martes, 31 de diciembre de 2024

INICIAR EL AÑO CON FE PLENA

 PALABRA DE VIDA                                        enero 2025

 

«¿Crees esto?» (Jn 11, 26)

           Jesús está llegando a Betania, donde Lázaro lleva muerto cuatro días. Informada de ello, su hermana Marta corre esperanzada a su encuentro. Jesús los quería mucho a ella, a su hermana María y a Lázaro, como subraya el Evangelio (cf. Jn 11, 5). Aun en medio del dolor, Marta manifiesta al Señor su confianza en Él, convencida de que si hubiese estado presente antes de morir su hermano, este seguiría vivo, pero que incluso ahora, cualquier petición que hiciera a Dios sería atendida. «Tu hermano resucitará» (Jn 11, 23), afirma entonces Jesús.

 

«¿Crees esto?».

 

Después de haber aclarado que se refiere a la vuelta de Lázaro a la vida física aquí y ahora, y no solo a la que le espera al creyente después de la muerte, Jesús le pide a Marta la adhesión de la fe, y no solo para realizar uno de sus milagros –que el evangelista Juan llama «signos»–, sino para otorgarle a ella, como a todos los creyentes, una vida nueva y la resurrección. «Yo soy la resurrección y la vida» (Jn 11, 25), afirma Jesús. Y la fe que le pide es una relación personal con él, una adhesión activa y dinámica. Creer no es como aceptar un contrato que se firma una vez y ya no se vuelve a mirar, sino un hecho que transforma e impregna la vida diaria.

 

«¿Crees esto?».

 

Jesús invita a vivir una vida nueva aquí y ahora. Nos invita a experimentarla cada día, sabiendo que, como hemos vuelto a descubrir en Navidad, Él mismo nos la ha traído, tomando la iniciativa de venir a buscarnos y viniendo entre nosotros.

¿Cómo responder a su pregunta? Miremos a Marta, la hermana de Lázaro.

En el diálogo con Jesús le brota una profesión de fe plena en Él. El original griego la expresa aún con más fuerza. El «yo creo» que ella pronuncia significa «he alcanzado a creer», «creo firmemente» que «tú eres el Cristo, el Hijo de Dios que iba a venir al mundo» (cf. Jn 11, 27), con todas las consecuencias. Es una convicción madurada con el tiempo, puesta a prueba en las diversas circunstancias que ha afrontado en la vida.

El Señor me dirige su pregunta también a mí. También a mí me pide una confianza generosa en él y la adhesión a su estilo de vida, fundado en el amor generoso y concreto a todos. La perseverancia madurará mi fe, que se reforzará al constatar día tras día la verdad de las palabras de Jesús puestas en práctica, y que no dejará de expresarse en mi actuar diario con todos. Para empezar, podemos hacer nuestra la oración de los apóstoles a Jesús: «Auméntanos la fe» (Lc 17, 5).

                                            

«¿Crees esto?».

 

«Una de mis hijas había perdido el trabajo a la vez que todos sus compañeros, ya que el gobierno había cerrado la agencia pública donde trabajaban –cuenta Patricia, de Latinoamérica–. Como forma de protesta, habían organizado una acampada ante la sede. Yo procuraba apoyarlos participando en algunas de sus actividades, llevándoles comida o simplemente parándome a hablar con ellos. El Jueves Santo, un grupo de sacerdotes que los acompañaba decidió celebrar una ceremonia en la que se ofrecían también espacios de escucha, se leyó el Evangelio y se llevó a cabo el gesto del lavatorio de pies en recuerdo de lo que había hecho Jesús. La mayor parte de los presentes no eran personas religiosas; sin embargo, fue un momento de profunda unión, fraternidad y esperanza. Se sintieron abrazados, y, emocionados, daban las gracias a aquellos sacerdotes que los acompañaban en medio de la incertidumbre y el sufrimiento».

