jueves, 31 de diciembre de 2020

PERMANECER EN DIOS

PALABRA DE VIDA                               enero 2021


 «Permaneced en mi amor:

daréis mucho fruto»

(cf. Jn 15, 5-9)

 

Cada año los cristianos pertenecientes a distintas Iglesias dedican un tiempo común a la oración[1] para pedir juntos al Padre el don de la unidad, como desea Jesús.

Él la quiere «para que el mundo crea» (Jn 17, 21): con la unidad podemos cambiar el mundo, crear comunión, fraternidad y solidaridad. La unidad es fundamentalmente un don de Dios; por eso es indispensable pedirla al Padre con insistencia y confianza.

Es lo que hace un grupo de España que vive la Palabra de vida. Desde hace unos años se sienten empujados, precisamente en la semana de oración por la unidad de los cristianos, a pedir la gracia de la unidad y a construir puentes. Escribe Margarita: «Contactamos con el responsable diocesano de ecumenismo, con los párrocos, el sacerdote ortodoxo y los pastores evangélicos. Nos recogemos para rezar como cristianos unánimes, primero en la parroquia católica y luego en la ortodoxa. En cada ocasión nuestras iglesias se llenan de una alegría que viene de la presencia de Dios. Es Él quien abre caminos de unidad».

Para 2021, la comunidad monástica de Grandchamp[2] ha propuesto como luz en este camino un lema muy eficaz tomado del Evangelio de Juan:

 

«Permaneced en mi amor: daréis mucho fruto».

Es una invitación apremiante a vivir y trabajar por la unidad de los cristianos en estos días especiales y a seguir haciéndolo todo el año y toda la vida. Nuestras divisiones son una herida grave que necesita ser sanada, ante todo con la misericordia de Dios, y luego con el esfuerzo de conocernos, apreciarnos y dar testimonio del Evangelio juntos.

Con estas palabras Jesús nos desvela qué pasos seguros dar: el primero de todos, «permanecer en su amor».

Para ello hará falta estrechar más nuestra relación personal con Él, encomendarle nuestra vida, creer en su misericordia. Pues Jesús «permanece» con nosotros siempre, fielmente.

Al mismo tiempo nos llama a ponernos tras Él con decisión para hacer de nuestra existencia un regalo al Padre, como Él; nos propone imitarlo afrontando con delicadeza las necesidades de cada persona con la que compartimos una parte pequeña o grande de nuestra jornada, con generosidad y desinterés, para así dar «mucho fruto».

 

«Permaneced en mi amor: daréis mucho fruto».

 

Resuenan muy actuales las palabras que Chiara Lubich pronunció en Ginebra en octubre de 2002 durante las celebraciones del Día de la Reforma[3]: «[…] ¡Cuánta necesidad de amor en el mundo! […] (Jesús) dijo que el mundo nos reconocería como suyos, y lo reconocería a Él a través de nosotros, por el amor recíproco, por la unidad: “En esto conocerán todos que sois discípulos míos: si os amáis unos a otros” (Jn 13, 35). […] Lo hemos entendido: el tiempo presente reclama amor de cada uno de nosotros, reclama unidad, comunión, solidaridad. Y llama también a las Iglesias a recomponer la unidad desgarrada desde hace siglos. Esta es la reforma de las reformas que el Cielo nos pide. Es el primer paso, necesario, hacia la fraternidad universal con todos los demás: hombres y mujeres del mundo. Pues el mundo creerá si estamos unidos. Lo dijo Jesús: «Que todos sean uno […] para que el mundo crea» (Jn 17, 21). ¡Dios lo quiere! […] Que Él nos dé la gracia, si no de ver realizado todo esto, al menos de prepararlo»[4].

 

LETIZIA MAGRI



[1] En el hemisferio norte, la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos se celebra anualmente del 18 al 25 de enero, y en el hemisferio sur, en torno a la solemnidad de Pentecostés.

[2] Información en www.grandchamp.org.

[3] El «Día de la Reforma» (Reformationstag) se conmemora cada año el 31 de octubre, fecha en que Martín Lutero clavó sus 95 tesis: https://es.wikipedia.org/wiki/Dia_de_la_Reforma.

[4] Cf. C. Lubich, La unidad (eds. D. Falmi - F. Gillet), Ciudad Nueva, Madrid 2015, pp. 104-106.



