sábado, 6 de diciembre de 2014

HOMILÍA NOVENA INMACULADA EN VILLACAÑAS

   Bastantes me habéis pedido la homilía de ayer viernes.
Os la copio aquí, a continuación, aunque no son más que unos breves apuntes (por tanto, hay alguna cosilla que quizá omití y, sobre todo, hay muchas cosas que luego desarrollé más) y toda la fuerza que estas palabras tenían en ese momento, venía del Señor y de la Virgen, y del clima de escucha y amor recíproco (¡¡gracias a los que estuvisteis o la escuchasteis en la radio!!) que desde el principio se creó en la celebración:

NOVENA INMACULADA
Parroquia Ntra. Sra. de la Asunción
 Villacañas (TO.)
Viernes 5 de diciembre de 2014

Prepara moniciones, preces, ofrendas, lecturas…: Asociación de familiares y amigos de enfermos de Alzheimer y otras enfermedades neurodegenerativas

Canta la “Misa manchega”: Coros y Danzas de Villacañas


Is 29, 17-24:              Aquel día verán los ojos de los ciegos.
Sal 26,1.4.13-14:        El Señor es mi luz y mi salvación.
Mt 9,27-31:                 Curación de dos ciegos que creen en Jesús.



NOTAS-ESQUEMA PARA LA HOMILÍA:

1.       “El Señor es mi luz y mi salvación”, hemos repetido con fe en el salmo. Él es luz para nuestros pasos. Estamos en Adviento, tiempo de preparación para la Navidad, para el nacimiento de Jesús, que quiere nacer y renacer en cada uno y en todos. Es, pues, tiempo de espera y esperanza, ¡porque Dios es Amor y nos quiere con locura a todos y cada uno de nosotros!

María, la Inmaculada Concepción, cuya novena estamos celebrando, es figura señera en el Adviento. Y nos ayuda en esta preparación y esperanza.

2.       El 22 de agosto hizo 21 años que me trasladaron de Villacañas. No he dejado de rezar por vosotros todo este tiempo.

          Me alegró que, cuando D. Luis, vuestro párroco, me invitó para celebrar este día de la novena, y me comunicó que el tema que correspondía hoy estaba relacionado con los enfermos de alzheimer y otras enfermedades neurodegenerativas. Porque mi padre, como muchos sabéis, desde hace 13 años padece parkinson y estos últimos meses se ha agravado bastante, quizá mezclado también con un inicio de alzheimer, aunque lleva ahora un par de semanas ligeramente mejorcillo. Yo, y toda la familia, sabemos bien lo que supone estar cuidando a uno de estos enfermos: es un desgaste tremendo y continuo.

          Hará un par de años, cuando mi padre empezaba a ir perdiendo algunas facultades cognitivas, le pregunté: “Papá, ¿cómo estás viviendo todo este tiempo?”. Él, siempre muy “diplomático”, contestó: “¿cómo quieres que la viva?”. Volví a insistir ya más directamente: “todos estos años con el parkinson, ahora a veces un poco ‘despistadillo’… ¿cómo lo estás viviendo desde la fe, desde la espiritualidad?”. “¡Ah!, ¡¡si no fuera por eso!!”, exclamó, (diciéndolo todo con esa expresión). ¡Qué importante es la fe para los enfermos! ¡Ayudémosles a mantenerla, a vivirla! Si no es con Dios, todo esto no se puede llevar adelante. ¡Y qué importante también es la fe para sus familiares y para todos los que les quieren y cuidan!

3.       Yo le pido al Señor a menudo que “no se pierda ni una gota de ese dolor de mi padre y de todos los enfermos, de mi familia cuidándole y de todas las familias; que cada una de esas gotas caiga dentro del cáliz; y que, unidos a Cristo, sirvan para su plan de Redención”.

          Jesús en la cruz, en el máximo de su dolor-amor, llegó a gritar “¡Dios mío, Dios mío!, ¿por qué me has abandonado?”, acogiendo en Sí mismo todos nuestros “por qué”, (los tuyos, los míos, los de todos los enfermos…), y nos enseñó qué era lo que había que hacer para darles sentido. ¡Seguir amando!: amar al Padre haciendo su Voluntad (“a tus manos, Padre, encomiendo mi espíritu”) y a los demás, incluso a los que le crucificaban (“Padre, perdónalos…”). Nos mostró así el secreto de la vida: aun en la noche más negra del dolor, continuar amando a Dios y a los hermanos.

          Hace unas semanas, mi hermano (hombre también de gran fe), escribía en su facebook:
En la batalla contra el parkinson de mi papá está claro cómo acaba la historia... Así son las enfermedades neurodegenerativas. Pero eso no nos desanima para darlo todo en esta lucha, para intentar todo lo que esté en nuestras manos.
Y lo mejor es que, a su esposa y a sus hijos, hay algo que esta maldita enfermedad no nos va a quitar nunca: los maravillosos ratos que disfrutamos en su compañía, cuando todavía es capaz de seguir una alegre conversación y se le nota que está a gusto, y sonríe o canturrea; cuando está contento simplemente disfrutando de estar acompañado de la gente que bien sabe que le queremos... aunque la mayoría de las veces ya no es capaz siquiera de reconocer quiénes somos exactamente cada uno de nosotros y a lo más que llega es a saber simplemente que somos de los suyos, de los que le queremos, de su familia, de los que estamos orgullosos de poder seguir disfrutando en nuestras vidas de una de las personas más maravillosas de este mundo”.

