viernes, 31 de mayo de 2013

Os darán una medida colmada

"...OS DARÁN UNA MEDIDA COLMADA, REBOSANTE" 
VIDA DE LA PALABRA mes de mayo 

Una de mis EXPERIENCIAS tratando de poner en práctica la Palabra de Vida de meses anteriores:
1.-           Acabada la Misa en una parroquia cercana, entra una señora embarazada a fijar la fecha del Bautizo y, de pronto...: "te conozco: te veo en el tren". Le contesto: "pues la próxima vez me saludas, o me haces señales de humo si no me entero".
         Diez días después la encuentro, y hacemos el trayecto juntos. Me pregunta si soy de alguna orden. Contesto que no, que soy sacerdote diocesano y añado (no lo suelo hacer para no liar a la gente) que formo parte, además, de la Obra de María, del Movimiento de los focolares. Se queda un poco sorprendida y comenta que le suena.
         A mitad de viaje me explica: "de la JMJ conozco a una profesora de universidad que es focolarina; precisamente pensaba llamarla al dar a luz porque, desde hace 2 años, no estoy en ningún grupo y quiero integrarme en alguno, aunque conozco muchos (mi marido es de uno)". Días después la vuelvo a ver y, aunque no hablamos mucho, porque había también otra persona, en la conversación sale que está elaborando su tesis; me acordé entonces que la revista "Ciudad Nueva" hacía la recensión de un libro sobre ese tema; yo llevaba la de mayo, pero era la del mes anterior. No obstante le regalé esa y le prometí la de abril. La semana siguiente la vi cuando yo casi bajaba y la saludé: "mira, esta persona con quien vienes sentada no sólo es mi amiga, ¡sino que también es de los focolares! ¿No querías conocer?". La última vez (antes de que se haya pedido la baja por maternidad) le pude dar la revista: "¿esta también me la regalas?!" La otra le había gustado mucho.
         Me dio gran alegría ver que Dios va trazando los hilos de nuestra vida como una historia de su amor personal por cada uno, incluso valiéndose de "siervos inútiles".
1b.-        Anteayer en Chamartín, me para un joven comercial de tarjetas bancarias… De lejos hice como si no lo oyera, pero cuando insistió me detuve, aunque eso me podría suponer perder el tren. Curiosamente no me ofreció nada, me habla vagamente de religión y al rato me dice: "estoy viendo muchos sacerdotes pasar por aquí", -de hecho yo había notado que días anteriores se me quedaba mirando-, "no soy de familia religiosa; mi vida está vacía; vender cosas no es lo mío; me gustaría ayudar a gente. ¿Qué tengo que hacer para ser sacerdote?"...
         Lo pondremos en manos de Jesús y rezamos por él…

Alguna de vuestras EXPERIENCIAS viviendo la Palabra de mayo ("dad y os será dado: os verterán una medida rebosante…"), de abril ("no os quejéis unos de otros") o las de meses anteriores. ¡Gracias a tantos por compartirlas!:
1.-           …el otro día era tarde cuando te contesté… Aprovecho ahora, pues quería comentarte cómo trato de vivir el "dad y se os dará" (que mi madre repetía con mucha frecuencia...).
Dos gestos concretos: por una parte, los fines de semana que tengo más rato libre, trato de llamar por teléfono, sin prisas, a personas que lo están pasando mal por enfermedad propia o de sus familiares u otros motivos. Me parece una forma concreta de amar.
Por otra, reviso mi ropero y, de las prendas que tengo repetidas, reparto entre otras que no la tienen o están en peores circunstancias... Y lo mismo en otras cosas.
     ¿Resultado de todo esto?: una gran alegría... la medida colmada la da el Espíritu Santo que llena el corazón de gozo profundo

2.-        Testimonio precioso de un amigo que durante muchos años ha tratado de vivir la Palabra de Vida, incluso en el difícil campo de la economía y la empresa, y que "se nos ha ido" hace unos días. Pinchad aquí para leerlo: Pepe Alonso

3.-        ...experimentando de forma muy especial ese "Dad y se os dará"!: en el grupo de catequesis, los jóvenes no podían este último sábado y me proponían cambiar de fecha/hora la catequesis, o dejarlo para otra semana. No podemos permitirnos el lujo de perder "otra catequesis..." y propongo vernos más tarde, pero el mismo día, sábado. Me responden que mejor el domingo por la tarde... lo que fastidiaba mi tarde de domingo para preparar un parcial y, además, ya había quedado para estudiar con otro compañero!
         Al recordar la PdV, "dad y se os dará", contesto de nuevo a los jóvenes y acepto.
         Cuando llega el momento…, me encuentro que sólo vino uno... ("tanto cambio para esto", pensé, y recordé de nuevo la PdV...). Estuvimos tomando café mientras hablábamos; fue una conversación preciosa donde compartía conmigo cómo él veía la mano de Dios detrás de todo lo que le estaba pasando...: esto ya mereció la pena todos los cambios de planes!!!! El domingo por la noche en la oración me brotaba una acción de gracias a Dios por este muchacho!
         Pero esto no fue todo!!: aunque no estudié según "mi plan" de domingo, el martes (ayer) en el examen experimenté nuevamente que el Señor da mucho más cuando nosotros damos un poquito…

