VIDA DE LA PALABRA Diciembre 2014
Alguna de mis EXPERIENCIAS tratando
de practicar la Palabra de Vida de diciembre («El que tenga
dos túnicas, que comparta con el que no tiene; y el que tenga comida, haga lo
mismo», Lc 3, 11):
1.- Caminando hacia el
trabajo, me fijo en un señora con un moño curioso. Con ello, me doy cuenta que
se acerca a un hombre y parece que le pregunta algo. Los gestos dan a entender
que ninguno sabe. Así que, me desvío unos metros y, (me da "corte", y
más no habiéndose dirigido a mí, pero, pienso, "a lo mejor tengo 2
túnicas…, es decir, sé algo que ellos no…"), les pregunto si necesitan
algo. Ella dice el nombre de una calle. "Es precisamente esa de ahí
enfrente, -y añado-, ¿a qué número va?". ¡Es justo el único
número que
conozco de esa avenida! Así que le señalo el alto edificio. Sorprendida y muy
sonriente, como tranquilizada y ya relajada, me da las gracias, (se nota que le
sale del alma). Me sentí casi como "un ángel de la guarda", o, mejor
dicho, pensé que su Ángel de la Guarda era quien me impulsó a acercarme.
Y al día siguiente, algo similar,
aunque el destinatario esa vez era yo: al llegar a la estación, se acababa de
marchar mi tren (en hora punta, habría otro en 20 minutos) y a una amiga le
pasó lo mismo. Nos pusimos a charlar animadamente. Y como habitualmente en ese
espacio de tiempo no pasan otros trenes, en cuanto llegó el primero, nos
dispusimos a subir; ella se dirigió al último vagón como siempre, donde le
gusta leer, así que yo me fui hacia delante, que me queda mejor luego a la hora
de bajar. Me extrañó no conocer a nadie, así que me puse a leer y, a los pocos
minutos, ya casi en la siguiente estación, veo entrar en el vagón a esta amiga,
que me hace gestos y medio gritando dice: "¡este no es nuestro tren; este va
a otro sitio!". Así que, "por los pelos", nos pudimos bajar en
esa estación, (que todavía es común antes de la bifurcación de vías), y esperar
el nuestro. ¡Tuvo el detalle de recorrerse todos los vagones, -aunque las
rodillas le molestan-, para avisarme! Ella fue mi ángel de la guarda ese día.
2.- Una de las cosas que
hicimos preparando la Navidad, fue apuntarnos a un festival de villancicos toda
la comunidad de la "Ciudadela Castillo
Exterior" (todos los que colaboramos "como familia"
alrededor del "Centro Mariápolis Luminosa").
Dado que uno de nuestros objetivos, es testimoniar la "unidad en la
diversidad", viendo que esto a veces falta en España, ensayamos un popurrí
de villancicos al que titulamos "La unidad de los pueblos". En la
comunidad, estamos de todas las edades y de todas partes de España. Así que
engarzamos el "Fun, fun" en
catalán, un villancico canario, otro en vasco, uno precioso
compuesto por el
conjunto internacional Gen Rosso, otro en gallego muy melódico y el "Dime, Niño, de quién eres" para que
todo el público también cantara. Resultó precioso, (incluso en los ensayos):
desde un niño que hacía un solo, hasta José con sus 85 años en la silla de
ruedas, (que, no sé si era en el villancico gallego, siempre se le escapaban
las lágrimas).
A toda la gente le gustó. Anteayer
mismo, al bajarme del tren, un matrimonio directamente dice: "¡qué
entonado, qué bonito!". Al principio yo no sabía a qué se referían:
"vuestro villancico encantó a todos; armonioso; ¡enhorabuena!".