4.       El motivo por el cual vuestro párroco me ha invitado a celebrar uno de los días de esta novena es que este año, como sabéis, he celebrado mis bodas de plata sacerdotales.
Los primeros cuatro años, aquí con vosotros y para vosotros. Luego, me trasladaron al último pueblo de nuestra archidiócesis de Toledo, a Zarza Capilla, ya en provincia de Badajoz.
Después el Cardenal D. Marcelo me pidió que me ofreciera voluntario para ir a servir en la diócesis de Guadix, en Andalucía. Pero antes me mandó a hacer la Escuela sacerdotal internacional, (el Curso de Espiritualidad de Comunión para sacerdotes), en la ciudadela de testimonio de Loppiano, una pequeña población cerca de Florencia donde vive gente de todos los países y cuya única ley es vivir el Evangelio. Un trocito de cielo aquí en la tierra, pero no porque fuera fácil: ya podéis imaginar que las diferencias de idiomas, de costumbres, comidas y temperaturas eran siempre una dificultad, pero lejos de convertirse en un problema, eran la oportunidad para vivir el amor recíproco que nos enseña Jesús para que Él pueda cumplir su promesa donde dos o más están unidos en mi Nombre, allí estoy Yo en medio de ellos”.
Regresando a España, ya fui a la diócesis de Guadix, con otro sacerdote toledano; en principio, por 3 años, que se convirtieron en 7 por insistencia del obispo de allí y atendimos juntos varios pueblecitos de sierra.
Después, el Cardenal D. Francisco, me dio permiso para ir de nuevo a Loppiano, esta vez en el equipo de formadores, pero… ¡a los pocos días cambió de opinión y me dijo!: “para irte a Italia, te cedo a la diócesis de Albacete, ya que allí tienes tus orígenes”. Allí estuve en Yeste y 11 de sus aldeas. Y después de un año, me llamaron para ir a Madrid, donde llevo ya 11 años. Han sido 25 años de ministerio que se han pasado en un suspiro: feliz y contento. Algunos me preguntan: “¿y cuál de estos años ha sido el mejor?”. Y con infinita gratitud tengo que responder: “cada uno ha sido el mejor; sí: porque Dios cada año nos regala el mejor año; cada día nos regala el mejor día”. A mí y a todos y cada uno. Si volviera a nacer, sería sacerdote; a pesar de mis deficiencias, pecados y limitaciones. Confiado en la Gracia de Dios.

5.       Ahora vivo en unidad con 4 sacerdotes en un Centro de espiritualidad de comunión, (de nombre “Cor Unum”): uno de ellos, (acaba de cumplir 85 años), padece también una enfermedad neurodegenerativa, esta desconocida; y, (a pesar de su cada vez más patente limitación en las piernas y en el hablar), siempre está contento y alegre, bromeando con todo el mundo. Otro de los sacerdotes, (este joven, con 35 años), tiene esclerosis múltiple, más allá de la cual está estudiando su doctorado en teología con plena ilusión.
          Entre todos tratamos de ayudarnos y hacer patente la realidad de la presencia de “Jesús en medio” de nosotros, (también junto con todas las demás personas de la comunidad con las que tratamos todos de ser Obra de María), para ofrecerla a sacerdotes y laicos que vienen a visitarnos.

6.       María, nos muestra y nos da a Jesús. Ahora en Adviento, en la novena de la Inmaculada Concepción, nos disponemos a la Navidad. Y Navidad puede ser no sólo el 25 de diciembre, sino cada día, si no nos cansamos de amar a cada prójimo como Jesús nos enseña, (y María también nos muestra), y si vivimos de modo recíproco ese amor. Entonces permanecerá siempre viva la esperanza.
Y así podrá ser Navidad en uno mismo, y en medio de cada hogar, de cada barrio, de la parroquia, del pueblo. Y así puede ser Navidad también hoy y todos los días.

Sólo y todo para gloria de Dios.
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Saludo final:
Agradezco a vuestro párroco, Luis, y a todos los sacerdotes la invitación para celebrar esta Misa y la acogida fraterna que siempre me dispensan.
Os agradezco a cada uno de vosotros, (incluidos todos los que han seguido la celebración por la radio parroquial), vuestra escucha tan atenta.
Agradezco también a la Asociación de amigos y familiares de enfermos de Alzheimer la cuidada preparación de la ceremonia, así como a los coros y danzas las canciones, ¡que no en vano soy también manchego!
En Las Matas (Madrid) tenéis todos vuestra Casa y un amigo que os quiere.
Id por allí cuando os apetezca, como algunos hacéis de vez en cuando y como hicieron en julio vuestro párroco y un grupito, (y pasamos un día sencillo y estupendo). Le pedís mis señas y vais, escribís o llamáis siempre que queráis.

3 comentarios:

  1. ¡Enhorabuena por la homilía que nos has dicho!: creo que a todos nos ha llegado. Con un mensaje bastante profundo y que a m´´i al menos me ha emocionado. Gracias por estar con nosotros.

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  2. Muchas gracias. Yo no pude asistir, pero mi madre sí q estuvo y me lo contó: estuvo fenomenal, muy emocionante.
    Gracias x acompañarnos

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  3. Muchísimas gracias, Paco, por las palabras tan bonitas que nos dedicaste. Nadie mejor que tú conoce nuestra situación, nuestro sufrimiento con los enfermos y nuestro amor por la Inmaculada Concepción.
    Lograste emocionarnos. Salimos de la iglesia llenas y satisfechas por la organización y lo bonita que resultó la novena. Gracias de nuevo.

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