lunes, 15 de diciembre de 2014

DAR, RECIBIR: ¡COMPARTIR!

VIDA DE LA PALABRA              primeras semanas de Diciembre 

Alguna de mis EXPERIENCIAS tratando de practicar la Palabra de Vida de diciembre («El que tenga dos túnicas, que comparta con el que no tiene; y el que tenga comida, haga lo mismo», Lc 3, 11) y de la de noviembre («En Ti está la fuente viva», Sal 36, 10):
1.-        En mi pueblo, cuidando a mi padre todo el día, también por las noches, resulta al final todo bonito. Sus 13 años de parkinson “se desbocaron cuesta abajo” desde junio. Ahora lleva 3 semanas mejorcillo, gracias a Dios, pero, en cambio, por las noches, no descansa. P. ej., una de las noches: después de habernos acostado tarde, lo levanté a la 1.30, a las 2.30, a las 5, a las 6 y desde ahí atendiéndolo cada 10 minutos. Como cada vez yo tardo luego al menos media hora en volver a dormirme, una mirada con el corazón a la iluminada torre de la parroquia, (que se ve desde mi cama por la ventana a unos 40 metros, ¡el sagrario está justo ahí!), para hablar con Jesús-Eucaristía, además de "tratarlo" a Él
también en mi padre. Una de las veces, no entendí lo que en un hilo de voz mi padre decía; me levanté para escuchar mejor: “te quiero”, repitió varias veces, no sé si se lo decía al Señor o al que lo estuviera cuidando, en este caso yo, (no somos dados en la familia a “decirlo” de palabra, aunque sí a manifestarlo de mil modos), ¡pero, -fuera por lo uno o por lo otro-, dentro del sueño y mi cansancio, el corazón se me volvió a llenar de regocijo! La noche siguiente, también durmiendo poco: noche bonita y al día siguiente no me encontraba demasiado cansado... No me quejo, que los papás hacen eso y mucho más con sus niños.
Después de contarles a la mañana siguiente todo ello por whatsApp a los compañeros de mi focolar (comunidad) me contestó uno: “Qué bonito, Paco. Una noche que has pasado de Dios en Dios. Comprobamos que nada se hace pesado... Y así habrás terminado de completar tus experiencias de la PdV de este mes”.
          A la semana siguiente, también bonita la experiencia, como siempre, “mirando” a Jesús (la torre me lo volvía a recordar) a Quien también trataba de “ver” de nuevo en mi padre a pesar de sueño y cansancio acumulados. Varias de las veces que se desveló, esta vez susurraba tenuemente, a cada jadeante respiración dolorida: “cúrame”, (meses anteriores decía “¡sálvame!”). Entonces le decía yo: “venga, papi, vamos a rezar juntos el Padrenuestro (otras veces el Avemaría) para que te cures”. Juntos lo recitábamos despacio y con su hilo de voz… y se quedaba calmado durante unos buenos minutos.



Algunas de vuestras EXPERIENCIAS tratando de practicar la Palabra de Vida de diciembre («El que tenga dos túnicas, que comparta con el que no tiene; y el que tenga comida, haga lo mismo», (Lc 3, 11), de la de noviembre («En Ti está la fuente viva», Sal 36, 10) y la de octubre («Yo soy el pan de vida. El que viene a mí no tendrá hambre, y el que cree en mí no tendrá sed jamás», Jn 6, 35):
1.-       preparativos de la Navidad?... yo, ayudar a las personas que puedo desinteresadamente: es lo que más me reconforta y me ayuda a no entristecerme (mi padre murió en estas fechas y… aunque pase el tiempo…). He venido más tarde del trabajo porque he cargado el maletero de juguetes
para niños con problemas económicos: que no les falte la ilusión de tener un juguete. Y llevo a muchas personas ropa y enseres de las que mucha gente trae a la casa de espiritualidad. Paco, no te imaginas cuando les llevo ropa que otras personas tienen para tirar, la cara de felicidad y agradecimiento con la que me miran y agradecen.
Todas esas pequeñas cosas son las que me hacen sentir satisfecha y muy feliz.
He leído todo lo que me has mandado y me alegra tanto el tener la suerte de recibirlo y poder compartir mis ilusiones y motivaciones con tan grandes y buenas personas, que me siento halagada porque Dios está tan cerca de mí que hace que me sienta tan fuerte ante tantas injusticias que más adelante te iré contando… y gracias, muchas gracias por todo