4.-     “…con toda mi unidad, querido Paco, comparto contigo mi experiencia de este concretísimo momento…: me han citado hoy como empresario en la Inspección de Trabajo, a donde me he desplazado y me presté incluso a traer en mi coche a los representantes de los trabajadores, que también estaban citados.
         Estoy esperando en el antedespacho, para hablar con la Inspectora, porque ha querido entrevistar primero a los enlaces sindicales y cuando acabe con ellos pasaré yo.
Trataré de verla como a una hermana, que es "mi riqueza, porque me da la oportunidad de crecer en el Amor", tratando de ponerme en su lugar y ver que cumple una misión necesaria… […]
         […] …cuando han salido ellos, me recibió a mí que, tratándola como me había propuesto, la entrevista se desarrolló satisfactoriamente: era un trámite legal que había que pasar y ella, aunque un poco chinchante, hacía su trabajo…

5.-     “gracias por vuestras peticiones. Sí, mi salud es importante, en particular la salud de espíritu.
Es una gracia del Señor el haberme enviado este problemilla de la columna. Es una oportunidad más para acercarme a mi conciencia y percatarme de la realidad que es el Espíritu Santo. Estoy disfrutando mucho y relacionándome de una forma maravillosa con todas las personas que me rodean. A través de ellas, he podido percatarme de cuánto nos ama Dios y cómo podemos amarle a Él en los hermanos. ¿No lo percibes en este simple email? Verdad que sí!!!
Quisiera darle un abrazo a P. José. Dile que no deje de sonreír y pedir por nosotros. Espero mejorar mi reducida movilidad para visitaros pronto…

6.-     “me gustan especialmente las reflexiones sobre el Espíritu Santo, puesto que ya hace un tiempo que me he vuelto un "fans" de Él.
Hace tiempo comprendiendo mi pequeñez, me he ofrecido al Señor para que me pueda usar como instrumento de su Amor. Ayer tarde me telefoneó un buen amigo, dándome quejas muy profundas sobre un pariente suyo y al que yo también conozco: me manifestaba que estaba cansado de oír que lo critica
fuertemente en cosas bastante serias, que no quería aguantar más y que, por lo tanto, pretendía comentar a fondo toda la verdad sobre lo sucedido, ya que le afectaba no solamente a él, sino también a sus hijos. Después de escucharlo bastante tiempo en su desahogo, y sin pretender darle un sermón, (puesto que, como le dije, me consideraba el ultimo para poder hacerlo), le planteé que tuviera paciencia, que lo ofreciera al Señor y que el tiempo pone a cada uno en su sitio y que, aunque a los humanos nos gusta ver enseguida el fruto de nuestras obras, los tiempos y los caminos de Dios no son nuestros tiempos y nuestros caminos.
Él me agradeció lo que le dije, manifestándome que le había tranquilizado y que probablemente era lo más sensato.
Me quedé enormemente contento, ya que comprendí que probablemente Jesús había aceptado mi ofrecimiento a fin de que me pudiera utilizar para Su mayor gloria, puesto que yo solo soy incapaz de obrar así: nunca hubiera pensado hasta hace poco tiempo, que yo hubiera sido capaz de hablar a esta persona en los términos en que lo hice

7.-     "tenemos buenas nuevas...: ¡Dios nos ha bendecido con la próxima llegada de otro hijo para enero!
         Fuimos a Fátima en Semana Santa para pedir su ayuda de nuevo... y ya ves... ya está aquí... Mi marido y yo estamos muy contentos... He estado delicada los primeros días, es un embarazo de alto riesgo y debo tomar muchos cuidados: te pido que reces con nosotros para que todo vaya bien y no se complique como el anterior...
         Me haría mucha ilusión que bautices tú a este bebe… Espero seguir recibiendo noticias tuyas: sigo la PdV que me mandas todos los meses y mitades de mes... y aunque he tenido dificultades para poder vivir la de abril... al final con amor y poniendo a Jesús en medio, lo he logrado"

