VIDA DE LA PALABRA últimas semanas de FEBRERO
Alguna de mis EXPERIENCIAS tratando
de llevar a la práctica diaria la Palabra de Vida de febrero («Al que tenga sed, yo le daré de la fuente
del agua de la vida gratuitamente», Ap 21, 6) y la de enero («Tu
diestra, Señor, es magnífica en poder», Ex 15, 6):
1.- El Miércoles de Ceniza la tarea en el hospital
se multiplicó (esas semanas había más enfermos… y, además, algunos enfermeros y
médicos querían recibir la imposición de la ceniza en su sección…). Iba yo a
visitar al último de los enfermos previstos… y justo antes de entrar, se me
acerca alguien y me pide que luego vaya a administrar la Unción para los
enfermos a su familiar. Cuando finalmente acabé la visita de este, abro la
puerta para salir y de frente hay un familiar de otro enfermo: “padre, le he visto por el pasillo… podría
visitar y dar la Unción a…”. Cuando acabo y ya me voy a mitad de pasillo…
lo mismo: uno más. De todas maneras yo no pensaba comer casi nada: el Miércoles
de Ceniza es día de ayuno, además de abstinencia. Cuando ya finalmente no había
nadie más, me di cuenta que siempre voy a visitar a los enfermos de diálisis:
miro la hora… es tontería, pues ya estarán quitándoles las agujas y no se puede
pasar (y luego ya se marchan en seguida). Me fui… En fin, pensé para tranquilizarme: “nadie me ha dicho que yo tenga que
visitarlos todas las veces… podría bastar una vez en semana”, (van 3 veces;
día sí, día no; y sólo alguna de las que van en periodo de verano me lo han
pedido explícitamente para todos los días).
El viernes, dos días después, de
nuevo hay muchos enfermos que han solicitado mis servicios para la cercanía del
Señor. Acabo tarde, pero no tantísimo como el miércoles anterior: llamo a los
focolarinos con los que muchos viernes voy a comer y les digo que se me hace
muy tarde y no iré con ellos, que ya comeré cualquier cosilla que tenga en
casa. Así entro a la sección de diálisis; me dirijo a una de las ancianas y muy
seria me dice: “anteayer usted no vino, ¡y
era Miércoles de Ceniza!; y acabo tan cansada aquí, que luego por la tarde no
puedo ir a la parroquia; ¡me quedé sin que me impongan la ceniza!”, (me lo
decía serena, pero con una mezcla de rabia, y un inicio de lagrimilla de pena).
No aceptó mis explicaciones. Sentí impotencia-enfado-lástima… no sé qué.
Rememorando la PdV, añadí: “no se
preocupe…; todavía tengo la ceniza bendecida en la capilla; y hoy es viernes,
día de penitencia, y estamos todavía en la semana de ceniza: ¡se la puedo
imponer!”. Me dice que no; ya sí le sale la lágrima, (más un poco de enfado):
“además, tiene que hacer un buen
recorrido hasta la capilla y es ya muy tarde; no vaya”. Contesto yo: “¡voy!; no se preocupe”.
Fui a por la ceniza y volví: hicimos las oraciones y se la impuse.
Ahora sí lloraba a lágrima viva, pero de paz-alegría-agradecimiento; no paraba
de decirme emocionada: “¡gracias!”.
Así que, pensé imponérsela también a otros. La de la cama de enfrente, lo
mismo: “¡ay, qué emoción!; no me lo puedo
creer: ya había pensado que este año me quedaba sin recibirla; ¡no sabe qué
alegría me da!, ¡es el mejor regalo!”. Y así fui saludando a los que
habitualmente visito. ¡Con qué poquito, y la gente buena es feliz!, ¡¡recibe
“sorbos de agua viva”!!
Alguna de vuestras EXPERIENCIAS tratando
de llevar a la práctica diaria la Palabra de Vida de febrero («Al que tenga sed, yo le daré de la fuente
del agua de la vida gratuitamente», Ap 21, 6) y la de enero («Tu
diestra, Señor, es magnífica en poder», Ex 15, 6):
1.- “…gracias por tenerme en tu lista de destinatarios de esta Palabra de Vida,
que me hace mucho bien. Desde aquel breve encuentro… de hace años, nunca has
dejado de enviarme estos correos que, aunque no conteste, suelo leer y meditar
con asiduidad.
… relacionada con el "agua viva", te contaré algo que… a mí
desde luego me sirvió mucho.
Estaba yo en casa, en mi habitación, disponiéndome a leer un ratito el
Evangelio, cuando de pronto sentí un fuerte impulso de ir a beber agua, una sed
enorme… Pero, en ese momento, me dije…: "no, el agua puede esperar. Ahora "toca" leer el Evangelio. Ya
beberé después". Le ofrecí esa pequeña mortificación al Señor, y cuál
no será mi sorpresa, cuando al abrir el Evangelio, me aparece el capítulo en el
que me había quedado, con el siguiente versículo: "El que tenga sed, que venga a Mí y beba". Me quedé
estupefacta, y francamente pensé que había sido el Espíritu Santo el que me
había inspirado ofrecerle mi sed al Señor, para después mostrarme que solo Él
puede calmar nuestra sed, el Único…: "nos
has hecho, Señor, para Ti, y nuestro corazón estará inquieto hasta que descanse
en Ti" (San Agustín)…”
2.- “Buenas
noches, aquí estoy esperando la llegada de mis hijos y nietos…: el avión sale
con retraso de una hora; pobres, van a llegar muy tarde y agotados... Llevo
preparando desde ayer su llegada: cuna, camas, alimentos (algunos especiales
para niños y bebés) con gran ilusión y mucho, mucho cariño y paciencia.
