sábado, 13 de septiembre de 2014

ACOGEOS COMO CRISTO

VIDA DE LA PALABRA durante las primeras semanas de SEPTIEMBRE

Alguna de mis EXPERIENCIAS tratando de vivir la Palabra de Vida del presente mes de septiembre («Acogeos mutuamente, como Cristo os acogió para gloria de Dios»Rm 15, 7) y  la de agosto («Perdona la ofensa a tu prójimo y, cuando reces, tus pecados te serán perdonados», (Si 28, 2):
1.-        Hay un nuevo compañero en el trabajo, africano (llevaba 3 años en Oceanía). Aparte de estar atento a explicarle bien (y con lenguaje sencillo, aunque habla bastante español), lo he puesto en contacto aquí con otro sacerdote de su país a quien conocí en junio (he llamado a un amigo común, para preguntarle su dirección y teléfono): contentísimos uno y otro, ya se han visto. Se lo he dicho a amigos míos españoles que ahora están en su país (en un lugar que él visitó un par de veces) y le han mandado saludos, que le han sorprendido y alegrado; han quedado mutuamente en visitarse aquí y allí cuando respectivamente viajen de vacaciones.

2.-        En el tren reencontré a una señora inmigrante que hacía un par de años que no veía. A mitad del viaje, la llaman al móvil; como estaba delante de mí y hablaba tan fuerte, no pude evitar enterarme de algún retazo de su conversación. Al colgar me explicó que una persona amiga suya venía a una entrevista de trabajo a Las Matas. Yo la había escuchado darle explicaciones muy confusas. Así que, dado que yo tendría un hueco a la hora que llegaba, me ofrecí a subir con mi coche para conducirla luego a la casa correspondiente. La
verdad es que me lo pensé, (por esa persona y por mí: no nos conocemos de nada), pero recordando la PdV del mes (y al Papa, que dice que prefiere una iglesia accidentada por salir, que enferma por quedarse encerrada) me ofrecí.
Pensé que iba a ser cosa de 10 minutos, pero al final fue más de una hora y varias llamadas de móvil: se equivocó de tren; luego, ya en el correcto, se bajó en la estación anterior y tuvo que esperar al siguiente. Todo ese tiempo, esperando con mucho calor. Cuando llegó y nos reconocimos, saludé con alegría como si nos conociéramos de siempre, (sin hacerle pesar para nada la calurosa y larga espera), expliqué cómo podía manejarse y orientarse, y la llevé a la puerta de la casa donde iba.

3.-        Fui al taller a pagar una reparación. Saludé con una sonrisa a los que estaban en la oficina y (aunque yo no tenía mucho tiempo para entretenerme) entré a buscar entre los coches a un mecánico amigo para saludarlo, preguntar por sus vacaciones y su familia. Regresé luego a la oficina y charlé un instante con la secretaria, el encargado de la parte de concesionario y otro mecánico.
Después de pagar y agradecer el servicio, cuando ya estaba cerrando la puerta para irme, el encargado me dice: “¿puedo hacerte una pregunta?”. “¿Por qué… estáis siempre alegres?”. Me pilló de sorpresa, recién llegado de un viaje y con ganas de llegar a casa. Los 3 me estaban mirando. Con una sonrisa le expliqué muy brevemente que Dios nos ama inmensamente a todos y que nos mira con ilusión de Padre en cada instante, añadiendo: “y no es que no tengamos problemas. Los tenemos como todo el mundo -¡o más!- en este valle de lágrimas. Tratamos de solucionarlos poniendo toda la carne en el asador, pero sin angustias, porque sabemos que estamos en manos de un Padre”. Añade él: “Nosotros en el trabajo, a veces estamos enfadados y con cara larga”; instantes antes me había contado que, además, habían fallecido sus padres recientemente, con diferencia de meses, y yo le había prometido que por la tarde pediría por ellos en la
Misa. La secretaria estaba escribiendo en el ordenador, pero se notaba que también estaba atenta. Les explico que Jesús en la cruz, en su grito “¡Dios mío, Dios mío!, ¿por qué me has abandonado?”, nos enseña a seguir fiándonos de Dios Padre aun en medio del más atroz dolor y a seguir amando a todos (Él se olvidaba de Sí mismo y atendió al buen ladrón, perdonó a los que le crucificaban…). En vez de quedarse tranquilito en el cielo, con su propia vida, desde dentro de los problemas, nos enseñó que siempre hay que seguir amando a Dios Padre y viviendo como hijos suyos amando a todos”. Y, sonriendo más todavía (me salía de dentro), concluí: “¡Y ese es el secreto de la vida!”. Muy contentos, me volvieron a saludar y ya me despedí, (con una alegría especial en el alma).
           