8.-       “…cuando el sábado vi a mi hijo integrado en su equipo y festejando la victoria me sentí feliz por él. Era una imagen que realmente he dudado llegaría a ver. Pensaba en sus lágrimas de hace 6 meses pidiéndome que le borrara de ese deporte (como ya había ocurrido otros años con otros deportes), porque no servía para el juego (y en las mías, negándome a su petición).
            Una es de naturaleza débil así que, en otras circunstancias, hubiese accedido a su deseo sin pensármelo. Esta vez era diferente: sabía que no podía ceder. Si el sábado pensaba que ese
deporte había sido una experiencia estupenda para mi niño, el domingo me daba cuenta que también lo había sido para mí: cuando comenzó el curso y me pidió que le apuntase, le puse como condición aguantar un año, todo el curso escolar. Le conocía y sabía que ante la mínima dificultad iba a querer dejarlo, por eso, le impuse el no poder abandonar, para poder tener un margen en el que poder trabajar con él e intentar que cogiese confianza y seguridad. Cabía la posibilidad de, pese a todo, no lograrlo, pero merecía la pena el reto y el esfuerzo.
            En ese instante no me di cuenta que al pedirle que no abandonase durante un año, también me lo estaba imponiendo a mí misma. Él tendría que hacer un esfuerzo, ¡pero yo también!, no de la misma manera: yo no iba a saltar al campo, pero sí que tendría que luchar conmigo misma contra otras cosas que también me costaban y que en el momento de mi propuesta no había tenido en cuenta. De haberlo hecho, seguramente, la que hubiese abandonado directamente hubiese sido yo.
            Semana tras semana él me ponía excusas para no ir a jugar, que si le dolía la tripa, que si hacía frío, que… yo sabía que no le pasaba nada. Era su inseguridad lo que le impedía afrontar la realidad, así que me he pasado todo el año acompañándole, hablándole, intentando darle seguridad y confianza.
            Seguridad y confianza que en mí misma no tenía, de ahí que ha resultado una experiencia sumamente curiosa: estaba intentando inculcarle a mi hijo cosas que sabía que eran imprescindibles para poder avanzar y pasar de fase, pero que, en mí misma, no era capaz de superar. De esto él no era consciente, pero yo sí y era curioso. Bueno, en ese instante no me daba cuenta, pero después sí.
            Una vez pasado todo, y que yo respiraba tranquila, echaba la vista atrás y me daba cuenta que, pensando en todas las maneras en las que poder ayudar a mi hijo y darle confianza, me había ayudado a mí sin haber sido consciente de ello.
            Tiempo he tenido de pensar en mi hijo, de pensar en mí, pero también tiempo de pensar en Dios: muchas veces decimos sentirle ajeno y no nos damos cuenta de que Dios es, ante todo Padre y que como Padre se relaciona con nosotros…
            …cambia la relación Padre-hijo y por tanto también la relación Dios-hijo es diferente...
            …en verdad los caminos de Dios son inciertos y desconcertantes…

N.B.: tú también puedes compartir las experiencias que hayas podido realizar poniendo en práctica el Evangelio; "pincha" aquí abajo en “comentarios” y escríbela: "lo que no se comparte, se pierde".

martes, 28 de mayo de 2013

EVANGELIO VIVIDO TAMBIÉN EN EL MUNDO EMPRESARIAL 
VIDA DE LA PALABRA 
      Un buen amigo "se nos va", pero deja tras de sí una estela de Palabra vivida, ¡¡de Vida de la Palabra!!, incluso en el difícil campo de la Economía y la Empresa; aquí podéis leer un brevísimo perfil biográfico sobre él: Una estela de luz

    Si queréis conocer los ilusionantes y difíciles comienzos de su trayectoria empresarial cuando se adhirió al proyecto "Economía de Comunión en la libertad", con su entonces recién creada empresa a la que llamó "La Miniera" ("La Mina", en italiano), aquí tenéis un iluminador artículo: UNA MINA DE ORO

viernes, 24 de mayo de 2013

CÓMO AMAR AL PRÓJIMO 
   Os ofrezco el enlace a un precioso vídeo de Chiara Lubich (fundadora de la Obra de María, Movimiento de los focolares), con la primera parte de un tema dedicado al amor al hermano: 


   Seguro que os gustará y os hará mucho bien. En la web del "Centro Chiara Lubich" podréis encontrar más textos, audios y vídeos de esta gran maestra de vida y espiritualidad cristiana.


lunes, 20 de mayo de 2013

NOVEDAD, ARMONÍA, MISIÓN
Domingo de Pentecostés

Para revivir Pentecostés, celebrado el domingo pasado, y prolongar en nuestra vida la acción del Espíritu Santo, os ofrezco unos párrafos de los textos del Papa durante ese día:
¡SOIS UN DON!
"[…] un renovado Pentecostés, que ha transformado la Plaza de San Pedro en un Cenáculo a cielo abierto. Hemos revivido la experiencia de la Iglesia naciente, concorde en oración con María… También nosotros, en la variedad de los carismas, hemos experimentado la belleza de
la unidad, de ser una cosa sola. Y esto es obra del Espíritu Santo, que crea siempre nuevamente la unidad en la Iglesia.
Quisiera agradeceros a todos los Movimientos, Asociaciones, Comunidades… ¡Sois un don  y una riqueza en la Iglesia! ¡Eso sois! (…) ¡Llevad siempre la fuerza del Evangelio! ¡No tengáis miedo! ¡Tened siempre la alegría y la pasión por la comunión en la Iglesia! […]"
PAPA FRANCISCO, Regina coeli, Domingo de Pentecostés, 19 mayo 2013
(traducción propia)