N.B.: Aquí puedes encontrar también la Palabra de Vida 

En viñetas para los niños, adaptada para adolescentes y para jóvenes,

 y en MP3 para escuchar en el móvil.

 

Palabra de Vida AQUÍ en presentación Power Point

en más de 30 idiomas.



¡FELIZ AÑO NUEVO 2020!

 Para empezar bien el Año, no sólo el día 1 (fiesta de Sta. María Madre de Dios y Jornada mundial de oración por la paz), sino todo el mes, un texto del Papa con el cual…

deseo a ti y a los tuyos

que tengáis una muy buena salida y entrada de año

y un próspero 2021

colmado de la bendición del Señor:

En el umbral del Año Nuevo…

a todos les hago llegar mis mejores deseos

para que la humanidad pueda progresar en este año

por el camino de la fraternidad, la justicia y la paz

entre las personas, las comunidades, los pueblos y los Estados.

El año 2020 se caracterizó por la gran crisis sanitaria…

que se ha convertido en un fenómeno multisectorial y mundial,

que agrava las crisis fuertemente interrelacionadas,

como la climática, alimentaria, económica y migratoria,

y causa grandes sufrimientos y penurias.

Estos y otros eventos… nos enseñan la importancia de

hacernos cargo los unos de los otros y también de la creación,

para construir una sociedad basada en relaciones de fraternidad.

Por eso he elegido como tema de este mensaje:

La cultura del cuidado como camino de paz.

Cultura del cuidado

para erradicar la cultura de la indiferencia, del rechazo y de la confrontación,

que suele prevalecer hoy en día...

En la Biblia, el Libro del Génesis revela, desde el principio,

la importancia del cuidado o de la custodia

en el proyecto de Dios por la humanidad,

poniendo en evidencia la relación

entre el hombre y la tierra, y entre los hermanos

La cultura del cuidado, como compromiso común, solidario y participativo

para proteger y promover la dignidad y el bien de todos,

como una disposición al cuidado, a la atención, a la compasión,

a la reconciliación y a la recuperación, al respeto y a la aceptación mutuos,

es un camino privilegiado para construir la paz...

En este tiempo, en el que la barca de la humanidad,

sacudida por la tempestad de la crisis,

avanza con dificultad en busca de un horizonte más tranquilo y sereno,

el timón de la dignidad de la persona humana

y la “brújula” de los principios sociales fundamentales

pueden permitirnos navegar con un rumbo seguro y común.

Como cristianos, fijemos nuestra mirada en la Virgen María,

Estrella del Mar y Madre de la Esperanza.

Trabajemos todos juntos para avanzar

hacia un nuevo horizonte de amor y paz,

de fraternidad y solidaridad, de apoyo mutuo y acogida.

No cedamos a la tentación de desinteresarnos de los demás,

especialmente de los más débiles;

no nos acostumbremos a desviar la mirada,

sino comprometámonos cada día concretamente

para «formar una comunidad compuesta de hermanos

que se acogen recíprocamente y se preocupan los unos de los otros».

 

MENSAJE DEL SANTO PADRE FRANCISCO

para la celebración de la LIV Jornada Mundial de Oración por la Paz 1 enero 2021

LA CULTURA DEL CUIDADO COMO CAMINO DE PAZ






miércoles, 30 de diciembre de 2020

LUZ Y SALVACIÓN = JESÚS

VIDA DE LA PALABRA             últimas semanas DICIEMBRE 


Alguna de mis EXPERIENCIAS tratando de llevar a la práctica diaria la Palabra de Vida de diciembre («El Señor es mi luz y mi salvación, ¿a quién he de temer?», Sal 27, 1) y la de noviembre 2020 («Bienaventurados los que lloran, porque ellos serán consolados», Mt 5, 5):

1.-        Estas semanas también me ha animado mucho la PdV y repetir en toda circunstancia (ante la incertidumbre de la pandemia, del futuro, de las leyes injustas…) y cada vez con más fe: “El Señor es mi luz y mi salvación…”. Ni la vacuna, ni los políticos, ni… : ¡el Señor solo es mi salvación y el que me da luz!, (aunque Él utiliza para ello también esas otras cosas humanas).

