sábado, 30 de enero de 2016

SENCILLEZ DE LAS PROEZAS DE DIOS

VIDA DE LA PALABRA           últimas semanas de enero
Algunas de mis EXPERIENCIAS tratando de llevar a la vida diaria la Palabra de enero («Llamados a anunciar las proezas del Señor”»cf. 1 2, 9) y la de diciembre («Preparad el camino del Señor, allanad sus senderos», Mc 1, 3):
1.-        Hace unos días, recibí el siguiente correo-e.: “…no sé si te acordarás de mí. Soy una chica que fue a Fátima en verano y te dije que te escribiría mis vivencias y así lo hice. El hecho es que tengo preguntas y dudas que sólo un sacerdote podría contestarme y era para saber si no te importaría ayudarme…”.
Resulta que en junio fui a celebrar en Madrid el funeral por d. Pasquale Foresi y en la puerta de la parroquia había jóvenes vendiendo magdalenas para su viaje de verano. Al principio pensé no comprar: iba a ser un engorro estar 2 días con las magdalenas, (pues yo me quedaba a dormir ese día en Madrid), y, además, al día siguiente me tenía que mover en metro y tren. Pero le dije, dándole mi tarjeta: “te las compro con una condición: si quieres, a la vuelta de vuestro viaje, me escribes y me cuentas tus impresiones”. Eso hizo en septiembre y, ahora, por sorpresa recibo ese nuevo mensaje, a raíz del cual estos días ha empezado un bonito cruce de correos-e.

1b.-     Esto me hizo recordar también a otra chica: ¡y justo me escribe al día siguiente! Esta trabajaba en la estación y la conocí por aquellos mismos días: me paré a saludar a una compañera suya en su “stand” y al notar que esta miraba de reojo… me puse a hablar también con ella, que al final me dijo: “reza por mí…”. “¡Encantado!” y le di la bendición en la frente: se sorprendió mucho y sonrió. Varias semanas después, lo mismo, y también a su compañera. Pero desde septiembre ambas cambiaron de trabajo y les perdí la pista.
Cuál no sería mi sorpresa cuando a primeros de diciembre me suena el móvil y veo un número para mí
desconocido. Era esa chica: “hace muchísimo que no lo practico, pero se me ha ocurrido que podría confesarme, ¿y quién mejor que tú?”. Aunque vive en la otra punta de la ciudad, pocas horas después vino: fue una alegría mutua.
Empecé a mandarle la PdV mensual y justo estos días me contesta: “Hola Paco: ¿cómo estás? Perdona por estar “ausente”: este mes vinieron muchas noticias que ya te contaré más tranquilamente; me acuerdo mucho de ti y leo lo que me mandas. Hoy, por ejemplo, volví a quedar con mi gran Amigo Jesús 😊: me sienta muy bien ir a Misa, me da mucha paz…”.
            ¡¡Anunciad las proezas del Señor!!

2.-        La PdV de enero nos recordaba el ecumenismo, al caer en enero la Semana de Oración por la unidad de los cristianos. Hay que orar; y en las grandes y pequeñas ocasiones recordar y vivir lo que nos une: “ecumenismo de pueblo”. En la estima recíproca, caminar poco a poco hacia el “que todos sean uno” anhelado por Jesús.
Uno de los días de esta semana me llamó la esposa del sacerdote ortodoxo rumano (él no se expresa todavía bien del todo en español): están pensando en realizar algo a favor de la vida, para paliar el drama del aborto, y habían pensado que yo podía aconsejarles. Me agradó la confianza (fruto de nuestra buena amistad) y que
en estos “campos” comunes podamos colaborar y unir fuerzas. Tal como me pedía, le aconsejé con quién ponerse en contacto con católicos que colaboran en ello y le recomendé algunas asociaciones.
            La señora que a veces nos ayuda a limpiar es también ortodoxa. Viendo que su marido y su hijo llevan mucho en paro, procuro darle algo más: muy honrada, digna y supertrabajadora, no quiere aceptar; siempre le tengo que insistir 5 ó 6 veces (y a veces ella se queda un rato más). También cuando le doy alguna cosa en alimentos: “pero si ya me diste el aguinaldo de Navidad”.
            Algunos ortodoxos (rusos y algunos otros) celebran la Navidad el 7 de enero (Nochebuena, el 6). Un año más, me he entretenido en mandarles por correo-e. con todo cariño (aunque esta vez ha sido muy escueta) una felicitación navideña.
            En el supermercado dejó de trabajar una chica que era cristiana protestante para irse a otro de la misma cadena recién abierto en el pueblo donde vivía ella. Habíamos hablado varias veces y nos llevábamos bien. Un día en el tren empecé a encontrarme a una señora que es de ese pueblo. Se me ocurrió preguntarle… y… sí, va a ese supermercado y por la descripción sabía quién es esa chica. Así que, además de darle mi tarjeta, le di otra para ella. Semanas después, poco después de Nochebuena, me llega un WhatsApp: “Buenas tardes, feliz Navidad!!!!!,soy… la q estaba en el súper... Q Dios te bendiga !!!!”.