Alguna de vuestras EXPERIENCIAS tratando de vivir la Palabra de Vida de este mes («Acogeos mutuamente, como Cristo os acogió para gloria de Dios», Rm 15, 7),  la de agosto («Perdona la ofensa a tu prójimo y, cuando reces, tus pecados te serán perdonados», (Si 28, 2) la de julio («Os digo, además, que si dos de vosotros se ponen de acuerdo  (="consenserint", en latín) en la tierra para pedir algo, se lo dará mi Padre que está en el cielo. Porque donde dos o tres están reunidos en mi nombre, allí estoy Yo en medio de ellos» Mt 18, 19-20):
1.-        “hoy empecé control médico con un neurólogo que se quedaba alucinado de mi estado de salud a pesar de mi esclerosis múltiple. Decía que nunca había visto un caso así. Me preguntó cómo hago y yo le dije que me sostiene la oración y el amor fraterno. Entonces me dijo que él también es católico, pero que le avergüenza decir a sus pacientes que oren, que yo le daba ahora razones para recomendárselo.
Así que, además de una buena noticia, esto ha sido una bella experiencia de testimonio

2.-        “DOY GRACIAS A DIOS POR EL MARAVILLOSO VERANO QUE ME HA PROPORCIONADO, COMO UN "MIMO" DE SU PARTE, YA QUE NO SE DEJA GANAR EN GENEROSIDAD... AUNQUE HA HABIDO MOMENTOS DE DOLOR, LE HE SENTIDO A ÉL MUY CERCA SIEMPRE, "MI ESPOSO" QUE NUNCA ME ABANDONA.
            LEÍ  TU EXPERIENCIA Y EL TEXTO…: SIEMPRE LO TOMO PARA EL RATO DE LA ORACIÓN Y ME AYUDA MUCHO. GRACIAS POR EL BIEN QUE HACES A TANTA GENTE.
            YO EN ESTOS DÍAS ESTOY DE "COCINERA" DE LA COMUNIDAD. ME OFRECÍ... ES UNA FORMA MUY CONCRETA DE AMAR Y TRATO DE HACERLO CON CARIÑO Y DEDICACIÓN DESDE MI POBREZA. ASÍ QUE ESTOY COMO MARTA, PREPARANDO LA COMIDA A JESÚS QUE VIENE EN MIS HERMANAS

3.-        “venía mi hijo enfadado por un comentario que había oído decir de su madre. Escuchó: “No sabe disfrutar de la vida. No ha querido montar en nada. Ni en el karting, ni la moto acuática, ni en los quads, ni….”
            Con sorpresa y una sonrisa escuché las palabras de mi hijo.
            Curiosas son la conclusiones a las que llega la gente.  Muchos eran los motivos por los que no quise participar en esas actividades, pero ¿qué les hacía suponer que por ello no estaba disfrutando?
            En verdad ninguno de esos deportes me atraía, pero tenía otras razones. Entre ellas, la económica. 
            Desde que vine de África, me cuesta un montón ir a la compra… cuando hay niños que se
mueren diariamente por no tener lo elemental. Es algo que me cuesta asimilar.
            Cada vez tengo más claro que quiero vivir sencillamente y prescindir de todo aquello que no considere necesario, para volcarme con los que sí necesitan.
            No, mi conciencia no me permitía gastar un dinero en quads, coches, motos… actividades todas ellas de las que podía prescindir. Prefería esperar y usar ese importe para enviárselo a  un sacerdote que allí conocimos y lo utilizará para escolarizar a algún niño.
            Yo aproveché para dar un gran paseo a orillas del río con la montaña al fondo. Disfruté un montón y me vino muy bien.  Cada rato de tranquilidad absoluta fue para mí como un regalo de Dios, pero nadie lo notó.
            De cosas exteriores… puedo prescindir de muchas, pero cada vez me cuesta más prescindir de lo que ya me he acostumbrado: rezar, leer,  hacer balance del día, Misa, confesión,  meditar, compartir. Pasear

4.-        “gracias Paco: es de gran ayuda recordar cada mes qué es lo importante y primero en nuestra vida.
           En la Mariápolis de Granada el lema “tqt” (=“¿y tú qué traes?”)… me pareció que en lugar de ir al “taller” que más me gustaba, era ir al que más podía dar ayuda o aportar. Algunas personas al salir me pidieron siguiera, y hemos formado un grupo de autoayuda por correo en el ordenador, que ya funciona. Aunque solo fuese una persona que le ayudase merecía la pena.
            En la PdV de este mes estoy tratando de no aislarme en mi pueblo y ver a todos como hijos amados de Dios, ya que a veces me cuesta… aquí, que todos sabemos la historia de cada uno. Y he constatado que solo puedo ser un “gracias” constante a Dios, ya que he sufrido muchas pérdidas por obedecer a Dios, pero ello sólo me lleva a grandes bendiciones actuales

5.-        “con respecto a lo de rezar en comunión, desde hace poco tiempo (hemos empezado este verano) tres madres más y yo rezamos en comunión por nuestros hijos. Nos juntamos en mi casa todos los miércoles… y hacemos una serie de oraciones por nuestros hijos y por los hijos de todas las
madres que, a su vez, rezan en todo el mundo por los de las demás. La verdad es que a mí al principio me parecía un poco raro, pero ahora, cada semana, lo espero con mucha alegría

6.-        “problemas todos tenemos (y quien diga lo contrario, miente), pero hay que ser más fuerte que ellos y buscar la fuerza espiritual que todos necesitamos en muchos momentos de la vida. Yo también sufro a veces y lo supero ayudando a otras personas que necesitan aunque solo sea que las escuchen un poquito; solo con eso me hace ser feliz y olvidarme de lo que en algunos momentos me ocurra a mí.
Vuelvo a dar las gracias a Dios por poder conocer a personas como usted tan dedicadas y sencillas que me traen muchos recuerdos

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