domingo, 16 de diciembre de 2018

ALEGRES PORQUE EL SEÑOR ESTÁ CERCA

VIDA DE LA PALABRA                  primeras semanas DICIEMBRE

Alguna de mis EXPERIENCIAS tratando de llevar a la práctica diaria la Palabra de Vida de diciembre («Estad siempre alegres en el Señor», Flp 4, 4):

1.-        La PdV de este mes ofrece muchas oportunidades: “¡Siempre alegres!”. Me acuerdo a menudo durante el día y procuro tararear (o simplemente imaginar) una canción de agradecimiento al Señor o de Adviento y, aunque esté yo solo, dedicarle una sonrisa.
Un día no sabía yo dónde había puesto todas mis llaves y pasé buscándolas más de media hora (¡tiempo que no tengo!), aprovechando minutos entre unas actividades y otras. Me venía la tentación de enfadarme conmigo mismo, pero trataba que continuamente resonase el “estad siempre alegres”. Encima, me tenía que ir de viaje a mi pueblo… y no las encontraba: “siempre alegres”. Me reía de mí mismo. Y para que se rieran los demás… le pregunté al otro sacerdote, al sacristán, al diácono. Al final, con “la fórmula” de este para encontrar cosas, (rezar a S. Antonio de Padua y dar un donativo para sus pobres), me vino a la mente: “el único sitio de casa y parroquia que no he mirado es la maleta de mano, que ya está en el coche”. ¡Y ahí estaban las dichosas llaves!

2.-        Alguien del grupo de formación de adultos y que, además, viene a charlar-confesar cada mes, me dice: “en la Misa me resulta extraño… estás muy serio; y tú siempre estás muy sonriente, da gusto”. La verdad, se ve que al ser una liturgia, estar rezando y concentrándome en silencio antes, y luego ver en conjunto a la gente, seguramente no estoy con el aspecto sonriente de cuando saludo de cerca o charlo con alguien, (¡que siempre me llena de alegría!), pero los días que me acuerdo de eso, procuro salir de la sacristía más sonriente, (no con sonrisa de “pirao”, ¡eh!).

3.-        En los pasillos del hospital siempre saludo a médicos, enfermeros, limpiadoras... con una sonrisa… y a veces añado un “chascarrillo” del tipo: “con esa sonrisa que acabas de poner, ya me voy creyendo que sean buenos días de verdad” o, cuando me preguntan qué tal estoy, contestó “¡¡muy bien!!, y mejor al verte”, (aunque se lo diga a medio mundo, ¡lo digo de corazón con cada uno!).
            El sábado a una auxiliar le añado: “¿sabes?, todo este mes estamos tratando de vivir una frase del Evangelio, mejor dicho, de S. Pablo, que dice: “«Estad siempre alegres en el Señor; os lo repito, estad alegres. Que vuestra mesura la conozca todo el mundo. El Señor está cerca. Nada os preocupe…»”. Me ha sorprendido la atención y el respeto con el que ha escuchado; y la sonrisa que se le ha puesto a continuación con un “¡¡gracias!!” muy fuerte, que se ve que le salía del corazón.
3b.-      Al rato, a una enfermera le pregunto por su madre, que había estado muy malita. Me cuenta y agradece mucho y le digo que le dé un beso de mi parte. Viéndola agradecida y sonriente, siento la inspiración interior de añadir: “¿sabes?, todo este mes…”. Y le repito exactamente lo mismo que a la anterior. Y noto que esas palabras le calan y, por su expresión, como que le llenan. “¡Pues vamos a ello! ¡¡Gracias!!”, termina diciéndome. Quizá el Adviento, la cercanía de la Navidad… predispone a estas cosas.
3c.-      Un poco después, lo mismo en la habitación de una enferma joven, (no sé si será muy religiosa, pues nunca me ha pedido ni confesar, ni la comunión). Estuvo en la UCI varios días; ahora mejora a ojos vistas.
Después de rezar juntos la oración que ella elija, esa misma mañana le añado también, igual que a las otras: “¿sabes?, todo este mes en muchos lugares del mundo…”. Y con alegría manifiesta (dentro de lo que las cicatrices se lo permiten) dice: “¡cuenta conmigo para ello!”.