Algunas de vuestras EXPERIENCIAS tratando
de practicar la Palabra de Vida de diciembre («El que tenga
dos túnicas, que comparta con el que no tiene; y el que tenga comida, haga lo
mismo», Lc 3, 11) y de la de noviembre («En Ti
está la fuente viva», Sal 36, 10):
1.- “…gracias
por las palabras de vida y las exp... que ahora me vienen muy bien, pues estoy
de voluntariado en Paraguay. El trabajo que me ha tocado este año es duro,
pero a la vez es recordar lo que se me empezaba a olvidar; los enfermos de
psiquiatría, no parar ni de día ni de noche; yo estoy por el día. Una no calla:
al principio algún día le decía yo “calla un poco”, ella me respondía: “la
española ha llegado a mandar; ¡marcha para tu tierra!”, pero yo le decía un par
de cosas y se le pasaba. Yo pensaba: “este es el Jesús enfermo”. La hago reír,
le doy mimos y se acurruca en mí y me abraza. Es un amor recíproco, es vivir el
evangelio cada día. Me voy a acostar tranquila, dando gracias a Dios. Otra
persona mayor, que no ve casi, ni oye, estuve en el hospital 14 horas con ella
pues estaba ingresada y en la noche cada 15 minutos me llamaba; a pesar de todo
es buena enferma, pues ella me quiere mucho e intento “ver” a Jesús en ellas,
pues Jesús dijo: “lo que hagas al más pequeño, a MÍ... Trato de estar pendiente
de los detalles: si les falta algo, cuando salen a la calle sacarles los
cojines, su ropa planchada, etc. Otra persona mucho más joven me ayuda, pero
tengo que estar pendiente de muchas cosas: que vaya bien vestida, sobre todo
cuando sale a la calle... Este es mi voluntariado este año, aunque tengo que ir
a ver a los niños que van descalzos al colegio…”
2.- “…iba
cansada por las
calles de una ciudad y, bastante despistada, buscaba el autobús y no tenía
muchas monedas. De pronto un chico negro pedía de rodillas en un suelo frío.
Me acordé de la frase del Evangelio “…a quien te pide dale…” y, acorde además
con la palabra de este mes, le di los dos euros con que pagaría el
autobús, pensando que quizá no tendría cambio luego. Pero después todo se
resolvía con mucha facilidad, como si alguien me guiara; me sorprendió y hasta
me sentía mejor que antes de encontrar a este chico que pedía ayuda…”
3.- “…en nuestra pequeña parroquia yo doy
catecismo. El año pasado no hicimos nada para celebrar la Navidad con los
niños: yo quedé dolida. Este año le he dicho al párroco que teníamos que hacer
fiesta a Jesús. Dijo que hiciéramos lo que nos pareciera. Nos pusimos de
acuerdo las catequistas y juntas decidimos que cada grupo le cantase un
villancico. Y buscamos una niña para hacer de María, uno de San José y tenemos
un bebe para niño Jesús: ¡este Año sí le haremos fiesta a Jesús!…”
4.- “Buenas noches, Paco.
Bueno, como ya sabes, hicimos el mercadillo para recaudar alimentos: ¡nos cayó
una tromba de agua! Pero no importaba, pues se creó un ambiente de voluntad y
unión por todos con muchas ganas de seguir adelante… que ya no importaba el
tiempo. Sentí que Jesús hace lo imposible, posible; y que estamos en Sus manos:
a pesar de la lluvia recogimos un gran número de alimentos…”
5.- “…adelantando
algunas compras, el otro día estaba en la Casa del Libro y una chica preguntó
allí por uno sobre el poder mágico de los Salmos. Sólo escucharlo ...
"olía a esoterismo" y... ¡¡qué miedo!! Así que, como no lo tenían
(¡menos mal!) me acerqué y le dije que donde sí encontraría todos los Salmos
era en la Biblia, y que había para pedir fortaleza, etc... Parece que buscaba
eso, pero para obtenerlo "mágicamente"... Me lo agradeció mucho…”
6.- “Paco, te reenvío un mensaje
de una amiga que conocí en la peregrinación, (el Señor no deja de sorprenderme
y de hacerme regalos que me ayudan a seguir adelante y a sacarme de la tibieza
con la que a veces le respondo): "…tú sí que me has ayudado: ¡¡¡¡hasta he
invitado a mi casa para año nuevo a unos cuñados con los que no me hablaba hacía
más de 12 años!!!! Pienso en ti en lo buena lo dulce y el cariño que pones en
todo y ya está!!! Eres mágica!!!!!".
¿Con quién mejor iba a compartir este mensaje…?…”
¿Con quién mejor iba a compartir este mensaje…?…”
7.- “… me
enteré que mi nuevo párroco hacía 40 años de celebrar su primera misa. Es muy
atento con nosotras las catequistas: yo una por una fui preguntando qué les
parecía si ese día hacíamos algo por él, para que se sintiera querido. Dijeron
que sí, pero nadie estaba dispuesta a ir a comprar. Yo trabajo y salgo a la una
y media con el tiempo justo para coger el bus, por lo tanto llamé al comercio
para que me esperaran antes de cerrar y me comí un bocata. En fin, puse todo mi
Amor. Hicimos una petición por él en la Misa, llamé una a una y le enseñé el
regalo, (como todas estaban muy ocupadas). Pero yo fui una de tantas y él solo
vio el conjunto, el grupo, (un poquito… cuesta… no ser reconocida…). Pero estoy
contenta y doy gracias a Dios…”
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