Esa certeza, me ha ayudado también, cuando otras personas me contaban sus situaciones personales y comunitarias (como un laberinto o como un callejón sin salida), llenas de incertidumbre y sufrimiento, a hacer un arranque de confianza y decirles expresamente: «sí, todo eso es verdad, no estamos ciegos, ¡pero no podemos caer en el pesimismo o la dejación porque la PdV nos recuerda que “El Señor es mi luz y mi salvación, ¿a quién temeré?”. No hemos de amedrentarnos: estamos en buenas Manos. ¡Eso sí, también tenemos que hacer toda nuestra parte humanamente y, además, rezar más y mejor».

 

 

Alguna de vuestras EXPERIENCIAS tratando de llevar a la práctica diaria la Palabra de Vida de diciembre («El Señor es mi luz y mi salvación, ¿a quién he de temer?», Sal 27, 1), la de noviembre 2020 («Bienaventurados los que lloran, porque ellos serán consolados», Mt 5, 5) y la de octubre («Todo el que se ensalce, será humillado; y el que se humille, será ensalzado», Lc 14, 11):

 

1.-        hoy tenía que hablar con la chica que cuida a mi madre una cosa que me ponía muy nerviosa y me producía angustia (porque la comunicación entre nosotras se había deteriorado y había dado lugar a malentendidos). He dicho también "el Señor es mi luz y mi salvación... " y me ha ayudado mucho: a ella le he dicho todo lo que tenía que decir con bastante calma y se han aclarado las cosas.

Gracias porque lo que nos cuentas de tus experiencias, a mí me ayuda un montón.

 

2.-        …no te he contado, pero andamos también mal, desde el 23 de nov. que por un trabajador se contagió una residente y la hermana que la cuidaba, quedando confinadas las más de 50 mujeres y todas las hermanas, menos yo para poder hacer frente: ¡qué sufrimiento de un lado para otro! Unas ya han salido; después surgieron 35 positivos: tres están en el hospital; las hermanas, ya cada una en su sitio, y bien.

Este jueves, por otra trabajadora, me confinaron a todos los hombres de la residencia: a pesar de que todos están dando negativo, tienen que estar en la hab. Un trabajo inmenso, pero lo principal es que lo pasen bien; a ver si salimos de esta.

Como ves, he tenido un adviento de gran oportunidad; y gracias a la PdV siento que ha sido mi sostén y fortaleza: ¡no te imaginas cómo resonaba cada día...! No cabe duda: "el Señor es mi fortaleza”.

Sentía en el fondo paz, al compartir el sufrimientos de tantos desde dentro, y al ofrecerlo cada vez que podía era como estar aliviando a alguien en su pesada carga.

La impotencia y fragilidad se han dejado sentir con fuerza. Esta es mi pobre ofrenda y que Dios mismo ha querido compartir….

 

3.-        espero que toda tu familia también se encuentre con salud. Debemos cuidarnos, porque no está el tema del Covid para bromas.

Respecto a mí, he dejado de trabajar para el Administrador Concursal y ahora estaré unos meses en el paro, espero sea por poco tiempo. Como decía Chiara Lubich "La Palabra de Vida nos guía de las tinieblas a la luz". Ilusionados en casa con la llegada de nuestro Señor.

 

4.-        día de Nochebuena, había pasado un día horrible. No recuerdo Navidad normal desde… Para mí es un tiempo horrible, deseando que pase. Este año con el rollo del COVID me hice ilusiones y pensé que sería más tranquilo. ¡Ay!: no contaba con el trabajo. Suele ser la familia quien da más "guerra", ¿pero el trabajo? Contaba yo con mi tarde del 24 para hacer las cosas, tranquila yo y, de repente, mira tú, ¡que hay que trabajar! ¿Qué? Sí, hay que trabajar por la tarde hasta las siete. Y esto me lo dicen el 23 por la tarde, ya sin posibilidad de reprogramarme nada. Se acabó la paz. Ni daba tiempo a nada, así que… a correr tocan, quítate sueño, siesta y lo que sea. Me puse a la tarea nada más llegar a casa y, claro, el 24 empecé a notar los síntomas del enfado, la impotencia y el no saber aceptar lo que venía: dolor de cabeza, dolor de estómago, náuseas, un desastre.

Para colmo cuando llego mosqueada a casa el 24 por la tarde, mi madre, (98 años), no se encontraba bien. No os cuento el jaleo desde las siete y media hasta que nos sentamos a cenar, un desastre y yo mosqueada. 