Esta palabra de Jesús ha sido elegida como lema para la Semana de oración por la unidad de los cristianos de 2025. Así pues, recemos y apliquémonos para que nuestra creencia común nos mueva a buscar la fraternidad con todos: esta es la propuesta y el deseo de Dios para la humanidad, pero requiere nuestra adhesión. La oración y la acción serán eficaces si nacen de esta confianza en Dios y de nuestro actuar en consecuencia.

 

SILVANO MALINI y el equipo de la Palabra de vida

¡FELIZ Y PRÓSPERO 2025, AÑO JUBILAR!

 

deseo a ti y a los tuyos

que tengáis una muy buena salida y entrada de año

y un próspero 2025

colmado de la bendición del Señor,

¡¡año jubilar de la esperanza!!:

 


¡FELIZ Y PRÓSPERO AÑO NUEVO 2025!

 

La fe en Jesucristo, Dios encarnado,

nacido de la Virgen María,

da una nueva forma de sentir el tiempo y la vida…:

gratitud y esperanza.

…la gratitud mundana,

la esperanza mundana son aparentes;

les falta la dimensión esencial

que es la relación con el Otro y con los demás,

con Dios y con los hermanos.


Y esto sucede … por el…

«¡Maravilloso intercambio!

El Creador tomó un alma y un cuerpo,

nació de una virgen; […] nos da su divinidad»…

Pensemos en la gratitud que debía sentir María

al contemplar a Jesús recién nacido.

Es una experiencia que sólo puede tener una madre,

y sin embargo en ella, en la Madre de Dios,

tiene una profundidad única, incomparable.

 

María sabe, ella sola con José,

de dónde ha salido ese Niño...

El Misterio da espacio a la gratitud,

que surge en la contemplación del don,

en la gratuidad,

mientras [que el Misterio] se ahoga

en la ansiedad del tener y del parecer.

 

La Iglesia aprende la gratitud de la Virgen Madre.

Y aprende también la esperanza... porque…

María siempre ha estado llena de amor, llena de gracia,

y por eso también está llena de confianza y de esperanza.
… no es optimismo, es otra cosa:

es fe en Dios que es fiel a sus promesas;

y esta fe toma la forma de esperanza en la dimensión del tiempo, podríamos decir «en camino».

El cristiano, como María,

es peregrino de esperanza.

 

Y precisamente éste… el tema del Jubileo de 2025…

Queridos hermanos y hermanas,

una peregrinación…

requiere una buena preparación…:

aprendamos de Ella a vivir cada día,

cada momento, cada ocupación

con la mirada interior vuelta hacia Jesús.

Alegrías y penas,

satisfacciones y problemas.

Todo en presencia y con la gracia de Jesús, el Señor.

Todo con gratitud y esperanza.

PAPA FRANCISCO, Homilía en primeras Vísperas y Te Deum final de año, 31 diciembre 2023



lunes, 30 de diciembre de 2024

AVANZAR EN LA FE

 VIDA DE LA PALABRA                  últimas semanas de DICIEMBRE

 

Alguna de mis EXPERIENCIAS tratando de llevar a la práctica diaria, con la Gracia de Dios, la Palabra de Vida de diciembre, («Nada es imposible para Dios», Lc 1, 37) y la de noviembre («Esta viuda, en cambio, ha echado todo cuanto poseía, todo lo que tenía para vivir», Mc 12, 44):

1.-        El primer domingo de octubre iba yo conduciendo hacia mi pueblo y recibí una llamada: una buena amiga me proponía hacer juntos en la distancia en ese momento oración, (naturalmente sin que me distrajese). Al acabar ese cuarto de hora, continué dialogando en mi interior con el Señor y me vino a la mente cuando, un rato antes, una persona sin muchos medios proponía hacer una suscripción domiciliada con una pequeña aportación periódica a la economía de la parroquia, con lo cual me acordé de las dos monedas de la viuda en el Evangelio y me emocioné interiormente.

