VIDA DE LA PALABRA primeras semanas de Diciembre
Alguna de mis EXPERIENCIAS tratando
de practicar la Palabra de Vida de diciembre («El que tenga
dos túnicas, que comparta con el que no tiene; y el que tenga comida, haga lo
mismo», Lc 3, 11) y de la de noviembre («En Ti está la fuente viva»,
Sal 36, 10):
1.- En mi pueblo, cuidando a mi padre todo el día, también por las noches,
resulta al final todo bonito. Sus 13 años de parkinson “se desbocaron cuesta
abajo” desde junio. Ahora lleva 3 semanas mejorcillo, gracias a Dios, pero, en
cambio, por las noches, no descansa. P. ej., una de las noches: después de
habernos acostado tarde, lo levanté a la 1.30, a las 2.30, a las 5, a las 6 y desde
ahí atendiéndolo cada 10 minutos. Como cada vez yo tardo luego al menos media
hora en volver a dormirme, una mirada con el corazón a la iluminada torre de la
parroquia, (que se ve desde mi cama por la ventana a unos 40 metros, ¡el
sagrario está justo ahí!), para hablar con Jesús-Eucaristía, además de
"tratarlo" a Él
también en mi padre. Una de las veces, no entendí lo
que en un hilo de voz mi padre decía; me levanté para escuchar mejor: “te
quiero”, repitió varias veces, no sé si se lo decía al Señor o al que lo
estuviera cuidando, en este caso yo, (no somos dados en la familia a “decirlo”
de palabra, aunque sí a manifestarlo de mil modos), ¡pero, -fuera por lo uno o
por lo otro-, dentro del sueño y mi cansancio, el corazón se me volvió a llenar
de regocijo! La noche siguiente, también durmiendo poco: noche bonita y al día
siguiente no me encontraba demasiado cansado... No me quejo, que los papás
hacen eso y mucho más con sus niños.
Después
de contarles a la mañana siguiente todo ello por whatsApp a los compañeros de
mi focolar (comunidad) me contestó uno: “Qué
bonito, Paco. Una noche que has pasado de Dios en Dios. Comprobamos que nada se
hace pesado... Y así habrás terminado de completar tus experiencias de la PdV
de este mes”.
A la semana siguiente, también bonita
la experiencia, como siempre, “mirando” a Jesús (la torre me lo volvía a
recordar) a Quien también trataba de “ver” de nuevo en mi padre a pesar de
sueño y cansancio acumulados. Varias de las veces que se desveló, esta vez susurraba
tenuemente, a cada jadeante respiración dolorida: “cúrame”, (meses anteriores decía
“¡sálvame!”). Entonces le decía yo: “venga, papi, vamos a rezar juntos el
Padrenuestro (otras veces el Avemaría) para que te cures”. Juntos lo recitábamos
despacio y con su hilo de voz… y se quedaba calmado durante unos buenos minutos.
Algunas de vuestras EXPERIENCIAS tratando
de practicar la Palabra de
Vida de diciembre («El que tenga
dos túnicas, que comparta con el que no tiene; y el que tenga comida, haga lo
mismo», (Lc 3, 11), de la de noviembre («En Ti está la
fuente viva», Sal 36, 10) y la de octubre («Yo soy el pan de vida. El que viene a
mí no tendrá hambre, y el que cree en mí no tendrá sed jamás», Jn 6,
35):
1.- “…preparativos de la Navidad?... yo, ayudar
a las personas que puedo desinteresadamente: es lo que más me reconforta y me
ayuda a no entristecerme (mi padre murió en estas fechas y… aunque pase el
tiempo…). He venido más tarde del trabajo porque he cargado el maletero de
juguetes
para niños con problemas económicos: que no les falte la ilusión de
tener un juguete. Y llevo a muchas personas ropa y enseres de las que mucha
gente trae a la casa de espiritualidad. Paco, no te imaginas cuando les llevo
ropa que otras personas tienen para tirar, la cara de felicidad y
agradecimiento con la que me miran y agradecen.
Todas esas pequeñas cosas son las que me hacen sentir satisfecha y muy
feliz.