Pero... Dios es grande, así que después de todo esto, cuando atravesé la puerta de la iglesia un buen rato antes de la Misa del gallo, de repente todo desapareció. Creo que puedo resumirlo:" El Señor hizo en mí maravillas" y salí con una alegría, paz, y muy muy feliz. Sigo sin poder explicar lo que siento en estos momentos, es como si me inundará una catarata de agua feliz.

Gracias, Señor.

 

 

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puedes encontrarlas “pinchando”

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sábado, 19 de diciembre de 2020

FELIZ NAVIDAD 2020

 

Queridos hermanos y hermanas:

¡Feliz Navidad!

En el seno de la madre Iglesia,

…ha nacido nuevamente el Hijo de Dios hecho hombre.

Su nombre es Jesús,

que significa Dios salva.

El Padre, Amor eterno e infinito,

lo envió al mundo no para condenarlo, sino para salvarlo.

El Padre lo dio, con inmensa misericordia.

Lo entregó para todos. Lo dio para siempre.

Y Él nació,

como pequeña llama encendida en la oscuridad 

y en el frío de la noche.

Aquel Niño, nacido de la Virgen María,

es la Palabra de Dios hecha carne.

La Palabra que orientó

el corazón y los pasos de Abrahán

hacia la tierra prometida,

y sigue atrayendo a quienes confían en las promesas de Dios.

La Palabra que guio a los hebreos

en el camino de la esclavitud a la libertad,

y continúa llamando a los esclavos de todos los tiempos,

también hoy, a salir de sus prisiones.

Es Palabra, más luminosa que el sol,

encarnada en un pequeño hijo del hombre,

Jesús, luz del mundo.

Por esto el profeta exclama:

«El pueblo que caminaba en tinieblas vio una luz grande».

Sí, hay tinieblas en los corazones humanos,

pero más grande es la luz de Cristo.

Hay tinieblas en las relaciones personales, familiares, sociales,

pero más grande es la luz de Cristo.

Hay tinieblas en los conflictos económicos, geopolíticos y ecológicos, pero más grande es la luz de Cristo.

Que Cristo sea luz para tantos…

Que el Emmanuel sea luz para toda la humanidad herida.

Que ablande nuestro corazón,

a menudo endurecido y egoísta,

y nos haga instrumentos de su amor.

Que, a través de nuestros pobres rostros,

regale su sonrisa…

Que… conceda su ternura a todos,

e ilumine las tinieblas de este mundo.

 PAPA FRANCISCO, Mensaje Urbi et orbi de Navidad, 25 diciembre 2019

 

Estos son mis deseos para

UNA SANTA Y FELIZ NAVIDAD.

Los dirijo con afecto a ti

y a tus familiares, a todos,

en particular si hubiera alguno enfermo o que sufre.

                                                                                     Paco  T.

 

Vidriera del Santuario Maria Theotokos, Loppiano (FI.), realizada por el Centro Ave, de Loppiano

 

MARÍA ABRE SU NADA AL TODO

 María es sencilla:

se recoge en la oscuridad de su pequeña casa,

en el silencio de su trabajo,

pero tiene consigo a Dios.

No está sola; no se desespera.

Es humilde y se cree nada;

vive en la soledad

y, sin embargo, hace de su sencilla morada un templo

y de su corazón un paraíso porque tiene a Dios:

abre su nada al Todo.

 IGINO GIORDANI. María, modelo perfecto, Ciudad Nueva, Roma (1967) 1988, pág. 206



viernes, 18 de diciembre de 2020

SOLO CRISTO ES SALVADOR

VIDA DE LA PALABRA                       primeras semanas DICIEMBRE


 Alguna de mis EXPERIENCIAS tratando de llevar a la práctica diaria la Palabra de Vida de diciembre («El Señor es mi luz y mi salvación, ¿a quién he de temer?», Sal 27, 1) y la de noviembre 2020 («Bienaventurados los que lloran, porque ellos serán consolados», Mt 5, 5):

1.-        Un día metí la pata varias veces, incluso alguna de ellas delante de compañeros sacerdotes y un obispo. En el fondo, tampoco pasaba nada, pues conocen mi buena voluntad, pero… mi perfeccionismo… (¿orgullo, soberbia...?) continuamente en mi interior ese día y el siguiente me traía a la mente el sonrojo.