NOVEDAD, ARMONÍA, MISIÓN
Queridos hermanos y hermanas:
En este día, contemplamos y revivimos en la liturgia la efusión del Espíritu Santo que Cristo resucitado derramó sobre la Iglesia, un acontecimiento de gracia que ha desbordado el cenáculo de Jerusalén para difundirse por todo el mundo.
Pero, ¿qué sucedió en aquel día tan lejano a nosotros, y sin embargo, tan cercano, que llega adentro de nuestro corazón? San Lucas nos da la respuesta en el texto de los Hechos de los Apóstoles que hemos escuchado (2,1-11). El evangelista nos lleva hasta Jerusalén, al piso superior de la casa donde están reunidos los Apóstoles. El primer elemento que nos llama la atención es el estruendo que de repente vino del cielo, «como de viento que sopla
fuertemente», y llenó toda la casa; luego, las «lenguas como llamaradas», que se dividían y se posaban encima de cada uno de los Apóstoles. Estruendo y lenguas de fuego son signos claros y concretos que tocan a los Apóstoles, no sólo exteriormente, sino también en su interior: en su mente y en su corazón. Como consecuencia, «se llenaron todos de Espíritu Santo», que desencadenó su fuerza irresistible, con resultados llamativos: «Empezaron a hablar en otras lenguas, según el Espíritu les concedía manifestarse». Asistimos, entonces, a una situación totalmente sorprendente: una multitud se congrega y queda admirada porque cada uno oye hablar a los Apóstoles en su propia lengua. Todos experimentan algo nuevo, que nunca había
sucedido: «Los oímos hablar en nuestra lengua nativa». ¿Y de qué hablaban? «De las grandezas de Dios».
A la luz de este texto de los Hechos de los Apóstoles, deseo reflexionar sobre tres palabras relacionadas con la acción del Espíritu: novedad, armonía, misión.

1. La novedad nos da siempre un poco de miedo, porque nos sentimos más seguros si tenemos todo bajo control, si somos nosotros los que construimos, programamos, planificamos nuestra vida, según nuestros esquemas, seguridades, gustos. Y esto nos sucede también con Dios. Con frecuencia lo seguimos, lo acogemos, pero hasta un cierto punto; nos resulta difícil abandonarnos a Él con total confianza, dejando que el Espíritu Santo anime, guíe nuestra vida, en todas las decisiones; tenemos miedo a que Dios nos lleve por caminos nuevos, nos saque de nuestros horizontes con frecuencia limitados, cerrados, egoístas, para abrirnos a los suyos. Pero, en toda la historia de la salvación, cuando Dios se revela, aparece su novedad Dios ofrece siempre novedad—, trasforma y pide
confianza total en Él: Noé, del que todos se ríen, construye un arca y se salva; Abrahán abandona su tierra, aferrado únicamente a una promesa; Moisés se enfrenta al poder del faraón y conduce al pueblo a la libertad; los Apóstoles, de temerosos y encerrados en el cenáculo, salen con valentía para anunciar el Evangelio. No es la novedad por la novedad, la búsqueda de lo nuevo para salir del aburrimiento, como sucede con frecuencia en nuestro tiempo. La novedad que Dios trae a nuestra vida es lo que verdaderamente nos realiza, lo que nos da la verdadera alegría, la verdadera serenidad, porque Dios nos ama y siempre quiere nuestro bien. Preguntémonos hoy: ¿Estamos abiertos a las “sorpresas de Dios”? ¿O nos encerramos, con miedo, a la novedad del Espíritu Santo? ¿Estamos decididos a recorrer los caminos nuevos que la novedad de Dios nos presenta o nos atrincheramos en estructuras caducas, que han perdido la capacidad de respuesta? Nos hará bien hacernos estas preguntas durante toda la jornada.

2. Una segunda idea: el Espíritu Santo, aparentemente, crea desorden en el Iglesia, porque produce diversidad de carismas, de dones; sin embargo, bajo su acción, todo esto es una gran riqueza, porque el Espíritu Santo es el Espíritu de unidad, que no significa uniformidad, sino reconducir todo a la armonía. En la Iglesia, la armonía la hace el
Espíritu Santo. Un Padre de la Iglesia tiene una expresión que me gusta mucho: el Espíritu Santo “ipse harmonia est”. Él es precisamente la armonía. Sólo Él puede suscitar la diversidad, la pluralidad, la multiplicidad y, al mismo tiempo, realizar la unidad. En cambio, cuando somos nosotros los que pretendemos la diversidad y nos encerramos en nuestros particularismos, en nuestros exclusivismos, provocamos la división; y cuando somos nosotros los que queremos construir la unidad con nuestros planes humanos, terminamos por imponer la uniformidad, la homologación. Si, por el contrario, nos dejamos guiar por el Espíritu, la riqueza, la variedad, la diversidad nunca provocan conflicto, porque Él nos impulsa a vivir la variedad en la comunión de la Iglesia. Caminar juntos en la Iglesia, guiados por los Pastores, que tienen
un especial carisma y ministerio, es signo de la acción del Espíritu Santo; la eclesialidad es una característica fundamental para los cristianos, para cada comunidad, para todo movimiento. La Iglesia es quien me trae a Cristo y me lleva a Cristo; los caminos paralelos son muy peligrosos. Cuando nos aventuramos a ir más allá (proagon) de la doctrina y de la Comunidad eclesial –dice el Apóstol Juan en la segunda lectura–  y no permanecemos en ellas, no estamos unidos al Dios de Jesucristo (cf. 2Jn1,9). Así, pues, preguntémonos: ¿Estoy abierto a la armonía del Espíritu Santo, superando todo exclusivismo? ¿Me dejo guiar por Él viviendo en la Iglesia y con la Iglesia?