Y entonces empezaron a venirme a la mente y al corazón varios episodios de esa misma mañana, el primero (ya te lo conté en el correo de justo hace un mes): yo estaba orando en silencio y entró un señor como cada domingo…; y traté de escucharle con agrado e interés…; y me sorprendió la última frase que me dijo: “padre, le quiero mucho”. Pero hasta ese momento en el coche, no me di cuenta que en realidad era Dios que, en mi oración, me estaba hablando y diciéndome eso a través de él.

 

1b.-     Empecé así a recapitular las cosas de esa misma mañana y vi cuántas veces Dios me había dicho eso: por ejemplo, antes de esa misa, una niña de catequesis me entregó un dibujo en el cual escribía “un fuerte beso para que le sigas siendo fiel al Señor, que te llamó para ser un cura estupendo. Que seas feliz, amigo sacerdote Paco”. Su mamá me aclaró que la iniciativa había partido de la niña y no se lo había querido ni enseñar hasta ese momento. Vi también ahí otro guiño del amor de Dios.

Después de misa otra niña me acercó otro dibujo con una cruz en el que ponía felicidades, pues había sido mi Santo dos días antes. Este año precisamente me había felicitado mucha menos gente por S. Francisco de Asís, incluso cercanos. Y también ahí percibí el paso de Dios.

En días previos estaba yo un poco desanimando inconscientemente: varias personas y familias, (que se habían empezado a integrar en la comunidad parroquial), estaban trasladándose esos días a otra población. Y al inscribir a niños para empezar la catequesis de primero, si ya el año anterior había solo 17, (me parecían poquísimos), este año ¡¡eran 8!! Y, para colmo, 2 de ellos se “desapuntan”: uno de los pocos que podía venir andando desde su casa a la parroquia, prefiere apuntarse en otra a 8 km (12 min. en coche) y una niña prefiere ir a otra incluso aún más lejos porque están allí sus primos, (y justo el cura de esa parroquia me había comentado en días previos que le faltaba espacio en su templo parroquial y le sobraba gente).

Así que, aunque se lo ofrecía yo al Señor, (“Tú, Señor, eres mi único Bien”), de hecho estaba un poco “plof” sin darme cuenta. En realidad también estaba contento de que pudieran enriquecer otra comunidad parroquial.

 

1c.-      Continuaba yo en el coche meditando-recordando todo lo de esa mañana dominical de octubre:

Entre una Misa y otra hubo una fiestecilla de inicio de catequesis y vi a una persona habitual de la parroquia, (con la que habíamos acordado que durante el curso se encargase de los padres mientras los niños estaban con la catequista): la vi contactando con unos y con otros, animando a todos los padres para esa reunión que con ella habíamos concordado. Viéndola resolutiva, alegre e interaccionando, percibí también ahí el amor de Dios que nos “echa un capote” para seguir organizando cosas de la parroquia y para que una persona encuentre donde encajar las cualidades que puede ofrecer.

Y a través de todos estos recuerdos, como que el Señor continuaba diciéndome: “no me olvido de ti, ni de tu parroquia, ¡que es más Mía que tuya, eh!”.

 

1d.-     Después, (seguía mis dos horas y media de viaje a mi pueblo), me acordé que esta misma persona que me acababa de llamar para orar, en enero había puesto un papelito bajo su “San José durmiente” para que solucionara la economía de la parroquia, (y cada 3 ó 4 días ella me preguntaba ingenua e ilusionada si se había arreglado). En abril, el consejo de economía me había dicho que estaba saneada en realidad desde el inicio de año porque no habían tenido en cuenta un dato. Y vi en ello otro gesto de amor del Señor por mí y por la comunidad parroquial.

