VIDA DE LA PALABRA primeras semanas de MAYO
Alguna de mis EXPERIENCIAS tratando de llevar a la práctica diaria la Palabra de Vida de mayo («Dios es amor, y quien permanece en el amor permanece en Dios y Dios en él», 1 Jn 4, 16) y la de abril («Yo soy el buen pastor. El buen pastor da la vida por sus ovejas», Jn 10, 11):
1.- El último día de abril, de la PdV del Buen Pastor,
(tratando de descubrir-agradecerle cómo me cuida y, a la vez y por ello,
tratando de prestarle yo mis manos y mi ser para que Él guíe como Pastor a
todos los que me encuentro), fue un poco colofón del mes.
Muchas mañanas muy temprano, me pongo el chándal y la gorra
y salgo a caminar rápido. Aprovecho a la vez para rezar el rosario. Regresando
a la Parroquia, veo que, al igual que estos últimos días, está en el primer
banco rezando muy centrada una señora. Tratando de ser como el Buen Pastor que
conoce a sus ovejas, ya el día anterior me había atrevido, (no quería yo
desconcentrarla), a saludarla brevemente y presentarme. Estaba muy contenta de
estos días rezando ahí y de que la mañana anterior nos hubiéramos presentado;
charlamos un ratito y me dice: “¿sabes?, le estaba pidiendo estos días al Señor
un director espiritual, alguien con quien compartir todas las reflexiones que
me hago y mis oraciones; como la samaritana, yo andaba muy errada, pero desde
hace un tiempo he encontrado al Amor de los amores…”.
1b.- Una vez que me duché, bajé de nuevo al templo y me
puse a confesar como siempre la media hora previa a la Misa. Vino un sacerdote
conocido. Y yo también aproveché para confesarme, que justo el día anterior ya
se cumplían quince días. Experiencias preciosas de sentirme pastoreado y de
pastorear a un hermano: sentir la potencia de la misericordia de Dios Trinidad,
(a través de mí, confesando; y llegando a mí, como penitente), siempre me
conmueve, pues realmente es tocar la fibra más profunda, invisible, de mi
persona y del otro.
1c.- Al acabar la Misa, aunque tenía prisa por llegar a
las visitas normales que hago en el hospital, preferí pararme diez minutos a
enviaros ya la PdV de mayo para que la tuvierais antes del puente. Luego, ya
había arrancado yo el coche para dirigirme al hospital cuando recibo una
llamada: “le estamos llevando el paquete de libros de Ciudad Nueva”. “Lo pueden
dejar a la encargada del despacho parroquial". “No, tiene que firmar usted; llegaremos en
pocos minutos”. “Vale: pues termino de sacar el coche y paro el motor a
esperarles”. Justo en el portón, está una chica a la que por primera vez he
visto en la Misa, así que, al bajarme del coche para esperar, la saludo y me
presento. Estaba ella, (pues quería profundizar en la vida cristiana), llamando
a un sacerdote del que le habían dado el número, ¡pero él ya estaba desde hace
meses en otra parroquia y lógicamente no se iban a encontrar fuera de la
iglesia pues estaban hablando de templos de ciudades distintas! Nos ponemos a
conversar y se decide a seguir viniendo a esta parroquia, a charlar conmigo
largamente dentro de unos días y a apuntarse a la catequesis de adultos con el
YouCat: daba ella las gracias a Dios, ¡y a los libros de “Ciudad Nueva” que en
ese momento me entregan y firmo! Marcho ya hacia el hospital finalmente, pero
con mucho retraso en mi horario previsto: me fio del Buen Pastor que me
reajustará la agenda.