3. El último punto. Los teólogos antiguos decían: el alma es una especie de barca de vela; el Espíritu Santo es el viento que sopla la vela para hacerla avanzar; la fuerza y el ímpetu del viento son los dones del Espíritu. Sin su fuerza, sin su gracia, no iríamos
adelante. El Espíritu Santo nos introduce en el misterio del Dios vivo, y nos salvaguarda del peligro de una Iglesia gnóstica y de una Iglesia autorreferencial, cerrada en su recinto; nos impulsa a abrir las puertas para salir, para anunciar y dar testimonio de la bondad del Evangelio, para comunicar el gozo de la fe, del encuentro con Cristo. El Espíritu Santo es el alma de la misión. Lo que sucedió en Jerusalén hace casi dos mil años no es un hecho lejano, es algo que llega hasta nosotros, que cada uno de nosotros podemos experimentar. El Pentecostés del cenáculo de Jerusalén es el inicio, un inicio que se prolonga. El Espíritu Santo es el don por excelencia de Cristo resucitado a sus Apóstoles, pero Él quiere que llegue a todos. Jesús, como hemos escuchado en el Evangelio, dice: «Yo le pediré al Padre que os dé otro Paráclito, que esté siempre con vosotros» (Jn 14,16). Es el Espíritu Paráclito, el «Consolador», que da el valor para recorrer los caminos del

mundo llevando el Evangelio. El Espíritu Santo nos muestra el horizonte y nos impulsa a las periferias existenciales para anunciar la vida de Jesucristo. Preguntémonos si tenemos la tendencia a cerrarnos en nosotros mismos, en nuestro grupo, o si dejamos que el Espíritu Santo nos conduzca a la misión.

Recordemos hoy estas tres palabras: novedad, armonía, misión.

La liturgia de hoy es una gran oración, que la Iglesia con Jesús eleva al Padre, para que renueve la efusión del Espíritu Santo. Que cada uno de nosotros, cada grupo, cada
movimiento, en la armonía de la Iglesia, se dirija al Padre para pedirle este don. También hoy, como en su nacimiento, junto con María, la Iglesia invoca: «Veni Sancte Spiritus! – Ven, Espíritu Santo, llena el corazón de tus fieles y enciende en ellos el fuego de tu amor». Amén.

PAPA FRANCISCO, Homilía en la Santa Misa con los Movimientos eclesiales, Domingo de Pentecostés, 19 mayo 2013

viernes, 17 de mayo de 2013

PENTECOSTÉS 

VIDA CONDUCIDA POR EL ESPÍRITU SANTO  
Para vivir bien la solemnidad del Domingo de Pentecostés (19 de mayo de 2013) y su Vigilia
os ofrezco unos párrafos de esta reciente catequesis: 
PAPA FRANCISCO, Audiencia general, miércoles 8 mayo 2013

         El tiempo pascual que estamos viviendo con alegría, guiados por la liturgia de la Iglesia, es por excelencia el tiempo del Espíritu Santo donado «sin medida» por Jesús crucificado y resucitado. Este tiempo de gracia se concluye con la fiesta de Pentecostés, en la que la Iglesia revive la efusión del Espíritu sobre María y los Apóstoles reunidos en oración.
         (…) la tercera Persona de la Santísima Trinidad; es el gran don de Cristo Resucitado que abre nuestra mente y nuestro corazón a la fe en Jesús como Hijo enviado por el Padre y que nos guía a la amistad, a la comunión con Dios.
         (…) el Espíritu Santo es el manantial inagotable de la vida de Dios en nosotros. El hombre de todos los tiempos y de todos los lugares desea una vida plena y bella, justa y buena, una vida que no esté amenazada por la muerte, sino que madure y crezca hasta su plenitud. El hombre es como un peregrino que, atravesando los desiertos de la vida, tiene sed de un agua viva fluyente y fresca, capaz de saciar en profundidad su deseo profundo de luz, amor, belleza y paz (…) esa agua es el Espíritu Santo, que procede del Padre y que Jesús derrama en nuestros corazones. «Yo he venido para que tengan vida y la tengan abundante», nos dice Jesús (Jn 10, 10).
         (…) Cuando decimos que el cristiano es un hombre espiritual entendemos precisamente esto: el cristiano es una persona que piensa y obra según Dios, según el Espíritu Santo…     
         (...) El «agua viva», el Espíritu Santo, Don del Resucitado que habita en nosotros, nos purifica, nos ilumina, nos renueva, nos transforma porque nos hace partícipes de la vida misma de Dios que es Amor. Por ello, el Apóstol Pablo afirma que la vida del cristiano está animada por el Espíritu y por sus frutos, que son «amor, alegría, paz, paciencia, afabilidad, bondad, lealtad, modestia, dominio de sí»… tiene como efecto también una mirada nueva hacia los demás, cercanos y lejanos, contemplados como hermanos y hermanas en Jesús a quienes hemos de respetar y amar. El Espíritu Santo nos enseña a mirar con los ojos de Cristo, a vivir la vida como la vivió Cristo, a comprender la vida como la comprendió Cristo. (…) nos dice que somos amados por Dios como hijos, que podemos amar a Dios como sus hijos y que con su gracia podemos vivir como hijos de Dios, como Jesús. Y nosotros, ¿escuchamos al Espíritu Santo? ¿Qué nos
dice el Espíritu Santo? Dice: Dios te ama. Nos dice esto. Dios te ama, Dios te quiere. Nosotros, ¿amamos de verdad a Dios y a los demás, como Jesús? Dejémonos guiar por el Espíritu Santo, dejemos que Él nos hable al corazón y nos diga esto: Dios es amor, Dios nos espera, Dios es el Padre, nos ama como verdadero papá, nos ama de verdad y esto lo dice sólo el Espíritu Santo al corazón, escuchemos al Espíritu Santo y sigamos adelante por este camino del amor, de la misericordia y del perdón.



