domingo, 14 de febrero de 2021

MISERICORDIA A TODO CAMPO

 VIDA DE LA PALABRA                        primeras semanas de FEBRERO


Alguna de mis EXPERIENCIAS tratando de llevar a la práctica diaria la Palabra de Vida de febrero («Sed misericordiosos como vuestro Padre es misericordioso», Lc 6, 36) y la de enero («Permaneced en mi amor: daréis mucho fruto», cf. Jn 15, 5-9):

1.-        El lunes, (es mi día para descansar de la mayoría de tareas), no hago nada más que tumbarme en el sofá para un poquito de siesta, (¡por fin!), y apenas empiezo a relajarme me sobresalta el timbre (está justo encima).

Bajo medio adormilado. Un desconocido.

En seguida empieza a contarme una historia…: varias veces me viene la tentación de decirle que “abrevie y vaya al grano”, (que será pedir dinero), pero me acuerdo de la PdV y con esa misericordia sigo escuchando. No para y sigue añadiendo detalles. Lo mejor que le puedo dar es mirarlo y tratarlo como persona, escuchando a fondo, aunque se atasca.

Al final, efectivamente, pide dinero (no mucho) que le falta para completar el billete y le urge. Parece sincero, (PdV: “¡no debo juzgar!”), aunque a pesar de las mascarillas me da olor a alcohol (PdV: “¡¡no puedo juzgar!!”). Al final, pienso que no es imprudencia darle el dinero, (no podría esperar al día siguiente a Caritas), y, además, (los del comedor hacía unos minutos que ya habían terminado y se habían ido cerrando todo), le busco algunas cosas de comer y un buen trozo del chorizo ibérico que me habían regalado.

 

 

Alguna de vuestras EXPERIENCIAS tratando de llevar a la práctica diaria la Palabra de Vida de febrero («Sed misericordiosos como vuestro Padre es misericordioso», Lc 6, 36), la de enero («Permaneced en mi amor: daréis mucho fruto», cf. Jn 15, 5-9) y la de diciembre («El Señor es mi luz y mi salvación, ¿a quién he de temer?», Sal 27, 1):

 

1.-        “la PdV de este mes me parece especialmente importante: debe ser la base en la vida de cualquier persona, y especialmente de los cristianos. 

En el día a día es fácil meter la pata y más con quien tienes más cerca, que es además lo que más quieres, la familia. Y estos errores suelen ser recíprocos. Yo siempre pido perdón: es importante intentar "ser primero en amar", y es más,  aunque reciba yo la mala contestación, procuro no tenerla en cuenta. Es fundamental en la convivencia. Hay que perdonar y reconciliarse siempre, además, es lo que todos buscamos cuando pecamos: a través del arrepentimiento sincero en la confesión, Dios nos perdone.

 

2.-        “nos acabamos de mudar a la casa nueva: mucha paliza, pero con mucha ilusión, y estamos teniendo un montón de ocasiones para ofrecer. Por cierto, me ha encantado esta parte del comentario de la PdV (que todos deberíamos poner en práctica): Aunque parezca difícil y atrevido, preguntémonos delante de cada prójimo: ¿cómo se comportaría su madre con él? Es un pensamiento que nos ayudará a entender y a vivir según el corazón de Dios».  

 

3.-  experiencia de la nueva Presidenta a nivel mundial del movimiento de los Focolares:

     En junio de 1967, hace cincuenta años, los israelitas ocuparon los territorios palestinos. Desde ese día ha sido una continua cadena de choques violentos y de muerte. Muchos, a pesar de todo, siguen construyendo un futuro de paz. Entre ellos Margaret Karram, que fue miembro de la Comisión episcopal para el diálogo interreligioso en la Asamblea de Obispos Católicos de Tierra Santa y colaboradora con la dirección del Interreligious Coordinating Council en Israel (ICCI). Desde el 2014 trabaja en el Centro internacional del Movimiento de los Focolares (Italia).

Margaret K.: «Nací en Haifa, una ciudad de Galilea; mi tierra desde siempre ha sido una tierra de conflictos, de guerras, bajo la dominación de pueblos diferentes. Nuestra casa se encontraba en el Monte Carmelo, en el barrio judío. Éramos la única familia árabe cristiana, de origen palestino. Recuerdo que siendo pequeña, tenía seis años, unos niños empezaron a ofenderme pesadamente diciéndome que era árabe y no podía estar en ese barrio. Corrí llorando donde mi mamá, preguntándole el porqué de esa situación. Como única respuesta, mi madre me pidió que invitara a esos niños a casa. Había preparado pan árabe y se los dio pidiéndoles que lo llevaran a sus familias. De ese pequeño gesto nacieron los primeros contactos con los vecinos judíos que quisieron conocer a la mujer que había tenido ese gesto. Este hecho me enseñó que un pequeño acto de amor hacia el prójimo hace superar montañas de odio».