1d.- Me da justito el tiempo (sin prisa, ¡pero sin
pausa!) a visitar a todos los enfermos de las plantas antes de ir yo a consulta
para mí, para que luego, en cambio, me tocó casi una hora de sala de espera
(aproveché para rezar la Hora intermedia y el Oficio de Lecturas). Al acabar de
atenderme la doctora, (yo recordaba de la otra vez, hacía 6 meses, que parecía
bastante religiosa), le regalé un par de estampas que había llevado a propósito
y la hojita impresa de la PdV. Se sorprendió mucho y me lo agradeció varias
veces.
1e.- Después me dio tiempo a visitar a los enfermos de
la planta covid, ¡sin prisa, pero sin pausa!, y llegué luego en el instante
previsto a la sacristía: había quedado ya el día anterior con una persona con
la que me encuentro bastantes días (siempre cruzábamos un saludo): dos días
antes, (le daba mucha vergüenza), pero quería prepararse para su Pascua y
preguntaba si yo la podría confesar. Llegado ya este día, en ese momento
parecía que se echaba atrás, pues siendo de países del este, se veía con
dificultad lingüística para expresarse en temas profundos o delicados en
español. Yo la dejé con libertad, pero la animé a que me dejará probar a
entenderla. Y fue un rato verdaderamente bonito de charla fraterna y de
ofrecerle como buen pastor la misericordia del Padre.
Cuando llego a la casa parroquial, ya bastante tarde para empezar a
prepararme la comida, me escribe: “Mil gracias, Paco, me siento tan bien que no
te puedes imaginar, siento que estoy llena de alegría y fuerza. Y otra cosa más
importante: que directamente he llamado
a mi padre, y me atendió, habla poco pero pude hablar y estoy muy feliz.
GRACIAS, GRACIAS, GRACIAS”.
A cada una de estas cosas bonitas, cuando me nacía alegría en el corazón,
¡pero tentación también de vanagloria!, rápidamente “recogía todo” y se la
ofrecía a la Virgen María, pues es obra suya. Y quizá también estos frutos sean
consecuencia de la oración de los niños de la Parroquia: en la Misa del domingo
anterior (domingo del Buen Pastor) les había dicho que tenían que rezar todos
los días por los sacerdotes de la Parroquia.
Todo en una sola mañana, muy intensa, en la que ¡sentí y viví la Gracia del
Buen Pastor!
Alguna de vuestras
EXPERIENCIAS tratando de
llevar a la práctica diaria la Palabra de Vida de mayo («Dios es amor, y quien permanece en el amor permanece
en Dios y Dios en él», 1 Jn 4, 16), la de abril («Yo soy el buen pastor. El buen pastor da la
vida por sus ovejas», Jn 10,
11) y la de marzo («Muéstrame tus caminos, Señor, enséñame tus sendas», Sal 25, 4):
1.- “…aquí sigo; acabo de leer tu PdV
del mes de Mayo, de este precioso mes que me parece mentira haber llegado a él;
gracias a mi Dios y a mi madre que me acompaña siempre, me encuentro bastante
bien, aunque me desahuciaron los médicos y me dieron como mucho cuatro meses de
vida, ya voy por el sexto dando gracias a Dios por el regalo de un nuevo día
cada día que estoy aquí.
Padre, estoy muy tranquila y en paz; he vivido una bonita
Semana Santa y muy contenta con mi Dios Resucitado sigo adelante.
Mis dolores de cabeza algún día sí son más grandes, pero
con un analgésico voy tirando. Muchas gracias por tus PdV: son muy importantes
para mí y gracias por esa fe tan grande que nos da y que tanta falta nos hace
para seguir adelante…”.
2.- “…gracias por seguir enviándome la
Palabra de Vida y esas experiencias tuyas que leo con mucho cariño y atención
porque me ayudan a aprender a amar... y gracias por las experiencias de los
demás que tanta luz dan…
El otro día en Misa, a la hora de ir a comulgar, una de
los focolares, me dejó pasar delante... Y me dedicó una sonrisa preciosa. Al
final de la Misa pensé en esperarla y decirle que quería volver a reunirme con
ellos. Luego no me esperé...
