PENTECOSTÉS
VIDA CONDUCIDA
POR EL ESPÍRITU SANTO
Para vivir bien la solemnidad del Domingo de Pentecostés (19 de mayo de 2013) y su Vigilia
os ofrezco unos párrafos de esta reciente catequesis:
PAPA FRANCISCO, Audiencia general, miércoles 8 mayo 2013
El tiempo pascual que estamos viviendo con alegría,
guiados por la liturgia de la Iglesia, es por excelencia el tiempo del Espíritu Santo donado «sin
medida» por Jesús crucificado y resucitado.
Este tiempo de gracia se concluye con la fiesta de Pentecostés, en la que la
Iglesia revive la efusión del Espíritu sobre María y los Apóstoles reunidos en
oración.
(…) la tercera Persona de la Santísima Trinidad; es el gran don de Cristo
Resucitado que abre nuestra
mente y nuestro corazón a la fe en Jesús como Hijo enviado por el Padre y que nos guía a la amistad, a la comunión con Dios.
(…) el Espíritu Santo es el manantial inagotable de la vida de Dios en nosotros. El hombre de todos los tiempos y de
todos los lugares desea una vida plena y bella, justa y buena, una vida que no
esté amenazada por la muerte, sino que madure y crezca hasta su plenitud. El
hombre es como un peregrino que, atravesando los desiertos de la vida, tiene sed de un agua viva fluyente y fresca, capaz de saciar en
profundidad su deseo
profundo de luz, amor, belleza y paz (…) esa agua es el Espíritu Santo, que procede del
Padre y que Jesús derrama en nuestros corazones. «Yo he venido para que tengan
vida y la tengan abundante», nos dice Jesús (Jn 10, 10).
(…) Cuando decimos que el cristiano es un hombre espiritual entendemos
precisamente esto: el cristiano es una persona que piensa y obra según Dios, según el Espíritu
Santo…
(...) El «agua viva», el Espíritu Santo, Don del Resucitado que habita en
nosotros, nos purifica, nos ilumina, nos renueva, nos transforma porque nos hace partícipes de la vida misma
de Dios que es Amor.
Por ello, el Apóstol Pablo afirma que la vida del cristiano está animada por el
Espíritu y por sus frutos, que son «amor, alegría, paz, paciencia, afabilidad,
bondad, lealtad, modestia, dominio de sí»… tiene como efecto también una mirada nueva hacia los demás, cercanos y lejanos, contemplados como
hermanos y hermanas en Jesús a quienes hemos de respetar y amar. El Espíritu
Santo nos enseña a mirar
con los ojos de Cristo,
a vivir la vida como la vivió Cristo, a comprender la vida como la
comprendió Cristo. (…) nos dice que somos amados por Dios como hijos, que podemos amar a
Dios como sus hijos y que con su gracia podemos vivir como hijos de Dios, como Jesús. Y nosotros, ¿escuchamos al
Espíritu Santo? ¿Qué nos
dice el Espíritu Santo? Dice: Dios te ama. Nos dice
esto. Dios te ama, Dios te quiere. Nosotros, ¿amamos de verdad a Dios y a los
demás, como Jesús? Dejémonos guiar por el Espíritu Santo, dejemos que Él nos
hable al corazón y nos diga esto: Dios es amor, Dios nos espera, Dios es el Padre, nos ama como verdadero papá, nos
ama de verdad y esto lo
dice sólo el Espíritu Santo al corazón, escuchemos al Espíritu Santo y sigamos adelante por este camino del amor, de
la misericordia y del perdón.
Fuente: http://www.vatican.va/holy_father/francesco/audiences/2013/documents/papa-francesco_20130508_udienza-generale_sp.html (texto completo)
"Veni Sancte Spiritus!" ¡¡Ven, no sólo en Pentecostés!!
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