Alguna de vuestras EXPERIENCIAS tratando de llevar a la vida diaria la Palabra de enero («Llamados a anunciar las proezas del Señor”»cf. 1 2, 9), la de diciembre («Preparad el camino del Señor, allanad sus senderos», Mc 1, 3) y la de noviembre («…para que todos sean uno»,Jn 17, 21):
1.-        “en mi voluntariado en un colegio en la zona norte de la ciudad, con niños más desfavorecidos y con menos oportunidades. Estoy encantada con el proyecto y con ellos. Veo en cada uno de ellos a un hijo de Dios, a un hermano: desde ese lugar trabajo con ellos. Los quiero, y me pongo en manos de Dios para hacerlo lo mejor posible y aportar mi
granito de arena para construir un mundo algo más justo y hermoso.
Por otra parte, cada día más feliz en mi matrimonio. Creciendo con mi marido, mis hermanas, mis amigos, la familia. Estoy muy agradecida con Dios por tantas bendiciones que recibo de Él cada día...
Gracias de nuevo por compartir la Palabra y estos testimonios. "Ser el amor para encontrar ese hilo de oro". Ese es mi deseo, mi oración y mi trabajo

2.-        “acabo de perder a una tía, era religiosa... Hemos estado varias sobrinas con su Comunidad y ha sido maravilloso notar la presencia de Jesús entre todas nosotras, en el velatorio, en el funeral y en el entierro, reinaba la Paz, el Amor y la Tranquilidad...
Dedicó su vida a atender a enfermos. En la homilía del funeral, el sacerdote reflejó la alegría y disponibilidad que la caracterizaba: fue muy emotiva. Doy gracias a todas las hermanas de su Comunidad, que no la han dejado sola y nos han transmitido la Paz con la que descansó en el Señor

3.-        “los viernes nuestro párroco lleva la Comunión a los ancianos de la residencia de mayores del pueblo. Este viernes se encontraba una anciana a la cual llevaron a la salita a solicitud de su hijo, (ella por su discapacidad no puede hablar y tampoco puede recibir la Comunión por su gran dificultad para tragar). Cuando el párroco terminó y dio la bendición, con gran dolor y con gestos ella le pedía el crucifijo. Se lo acercó. Fue impresionante ver cómo abrazaba y besaba llorando el crucifijo, cayéndosela la baba y con mucosidad; cómo lloraba por no poder recibir el Sacramento. Te lo puedes imaginar: abrazada al crucifijo y a la vez el párroco abrazándola y besándola a ella. No he podido borrarlo de mi mente: llora mi corazón en la Santa Misa cuando voy a recibirle, al pensar con la poca profundidad que vamos a Él y en el amor y el dolor de esta ancianita. 
Lección bien aprendida de amor y caridad: ahora hay que llevarla todos los viernes un poquito más de Él. En alguna ocasión le había leído alguna lectura, algún evangelio o la he leído la Comunión espiritual; pero ya no puede ser alguna vez, ahora hay que hacerlo todas las semanas.
Paco, cuando el párroco se fue, la llevé a otra sala, pues esa es la de la televisión, para poderla leer la lectura del día
y el Evangelio; la llevaron un vaso de zumo y por respeto no consintió que se lo dieran. Cuando terminé las lecturas, se lo acerqué a la boca, pidiendo a Dios ayuda para que no la pasara nada mientras; sólo conseguí refrescarla, pues el zumo se caía a los pañuelos de papel que saqué de mi bolso para no mojarla. ¡Con qué cariño me miraba!
Estos detalles nos hablan de que Dios existe…
…muchas gracias nuevamente por acercarnos con la Palabra de vida un poquito más a Dios

4.-        “este mes estamos llamados a "anunciar las proezas del Señor". ¡Y de qué manera! En el Cursillo he visto una vez más como, con la oración y sacrificio de tantos, el Señor ha movido los corazones a la conversión: gente no creyente que comienza a tener fe, a rezar. Otros que llevaban muuuuuchos años sin pisar una iglesia, se confiesan y comulgan entre lágrimas. Una primera confesión y comunión, después de que dejara de practicar de niño. Otros que no querían saber nada de la Iglesia, tenían alguna mala experiencia, y descubren otra Iglesia diferente.
Todo esto no porque seamos muy majos, sino porque le hemos ofrecido nuestra nada, y el Señor ha hecho esas proezas. Un regalo especial fue la presencia del arzobispo al final, que estaba encantado. Todo muy marcado por la palabra "misericordia" en este año santo.

         Así que, aunque… los chavales están bastante revolucionados, me siento renovado por este vivir la Palabra y habiendo visto tantas maravillas


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