¡Hasta que también a eso, mientras rezaba el rosario, me di cuenta que tenía que aplicar la PdV!: “el Señor es mi luz y mi salvación, ¿a quién temeré?”, repetí un montón de veces entre las Avemarías. ¡Y dejé de preocuparme por mi ego, mi perfeccionismo, mi vanagloria! ¡¡Qué paz!! ¡¡Qué luz!!

 2.-        Estas semanas, con la situación de la pandemia, con el panorama social de leyes no acordes con la ley natural ni con el bien común (¡y aprobadas casi subrepticiamente!)… me surgía inquietud ante el futuro, pero el recordar la PdV del mes y rezar con plena confianza en Quien es el único Salvador, me devolvía la esperanza una y otra vez. Al mismo tiempo me hacía ponerme manos a la obra, por lo menos tratando de abrir los ojos a los demás y estimulando a todos a que también hagan su parte activamente y con la oración.

 

Alguna de vuestras EXPERIENCIAS tratando de llevar a la práctica diaria la Palabra de Vida de diciembre («El Señor es mi luz y mi salvación, ¿a quién he de temer?», Sal 27, 1), la de noviembre 2020 («Bienaventurados los que lloran, porque ellos serán consolados», Mt 5, 5) y la de octubre («Todo el que se ensalce, será humillado; y el que se humille, será ensalzado», Lc 14, 11):

1.-        “el adviento es para mí un período de optimismo y esperanza, lo vivo con la ilusión de compartirlo con la familia y amigos; este año algo diferente, pero gracias a Dios con salud y con un sentimiento interior de intentar estar en paz y poder trasladarlo a mi entorno. Como siempre, recordando a los que ya no están aquí, pero con la certeza de sentirles más cerca con la oración. 

Respecto a la PdV de este mes, como he comentado en la reunión del YouCat, durante los meses de confinamiento, que salía una vez en semana a comprar, tenía sensación de enorme tristeza por el vacío en las calles, la gente muy seria, evitándonos continuamente: daba hasta un poco de miedo. Y en mi interior no paraba de cantar el estribillo de "el Señor es mi luz y mi salvación", pero es que me salía sin pensarlo y me iba sintiendo con mucha más fuerza y positividad. Ahora que tengo la letra, me la voy a aprender.

 

2.-        “…muchas gracias, Paco! Esta mañana daba gracias por estos cuarenta años vividos, por las experiencias, las personas que me acompañaron y por esta hermosa vida que Dios me ha regalado.

Este último año ha sido especial, cargado de experiencias que nos han enriquecido: la partida de mi padre y la llegada a este mundo de nuestro hijo. Es un niño muy feliz y nos llena a todos de alegría. Unos meses antes de nacer nos dijeron que tendría síndrome de Down. Surgieron problemas en la gestación y de urgencia tuvieron que operarlo, todavía dentro de su madre, para salvarle la vida. Después de nacer volvieron a salir complicaciones que lo tuvieron dos meses en la UCI. Pero es fuerte y, sobretodo, con unas ganas muy grandes de vivir. Y, como no hay dos sin tres, hace unos meses lo operaron del corazón, la situación se complicó y se alargó su estancia en el hospital. Pero ya estamos todos en casa haciendo “vida normal”, aprendiendo del día a día y dejándonos sorprender por esta vida hermosa que Él nos regala….

 

3.-        “…de nuevo estuve en Cáritas ayudando con la conexión on-line. Llegué un poco antes para conectarlo todo y hacer una prueba con la persona que a distancia iba a dar el curso. En principio parecía que todo iba bien, pero me fijé en el ordenador y vi que una luz chiquita naranja parpadeaba. No puede ser: si ayer estuvieron revisando todo y se supone que quedó todo listo y preparado.

A la media hora se apagó todo. ¿Y ahora qué? Pues llamar a la persona de contacto y preguntar…: falta de poner algún cable, pero tiene que estar ahí.

En ese instante me entró la risa porque, cierto, había un montón de cables, pero ¿cuál de todos sería? Me sentía como en las pelis cuando tienen que desactivar una bomba y tienen que tener cuidado para no cortar el cable equivocado.

A todo esto, al fallar la conexión, me llamó la que estaba impartiendo el curso y, explicada la situación, se me ocurrió poner el altavoz al móvil para que siguiera hablando a los participantes aunque no la viesen en pantalla en lo que yo volvía a recuperar la conexión.

