lunes, 16 de noviembre de 2020

OFRECER EL CONSUELO DE DIOS

Se acerca el final del año litúrgico, que culmina con el domingo de Jesucristo Rey del universo, antes de empezar un nuevo ciclo una semana después con el Adviento el día 29, (el 28, con las primeras vísperas).

            Nos ayudará a dar un empuje a todo ello renovarnos en la intensidad de vivir la Palabra del mes, («Bienaventurados los que lloran, porque ellos serán consolados»), a lo cual nos puede ayudar lo siguiente: 


 

SED PIEDRAS VIVAS DE UN TEMPLO VIVO

 

Os lo suplico: mantened a Jesús entre vosotros estan­do siempre todos unidos en su Nombre para no hacer nada más que su voluntad y así corresponder al Amor con el amor. Permaneced en su amor -amándoos unos a otros co­mo Él os ha amado a cada uno de vosotros- y en­tonces su Ideal y el nuestro triunfará y todo… será… un templo vivo del Espíritu Santo, del que seréis piedras vivas

CHIARA LUBICH, Carta a la comunidad de Cerdeña en 1949

 

 

 

HACER FRUCTIFICAR NUESTROS TALENTOS POR DIOS

Todos nuestros talentos son regalos que recibimos gratuitamente de Dios. Yo diría que son pequeñas expresiones de la creatividad de Dios mismo, que distribuye entre todos, para que su acción se extienda eficazmente en el tiempo.

Nuestra función es que los talentos recibidos rindan, para nuestro bien, para el bien de todos y para dar gloria a Dios.

Cuanto más hacemos rendir nuestros talentos, más los recibimos. Si no los desarrollamos y los dejamos estancarse, se nos quitarán para dárselos a quien los haga fructificar.

De hecho, Jesús habla sobre esto dos veces en el Evangelio…: “Porque a quien tiene, se le dará más todavía y tendrá en abundancia, pero al que no tiene, se le quitará aun lo que tiene”.

Por lo tanto, hagamos dar fruto nuestros talentos por Dios, así se multiplicarán: cuanto más amor damos, más se llena nuestro corazón de amor.

APOLONIO CARVALHO NASCIMENTO, Comentario al pasapalabra del 15 de noviembre de 2020

 

 

 

NO SIRVE PARA VIVIR EL QUE NO VIVE PARA SERVIR

…Todo inicia con un gran bien…: también para nosotros todo empezó con la gracia de Dios —todo, inicia siempre con la gracia, no con nuestras fuerzas— con la gracia de Dios, que es Padre y ha puesto tanto bien en nuestras manos, confiando a cada uno talentos diferentes. Somos portadores de una gran riqueza, que no depende de cuánto poseamos, sino de lo que somos: de la vida que hemos recibido, del bien que hay en nosotros, de la belleza irreemplazable que Dios nos ha dado, porque somos hechos a su imagen, cada uno de nosotros es precioso a sus ojos, cada uno de nosotros es único e insustituible en la historia. Así nos mira Dios, así nos trata Dios.

… En demasiadas ocasiones, cuando miramos nuestra vida, vemos sólo lo que nos falta y nos quejamos de lo que no tenemos. Entonces cedemos a la tentación del “¡ojalá!”...: …nos impide ver lo bueno y nos hace olvidar los talentos que tenemos... el Señor nos pide que nos comprometamos con el presente sin añoranza del pasado, sino en la espera diligente de su venida…

El servicio es también obra nuestra, el esfuerzo que hace fructificar nuestros talentos y da sentido a la vida: de hecho, no sirve para vivir el que no vive para servirEl bien, si no se invierte, se pierde; porque la grandeza de nuestra vida no depende de cuánto acaparamos, sino de cuánto fruto damos.

…no basta observar las normas; la fidelidad a Jesús no se limita simplemente a no equivocarse; es negativo esto...: falto de iniciativa y creatividad, se escondió detrás de un miedo estéril y enterró el talento recibido...: …«malo». A pesar de no haber hecho nada malo, pero tampoco nada bueno. Prefirió pecar por omisión antes de correr el riesgo de equivocarse. No fue fiel a Dios, que ama entregase totalmente; y le hizo la peor ofensa: devolverle el don recibido…

Se aproxima la Navidad, tiempo de celebraciones. Cuántas veces, la pregunta que mucha gente se hace es: “¿Qué puedo comprar? ¿Qué más puedo tener?...”. Digamos la otra palabra, “ ¿Qué puedo dar a los demás?”, para ser como Jesús, que se dio a sí mismo y nació propiamente en aquel pesebre...

…pidamos la gracia de ver a Jesús en los pobres, de servir a Jesús en los pobres.

Me gustaría agradecer a tantos fieles siervos de Dios, que no dan de qué hablar sobre ellos mismos, sino que viven así, sirviendo. Pienso, por ejemplo, en D. Roberto Malgesini. Este sacerdote no hizo teorías; simplemente, vio a Jesús en los pobres y el sentido de la vida en el servicio. Enjugó las lágrimas con mansedumbre, en el nombre de Dios que consuela. En el comienzo de su día estaba la oración, para acoger el don de Dios; en el centro del día estaba la caridad, para hacer fructificar el amor recibido; en el final, un claro testimonio del Evangelio…Hermanos y hermanas: Pidamos la gracia de no ser cristianos de palabras, sino en los hechos. Para dar fruto, como Jesús desea.

PAPA FRANCISCO, Homilía Misa Domingo XXXIII del tiempo ordinario,

Jornada Mundial de los pobres, 15 noviembre 2020

 

 

 

VIVIR EL MOMENTO PRESENTE CON CALMA

 

Si la vida que estamos "escribiendo" cada uno, es Vida que permanece para siempre, lo sabio es concentrarse en la página de hoy, la de ahora. La de mañana se escribirá mañana; la de ayer está ya escrita.

 

P. MANUEL MORALES, O.S.A., Comentario al Pasapalabra del 10.11.2020

 

 

 

 

SER HUMILDES

 

El amor no nos pone por encima de los demás. El amor eleva, pero de manera sublime, sin ningún signo de arrogancia.

El amor eleva a la primacía de la humildad, porque la condición del amor puro es que seamos humildes para vivir un amor que es servicio.

El que ama con humildad no desea conquistar a las personas para él mismo, sino para Dios. No quiere recibir un sentimiento a cambio, quiere la libertad del otro, para que él pueda, a su vez, amar sin intereses.

La persona humilde no asume la autoría del bien que hace, porque sabe que Dios es el verdadero autor de todo bien. Las buenas obras de los humildes glorifican solo a Dios. 

APOLONIO CARVALHO NASCIMENTO, Comentario al pasapalabra del 3 de noviembre de 2020

 

 


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