Y al día siguiente la llamé por teléfono y le dije que…
darme esa sonrisa preciosa, me ayudó… Y me contestó riendo que con la
mascarilla no se ve la sonrisa. Y yo le dije que sí se vio y era una sonrisa
preciosa... Le conté que sigo viviendo la Palabra de Vida y entrando en la
página web de focolares para estar informada. Y me dijo que muy bien.
Ahora no se reúnen presencialmente por el tema del covid, pero me mandará info
de encuentros on-line y le he dicho que me encantaría...: vuelvo a casa... Hace
tiempo tenía muchas ganas de volver... Pero por corte o por orgullo, por si no
me recibían, no decía nada.
"Yo soy el Buen Pastor. El Buen Pastor da su vida
por las ovejas."
2b.- "Dejar que las exigencias de los que tenemos cerca nos
saquen de nuestra comodidad... ". Hoy la necesidad de mi madre, sus
llamadas para que le llevara la medicación y la cena, sus deseos de querer
hablar con mi hermano, con mi hermana, con su sobrina, han sido motivo para
salir de mí y de mi comodidad y brindarme a estar volcada en ella. Con cariño
la he llevado al servicio y nos hemos reído un rato las dos a carcajadas. Qué
bueno es reír juntos...
Incluso en un momento que me ha venido un pensamiento de
desánimo, le he dicho en alto mirándole a los ojos: “mamá, Jesús está en ti y
le sirvo a Él en ti. Te sirvo, mami...”.
Ha sido una tarde tranquila y sin agobio... La verdad es
que son muchos domingos vividos junto a ella... Y qué diferente es vivirlo
desde la grandeza de servir y amar... Así lo hago y así intento vivir para que
esos momentos se llenen de amor concreto y amor que toca el cielo para “invadir”
mi casa de “Jesús en medio”…”.
3.- “…este año ha sido de mucho
ofrecer... En marzo del año pasado… el cardiólogo… me descubrió anemia... (mis
anticuerpos eliminaban a mis propios glóbulos rojos). A base de corticoides se fue
corrigiendo el problema. Hoy todavía sigue ahí, pero con unas dosis mínimas.
Consecuencia también fue la pérdida de fuerza, que me obligó a utilizar
muletas....
…en una revisión, me diagnosticaron
covid...: UCI solo por 5 días para pasar a planta....
Pruebas de esfuerzo, tratamientos
en especialista....
Aparte de todo esto, las
típicas dolencias propias de la edad... artrosis.
La última ha sido de hace unos días:
inicio de Alzheimer. Con unos parches me van controlando mejor y con la ayuda
de una neuropsicóloga hago ejercicios de estimulación cognitiva. Puedo hacer
vida casi normal…
En todo este proceso han estado
todos mis hijos y sus familias, pero sobre todo mi Ángel de la Guarda: mi mujer.
Cada día de todo el proceso acompañándome en cada consulta, en los ingresos...
Ha sido muy bonito como los especialistas, en las
consultas, se quedan "tocados" al ver nuestra actitud de
aceptación...: algunos nos llegaron a decir "¡cómo se miran, cómo se
hablan entre los dos!".
Ahora ya voy mejorando... con
prudencia.
A veces me pregunto...: “¿y ahora
qué? ¿Qué puedo aportar a la Obra de María?... Y "esa voz" me hace
comprender que mi lugar en el "Árbol" está en la raíz....: escondida
en la tierra, sabe que es útil... En el HOY de cada día es el tiempo donde Dios
me despoja de mí, de mi YO, para que Él viva en mí. ¡Por todo, GRACIAS! ¡YO YA
HE DADO MI “SÍ”! ¡María, Madre de la Unidad, ayúdame!
Te pediría un favor como hermano y amigo, Paco: me gustaría de vez en
cuando tener unos minutos de conversación contigo. Si te va bien y "a
tus horas"… Unidos
en el Resucitado”.
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