Cable encontrado. Enchufado el ordenador y siguió la conexión.

            En ese instante lo entendí: no se trataba de saber, sino de confiar.

Cuando me propusieron esto (y otras tantas cosas en la vida) mi reacción siempre era la misma: “no sé, no estoy preparada, mejor otro que sepa”. Ahora me daba cuenta que Dios ya sabía de mis pocos conocimientos en la materia y que si hubiera querido a un experto se lo hubiera pedido a otro, pero si me lo pedía a mí era porque no quería mi sabiduría, sino mi confianza en Él. Y la verdad es que funciona….

 

4.-        “gracias por la PdV y las experiencias que me encantan… Está claro que cuando las cosas se hacen con amor salen mejor... Estaba pensando que, últimamente, a pesar de todo lo que está pasando, me tomo las cosas de mejor manera, más tranquila y alegre... Esas prisas que no nos dejan pararnos con la gente a preguntar por su salud. O simplemente saludarlas. Nos hacen peores... 

Yo la verdad es que intento ser amable y dedicarles un tiempo. También a los familiares ahora sin visitas, pero por teléfono dedicándole un tiempo que luego agradecen. 

Este Adviento me está haciendo reflexionar y aunque está Navidad no nos dejen juntarnos, quiero vivirla más plena, desde el corazón, sabiendo que Jesús nace igualmente en cada uno de nosotros.

 

5.-        [continuación del nº 1 de “vuestras experiencias”, del correo del 2 de noviembre (últimas semanas de octubre)]

Paco, quiero celebrar contigo la gran alegría que tengo. Ayer fui a hablar con mi párroco y me confesé, recibí la comunión y el Sacramento precioso de la Unción: hoy vivo como en una nube de alegría y paz y es una gran fuerza extra para seguir adelante hasta que Dios quiera…

aquí sigo agarradita a mi fe; estoy bien, no tengo muchos cambios de salud, sigo luchando con los míos, como si no pasara nada, para que sigan su vida normal; tengo un apoyo muy grande contigo para seguir adelante…

…en PdV no me importa que lo publiques, si quieres, pq sé que lo que yo estoy viviendo… para hacer vida normal y seguir adelante como si no pasara nada… si algo puedo ayudar con mis palabras sé que muchas personas están pasando por circunstancias peores que las mías y con muchos dolores. Yo agarradita a mi fe y dando gracias a Dios cada vez que me acuesto y me levanto por un día más, aunque sé que “El Señor es mi único Bien”, (es lo que más quiero), esto es duro y si no fuera por la fe no podría seguir.

 

6.-        “por mi trabajo cada día tengo que cambiarme de ropa. Por la mañana voy forrada: pantalones de caballero, con forro por dentro, botas, dos pares de calcetines, camiseta térmica polar, etc.. Por la tarde, cambio de indumentaria… la verdad, es incómoda la ropa de la mañana. Dudaba qué ponerme… porque, claro… la gente te ve… y me vino a la mente: da igual como vayas por fuera, lo importante es el interior, tu actitud interior hará que el exterior sea bello ante los demás y así saldrá tu sonrisa, la palabra amable, la alegría con que recibas al cliente. Da igual el jersey azul, negro o verde; el pañuelo a juego o los pendientes, las pulseras, la raya en el ojo...: lo importante es tu disposición interior. 

Sin embargo hoy mi disposición interior no estaba “disponible”: discutí con un cliente y se marchó enojado. Después volvió a regañarme por lo que había hecho y le tuve que explicar que no había estado hablando o cotilleando con la señora a la que despachaba, sino que la señora era sordomuda y me costaba mucho entenderla: por eso tardaba tanto en atenderla. Al final, él se disculpó y yo me tuve también que disculpar por no haber tenido la paciencia suficiente en el momento oportuno para decirle al cliente que era sordomuda y por eso tardaba tanto en atenderla.

 

 

 

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martes, 1 de diciembre de 2020

EL SEÑOR ES LA DEFENSA DE MI VIDA

             El sábado pasado acababa el año litúrgico y, por tanto, el domingo hemos comenzado un nuevo ciclo, como siempre, con las 4 semanas previas a la Navidad: ¡Adviento!, tiempo de esperanza y de espera activa del Salvador, y más en este año raro-especial. 

