viernes, 30 de diciembre de 2016

JESÚS NACE... Y SALVA HOY

VIDA DE LA PALABRA               últimas semanas de Diciembre

Alguna de mis EXPERIENCIAS tratando de llevar a la práctica diaria la Palabra de diciembre («Dios viene… y os salvará», Is 35, 4) y la de noviembre («Todo lo puedo en Aquel que me conforta», Flp 4, 13):
1.-        Tras la Misa del Gallo, (la 4ª del día –más un bautizo– y otras 4 que me esperaban el domingo de Navidad, y la correspondiente media hora previa a cada una confesando), dos jóvenes quieren confesarse. A pesar de mi absoluto cansancio, (y de estar a la vez improvisando un “piscolabis” en el salón parroquial para festejar con los parroquianos que buenamente quisieran cantar un par de villancicos), me pareció un regalo de Navidad poder atenderles con paz: Jesús quiere nacer en todos. “Dios viene… y os salvará”.
         Esa misma tarde, otra persona que se confesó, -fue un rato precioso de fraternidad-, se ofrece para ayudar como voluntaria en Caritas parroquial o en su comedor. Dios viene… y os salvará”. A la Misa que celebré instantes después en la capilla del hospital, se había ofrecido a tocar la guitarra un señor de otra parroquia. “Dios viene… y os salvará”: ¡y yo que días antes temía que sin música no pareciese todo lo festiva que merecía el Señor por su Navidad!
Una señora me cuenta que hace bastantes años fue sola a una clínica a abortar por toda la presión familiar y de amistades (varios hijos, edad mayor…). Cuando le llegó su turno y la nombraron, de pronto ella dijo: “un momento, está abajo; voy a llamarla”. ¡Y se escapó! Y me decía: “nunca he sido más feliz que bajando esa escalera; y ahora lo sigo pensando: nunca me lo hubiera perdonado
a mí misma; y nunca hubiera podido mirar a los ojos a mis otros hijos”. Y su marido, con sonrisa angelical, sentencia: “yo sabía que no lo haría”. Y al rato señalan triunfantes y sonrientes un grupo de jóvenes: “allí está ahora”.
Al día siguiente, una chica de otro pueblo viene a hablar conmigo: pensaba abortar, fue a la clínica, pero no se atrevió; seguía indecisa, pero necesita ayuda. Le cuento la historia del día anterior, y sonríe esperanzada. “Dios viene… y os salvará”. Busco contactos que la apoyen y ayuden: los llamamos. Al final, le digo: “y ahora te voy a pasar la factura de mis honorarios: si un día decidieras bautizar a tu criatura, –ella no es creyente, o por lo menos, no practicante–, me pido realizar el Bautismo”. Sonríe y afirma que así sería.


Alguna de vuestras EXPERIENCIAS tratando de llevar a la práctica diaria la Palabra de diciembre («Dios viene… y os salvará», Is 35, 4), la de noviembre («Todo lo puedo en Aquel que me conforta», Flp 4, 13) y la de octubre («Perdona a tu prójimo el agravio, y, en cuanto lo pidas, te serán perdonados tus pecados», Si 28, 2):

1.-        “hace unos días, llamaron a mi puerta. Generalmente no abro... pero… delante de mí, dos guardias civiles con esa presencia imponente que... impone: "Tiene una denuncia por agredir a una enfermera y eso está penado". ¿Yo…?,- respondí-, si es a mí a la que han agredido !! "Búsquese  abogado y algo que lo acredite"
Me dan ganas de gritar, de llorar y finalmente hago lo último como desahogo lamentando mi suerte: ¡no me lo podía creer y todavía sigo sin creérmelo!, pero leo las vivencias de otros, que me envía felizmente el padre Paco (a él y a Dios las gracias) y sonrío comprobando que todos, absolutamente todos por una causa u otra andamos a trancas y barrancas.
Tomo la hojita de la PdV que prometí leer de vez en cuando y que por la "agresión" desagradable dejé de leer, y me encuentro de nuevo llamándome "cobarde" ya que a las primeras de cambio, tiro la toalla. Nada, a empezar de nuevo gracias a este correo que me invita a remontar de nuevo. Gracias, padre Paco

2.-        “gracias, Paco. Una experiencia que hice hace 2 días es que estaba preocupado por el ambiente entre profesores. Alguno había "explotado", y en otros sus caras mostraban malestar. El clima famoso y precioso de unidad de nuestro centro es lo que estaba en peligro. Lo compartí con dos compañeros… y por supuesto con el Señor: "¡Él viene a salvarnos!".
Cuando empezamos las juntas de evaluación vi que el ambiente era el de siempre, las caras también, a pesar de la preocupación por los alumnos porque no han trabajado en general nada este trimestre... Y me siento salvado

3.-        “yo sigo todo el día con gente en casa terminando la obra. ¡Qué paciencia! Hoy, por ejemplo había quedado a comer con una amiga y justo se ha presentado el cristalero y no he podido ir. Procuro ser amable con todos y lo agradecen. El otro día se iban a comer los ebanistas y llovía, así que les dije que cogieran un paraguas. En el paragüero sólo había uno de hombre y estaba medio roto, les dije que ese no y que iba a buscar otro. Uno dijo: “no se moleste, llevamos ese, si nosotros somos obreros”. Dije que para mí todas las personas !qué bonito! ¡Y además que es verdad!...”. Les di uno nuevo: es más, lo estrenaron.
eran iguales y me gustaba tratarlas lo mejor posible. Contestó: “
Y otra experiencia... El otro día en el catecumenado de confirmación les propuse (como el año pasado) una experiencia para Navidad: debían pensar en una persona y hacerle un regalo que no costara dinero. A la vuelta compartiremos la experiencia. Pero ya dijeron los regalos: “dedicar tiempo a mi abuela”, “ayudar el día de Nochebuena más a mi madre”, “no protestar cuando mis hermanos propongan planes”, etc... Y una dijo: “pues yo haré las paces con mi padre, que no nos hablamos desde el verano”. ¡¡Creo que serán unos regalos verdaderamente preciosos!!

4.-        “…os deseo Feliz Navidad y un genial Año Nuevo y que estos días tus trabajos eclesiásticos tengan un buen resultado. El día de Navidad voy de voluntaria a repartir comida y regalos a personas sin hogar, ¡estoy muy contenta por realizar esta labor humanitaria!…

5.-        “…estos días están siendo un poco particulares. No sólo por la Navidad. Por un lado tengo que confiarme a Él como un niño y por otro tengo que poner toda mi parte en hacer las cosas correctamente. Amar inteligente y diligentemente. Es una experiencia ver que Él me acompaña si le abro la puerta de mi corazón más que intentar confiar solo en mis fuerzas…

6.-        “vine con toda la ilusión a pasar la Navidad con mi familia, después de 3 años… El día 23… un TAC craneal a mi madre, porque no la veía bien...: y la sorpresa de un tumor. Estamos todos destrozados. Dentro de lo malo, el tratamiento es sólo quirúrgico… pero tenemos mucho miedo. Pongo en unidad contigo y a través de ti… para que recéis por su recuperación…
 …Son las pruebas que Dios Padre nos pone. Sé, que en su infinita misericordia, nos la pone para que nos fortalezcamos como familia.
Hay un ambiente caótico por disgusto, pero de armonía y unión familiar ante la adversidad. Todos estamos unidos frente a un mismo propósito. En la cena de Nochebuena mi madre hizo la bendición de los alimentos y pidió por todos. Y luego el brindis, todos dijimos que no necesitábamos decir lo que le pedíamos al Niño.... es agridulce.... pero es nuestra realidad en este momento



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