VIDA DE LA PALABRA primeras semanas de DICIEMBRE
1.- En el comentario a
la PdV de diciembre se dice “…su intervención es decisiva, de la
máxima importancia: ¡viene (en presente) a salvarnos! ¿De qué? ¿Estamos en grave peligro? Sí. A veces…
no nos damos cuenta”.
Esto
me ha impulsado a reflexionar muy seriamente cuáles puedan ser los peligros que
yo tengo: ¿el activismo?, ¿el estar tan contento en parroquia-hospital-Centro
Mariápolis y tan bien acogido por todos, y me haga olvidar que eso es Amor de
Dios y darle las gracias y alabarlo?, ¿orgullo, engreimiento…?
¿Apegos? Y
algunos otros…
Desde
ahí, en esas circunstancias, el pensar “Él
viene…” (en presente) a salvarme, a salvarnos, me ayuda a resituar en cada
instante presente cada situación, cosa y actividad desde Su perspectiva… y me
siento más libre.
2.- El
viernes pasado por la tarde comenzábamos los Ejercicios Espirituales de
Adviento que predicamos en el Centro Mariápolis. Imprevistos de última hora…, 3
cosas a la vez en la parroquia, algunos temas todavía sin imprimir… Y en el
mismo momento que iba yo a coger el coche hacia el Centro Mariápolis…:
¡teléfono 24 h urgencia del hospital! Hay que ir a dar el sacramento de la
unción a un hombre que acaban de hospitalizar.
Pero el Señor “viene a salvarme” del
agobio (y vergüenza de empezar media hora tarde los Ejercicios, pues me gusta
ser puntual). Importa no perder la paz, ni la alegría…, importa no dejar de
amar… ni en el hospital, ni en la carretera, ni al llegar.
Ya en el Centro Mariápolis, una que venía de
Santander, con sus 75 años, nos cuenta que se le acaba de romper la correa de
la distribución del coche y tendrá que salir (y alguien llevarla) varias veces
a un taller.
Una seguridad: si hay estas 2 raíces de cruz (y
tantas otras de cada uno) encuentro con el Crucificado (con Jesús Abandonado),
los Ejercicios producirán mucho fruto.
Algunos inscritos no vienen a
participar. Menos ejercitantes que nunca: “a más tocamos”, se me ocurre bromear
(más Espíritu Santo para cada uno “en el reparto”). ¡Pero con más variedad de
edades! Y la edad media más joven de los últimos años. Y muy distintos todos.
¡¡Reto: unidad en la diversidad, reflejo de la Trinidad!!: “crear” familia, a
imagen de la de Nazaret.
Y creo que lo uno y lo otro así fue
realmente, por eso como conclusión, me venía espontáneo leerles al acabar: “…os anunció una gran alegría… hoy en la ciudad de… ¡¡aquí y ahora!!, os ha nacido el Salvador, el Mesías, el Señor... Y una multitud del ejército
celestial alababa a Dios cantando: ‘gloria a Dios en el Cielo y en la tierra paz a los hombres que Dios ama…’!”
En el rato de compartir los frutos, más o
menos uno se expresaba así al final (y creo que recoge lo esencial de todos): “He logrado rezar mucho y bien, con más
sosiego y profundidad que a diario. He sentido la unión con Dios a través del
trato y la relación y la comunicación con los demás. ¿Siento paz? ¡Sí! ¿Siento
alegría? ¡Sí!...”.
Paz y alegría multiplicadas después en
la corriente de comunión y vida compartida estos días posteriores a través del
grupo de WhatsApp creado como consecuencia, que nos hace continuar con esos
ejercicios ya en la vida diaria.
Alguna de vuestras EXPERIENCIAS tratando
de llevar a la práctica diaria la Palabra de diciembre («Dios viene… y os salvará», Is 35,
4), la de noviembre («Todo lo puedo en
Aquel que me conforta», Flp
4, 13) y la de octubre («Perdona a tu prójimo el agravio, y, en
cuanto lo pidas, te serán perdonados tus pecados», Si 28, 2):
1.- “…desde
luego, Dios nos ayuda y nos habla siempre cuando lo necesitamos, a través de lo
que sea. Hoy he leído la Palabra de vida de diciembre y dos de las experiencias
parecían haber sido escritas específicamente para mí: gracias, Señor, y gracias
a vosotros. Un abrazo a todos, aunque no os conozca, pero eso no impide estar
unidos…”
2.- “…había tenido un “rifi rafe” con mi marido. Y pensé:
“pues te vas a quedar sin patatas fritas”, (a él le encantan). Y de pronto, me
vino a la cabeza el “dado del amor” que en Misa con los niños habíais tirado y
había salido “ver a Jesús en el prójimo”.
Fue un relámpago. Solo para una patata, monté todos los preparativos para
hacerle patatas fritas. Me invadió la felicidad…”.