jueves, 16 de mayo de 2013

... y os será dado

"... Y OS SERÁ DADO" 
VIDA DE LA PALABRA 
Una de mis EXPERIENCIAS viviendo la Palabra de este mes de mayo ("dad y os será dado..."):

1.-       Una persona quería hablar conmigo y, además, saludar a mis compañeros. Pensé que con una hora habría más que de sobra. Al final fueron cuatro horas escuchándola (excepto el ratito de la Misa). Durante todo el rato, me acordaba a menudo de la Palabra de Vida: “dad…”; “da tu tiempo, tus ganas de adelantar cosas, de realizar todas esas tareíllas atrasadas…; da”. Y me centraba en lo que me decía. Me costaba, además, porque esos temas de su interés me los podría haber resumido en media hora en total. En una cosa que me pidió (a mí no me parecía
tan importante), me impliqué en los días siguientes, empleando también buenos ratillos.
Algunos días, pues, acabo con la sensación de no haber podido hacer lo que yo tenía programado en los pocos ratos de que dispongo, pero contento de haber hecho, quizá, en cambio, lo que Dios pedía a través del hermano; por ejemplo, también el miércoles pasado: iba a tener media tarde "despejada" para leer y adelantar cosas, (¡por fin, una tarde con bastante hueco!, además de ir a la compra semanal, que me toca a mí), pero, en cambio… tuve que comer rápido donde yo estaba invitado, pedirles prestado el coche, y llegar pronto al hospital donde ya estaba José unas horas en urgencias, (le han vuelto a salir las úlceras en los tobillos, que la otra vez tardaron 15 meses en cerrarse), y quedarme con él toda la tarde, unas cuatro horas (y menos mal que nos permitieron irnos luego, así que llegué justo para la Misa).
Pero al final “…os será dado”: acabo contento de poder darme, la otra persona se siente bien, conoces a gente estupenda (p. ej., en hospital, gente que estaba esperando al lado de nosotros),… Al fin y al cabo, lo único que nos vamos a llevar "Allí" es el amor que hayamos entregado "aquí".

Alguna de vuestras EXPERIENCIAS viviendo la Palabra de mayo ("dad y os será dado: os verterán una medida rebosante"); y las de meses anteriores. ¡Gracias a tantos por compartirlas!:
1.-           Un día yo estaba muy asustado en el cole porque me había olvidado de que había un examen. Pero luego pensé que con seguridad Dios me iba a ayudar, así que escribí todo con calma. Y el resultado fue que saqué la nota más alta

2.-        “fui en autobús. A mi lado se sentó un hombre bien vestido que me dio la impresión de que sería presuntuoso y engreído. Cuando llegó el revisor… ¡se me había
olvidado el dinero...!, y ese señor me pagó el billete. Me dio las gracias y luego hemos seguido en contacto: nos convertimos en amigos

3.-        “yo estaba muy preocupado por el problema de un amigo al que estaba tratando de ayudar: me olvidé de estudiar para un examen importante. Era ya muy tarde: decidí orar y confiar a Jesús mi preocupación.
Al día siguiente, el profesor canceló la prueba…

4.-        “esta mañana, de la preparación de mi boda ha salido algo precioso: no
daremos invitaciones de boda a los invitados, porque ese dinero se lo hemos dado a una familia esta mañana para un elevador y poder subir y bajar al hijo con problemas de esta

familia. En el programa todo tiene arreglo. Nunca olvidemos que tan pronto estamos arriba como que podemos estar abajo…