2.-        “desde el verano una chica rusa viaja en el bus conmigo tres días por semana. En un principio, sólo sonriendo, saludando; después charlando, y escuchando. Me contó que está enferma y va en bus a que le hagan diálisis tres veces a la semana. Los sábados, si es fiesta, no hay bus: un taxi le valdría 100 €. “Por ti, Jesús” y empecé a pensar en gente con coche y a preguntarles quién la podía llevar a la
ciudad. Estaba difícil: 1, 2…, 6, 7… Ya no sabía a quién pedir. Con otra persona fuimos a Misa y se lo pedimos a Jesús: al día siguiente me manda mi amiga rusa un whatsApp diciéndome que consiguió una ambulancia que la lleva y la trae todos los días. Yo me conmoví y me recogí y di gracias a Dios, pues el problema era grave ahora que vienen más días de fiesta: donde nuestras manos no llegan, Él sí llega...

3.-        “muchas gracias por la Palabra de Vida de este mes: como siempre, remueve en mí el deseo de ser cada día mejor.
Apenas llegada de la peregrinación por Italia, quisiera compartir mi experiencia. Nunca he sido muy "santera" y reconozco que apenas conocía la vida de todos los Santos de los que nos iban a hablar en este viaje. Tenía un montón de
“encargos” de amigos mucho más piadosos que yo: escrupulosamente los entregué en mis oraciones; y para mí, les pedí que intercedieran para que supiera dar ese “sí” al Señor sin condiciones, como lo dijeron ellos y que a mí me cuesta tanto. Y también que pueda ser instrumento del Señor y poder llegar a las almas que Él me ponga en mi camino.
Los días fueron intensos. Después de la cena solíamos quedarnos un grupito a charlar y tomar una infusión (dormimos muy poco): eran conversaciones de nuestras vidas, de cómo habíamos llegado hasta allí, qué buscábamos... Compañeros de viaje, algunos muy retirados de la vida espiritual. Hasta ahí todo puede parecer normal.
El último día del viaje, una de las personas con las que nos reuníamos, que acababa de confesarse, vino corriendo a abrazarme y a darme las gracias.
No paré de darle gracias a Dios por haberme elegido como instrumento suyo para acercarle a las almas

4.-        “cuántas veces había soñado ese momento de dar juntos las gracias a Dios!! Estuve "contenida", porque por la mañana pensándolo me eché a llorar. Aún iré compartiendo más cosas contigo. Ha sido todo tan impresionante que las palabras no son nada, no pueden explicar todo lo vivido por mi alma.
…utiliza lo que consideres que puede ayudar a los demás. Puedes servirte de todo lo que he compartido contigo. Es tan grande que no me lo puedo quedar y me encantaría que sirviera para dar consuelo y esperanza a otras personas que estén sufriendo. El Amor de Dios es infinito y nosotros debemos decirle siempre “SÍ”, aunque nos duela el alma y creamos que vamos a enloquecer o incluso casi morir de tanto sufrir (me he sentido así muchas veces). No se entiende nada y a veces te sientes hasta abandonado... Pero Él siempre ha estado a mi lado, cogiéndome la mano... No lo hubiera soportado de otra manera. Y también me ha mandado "ángeles" que me ayudaban como tú… y tantos que han rezado.
Y... hay que seguir pidiendo!!

5.         [whastApp de uno de mis compañeros]:hoy, por realizar un acto concreto de amor, fui a ver a un amigo en Madrid. Mientras iba, vi que mis zapatos se están cayendo ya a pedazos y le pedí al Eterno Padre unos zapatos... Mi amigo me dio un regalo de cumpleaños (fue hace 4 días): [y muestra una foto de unos zapatos nuevos en su caja]


6.         “gracias por tus palabras, que siempre me dan esperanza. Este mes estamos organizando un mercadillo para recaudar alimentos para familias necesitadas y es un poco duro coordinar las cosas para que esté al gusto de todos: siempre salen inconvenientes y, aunque lo vivo con mucha intensidad porque siento que tengo que hacerlo, a veces me rendiría, pero tus palabras de vida me han animado mucho. Muchas gracias



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