VIDA DE LA PALABRA últimas semanas de febrero
Algunas de mis EXPERIENCIAS tratando
de practicar la Palabra de Vida de febrero («Por eso, acogeos mutuamente, como Cristo os acogió para gloria de Dios», (Rm 15, 7) y la de enero («Jesús le dijo: ‘Dame de beber’», Jn 4,7):
1.- En la mayoría de las
ocasiones no puedo (y bien que lo siento), acompañar a tantos amigos en
acontecimientos luctuosos o alegres. Esta vez también me resultaba difícil:
había fallecido el padre de un compañero y no iba a poder yo ir ni al entierro
ni al funeral. Pensé en ir previamente al tanatorio. Eso suponía algo más de
una hora de viaje, (y otro tanto de vuelta), y, (además de no poder preparar un
tema para los Ejercicios), quedarnos sin hacer la compra para toda esa semana. Pero…
“acogeos mutuamente como Cristo os acogió”. Lo consulté con los compañeros de
casa para verlo en unidad y así asegurarnos de no ser yo imprudente y sí hacer
la Voluntad de Dios: "sí, deberías ir; aunque esta semana no haya compra.
Dios proveerá".
Así que, esta vez pude acompañar
personalmente, (pero también confiado en que las tantísimas otras que me resulta
imposible, si hago la Voluntad de Dios y pido por ellos, ya Él se encargará de
que se sientan acompañados y acogidos aunque yo no esté físicamente).
También en esta ocasión el Eterno
Padre se ocupó de “lo mío”. Para aprovechar el viaje, tomé unos cuantos CDs de
meditaciones. El primero que puse aleatoriamente
era de Chiara Lubich, la cual,
a mitad de esa charla… ¡¡explicaba maravillosamente justo el tema que yo hubiera
tenido que estar preparando para los Ejercicios!! Me dio un vuelco el corazón:
con eso y las ideas que ya tenía en mente, estaba prácticamente listo.
A la vuelta del tanatorio, llegué
sólo con 3 minutos de retraso, (por los atascos imprevistos), a la Misa del
Centro Mariápolis, (Christian, aunque ligeramente mejor, sigue muy delicado y
no podía suplirme).
Luego, además, ¡nunca nos han
llevado distintos de la comunidad tantas veces comidas preparadas a casa como
durante esta semana! También Él se ocupó como no pude hacer la compra.
2.- El sábado de la
semana pasada mi hermano amaneció con una muy desagradable sorpresa: ¡le habían
robado el coche! La única noche que lo había dejado en la calle; un modelo de
coche del que sólo han robado 7 en todo
el año pasado. Nos dolió muchísimo, (además,
en diciembre, otro coche atropelló a su niño mayorcillo, -sin consecuencias
graves al final, gracias a Dios-), pero hemos tratado de sobrellevarlo con paz
y serenidad, no cediendo a la indignación ni entonces ni ahora. Su situación
económica es más bien justita; y los jueves y viernes lo necesita para el
trabajo, (aparte para llevar a los niños, la compra, etc.). Mi madre, (por
cierto, pocos días después le han detectado una nueva hernia intestinal y una
“mancha” en el pulmón…), decía ante una cosa y la otra: “que también esto pueda
servir para gloria de Dios. Por lo pronto está valiendo para unirnos más entre
nosotros, y también a vosotros con vuestros amigos y comunidad”. Mi padre (un
poquitín mejor, pero con la salud deteriorada, como sabes, con parkinson desde
hace 13 años, y puede que también algo de alzheimer), con carita
Al día siguiente, en ese entierro en
mi pueblo, los sacerdotes decidieron que lleváramos nosotros el ataúd tanto a
la entrada en la parroquia como a la salida. Mi cruralgia-ciática está
“asomando” desde hace varias semanas y eso sería darle la puntilla. Pero yo me
sentía más en la obligación, no sólo por familiar suyo, sino para que otros
compañeros mayores no tuvieran que hacer el
esfuerzo. Era el modo también de
“acoger” (además de rezar y celebrar la Misa), ofreciendo ese sacrificio por su
eterno descanso. Ciertamente acabé “baldado” ese día, pero con la gimnasia
antes de acostarme y recién levantado cada día, parece que no termina de
manifestarse totalmente ese dolor de espalda, gracias a Dios.
Nada más acabar ese día el entierro,
un whatsApp: “ha fallecido la hermana mayor de José Varas”. Acompañar
directamente o por teléfono, rezar, ofrecer la Misa. Todo son distintos modos
de “acogeos mutuamente”, es una obra de caridad “rogar a Dios por vivos y
difuntos”.
Algunas de vuestras EXPERIENCIAS tratando
de practicar la Palabra de Vida:
1.- “…gracias a Dios, he salido bien de mi último tropiezo en la vida: como
ya sabes, el pasado julio… me tuvieron que hacer una mastectomía bilateral
radical. Fue una operación muy fuerte y me pudieron reconstruir: todo fue muy
bien. ¡Cuánta gente rezó por mí!: ¿cómo una persona tan nerviosa como yo, pudo
enfrentarse a ese día con una calma inaudita en mi?
Una
semana antes de la operación fui a hacer una
visita a un Santuario; ni siquiera
sabíamos si había misa. Pues bien, no sólo hubo misa, sino que además bajaron a
la Virgen para rezar el rosario, estaba puesta en una trona y pidieron a cuatro
personas para llevarla en procesión (es muy chiquitita) y no salía nadie. Levanté
el brazo y también mi amiga. El padre que oficiaba dijo que empezaríamos
nosotros y luego que nos irían relevando. La sacamos con un sol espléndido; al
dar la vuelta desde la entrada, y empezar el relevo, SE PUSO A LLOVER, y la
tuvieron que meter corriendo. A mí, la sensación que se me quedó, es que la
Santísima Virgen pensó: " YA ME HA LLEVADO QUIEN ME TENÍA QUE LLEVAR,
ahora que me devuelvan a mi sitio y seguís rezando en el templo".
A
veces Dios da valor, otras fuerza, y otras templanza. A mí me mandó un cóctel
con todo eso. Se está en deuda permanente con Dios, y ¿por qué se nos olvidará?…”
2.- “…Paco, realmente interesante y aleccionador tu correo;
yo, en mi insignificancia, envié unos 160 whatsapp para pedir que el día 25 se
pusieran velas en las ventanas, (mensaje previamente recibido y explícito), en
unión a los CRISTIANOS PERSEGUIDOS…”
3.- [desde África:] “…muchas gracias por la Palabra que me
mandas a menudo: me da mucha alegría. En este tiempo de cuaresma me gustaría
que reces por mí para que lleve muy bien la cruz que el Señor me
manda. Estoy ahora en prueba de la vida: hace una semana he tenido un
accidente, se
estropeó mi moto, pero Dios me salvó la vida. No he tenido
ninguna herida. Mi párroco está hospitalizado hace ya un mes y me quedo en la
parroquia solo. Su salud está muy débil.
Tengo que llevar las parroquias y
la escuela sin medio de desplazamiento. Tengo que vivir solo mientras que
me gustaba vivir en comunidad. Sé que tengo que vivir el momento presente, pero
necesito tu ayuda. Muchas gracias por tu amistad. Da recuerdo a
todos de Las Matas…”
de gente de todo el mundo,
N.B.: tú también
puedes compartir las experiencias que, por gracia de Dios, hayas podido
realizar poniendo en práctica el Evangelio; “pincha” aquí abajo en
“comentarios” y escríbela.