He leído todo lo que me has mandado y me alegra tanto el tener la suerte de
recibirlo y poder compartir mis ilusiones y motivaciones con tan grandes y
buenas personas, que me siento halagada porque Dios está tan cerca de mí que
hace que me sienta tan fuerte ante tantas injusticias que más adelante te iré
contando… y gracias, muchas gracias por todo…”
2.- “…desde el verano una chica rusa viaja en el
bus conmigo tres días por semana. En un principio, sólo sonriendo, saludando; después
charlando, y escuchando. Me contó que está enferma y va en bus a que le hagan
diálisis tres veces a la semana. Los sábados, si es fiesta, no hay bus: un taxi
le valdría 100 €. “Por ti, Jesús” y empecé a pensar en gente con coche y a preguntarles
quién la podía llevar a la
ciudad. Estaba difícil: 1, 2…, 6, 7… Ya no sabía a
quién pedir. Con otra persona fuimos a Misa y se lo pedimos a Jesús: al día
siguiente me manda mi amiga rusa un whatsApp diciéndome que consiguió una
ambulancia que la lleva y la trae todos los días. Yo me conmoví y me recogí y
di gracias a Dios, pues el problema era grave ahora que vienen más días de
fiesta: donde nuestras manos no llegan, Él sí llega...”
3.- “…muchas gracias por la Palabra de Vida de
este mes: como siempre, remueve en mí el deseo de ser cada día mejor.
Apenas llegada de la peregrinación por
Italia, quisiera compartir mi experiencia. Nunca he sido muy
"santera" y reconozco que apenas conocía la vida de todos los Santos
de los que nos iban a hablar en este viaje. Tenía un montón de
“encargos” de
amigos mucho más piadosos que yo: escrupulosamente los entregué en mis
oraciones; y para mí, les pedí que intercedieran para que supiera dar ese
“sí” al Señor sin condiciones, como lo dijeron ellos y que a mí me cuesta
tanto. Y también que pueda ser instrumento del Señor y poder llegar a las almas
que Él me ponga en mi camino.
Los días fueron intensos. Después de la
cena solíamos quedarnos un grupito a charlar y tomar una infusión (dormimos muy
poco): eran conversaciones de nuestras vidas, de cómo habíamos llegado
hasta allí, qué buscábamos... Compañeros de viaje, algunos muy retirados de la
vida espiritual. Hasta ahí todo puede parecer normal.
El último día del viaje, una de las
personas con las que nos reuníamos, que acababa de confesarse, vino corriendo a
abrazarme y a darme las gracias.
No paré de darle gracias a Dios por
haberme elegido como instrumento suyo para acercarle a las almas…”
4.- “…cuántas veces había
soñado ese momento de dar juntos las gracias a Dios!! Estuve
"contenida", porque por la mañana pensándolo me eché a llorar. Aún
iré compartiendo más cosas contigo. Ha sido todo tan impresionante que las
palabras no son nada, no pueden explicar todo lo vivido por mi alma.
…utiliza lo que consideres que
puede ayudar a los demás. Puedes servirte de todo lo que he compartido contigo.
Es tan grande que no me lo puedo quedar y me encantaría que sirviera para dar
consuelo y esperanza a otras personas que estén sufriendo. El Amor de Dios es
infinito y nosotros debemos decirle siempre “SÍ”, aunque nos duela el alma y
creamos que vamos a enloquecer o incluso casi morir de tanto sufrir (me he
sentido así muchas veces). No se entiende nada y a veces te sientes hasta
abandonado... Pero Él siempre ha estado a mi lado, cogiéndome la mano... No lo
hubiera soportado de otra manera. Y también me ha mandado "ángeles"
que me ayudaban como tú… y tantos que han rezado.
Y... hay que seguir pidiendo!!…”
5. [whastApp de uno de mis
compañeros]: “…hoy, por realizar un acto concreto
de amor, fui a ver a un amigo en Madrid. Mientras iba, vi que mis zapatos se
están cayendo ya a pedazos y le pedí al Eterno Padre unos zapatos... Mi amigo
me dio un regalo de cumpleaños (fue hace 4 días): [y muestra una foto de unos zapatos nuevos en
su caja]”
6. “…gracias por tus
palabras, que siempre me dan esperanza. Este mes estamos organizando un
mercadillo para recaudar alimentos para familias necesitadas y es un poco duro
coordinar las cosas para que esté al gusto de todos: siempre salen
inconvenientes y, aunque lo vivo con mucha intensidad porque siento que tengo
que hacerlo, a veces me rendiría, pero tus palabras de vida me han animado
mucho. Muchas gracias… ”
Si quieres leer más experiencias similares, nuevas,
de gente de todo el mundo,
N.B.: tú también puedes compartir las experiencias que, por gracia de Dios, hayas podido realizar poniendo en práctica el Evangelio; “pincha” aquí abajo en “comentarios” y escríbela.
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