5.-  “disculpa, porque todos los meses recibimos la PDV y no soy capaz de dedicarle 10 segundos para darte las gracias por tenernos presentes y mandárnosla puntualmente. La leemos, nos hace mucho bien…
            …puedo dar fe de ello, porque tengo experiencias como las que se cuentan, en las que el amor de Dios y su presencia la notamos muy cerca. Pero… "dad y se os dará, os verterán una medida colmada…" ocurre prácticamente todos los días: estoy trabajando como profesor de religión católica en colegios públicos; hay muchos días en que te encuentras un poco desanimado, porque a los niños parece no interesarles…, pero siempre aparece uno con un
comentario o alguna cosa que te hace notar la presencia de Dios y que el mensaje le ha calado; y una voz que parece decirte: "sigue, sigue, ¿lo ves como sirve para algo?". El pasado martes, estábamos rezando el Padrenuestro con gestos, los niños estaban un poco cansados (de 1º de primaria); cuando terminamos viene una niña que había pedido permiso para ir al servicio y dice: "como sabía que estabais rezando el Padrenuestro, yo también lo he rezado en el servicio". Puede parecer una tontería, pero ese simple comentario me recargó las pilas de una forma excepcional y me hizo verlo todo de una forma distinta. Recordé la PdV, y solo se me ocurrió darle gracias a Dios por realizar este trabajo…

6.-         “comenzamos el mes de María y yo estoy descubriendo de forma nueva, distinta, y más bella su maternidad en la Iglesia, que siempre nos acompaña, acogiendo cada momento, cada pequeño dolor y cada alegría, y ofrecerlo todo para gloria de Dios!
            Ayer vivimos unos momentos bellísimos, porque un miembro de la Comunidad Católica Shalom renovó sus promesas temporales y otro hizo sus primeras promesas. Al Señor le pedían "la misericordia y la gracia de poder entregar su vida a Dios". Me impactaron muchísimo estas palabras pronunciadas delante del arzobispo...
            Yo pensaba: "yo puedo entregar mi vida cuando quiera y como quiera"... ¡pero qué visión más egocéntrica!!!: los cristianos tenemos que ser unos "excéntricos", pues nuestra vida debe estar centrada en Cristo! y la entrega es imposible sin la misericordia y la gracia de Dios, pues sólo así podremos ser otro Cristo!
            Esto está muy en consonancia con la 
Palabra de Vida de este mes, que me encanta!!
«Dad, y se os dará: os verterán una medida generosa, colmada, remecida, rebosante» (Lc 6, 38)
            Chiara nos recuerda que aunque "Jesús se refería en primer lugar a la recompensa que tendremos en el Paraíso, todo lo que sucede en esta tierra es ya preludio y garantía de aquélla". No sé a vosotros, pero a mí esto me anima muchísimo a vivir la palabra de vida!!!…

7.-        “una experiencia con la PdV de abril: “Nos os quejéis los unos de los otros”. Pues bien, yo tiendo a pensar que soy una excepcional persona que nunca se queja de nadie... Y, claro, no es así; y esta semana me ha quedado muy patente en mi vida en el seminario; un hermano ha dejado el seminario, (entró a la vez que yo). Yo, (la verdad), la noticia me llevó a hacer una lectura personal de lo ocurrido. Y aun siendo grandes amigos, pienso en las veces que disentimos (en algunos puntos tenemos visiones distintas), y creo que debería haber sido más
integrador, y no tanto querer imponer mis maneras, debería haber sido un hombre de comunión, haber integrado su sentir en el mío. Como dice Chiara Lubich en El arte de amar: "Para hacerse uno con el otro es necesario ser longánimo, que etimológicamente significa: libre de toda impaciencia [...] Para hacernos uno, no nos podemos inflar; por el contrario, hace falta estar vacíos de sí". Sabías palabras. Dar gracias al Señor por concederme los medios para me mejora continua, para que me acerque a ÉL, y un medio excepcional y valioso es el hermano, sea quien sea, sea como sea, quiera lo que quiera. Gracias Señor!!!! …”

8.-        “la Virgen María sí que hizo carne la PdV "dad y se os dará: os verterán una medida generosa, colmada, remecida, rebosante". Ella no es que diera, sino que se dio, se donó toda ella, y vaya que si recibió!!! Cada acto, cada gesto, cada palabra, cada rezo de nuestra Madre es para perderse en él.
En cuanto a la PdV, he experimentado cómo cuando tú das siempre recibes el ciento por uno; valga un botón de muestra: voy los sábados que puedo a casa de una familia del movimiento, les llevo al Señor (eso sí que es para quedarse mudo, que yo les lleve al Señor, que algo tan pequeño sea capaz de portar a Quien es inabarcable, ¡qué grande es el Señor!), estoy con la familia (tiene bastantes problemas), hablamos, nos reímos, a veces lloramos, pero lo que es más importante: lo compartimos, hacemos comunión.
        Al final, cuando me voy, no dejan de agradecerme que les lleve al Señor, que esté con ellos; se les ve que sus caras han mudado de una situación difícil donde están inmersos, a una cara de alegría: puede vislumbrarse la felicidad por momentos. Pero lo de verdad grande, donde está el milagro, es en mí!!!: cuando salgo de aquella bendita casa, estoy lleno de Jesús, lleno de Amor, me siento el hombre más feliz del mundo. "Dad y se os dará...". Si pudiera explicar… cuán real es esto…: siempre da más el Señor, siempre…

