sábado, 15 de febrero de 2020

REAVIVA LA FE


Como el mes es corto, el “sprint” de la segunda mitad viviendo la Palabra, («¡Creo, ayuda a mi poca fe!», Mc 9, 24), tiene que ser mayor. Espero que a ello ayuden los textos y algunas experiencias:       


REAVIVAR NUESTRA FE EN DIOS PADRE

¿A quién no le duele la sensación de orfandad que vive tanta gente a nuestro lado? Transmitir con nuestra vida que Dios está con nosotros, vive y sufre y acompaña, inseparable, cada situación nuestra... es un deber de justicia fraterna.

P. MANOLO MORALES, O.S.A., Comentario al Pasapalabra 10 febrero 2020




ABANDONARNOS EN EL AMOR DE DIOS

Es natural que nos hagamos mayores; es sobrenatural que, cada día más, "nos hagamos" como niños. Vivir y ocuparnos de las cosas sin agobios, es propio de hijos que conocen al Padre y "crecen" en la seguridad de ese Amor sin límites.

P. MANOLO MORALES, O.S.A., Comentario al Pasapalabra 9 febrero 2020



DIRIGIRSE A DIOS CON CONFIANZA

Dios conoce nuestro corazón, nuestros pensamientos e intenciones. Él penetra en nuestro corazón más que la sangre en nuestras venas, más que nuestra propia conciencia.
Por lo tanto, a Dios podemos dirigirnos con franqueza y confianza, con la seguridad de que estamos hablando con Quien nos conoce en lo más profundo de nuestro ser.
Quiere escucharnos, incluso sabiendo lo que vamos a decir; quiere conocernos a partir de nosotros mismos.
En esta relación entre Creador y criatura, entre Padre e hijo o hija, nos reconocernos en Él.
Y, de confianza en confianza, Su poder se revela sobre nuestra debilidad, Su sabiduría sobre nuestra insensatez, Su grandeza sobre nuestra pequeñez.
Dirijámonos a Dios con confianza y pidámosle el don de la fe.

APOLONIO CARVALHO NASCIMENTO, Comentario al Pasapalabra 13 febrero 2020


LA LIBERTAD NECESITA SER LIBERADA

Amadísimos hermanos y hermanas, desde la gruta de Massabielle la Virgen Inmaculada nos habla también a nosotros, cristianos del tercer milenio. Escuchémosla.
Escuchad ante todo vosotros, jóvenes, que buscáis una respuesta capaz de dar sentido a vuestra vidaAquí la podéis encontrar. Es una respuesta exigente, pero es la única respuesta que valeEn ella reside el secreto de la alegría verdadera y de la paz.
Desde esta gruta os hago una llamada especial a vosotras, las mujeres. Al aparecerse en la gruta, María encomendó su mensaje a una muchacha, como para subrayar la misión peculiar que corresponde a la mujer en nuestro tiempo, tentado por el materialismo y la secularización: ser en la sociedad de hoy testigo de los valores esenciales que sólo se perciben con los ojos del corazón. A vosotras, las mujeres, corresponde ser centinelas del Invisible. A todos vosotros, queridos hermanos y hermanas, os dirijo un apremiante llamamiento para que hagáis todo cuanto esté a vuestro alcance a fin de que la vida, toda vida, sea respetada desde la concepción hasta su término natural. La vida es un don sagrado, del que nadie puede hacerse dueño.
La Virgen de Lourdes tiene, por último, un mensaje para todos. Es este: sed mujeres y hombres libres. Pero recordad: la libertad humana es una libertad marcada por el pecado. Ella misma necesita también ser liberada. Cristo es su liberadorpues "para ser libres nos ha liberado" (Ga 5, 1). Defended vuestra libertad.
Queridos amigos, sabemos que para esto podemos contar con Aquella que, al no haber cedido jamás al pecado, es la única criatura perfectamente libre. A ella os encomiendo. Caminad con María por las sendas de la plena realización de vuestra humanidad.

S. JUAN PABLO II, Homilía Misa Peregrinación Apostólica a Lourdes,
Solemnidad de la Asunción de la Virgen María,
Domingo 15 de agosto de 2004



RECONOCER LA LUZ DE DIOS EN MÍ Y EN LOS DEMÁS

Nada somos por nosotros mismos, pero en Dios somos todo y todo podemos en su amor.
Reconocer la luz de Dios en nuestra vida nos hace ser humildes testimonios de su fuerza, de su sabiduría y nos hace vivir solo de sus infinitas gracias.
No tomamos para nosotros la autoría del bien, pero nos reconocemos sus instrumentos. Tampoco somos el origen del amor, pero actuamos bajo su impulso.
Reconocer la luz de Dios en mí y en los demás, significa saber que somos iguales ante de Dios y que todos somos sus hijos en derecho y dignidad.
Nos volvemos humildes y entendemos que el amor lo es todo y que somos nada. Pero una nada llena de amor y luz para el mundo.

APOLONIO CARVALHO NASCIMENTO, Comentario al Pasapalabra 19 enero 2020


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