martes, 31 de enero de 2023

BONDAD Y JUSTICIA

 VIDA DE LA PALABRA                             últimas semanas de ENERO

 

Alguna de mis EXPERIENCIAS tratando de llevar a la práctica diaria, con la Gracia de Dios, la Palabra de Vida de enero («Aprended a hacer el bien, buscad la justicia», Is 1, 17) y la de diciembre («Confiad en el Señor por siempre jamás, porque en el Señor tenéis una Roca eterna», Is 26, 4):

1.-        Desde hace tiempo había que realizar un trabajo de inspección en la parroquia que podría costar casi mil euros. Miramos varias posibilidades y elegimos la que parecía más fiable. Hablando con quien la realizaría, le conté que, (a pesar de que hemos restringido gastos en muchos capítulos), habíamos acabado el año con gran déficit y que llevamos meses “tirando de ahorros” y le sugerí si no había manera de realizarlo más barato, (todo legalmente, por supuesto). Dijo que se podría ajustar con poco más de seiscientos.

Cuando acabó toda su tarea le pregunté, movido por la “justicia” que pide la PdV del mes: “supongo que tienes familia”. “Sí, y varios hijos”. Y añadí: “pero con esto que hoy cobras, ¿quedan honorarios para ti?; no queremos que por ayudarnos a nosotros, se reduzcan demasiado tus entradas para la familia”. Se sorprendió y se conmovió de que pensara en eso. Y me tranquilizó: podía hacerlo con justicia y no se resentía su economía familiar.

 

 

Alguna de vuestras EXPERIENCIAS tratando de llevar a la práctica diaria la Palabra de Vida de de enero («Aprended a hacer el bien, buscad la justicia», Is 1, 17) , la de diciembre («Confiad en el Señor por siempre jamás, porque en el Señor tenéis una Roca eterna», Is 26, 4) y la de noviembre («Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia», Mt 5, 7): 

1.-        “por fin tengo un pequeño rato de respiro para escribirte! Las navidades han sido muy ajetreadas: he tenido a mi suegra en casa casi un mes y la verdad, no lo he llevado muy bien. Es una persona que no cree y, desde que vamos asiduamente a la iglesia, no hace más que criticar e incluso blasfemar. No se lo tengo en cuenta y rezo mucho por ella, aunque sabe Dios lo que me está costando: ¡se lo tengo ofrecido a Jesús!

A esto se añade que mi marido apenas sale de su trabajo (se han ido 3 personas… y todo le toca… a él) y he tenido que atenderle en todo lo que ha necesitado.

En fin, viviendo la voluntad de Dios en todo momento, no hago planes porque el Señor siempre me los cambia. Estoy tranquila porque sé que es para mi bien.

En un rato voy a la estación a recibir de visita unos días a mi mejor amiga y su novio que vienen desde otro país. Estoy muy contenta, llevo sin verla más de 7 años y la echo mucho de menos.

Rezo por la unidad de todos, y a ver si está semana que entra podemos concretar contigo una quedada con el sacerdote ortodoxo.

 

2.-        “aquí seguimos igual, disfrutamos de la familia y de nuestra rutina diaria dando gracias a Dios por estar unidos y con salud. Y le pido fuerza para poder llevar nuestras vidas lo mejor posible. Cada vez que vamos a Misa le doy gracias por dejarme ir con toda mi familia a disfrutar de la Eucaristía y le pido que no los aparte nunca de su lado: en no muchos años mis hijos se irán fuera a estudiar y quiero que sigan junto a Dios, para que les dé fuerza en sus futuras vidas y sean personas serviciales. Muchas gracias por acordarte de mí y enviarte estos correos.


 

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