Y me acordaba, entonces, también que había sido por primavera cuando, (después de dos años y medio de continuas solicitudes), nos han dado la subvención para los paneles solares instalados en la parroquia. Y que ha sido también a finales de primavera cuando, sin esperarlo, una persona nos dijo que acababan de abrir el testamento de su marido fallecido en Navidad  y dejaba una pequeña cantidad como herencia también como donación para la parroquia. Todo eso permitía ir enjugando déficit de años anteriores.

Si el Señor, y san José, se ocupaban hasta de las cosas menos importantes como son las materiales, ¡cuánto ni más estarán siempre pendientes de las espirituales y verdaderamente importantes!

Así que, con cada uno de estos recuerdos, durante todo ese viaje me venía como una lágrima de emoción y agradecimiento interior al Señor por todos esos detalles de amor que, si no hubiera tenido esa llamada, quizás me hubieran pasado desapercibidos.

Pensé cuántos días me habrán pasado desapercibidos pequeños detalles de la presencia de Dios y de su amor por la parroquia. Siempre lo confieso racionalmente, ¡y me lo creo!, ¡¡pero en ese momento era palparlo y meditarlo!!

 

Alguna de vuestras EXPERIENCIAS tratando de llevar a la práctica diaria la de Palabra de Vida de diciembre («Nada es imposible para Dios», Lc 1, 37), la de noviembre («Esta viuda, en cambio, ha echado todo cuanto poseía, todo lo que tenía para vivir», Mc 12, 44) y la de octubre («El que quiera llegar a ser grande entre vosotros sea vuestro servidor, y el que quiera ser el primero entre vosotros sea esclavo de todos», Mc 10, 43-44):

1.-        “gracias por la PdV y la experiencias. Al finalizar el año siempre solemos hacer balance, y comparto contigo que este ha sido un año de redescubrimiento y acercamiento a Dios y la felicidad que me supone estar cerca de vosotros y de toda la parroquia. Gratamente sorprendida porque mis hijos y mi marido se hayan unido a la Misa de los domingos, vivo esta Navidad con una alegría renovada.

Gracias por acompañarme en este camino que creo me hace mejor persona.

 

2.-        “el otro día volvía mi hijo triste del trabajo. Él siempre manifiesta su fe (además lleva una crucecita al cuello que no se quita para nada).

Sus compañeros del trabajo lo saben y ese día, delante de varios, uno de ellos dijo: “los cristianos son todos unos enfermos mentales”.

Mi hijo me lo contó con tristeza… Yo le comenté que rezara por él y que lo que más “descoloca” a alguien que te ha ofendido es responderle con amor.

A los pocos días era el cumpleaños de esa persona y mi hijo, al enterarse, en el rato de descanso, (en vez de ir a la pequeña invitación a tomar algo), salió a comprarle un libro como regalo. Se lo dedicó y se lo dejó en su mesa.

Cuando el otro lo vio, fue a buscar a mi hijo dándole las gracias, estaba muy sorprendido… Y le dijo que tenían que quedar un día para charlar y que si había dicho algo que le pudiera molestar que lo sentía.

 

3.-        “se me ha ocurrido desearte este año (a ti y a toda la familia) una Feliz Navidad re-enviándote este correo tuyo, que es el más antiguo que conservo de los que me vas enviando, (enero de 2008), para que tengas conciencia de tu perseverancia y como agradecimiento, también, por todo lo que nos compartes y que, sin duda, de una u otra forma, nos ayuda.

 

4.-        “gracias, Paco, por tu correo!: me ha encantado la forma en que enseñaste a Jesús en el Sagrario a ese niñito y la manera en que Dios nos habla cuando oramos a través de la paz y alegría que sentimos. Agradezco enormemente que a través de este correo también me haces “oír” de Dios: ¡te quiero mucho!

Hoy amanecí con un virus fuerte de estómago que ha roto los planes que teníamos para esta noche de fin de año: estoy muy cansada, pero sé que forma parte de los planes de Dios. En unos días estaré recuperada.