 

3b.-  La historia de Margaret prosigue con el relato de recuerdos y acontecimientos que dan testimonio de cuántas dificultades ha tenido que afrontar. Árabe, cristiana-católica, Margaret es ciudadana israelí. Muchos de sus familiares, como tantos cristianos, tuvieron que escapar al Líbano durante los años de la guerra. Por lo que no pudo conocer a gran parte de su familia, porque su papá quiso quedarse con los abuelos. En ella fue creciendo el deseo de construir puentes de fraternidad.

«Desde pequeña soñaba la paz. A menudo iba a los barrios árabes de Jerusalén, a Belén o a otros territorios palestinos. Si hablaba árabe –que es mi primera lengua– las personas reconocían en mi acento que provenía de Galilea, que se encuentra en territorio israelí. Viceversa, si hablaba en hebreo, me hacían notar que mi acento era distinto al de ellos. Esto me creó un sentido de pérdida de mi identidad: no era ni palestina ni israelí… Cuando tenía 15 años encontré el Movimiento de los Focolares y la espiritualidad de Chiara Lubich que me dio alas para volar. Sentí que no tenía que cambiar a las personas, sino cambiar yo, mi corazón. Volví a creer que el otro es un don para mí y que puedo ser un don para el otro.

Viviendo en Jerusalén a menudo tenía la tentación de desanimarme, especialmente durante la Intifada. Vivimos momentos muy duros en la ciudad: a menudo había atentados en lugares públicos, también en los autobuses que yo usaba todos los días para ir al trabajo. Tenía miedo. Fui adelante gracias al sostén de la comunidad con la que compartía la espiritualidad del Focolar. Finalmente encontré mi verdadera identidad: la de ser cristiana, católica, testigo de la esperanza. Fue una etapa importante en mi vida, que me liberó del temor y de la incertidumbre. Podía amar a todos, árabes e israelitas, respetando su historia y hacer todo lo posible para crear espacios de diálogo, para construir puentes, confianza, asistiendo a pequeños milagros, viendo a judíos y musulmanes cambiar de actitud y tratar de trabajar juntos por la paz».

Existen muchas iniciativas. Muchas organizaciones trabajan por la paz a través del arte, de la educación, de la acción social. Muchas personas como Margaret tratan de encender pequeñas luces, que pueden iluminar la oscuridad y hacer entrever espirales del cielo.

3c.-  En junio del 2014 fue invitada a formar parte de la delegación cristiana en la oración de “invocación de la paz”, junto al Papa Francisco, al Patriarca Bartolomé I, Shimón Péres, entonces Presidente de Israel y a Abu Mazen, Presidente palestino.

«Poco después de este encuentro estalló la guerra en la Franja de Gaza. Parecía que había sido vano el intento del Papa de reunir a los dos Jefes de Estado para trabajar por la paz entre los dos pueblos. Pero fue un momento histórico, una etapa importante. Percibí la potencia de la oración y entendí que el corazón de los hombres sólo Dios lo puede cambiar. Tenemos que seguir invocando la paz a Dios. Como los olivos que sembramos ese día, espero que la paz eche raíces y se puedan ver los frutos».

 

4.-        “Hoy mi día ha transcurrido en el amor, al menos en momentos presentes vividos conscientemente en lo que tocaba hacer: en su voluntad... 

            Y después ha habido momentos donde  me molestaban las quejas de mi hermana... Pero he buscado un rato a solas con Jesús. Allí, frente al sagrario... Y al leer la Palabra de Vida que nos dice: "Permaneced en mi amor"... ¿Cómo? Y seguía leyendo: “

... Estrechando nuestra  relación personal con Jesús. 

... Encomendándole nuestra vida. 

... Y creyendo en su Misericordia. 

Y después al leer esas bonitas palabras de Chiara las he hecho mías para permanecer en el amor del Señor... 

            Y puedo decir que el día ha transcurrido en el Amor.

Y, ¡sí! con el corazón lleno de Jesús abandonado cuando:

-He callado ante las quejas de mi otra hermana. 

-He ayudado a mi madre levantándome enseguida cuando me llamaba. 

-He acudido a sentarme delante de Jesús para estar cerca como María en Betania se sentaba a escuchar su Palabra. 

-He optado por seguir... 

-He tenido hoy el detalle de "colocar" una manta en la cama de mi hermana, en lugar de dejarla doblada sobre la cama. 

¡Es bonito permanecer en su Amor! 

            Es bonito dejar que el día transcurra en el amor. 

Es bonito tener el corazón lleno de Jesús abandonado: de las quejas de mi hermana ante esta situación social, de las quejas de mi otra hermana, de los requerimientos de mi madre, de lo que no me agrada de personas de mi parroquia, de lo que tengo que cambiar en mi corazón... 

            Y en todo ello, está Jesús aguardando el amor...

             Y surge en el fondo de lo alma un deseo grande de amar a cada persona y a cada situación diciendo: "Por Ti, Jesús".

 

 

 

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