VIDA DE LA PALABRA primeras semanas de FEBRERO
Alguna de mis EXPERIENCIAS tratando de llevar a la práctica diaria la Palabra de Vida de febrero («Sed misericordiosos como vuestro Padre es misericordioso», Lc 6, 36) y la de enero («Permaneced en mi amor: daréis mucho fruto», cf. Jn 15, 5-9):
1.- El lunes, (es mi día para descansar de la mayoría de
tareas), no hago nada más que tumbarme en el sofá para un poquito de siesta,
(¡por fin!), y apenas empiezo a relajarme me sobresalta el timbre (está justo
encima).
Bajo medio
adormilado. Un desconocido.
En seguida
empieza a contarme una historia…: varias veces me viene la tentación de decirle
que “abrevie y vaya al grano”, (que será pedir dinero), pero me acuerdo de la
PdV y con esa misericordia sigo escuchando. No para y sigue añadiendo detalles.
Lo mejor que le puedo dar es mirarlo y tratarlo como persona, escuchando a
fondo, aunque se atasca.
Al final,
efectivamente, pide dinero (no mucho) que le falta para completar el billete y
le urge. Parece sincero, (PdV: “¡no debo juzgar!”), aunque a pesar de las
mascarillas me da olor a alcohol (PdV: “¡¡no puedo juzgar!!”). Al final, pienso
que no es imprudencia darle el dinero, (no podría esperar al día siguiente a
Caritas), y, además, (los del comedor hacía unos minutos que ya habían
terminado y se habían ido cerrando todo), le busco algunas cosas de comer y un
buen trozo del chorizo ibérico que me habían regalado.
Alguna de vuestras
EXPERIENCIAS tratando de
llevar a la práctica diaria la Palabra de Vida de febrero («Sed misericordiosos como vuestro Padre es misericordioso»,
Lc 6, 36), la de enero («Permaneced en mi amor: daréis
mucho fruto», cf. Jn 15, 5-9) y la de diciembre («El Señor es mi luz y mi salvación, ¿a quién he de
temer?», Sal 27, 1):
1.- “…la PdV
de este mes me parece especialmente importante: debe ser la base en la vida de
cualquier persona, y especialmente de los cristianos.
En el día a día es fácil meter la pata
y más con quien tienes más cerca, que es además lo que más quieres, la familia.
Y estos errores suelen ser recíprocos. Yo siempre pido perdón: es
importante intentar "ser primero en amar", y es más, aunque
reciba yo la mala contestación, procuro no tenerla en cuenta. Es fundamental en
la convivencia. Hay que perdonar y reconciliarse siempre, además, es lo que
todos buscamos cuando pecamos: a través del arrepentimiento sincero en la confesión,
Dios nos perdone…”.
2.- “…nos acabamos de mudar a
la casa nueva: mucha paliza, pero con mucha ilusión, y estamos teniendo un
montón de ocasiones para ofrecer. Por cierto, me ha encantado esta parte del
comentario de la PdV (que todos deberíamos poner en práctica): Aunque parezca difícil y atrevido, preguntémonos delante de cada prójimo: ¿cómo se
comportaría su madre con él? Es
un pensamiento que nos ayudará a entender y a vivir
según el corazón de Dios»…”.
3.- experiencia de la nueva Presidenta a nivel mundial del movimiento de los Focolares:
“…En junio de 1967, hace cincuenta años, los
israelitas ocuparon los territorios palestinos. Desde ese día ha sido una continua
cadena de choques violentos y de muerte. Muchos, a pesar de todo, siguen
construyendo un futuro de paz. Entre ellos Margaret Karram,
que fue miembro de la Comisión episcopal para el diálogo interreligioso en la
Asamblea de Obispos Católicos de Tierra Santa y colaboradora con la dirección
del Interreligious Coordinating
Council en Israel (ICCI). Desde el 2014 trabaja en el Centro
internacional del Movimiento de los
Focolares (Italia).
Margaret K.: «Nací en Haifa, una ciudad
de Galilea; mi tierra desde siempre ha sido una tierra de conflictos, de
guerras, bajo la dominación de pueblos diferentes. Nuestra casa se encontraba
en el Monte Carmelo, en el barrio judío. Éramos la única familia árabe
cristiana, de origen palestino. Recuerdo que siendo pequeña, tenía seis años,
unos niños empezaron a ofenderme pesadamente diciéndome que era árabe y no
podía estar en ese barrio. Corrí llorando donde mi mamá, preguntándole el
porqué de esa situación. Como única respuesta, mi madre me pidió que invitara a
esos niños a casa. Había preparado pan árabe y se los dio pidiéndoles que lo
llevaran a sus familias. De ese pequeño gesto nacieron los primeros contactos
con los vecinos judíos que quisieron conocer a la mujer que había tenido ese
gesto. Este hecho me enseñó que un pequeño acto de amor hacia el prójimo hace
superar montañas de odio».