Me acuerdo de toda la gente que como yo no tiene salud, no solo hoy día 31, sino muchos, muchos días del año. Y pido a Dios por ellos, para que tengan fuerza para resistir, Esperanza para continuar y aceptar lo que Dios disponga de nosotros.

5.-        “Muchas gracias, Paco. Estos correos son como una pequeña luz en medio de tanta oscuridad que nos rodea. Gracias por compartirnos tus experiencias. Solos no podemos. Sólo con Dios y en Dios.

 

 

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de gente de todo el mundo,

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miércoles, 18 de diciembre de 2024

¡FELIZ NAVIDAD 2024!

 

Sagrada Familia. Centro Ave, Loppiano. Santuario María “Theotokos”, Loppiano (FI) Italia.


Queridos hermanos y hermanas:

¡Feliz Navidad!

La mirada y el corazón…

se dirigen hacia Belén.

Allí… resonó el anuncio esperado durante siglos…

Nos llena de confianza y esperanza

saber que el Señor nació por nosotros;

que la Palabra eterna del Padre, el Dios infinito,

puso su morada entre nosotros…

¡Esta es la noticia que cambia el curso de la historia!

No es la felicidad pasajera del mundo,

ni la alegría de la diversión,

sino una “gran” alegría, porque nos hace “grandes”…

Hoy… con nuestros límites,

abrazamos la certeza de una esperanza inaudita,

la de haber nacido para el cielo.

Sí, Jesús nuestro hermano vino

a hacer que su Padre sea nuestro Padre.

Siendo un Niño frágil, nos revela la ternura de Dios; y…

la alegría del Espíritu Santo, la alegría de ser hijos amados.

Alégrate tú,

que has perdido la confianza y las certezas,

porque no estás solo, no estás sola:

¡Cristo ha nacido por ti!

Alégrate tú, que has abandonado la esperanza,

porque Dios te tiende su mano;

no te señala con el dedo,

sino que te ofrece su manita de Niño

para liberarte de tus miedos,

para aliviarte de tus fatigas

y mostrarte que a sus ojos eres valioso como ningún otro.

Alégrate tú,

que en el corazón no encuentras la paz,

porque se ha cumplido la antigua profecía de Isaías:

«Un niño nos ha nacido, […] Príncipe de la paz».

La Escritura revela que su paz, su reino no tendrán fin (cf. 9,6).

En la Escritura, al Príncipe de la paz

se le opone «el Príncipe de este mundo» (Jn 12,31)

que, sembrando muerte, actúa

en contra del Señor, «que ama la vida» (Sb 11,26).

Lo vemos obrar en Belén cuando,

después del nacimiento del Salvador,

sucede la matanza de los inocentes.

Cuántas matanzas de inocentes en el mundo:

en el vientre materno,

en las rutas de los desesperados que buscan esperanza,

en las vidas de tantos niños 

cuya infancia está devastada por la guerra…

son los pequeños Jesús de hoy…

Desde el pesebre, el Niño

nos pide que seamos voz de los que no tienen voz

Hermanos y hermanas,

se acerca el tiempo de gracia y esperanza del Jubileo

Jesús… nacido… en Belén.

Acojámoslo, abrámosle el corazón a Él

el Salvador…

que es el Príncipe de la paz.

 

PAPA FRANCISCO,

MENSAJE URBI ET ORBI, NAVIDAD 2023

Balcón central de la Basílica Vaticana, lunes 25 de diciembre de 2023

 

 

Este es mi deseo para

UNA SANTA Y FELIZ NAVIDAD.

Lo dirijo con afecto a ti,

a tus familiares, a todos,

en particular si hubiera alguno enfermo o que sufre.

 



 

Navidad

Natividad

Nativitate

Natus vita te

 

Nati = nacimiento
vita = de la vida
te = para ti
Por lo tanto, «Navidad» significa en español: «Nacimiento de la vida para ti»

 

Nace la Vida en ti.

Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida”, dice Jesús

Pues, eso:

¡feliz nacimiento en ti de Aquel que es la Vida!