N.B.: tú también puedes compartir las experiencias que hayas podido realizar poniendo en práctica el Evangelio; "pincha" aquí abajo en “comentarios” y escríbela: "lo que no se comparte, se pierde".

viernes, 3 de mayo de 2013

DAD Y OS SERÁ DADO


«Dad, y se os dará: 
os verterán una medida generosa, colmada, remecida, rebosante» 
(Lc 6, 38) 
PALABRA DE VIDA          mayo 2013  

¿Alguna vez te ha sucedido que has recibido un regalo de un amigo y has sentido la necesidad de corresponder? ¿Y de hacerlo no para pagar una deuda, sino más bien por auténtico amor agradecido? Seguro que sí.

Si esto te sucede a ti, imagínate a Dios, a Dios que es Amor.

Él siempre responde a cualquier regalo que hagamos a nuestro prójimo en nombre de Él. Es una experiencia que los cristianos verdaderos viven muy a menudo. Y cada vez es una sorpresa: nunca llegamos a acostumbrarnos a la inventiva de Dios. Podría ponerte mil, diez mil ejemplos; podría escribir un libro. Así verías cuán cierta es esa imagen: «os verterán una medida generosa, colmada, remecida, rebosante», que indica la abundancia con que Dios corresponde, su magnanimidad.


«Ya había caído la noche sobre Roma. Y en aquel pequeño semisótano el grupito de chicas que querían vivir el Evangelio se estaban dando las buenas noches. Pero sonó el timbre. ¿Quién sería a esas horas? Delante de la puerta había un hombre presa del pánico, desesperado: al día siguiente lo iban a desahuciar junto con su familia por no
pagar el alquiler. Las chicas se miraron y, sin decirse nada, abrieron el cajón donde habían guardado en varios sobres lo que quedaba de sus sueldos y un depósito para los recibos del gas, del teléfono y de la luz. Se lo dieron todo a aquel hombre sin hacer razonamientos, y esa noche durmieron felices. Ya pensaría alguien en ellas. Pero aún no había amanecido cuando sonó el teléfono: “Voy ahora mismo en un taxi”, dijo la voz del hombre. Asombradas de que eligiese ese medio de transporte, las chicas lo esperaron. La cara del visitante indicaba que algo había cambiado: “Ayer por la noche, nada más volver a casa, me encontré con que había recibido una herencia que nunca habría imaginado. Y pensé que tenía que daros la mitad”. Era exactamente el doble de lo que habían dado generosamente».

«Dad, y se os dará: os verterán una medida generosa, colmada, remecida, rebosante».
¿No te ha pasado también a ti? Si no es así, recuerda que hay que dar desinteresadamente, sin esperar nada a cambio, a cualquiera que pida.

Haz la prueba. Pero no lo hagas para comprobar el resultado, sino porque amas a Dios.

Me dirás: «Si yo no tengo nada».

No es verdad. Si queremos, tenemos tesoros inagotables: nuestro tiempo libre, nuestro corazón, nuestra sonrisa, nuestro consejo, nuestra cultura, nuestra paz, nuestra palabra para convencer a quien tiene de que dé a quien no tiene...

Me dirás entonces: «No sé a quién dar».

Mira alrededor de ti: ¿ te acuerdas de aquel enfermo hospitalizado, de esa señora viuda siempre sola, de aquel compañero tan deprimido por los suspensos, de aquel joven sin trabajo, siempre tan triste, de tu hermano pequeño, que necesita ayuda, de ese amigo que está en la cárcel, de ese aprendiz inseguro? Cristo te espera en ellos.

Adopta ese comportamiento nuevo del cristiano que rezuma en todo el Evangelio y que es lo opuesto a encerrarse en uno mismo y a preocuparse. Renuncia a depositar tu
seguridad en los bienes de la tierra y apóyate en Dios. Ahí se verá tu fe en Él, que pronto será confirmada por el regalo que Él te hará a su vez.

Como es lógico, Dios no se comporta así para enriquecerte o enriquecernos, sino para que otros, muchos otros, al ver los pequeños milagros que cosecha nuestro dar, hagan lo mismo.


Lo hace porque cuanto más tengamos, más podremos dar, y para que –como auténticos administradores de los bienes de Dios– pongamos todo en circulación en la comunidad que nos rodea, de modo que se pueda decir, como de la primera comunidad de Jerusalén: «Entre ellos no había necesitados» (Hch 4, 34).

¿No te parece que con ello contribuyes a dar un alma firme a la revolución social que el mundo espera?

«Dad y se os dará». Naturalmente, Jesús se refería en primer lugar a la recompensa que tendremos en el Paraíso, pero todo lo que sucede en esta tierra es ya preludio y garantía de aquella.