3b.- La historia de Margaret prosigue con el relato de recuerdos y
acontecimientos que dan testimonio de cuántas dificultades ha tenido que
afrontar. Árabe, cristiana-católica, Margaret es ciudadana israelí. Muchos de
sus familiares, como tantos cristianos, tuvieron que escapar al Líbano durante
los años de la guerra. Por lo que no pudo conocer a gran parte de su familia,
porque su papá quiso quedarse con los abuelos. En ella fue creciendo el deseo
de construir puentes de fraternidad.
«Desde
pequeña soñaba la paz. A menudo iba a los barrios árabes de
Jerusalén, a Belén o a otros territorios palestinos. Si hablaba árabe –que es
mi primera lengua– las personas reconocían en mi acento que provenía de Galilea,
que se encuentra en territorio israelí. Viceversa, si hablaba en hebreo, me
hacían notar que mi acento era distinto al de ellos. Esto me creó un sentido de
pérdida de mi identidad: no era ni palestina ni israelí… Cuando tenía 15 años
encontré el Movimiento de los Focolares y la espiritualidad de Chiara Lubich que me dio alas para
volar. Sentí que no tenía que cambiar a las personas, sino cambiar yo, mi
corazón. Volví a creer que el otro es un don para mí y que puedo ser un don
para el otro.
Viviendo en Jerusalén a menudo tenía la tentación de desanimarme,
especialmente durante la Intifada. Vivimos momentos muy duros en la
ciudad: a menudo había atentados en lugares públicos, también en los
autobuses que yo usaba todos los días para ir al trabajo. Tenía miedo. Fui
adelante gracias al sostén de la comunidad con la que compartía la
espiritualidad del Focolar. Finalmente encontré mi verdadera identidad: la de
ser cristiana, católica, testigo de la esperanza. Fue una etapa importante en
mi vida, que me liberó del temor y de la incertidumbre. Podía amar a todos,
árabes e israelitas, respetando su historia y hacer todo lo posible para crear
espacios de diálogo, para construir puentes, confianza, asistiendo a pequeños
milagros, viendo a judíos y musulmanes cambiar de actitud y tratar de trabajar
juntos por la paz».
Existen muchas iniciativas. Muchas organizaciones trabajan por la
paz a través del arte, de la educación, de la acción social. Muchas personas
como Margaret tratan de encender pequeñas luces, que pueden iluminar la
oscuridad y hacer entrever espirales del cielo.
3c.- En junio del 2014 fue invitada a formar parte
de la delegación cristiana en la oración de “invocación de la paz”, junto al
Papa Francisco, al Patriarca Bartolomé I, Shimón Péres, entonces Presidente de Israel
y a Abu Mazen, Presidente palestino.
«Poco después de este encuentro
estalló la guerra en la Franja de Gaza. Parecía que había sido vano el intento del Papa de reunir a los
dos Jefes de Estado para trabajar por la paz entre los dos pueblos. Pero fue un
momento histórico, una etapa importante. Percibí la potencia de la oración y
entendí que el corazón de los hombres sólo Dios lo puede cambiar. Tenemos que
seguir invocando la paz a Dios. Como los olivos que sembramos ese día, espero
que la paz eche raíces y se puedan ver los frutos»…”.
4.- “…Hoy mi día ha transcurrido en el amor,
al menos en momentos presentes vividos conscientemente en lo que tocaba hacer:
en su voluntad...
Y después ha habido momentos
donde me molestaban las quejas de mi hermana... Pero he buscado un rato a
solas con Jesús. Allí, frente al sagrario... Y al leer la Palabra de Vida que
nos dice: "Permaneced en mi
amor"... ¿Cómo? Y seguía leyendo: “
... Estrechando
nuestra relación personal con Jesús.
... Encomendándole
nuestra vida.
... Y creyendo en
su Misericordia.
Y después al leer
esas bonitas palabras de Chiara las he hecho mías para permanecer en el amor
del Señor...
Y puedo decir que el día ha
transcurrido en el Amor.
Y, ¡sí! con el corazón lleno de Jesús abandonado cuando:
-He callado ante
las quejas de mi otra hermana.
-He ayudado a mi
madre levantándome enseguida cuando me llamaba.
-He acudido a
sentarme delante de Jesús para estar cerca como María en Betania se sentaba a
escuchar su Palabra.
-He optado por
seguir...
-He tenido hoy el
detalle de "colocar" una manta en la cama de mi hermana, en lugar de
dejarla doblada sobre la cama.
¡Es bonito permanecer en su Amor!
Es
bonito dejar que el día transcurra en el amor.
Es bonito tener el corazón lleno de Jesús abandonado: de las quejas de mi hermana ante esta
situación social, de las quejas de mi otra hermana, de los requerimientos de mi
madre, de lo que no me agrada de personas de mi parroquia, de lo que tengo que
cambiar en mi corazón...
Y en todo ello, está Jesús aguardando
el amor...
Y surge en el fondo de lo alma
un deseo grande de amar a cada persona y a cada situación diciendo: "Por Ti,
Jesús"…”.
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