3.- “…no sé ni qué decirte. Acabo de
leer los testimonios que me envías y me siento muy pequeñita.
Desde mi
puesto de trabajo intento asesorar lo mejor que sé y dar todo de mí, pero en
ocasiones como en esta semana me he saturado mucho y lo que más me preocupaba
es que me sentía totalmente desplazada, como si no encontrase mi ubicación.
Desde mi
separación, he salido de mi zona de confort y me enfrento sola a muchas
historias personales que no me creía capaz y eso es también crecer.
Cuando a veces
hacía cosas, no acababa de entender la razón de darles ese sentido que he
percibido en los testimonios que me mandas y ahora lo he reconocido: por eso me
ocupo de hacer las cosas con ese valor añadido, aunque me desgaste. Mi máxima
es que la vida es un intercambio y aunque estoy cansada, (ya que siempre suelo
ser el “motor” de las cosas), necesito invertir tiempo en ayudar a alguien al
que destino mi apoyo, como es el caso de este trimestre que es mi vecina, de la
que te hablé.
Quizás mi vida
está más llena con esa vocación de servicio...
Encontrarte no
es causal, Paco: Alguien te ha puesto en mi camino y todavía no sé para qué,
pero ya lo iré descubriendo. Hablar contigo sin que me juzgues, me da paz y me
acerca más a Cristo.
La llegada del
Adviento es para mí un tiempo de ilusión, de acercamiento de familia, de
desarrollo del amor en todas sus dimensiones, pero por encima de todo es un
agradecimiento a nuestro Creador que me llena de luz y me hace sentir la dicha
de estar viva…”
4.- “…gracias por ponernos en pie en
este vivir para el Señor y ayudarnos, en este caminar diario. Este mes he visto la palabra tan real en mi vida: “todo lo puedo en aquel que
me conforta”. Una persona sumamente dura conmigo, trata
de manejarme otra vez. Y recé: “Tú
que sabes todo. Tengo que amar a esta persona con lo duro que es para mí y como es. Y aceptarla, ya que
no va a cambiar”. Y me sentí con paz y fortalecida, libre: con su
ayuda podré, y por Él.
Otro aspecto importante ha sido ver cómo Dios nos conforta con pequeños detalles. Me he sentido juzgada y tengo que callar para evitar dañar a otros. Lo cual me acarrea incomprensión,
marginación,
medias verdades en el diario. Y me
hace sufrir. Pero Dios, que es grande, me ha devuelto antiguas amistades, que por el whastapp son una bendición. Y me
confortan… Toda una riqueza en este compartir. Y por la que doy gracias a Dios,
con la oportunidad de trasmitir mi fe en Él…”
5.- “…te estoy muy
agradecida por la PdV: siempre me ayuda a acercarme un poquito a Dios.
…nosotros otra vez a las puertas del
quirófano: operan nuevamente a mi marido del tumor…
…también se podría decir que tengo a
mi cargo a mis padres con 82 y 91… Siempre me digo: “Dios no me va a dar
más carga de la que yo pueda llevar y no va a permitir que estén los tres
enfermos a la vez”, aunque este otoño he tenido una temporada en la que ha
estado mi padre ingresado una semana, y alrededor de unas tres semanas han
necesitado médicos los tres y no he salido del Puerta de Hierro; pero ya ha
pasado…
…a pesar de todo, aún me queda
tiempo para colaborar en actividades de la parroquia y para visitar a los
abuelitos de la residencia de mi pueblo: esto sobre todo, llena mi interior, es
un bien para mí, me ayuda a acercarme a Jesús, porque es totalmente
voluntario…; cuando algún día me cuesta hacerlo le digo a Jesús: “te lo
ofrezco”; cojo el coche y voy a la residencia. Dios cruzó en mi camino a
una anciana muy egoísta, pero muy sola y necesitada de compañía.
Ya te conté que yo había estado muy
lejos de la Iglesia: aún hoy me siento lejos de Jesucristo; me aleja el pecado,
la falta de amor, caridad, con las personas que más quieres y… …le digo a Jesús
“sola no puedo, ayúdame”…
…y lo que es más importante: amar a
Dios sobre todas las cosas, si sólo pensarlo me asusta, me es tan difícil. Y al
prójimo, fíjate; ya te he contado. Pero sí quisiera poderlo hacer.
De verdad, que te estoy muy
agradecida y, si Dios quiere, puede que en enero te vaya a visitar…”
Si quieres leer más
experiencias similares,
de gente de todo el mundo,
N.B.: tú también
puedes compartir las experiencias
que, por gracia de
Dios, hayas podido realizar
poniendo en práctica
el Evangelio;
“pincha” aquí abajo en
“comentarios” y escríbela;
o, dado que en algunos
navegadores eso no funciona,
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