverse con el proveedor de una parte, y de nuestra parte deberían colaborar almacén, aprovisionamiento, compras, contabilidad y planificación. Total: demasiada gente involucrada, sin un responsable único que resolviera... Se estaba enquistando desde hace más de un año y todo el mundo miraba para otro lado... Resultado: el proveedor seguía sin poder cobrar unos trabajos que sí había realizado.

Tras meditar la PdV, vi claro que la justicia se escondía tras el rostro del proveedor. Tomé el toro por los cuernos y comencé a desenmarañar el lío con el proveedor: horas y días me ha llevado aclarar todas las entregas, todos los albaranes y casar todas las facturas... pero ¡finalmente, llegamos al fondo de la cuestión!

Escribí un resumen indicando a todos los involucrados las acciones exactas que tenía que hacer cada uno de ellos para poder saldar los pagos debidos al proveedor. Así, un tema atascado durante más de un año, se ha resuelto en una semana de trabajo.

            Lo mejor de todo, no es solo la gratitud del proveedor por el trabajo realizado, sino que el resto de mis compañeros (que también estaban agobiados por la situación) lo han agradecido e incluso alguno de ellos me dijo: "la resolución de este problema me ha hecho muy feliz".

            Aquí hemos encontrado la justicia divina y la satisfacción que provoca en todos los que la descubren. Ciertamente, hay que trabajarla, pero la recompensa obtenida es muy superior al esfuerzo realizado.

 

3.-        “muchas gracias por tu email con la palabra de vida. Gracias a Dios he tenido momento de leerlo justo ahora, en el mismo día que lo envías, porque muchas veces no logro hacerlo muy a mi pesar en ese primer momento, porque estos emails son como oro espiritual y creo que hacen realmente mucho bien.

Como en otras ocasiones me he sentido muy identificada y emocionada con lo que leo: «Tú eres el Dios que me ve» «No es un Dios ausente, lejano, indiferente a lasuerte de la humanidad, como tampoco a la suerte de cada uno de nosotros. Así lo experimentamos muchas veces. […] Él está aquí conmigo, lo sabe todo de mí y comparte cada pensamiento, alegría o deseo mío, lleva conmigo cada preocupación y cada prueba de mi vida».

Mi marido y yo lo decimos ahora muchas veces, cuando compartimos nuestra situación personal con otros, (la enfermedad tan grave de mi marido, con 7 hijos y varios pequeños, y ahora, además, este mes él se queda sin trabajo), mucha gente se asusta y se angustia, pero nosotros nos sentimos felices, porque tenemos la seguridad de que Dios está con nosotros, somos unos privilegiados porque si no estuviéramos viviendo todo esto, no sentiríamos Su presencia tan cercana.

Como dicen las palabras del email que acabas de enviar: Él está con nosotros, lo sabe todo de nosotros, comparte nuestros pensamientos, alegrías y deseos, lleva con nosotros nuestras preocupaciones y cada prueba de nuestras vidas. ¿Y esto no es lo mejor que nos puede pasar en esta vida?.

 

4.-        “estuve en los ejercicios de noviembre pasado en el Centro Mariápolis. Te escribo para decirte que en aquellos días pedí en unidad en el grupo para que se solucionara un problema entre mi hermano y yo.

Hoy es el cumpleaños de mi madre y después de meses, nos hemos vuelto a ver y a juntarnos. Pensaba que iba a ser difícil, pero hemos estado como si no hubiera pasado nada.

Gracias por las oraciones que en su momento pedí y que el grupo se unió para rezar.

 

5.-        “"Tú eres el Dios que me ve": es una frase que reaviva una certeza y nos conforta pues nunca estamos solos; Dios está ahí y nos ama, incluso cuando buscamos huir de alguna situación dura y dolorosa, pero hemos de estar seguros de que Dios nos ama inmensamente y nos ayuda a empezar siempre de nuevo. 

Estas no son palabras: para mí está siendo una realidad que Jesús me empuja a tratar de vivir en cada momento, es como un muelle interior que salta cuando me despisto por un instante y me coloca en lo esencial. El 30 de diciembre me hicieron un tac por unas molestias nuevas que tenía y la consulta me la dieron para el 27 de enero: tenía que vivir con la duda durante este mes de espera y me parecía un mundo... Imposible estar todo ese tiempo en calma y viviendo volcada en los demás y no en mí. Cierto: estaba preocupada, pues esas molestias podían ser una metástasis nueva, etc.

He logrado que este mes transcurriera con gran paz sabiendo que estoy en las manos de Dios y que Él me ama; cierto que han surgido momentos nada fáciles donde la duda se imponía, pero Jesús me ha dado la posibilidad de volver a empezar y así lo he hecho cada vez.

Llegó el momento de la consulta y afortunadamente no hay nada nuevo. He dado gracias a Dios por este regalo y por haberme ayudado a aprovechar el tiempo y poder vivir bien el momento presente.

 

5.-        “Las bienaventuranzas no son palabras de consuelo, sino que tienen el poder de cambiar el corazón, crean una nueva humanidad. Es necesario tener misericordia también con nosotros mismos, reconocernos necesitados de ese amor inmenso que Dios tiene para cada uno de nosotros... Meditando estas palabras me parecían tan nuevas como para descubrir matices desconocidos en el amor de Dios hacia nosotros y que tienen que suscitar la reciprocidad.

En estos días he tenido una pequeña ocasión de poner en práctica esta palabra: hablando con una amiga se expresó con una frase poco oportuna que me hirió, no la sentí fruto del amor recíproco, pero enseguida como un resorte interior saltó la palabra 'misericordia', ¡tengo que ser la primera en perdonar! Así la unidad no se rompe, sino que crece.

 

 

Si quieres leer más experiencias similares, 

de gente de todo el mundo,

puedes encontrarlas “pinchando” AQUÍ o AQUÍ

o también AQUÍ

 

 

 


No hay comentarios:

Publicar un comentario