Anoche dormí en casa de mi otra hija, pues hoy no había colegio, pero
antes estuve a recoger al pequeño de mis tres nietos (6 años) porque él quería
venir a misa y que le impusieran la ceniza: estuvo emocionado durante toda la
ceremonia; en la entrada había dos de los beneficiarios del comedor de Caritas:
nos paramos a hablar con ellos y se los presenté; a la salida se acercó a uno
de ellos y le dio la mano cariñosamente de despedida... Me llenó el corazón de
gozo...mi pequeño!!
Hoy he pasado el día con ellos y ahora… esperando a los viajeros. Un mes
de febrero… intenso…
Dios os bendiga a todos que nos hace ser Uno en su Amor.
…el poder de la oración es muy grande: dos operaciones en la familia y
recuperándose con esperanza los dos…”
3.- “…esta
PdV me está ayudando mucho en esta Cuaresma a renunciar a esas aspiraciones,
incluso legítimas, que me empujan al egoísmo. Como ya estoy
jubilada, a veces
me viene al pensamiento "ya es hora de que aflojes el ritmo y descanses un
poco", pero vale mucho más gastar hasta el final la vida que Dios me ha
dado, amando a los hermanos. Estoy viviendo unos días intensos de servicio
concreto: llevar y traer en coche a quien lo necesita, estar toda la tarde del
domingo con una amiga en el Hospital, escuchar a una persona al teléfono
durante hora y media, ofrecer mi casa para que duerman tres jóvenes con todo lo
que conlleva,... y sin dejar entre tanto pequeños actos de amor:
3b.- La peluquera
sabe que no soy de ir todos las semanas a la peluquería y un día me explica cómo
puedo peinarme en casa para que me quede mejor el peinado y me dice: "la
primera vez que lo hagas, mándame una foto". El día que lo hice, tenía
mucha prisa por acabar, pero sentí que era amor concreto para ella y me paré
para hacerme un selfi y enviárselo. Después me envió un whatsapp muy cariñoso:
sentí el amor que se hacía recíproco como quiere Jesús.
3c.- Otro día no me
funcionaba internet, llamé a Telefónica y me atendió una persona muy amable y
que resolvió el problema con rapidez. Al día siguiente, en el momento en que
iba a salir con el tiempo justo, recibo una llamada y veo que es de Telefónica,
me dije: “no contesto”; pero pensé que era para evaluar el servicio y respondí:
ahora me tocaba a mí vivir el amor recíproco y darle una buena puntuación.
3d.- Me entero que
una tía política con más de 90 años, y que está en una Residencia, se ha puesto
bastante más grave. Enseguida pienso si habrá recibido la Unción de los
enfermos. Llamar a la nuera me va a llevar un buen rato de charla y no sé muy
bien cómo lo va a acoger: lo hago fiándome de Jesús. Ella no lo había pensado,
pero al poco rato, me volvió a llamar diciéndome que ya había avisado a la
Residencia para que llamaran al párroco…”
4.- “…hace poco, durante la noche,
me sentí como a punto de morir, como perdido en el vacío total, pero con un
poco de fe. Con este poco dije: "Por
Ti, Señor, en el Cielo o en el infierno, por Ti, por Ti...". Con esto
me encontré lleno de paz y quedé dormido.
Hoy, con este escrito de D.
Silvano Cola, me lo has recordado. Gracias… Un abrazo con Jesús Abandonado y
Resucitado en medio de nosotros.”
5.- “…en este inicio Cuaresma, ofreciendo al Señor los
malos ratos que estoy pasando por mi situación profesional: me he propuesto
eliminar de mis pensamientos los rencores hacia aquellas personas que me han
decepcionado o se han portado mal e incluso, me deben dinero y no parece tengan
intención de devolvérmelo. Por otra parte, dándole gracias por mi familia que
es lo más importante…”
7.- “…¡Qué sólo
está el mundo sin Dios...! Y qué esperanza da tener fe en Él y acudir a Él y
recibir un poco de esa agua que sacia... Recibir un poco de cariño... una frase
de ternura y un beso en la frente y en la mano, como esta tarde he dado a una
ancianita cuando he ido a la residencia... Cuando me he acercado a ella y me he
agachado para saludarla con cariño y dulzura... y para decirle que cada día
está más bonita. Y al besarla en la frente la he dicho: "Que Dios te bendiga". Y ha
respondido...: "Cómo Dios me manda
alguien de su parte... Gracias…”
Si quieres leer más experiencias
similares,
de gente de todo el
mundo,
N.B.: tú también
puedes compartir las experiencias
que, por gracia de
Dios, hayas podido realizar
poniendo en práctica
el Evangelio;
“pincha” aquí abajo
en “comentarios” y escríbela;
o, dado que en
algunos navegadores eso no funciona,