¡¡Así sea!!

martes, 17 de diciembre de 2024

TODO POSIBLE CON DIOS

VIDA DE LA PALABRA                       primeras semanas de DICIEMBRE

 

Alguna de mis EXPERIENCIAS tratando de llevar a la práctica diaria, con la Gracia de Dios, la Palabra de Vida de diciembre, («Nada es imposible para Dios», Lc 1, 37) y la de noviembre («Esta viuda, en cambio, ha echado todo cuanto poseía, todo lo que tenía para vivir», Mc 12, 44):

1.-        Estaba yo esta mañana en la estación esperando el tren de cercanías, que venía con 25 minutos de retraso, (y con eso, no solo no iba allí a poder saludar 5 minutos a una prima mía, sino que encima iba a llegar tarde a la  pequeña reunión en la que tenía que participar en el Arzobispado), y justo antes de subirme al tren, me llaman por teléfono diciendo que la reunión se había suspendido, (lo habían intentado 2 veces, y también por whatsapp, pero yo estaba celebrando Misa y luego me dirigí rápido a la estación hablando con gente y, por tanto, sin mirar el móvil).

Por otro lado, ese tiempo en el andén he podido ayudar a un señor de 85 años que estaba un poco desorientado porque hacía mucho que no viajaba en tren y, encima, ni los teleindicadores ni los tornos de entrada funcionaban. Es muy buena persona: me he hecho amigo de él y resulta que es pequeño artista y me ha regalado un crisma pintado por él; nos hemos intercambiado las tarjetas, muy agradecido él del ratillo.

Además, cuando ya salía yo de la estación, una feligresa me presenta a un hombre un poco alejado de la Iglesia y algo necesitado, y 2 minutos hablando entre los 3, él ha quedado que pasará un día por la parroquia y que, entonces o más adelante, también hablará despacio con nosotros.

 

2.-        Sin dejar de atender las Misas de la Parroquia y las catequesis de adultos, durante el puente de la Inmaculada pude en muchos momentos participar en el centro Mariápolis y servir con las confesiones en una convivencia-retiro con casi 300 personas consagradas a Dios en la Obra de María (Movimiento de los Focolares).

La peculiaridad es que ese encuentro quería ser, además, un abrazo al Mediterráneo, en línea con lo que el Papa Francisco pide a menudo. De hecho un tercio de los participantes eran españoles de los diferentes territorios de la península y sus islas, y los otros 2/3 eran de los diversos países de Oriente Medio y norte de África. Se juntaban, pues, aquí en Las Matas las riberas este, sur y oeste de la cuenca mediterránea y solo este hecho ya era algo precioso y rico.

Casi todos eran cristianos católicos, pero había también incluso algún cristiano de otra confesión y algún musulmán: todo ello hace admirar el empuje del Espíritu Santo que sopla donde quiere y cuando quiere, más allá de nuestros cortos límites humanos e incluso religiosos.

En el último momento, no pudieron venir los de Alepo (Siria), por las circunstancias sociales, políticas y de violencia que estamos siguiendo con inquietud, pero se pudieron unir por videoconferencia, junto con algunos otros que por enfermedad o guerra tampoco pudieron venir.

 

2b.-     Es muy distinto escuchar números en los informativos, que tener personas delante con las cuales estás compartiendo el desayuno o una meditación.

Es muy distinto ver insensiblemente imágenes a las que por desgracia nos tienen acostumbrados los medios, que escuchar la experiencia de una iraquí que reside en Líbano y que tienes sentada a tu lado y en los siguientes días te la vas cruzando al salir y entrar o del comedor, o del auditorio o de la capilla.

Es muy distinto saber que hay millones de mártires, (también hoy en día), en la historia de la Iglesia, que escuchar a alguien de Haifa, en el norte de Israel, que te dice que cada día, antes de ir a trabajar o a estudiar, tiene que consultar la radio y las redes para saber si hay bombardeos o tiroteos.