Alguna de vuestras EXPERIENCIAS tratando de llevar a la práctica diaria la Palabra de Vida de
diciembre («Estad siempre alegres en el Señor», Flp 4, 4), la de noviembre («Mira que estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y me abre la puerta, entraré en su casa y cenaré con él y él conmigo», Ap 3, 20) y la de octubre («Pero si sois conducidos por el Espíritu, no estáis bajo la ley», Ga 5, 18):

1.-        “gracias, Paco, por tus experiencias de la PdV de noviembre en el supermercado. Ahora cada vez que voy, me vienen a la cabeza y me ayudan a vivir así. El otro día dejé el ticket del aparcamiento en el coche, al pagar se lo dije a la cajera y lo tuvo en cuenta al darme el ticket de compra, aunque me decía que ella debía recogerlo. Al llegar al coche, la tentación era irme rápidamente, pero Jesús “llamó a la puerta” y me recordó que eso no era amar concretamente al hermano. Le llevé el ticket y, sorprendida, me dio las gracias con una gran sonrisa.
1b.-      ¡Qué verdad es que la alegría del cristiano “es fruto del encuentro personal con Dios en lo profundo del corazóncomo dice la PdV de este mes! Estos últimos días no veía muchos motivos para estar alegre, pero sí que he experimentado intensos momentos de alegría que valen más que todo lo demás, porque sentía al Señor que se manifiesta. Comparto algunos:
Un día por la mañana temprano, cosa no habitual, decido guisar unas piezas de pollo que teníamos en casa, para comer ese día y congelar otra parte. Durante la mañana, como el trabajo no se terminaba, dos personas se iban a quedar a comer para continuar por la tarde; pensaron hacerlo en un bar, ya que viven lejos, con lo que apenas podrían descansar un poco. Enseguida pensé que tenía esa comida y los invité. Fue un rato precioso para conocernos mejor y de relax para todos. Decían que se habían sentido en casa y además el pollo había salido mucho más rico de lo normal. Experimenté una gran alegría porque realmente era el Señor quien había organizado todo

2.-        “…yo tb me acordé mucho de vosotros que estabais en los ejercicios. Recé todos los días por sus frutos y por todos vosotros, ofreciendo esos tres días (que yo hubiera anhelado estar allí y no pude acudir), disfrutando de mis obligaciones aquí como voluntad de Dios que eran!!!…

3.-        “me han gustado mucho las experiencias de este mes. En las pequeñas cosas de cada día, está el Señor presente. Por la mañana voy rezando de camino al trabajo... y aunque parezca que ya el resto del día no me acuerde del Señor.... intento trabajar con alegría saludando a las compañeras y queriéndolas tal y como son. Al final del día... cansada pero con la satisfacción de haber vivido el día con amor y alegría

4.-        “cómo fueron los Ejercicios Espirituales? Imagino que llenos del Espíritu de Dios!!!
            Después de 19, casi 20, años de lucha, hemos llegado al final de un largo y duro, durísimo caminar, pero colmado y rebosante de la Presencia de Dios!!!!: desde hace ya algunos meses el dolor había vuelto…, augurando nada bueno… o sí…, según se mire, Paco.
…el deterioro de ambas articulaciones ha llevado su curso de forma silenciosa y el mes pasado me daban la ya conocida noticia, pero no deseada: ambas articulaciones están destrozadas... ya no se pueden poner más remiendos... han de poner, en ambas, prótesis; y ambas a la vez en una sola intervención….
            Estoy viviéndolo todo con turbación, pero en una SERENIDAD totalmente desconocida y que ambos sabemos Quién me la está proporcionando 😊
Me siento muy acompañada por quienes estáis entrelazados conmigo de una forma u otra, y, sobre todo, (si me lo permites), mi director espiritual está a la altura de las circunstancias, con delicadeza y atención: al llevar poco tiempo, tenía yo alguna reserva de si él sabría, la cual ha sido disipada por completo, en poco tiempo!!!
Este tiempo de preparación está siendo de gran riqueza espiritual para mí, Paco, la cual en el mes de enero podré tener tiempo para escribirte y compartir, pues ya no trabajaré.
            Si ves algún ratillo en estas semanas donde podamos de palabra por teléfono felicitarnos el Nacimiento que ambos sentiremos en nuestro interior, será estupendo 🤗
El final de cuanto suceda, no sé cuál será…, pero no tengo duda que SERÁ FELIZ!! Las Bienaventuranzas nos lo hacen saber!!



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