            Una nueva Palabra para todo el mes nos ayudará a vivir lo que de verdad importa:

 


PALABRA DE VIDA                      DICIEMBRE 2020

 

«El Señor es mi luz y mi salvación,

¿a quién he de temer?»

(Sal 27, 1)

 

«Al poco de nacer Mariana, los médicos le diagnosticaron una lesión cerebral. No podría hablar ni andar. Sentimos que Dios nos pedía que la amásemos así, y nos lanzamos en los brazos del Padre –escribe Alba, una joven madre brasileña–. Vivió con nosotros durante cuatro años y nos dejó a todos un mensaje de amor. Nunca oímos de sus labios las palabras “mamá” o “papá”, pero en su silencio hablaba con los ojos, que tenían una luz resplandeciente. No pudimos enseñarle a dar sus primeros pasos, pero ella nos enseñó a dar los primeros pasos en el amor, a renunciar a nosotros mismos para amar. Mariana fue para toda la familia un regalo del amor de Dios que podríamos resumir en una única frase: el amor no se explica con palabras».

Esto nos sucede también hoy a cada uno de nosotros: ante la imposibilidad de gobernar toda nuestra existencia, necesitamos luz, aunque sea un vislumbre que muestre por dónde salir, qué pasos dar hoy hacia la salvación de una vida nueva.

 

«El Señor es mi luz y mi salvación, ¿a quién he de temer?».

 

La oscuridad del dolor, del miedo, de la duda, de la soledad, de las circunstancias «hostiles» que hacen vanos nuestros sueños, es una experiencia que hacemos en todos los puntos de la tierra y en toda época de la historia humana, como atestigua esta antigua oración contenida en el libro de los Salmos.

Probablemente el autor sea una persona acusada injustamente, abandonada por todos y a la espera de juicio. Está sumida en la incertidumbre de un destino amenazador, pero se encomienda a Dios. Sabe que Él no abandonó a su pueblo en la prueba, conoce su acción liberadora; por eso encontrará en Él la luz y recibirá refugio seguro e inatacable.

Precisamente al ser consciente de su fragilidad, se abre a la confidencia con Dios, acoge la presencia de Él en su vida y espera con confianza la victoria definitiva recorriendo los imprevisibles caminos de su amor.

 

«El Señor es mi luz y mi salvación, ¿a quién he de temer?».

 

Este es el momento oportuno de volver a encender nuestra confianza en el amor del Padre, que quiere la felicidad de sus hijos. Él está dispuesto a cargar con nuestras preocupaciones (cf. 1 P 5, 7) de modo que no nos repleguemos sobre nosotros mismos, sino que seamos libres de compartir con los demás nuestra luz y nuestra esperanza.

La Palabra de vida, como escribe Chiara Lubich, nos guía por el camino que va de las tinieblas a la luz, del yo al nosotros: «[…] Es una invitación a reavivar la fe: Dios existe y me ama. […] ¿Me encuentro con una persona? Debo creer que a través de ella Dios tiene algo que decirme. ¿Me entrego a un trabajo? En ese momento sigo teniendo fe en su amor. Llega un dolor: creo que Dios me ama. ¿Llega una alegría? Dios me ama. Él está aquí conmigo, está siempre conmigo, lo sabe todo de mí y comparte cada pensamiento mío, cada alegría, cada deseo, lleva conmigo cada preocupación, cada prueba de mi vida. ¿Cómo reavivar esta certeza? […] Buscándolo en medio de nosotros. Él prometió estar allí donde dos o más están unidos en su nombre (cf. Mt 18, 20). Así pues, encontrémonos en el amor mutuo del Evangelio con todos los que viven la Palabra de Vida, compartamos experiencias y comprobaremos los frutos de esta presencia suya: alegría, paz, luz, valentía. Él permanecerá con cada uno de nosotros y seguiremos sintiéndolo cerca y operante en nuestra vida de cada día»[1].

LETIZIA MAGRI



[1] Palabra de vida, julio de 2006: C. Lubich, Parole di Vita (ed. F. Ciardi), Città Nuova, Roma 2017, pp. 785-786 (próxima publicación en castellano).



Aquí puedes ver esta misma Palabra de Vida de diciembre en presentación power  pointhttps://www.youtube.com/watch?v=atJIrCRPqZM