 

2c.-      Me impresionaba un focolarino del Líbano cuando me contaba en la comida que tiene dudas en el amor de Dios, por los 15 años de guerra civil desde 1975 y luego otras que ha habido y en esto últimos meses los bombardeos. Pero, el evangelista san Juan en una de sus cartas, (decía él y me miraba fijamente, como si yo como sacerdote fuera especialista), afirma que “se nota que habéis pasado de la muerte a la vida en que amáis a los hermanos”. Y experimentaba él que eso era verdad, pues se ponía a ayudar o a comprar algo a quien está más necesitado o se iba a ayudar a Caritas y recobraba la paz y la alegría incluso en medio del dolor y de tener que acudir a tratamiento psicológico, pero que también eso entra en el plan de Dios.

 

2d.-     Me admiraba también un focolarino italiano que lleva 12 ó 14 años en Argelia tratando de convivir y de aprender de todos los que allí viven. Y que no deja de admirar mudo la Obra del Espíritu Santo cuando tantos de allí, musulmanes la mayoría, sienten que encuentran a Dios tratando de vivir la misma espiritualidad de Chiara Lubich que él en el respeto y  la estima mutua. Le pregunté si en todos estos años ha pasado situaciones difíciles y me contestó que no, siempre en buena armonía, (quizá –pienso yo- porque él es sencillo trabajador de la tierra, no alguien que va a imponer nada, sino solamente a amar dando lo mejor de sí mismo y buscando la unidad).

2e.-      Me impresionaban también algunas focolarinas que están en Egipto o en el sur de Turquía, que les encantaría confesarse cada 15 días, pero apenas hay un sacerdote en decenas de kilómetros a la redonda.

 

2f.-      Ante cada persona que me hablaba o se confesaba o que daba un testimonio en público o contaba lo que Dios obraba en su alma, (como siempre suelo hacer, pero en esta ocasión mucho más todavía), verdaderamente me ponía en contemplación: tenía yo que “descalzarme” como Moisés ante la zarza ardiente, viendo no solo la sacralidad de cada conciencia, de cada alma, sino admirando la sencilla y profunda obra que Dios iba haciendo en ellos y con ellos.

            Aunque cansado por no tener un minuto libre en todos esos días, acabé contento de todo ello, habiendo recibido múltiples gracias, que ahora no puedo más que esbozar.

Sobre todo se me llenaba el alma de esperanza, en este tiempo del Adviento que, además, la resalta. Me ilusionaba comprobar que Dios sigue actuando en el mundo y que quiere nacer de nuevo en la humanidad entera pero también en esta cuenca del Mediterráneo.

 

 

Alguna de vuestras EXPERIENCIAS tratando de llevar a la práctica diaria la de Palabra de Vida de diciembre («Nada es imposible para Dios», Lc 1, 37), la de noviembre («Esta viuda, en cambio, ha echado todo cuanto poseía, todo lo que tenía para vivir», Mc 12, 44) y la de octubre («El que quiera llegar a ser grande entre vosotros sea vuestro servidor, y el que quiera ser el primero entre vosotros sea esclavo de todos», Mc 10, 43-44):

1.-        “…terminé mi labor en el confesonario y me levanté para salir a tomar el café, pero unos chicos, (habían entrado antes en la Misa que celebré), me pidieron confesarse. Se trata de un colectivo de chicos y chicas superdotados que es atendido por sus educadores de forma específica, evitando así que se desanimen en la enseñanza común, pudiendo llevar su ritmo intelectual propio.

            Yo solo disponía de 20 minutos: ¿café y descansar, (que a mis ochenta de edad es muy necesario), o los chicos? Eran mis dos “monedillas de tiempo” antes de mi siguiente tarea. Recordé a la viuda del Evangelio, la PdV, que dio el óbolo que complació tanto al Señor. Les atendí y me quedó un sabor de boca mejor que el del café….

 

2.-        “te escucho casi todos los jueves “Una luz en tu vida” en Radio María…: también he sentido algo en mi corazón los sábados que tenemos media hora con el Santísimo después de la Misa: hay días que con una mosca me distraigo, pero hay otros que siento algo especial, como que me dijera “te quiero”. Esos días salgo tan feliz que estoy todo el día flotando: por la tarde voy a ver a mis hermanos, (mi cuñada está muy malita o mi hermano le gusta que vaya), o, si no están, visito alguna persona y me siento feliz.

 

3.-        “…participé en la comida de Navidad de tu Parroquia. Me impactó cuando entré (llegué un poco tarde 😊) el ver a tantas personas que participaban. Fue un encuentro muy familiar y muy bonito. La paella estupenda 😋 y todas las personas que hicieron posible este encuentro, unas campeonas. Después algunos nos quedamos a ver ese capítulo de “The Chosen” relacionado con la Navidad y compartimos algunas de nuestras impresiones. Un bonito domingo entre hermanos. Ahh y se me olvidaba, la rifaa, nos lo pasamos genial (y a mí me tocó uno de los premios)….

 

4.-        “Esta mañana ha sido un poco estresada, pero creo que el Señor me quería probar, pues tenía cita a las diez y media en el hospital con el oculista. Pero la mañana salió mal desde un principio. Salí de casa unos minutos antes, pero el autobús había venido ya tres minutos antes y pensé: “tengo que ir andando, porque  tengo que ir al centro y esperar otro, ya llego tarde”. En tres cuarto de hora estoy allí y diez minutos tengo para sacar el tique; estoy esperando en la consulta y me dicen que no llevo el papel, que vaya a pedirlo que, si no, no me atienden pero, no podía perder la cita (me dijeron que en dos días me llegaba, pero habían pasado diez días); parece que el Señor me iluminó: llamé a un familiar que está en el hospital y me llamó y me dijo todo, pero la que luego me atendió me contestó bastante mal, pero el Señor como que me decía: “tranquila”. Hice una llamada y no estaba trabajando, pero dije “Señor, me fio de Ti: Tú eres mi único Bien”. Al final encontré el informe, esperé tres cuartos de hora, pero salió la enfermera, le di el informe, me llama por mi nombre y me dice enseguida te llamo, le di las gracias, entré en la sala, me miró y esperé tranquila: “Tú lo sabes todo Señor”. Total, que salí a la una, pero era una recompensa; en principio, me venían cosas a la mente, pero las fui superando al pensar: “tengo que amar a fondo”.

Gracias, por las experiencias que has contado, pedí por los ejercicios, para que  todo fuera bien.

 

5.-        “muchas gracias, Paco. Estos correos son como una pequeña luz en medio de tanta oscuridad que nos rodea. Gracias por compartirnos tus experiencias. Solos no podemos. Sólo con Dios y en Dios.

 

6.-        “Tus experiencias siempre son un estímulo, concreto y exigente...

La Palabra de Vida no tiene explicación, es una confirmación muy fuerte de la necesidad de la UNIDAD entre dos o más... Qué concreto, como siempre, lo que dice 

Chiara: «Solos, no podemos... la fuerza de la unidad viene de "donde dos o más...».

En estos días pasados he sentido la "necesidad y urgencia" de decidir determinadas cosas con otra hermana. Sentía que debía "morir a mi proyecto, mi forma de ver... dejando que ella decidiera y yo aceptando gozosa lo que ella propusiera. Y, como es normal, llegó el fruto de la unidad: encontramos la solución a lo que deseábamos y la alegría fue plena para las dos...

Es una experiencia que nunca falla. Lo tengo comprobado que, cuando me dispongo a “morir” a mi voluntad, la VIDA de Jesús llega inmediatamente.

 

7.-        “muchísimas gracias, Paco. Me hace mucho bien recibir la Palabra de Vida y vuestros testimonios.

  

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