VIDA DE LA PALABRA primeras semanas de DICIEMBRE
Alguna de mis EXPERIENCIAS tratando
de llevar a la práctica diaria, con la Gracia de Dios, la Palabra de Vida de
diciembre, («Nada es imposible para Dios», Lc 1, 37) y la de
noviembre («Esta
viuda, en cambio, ha echado todo cuanto poseía, todo lo que tenía para vivir»,
Mc 12, 44):
1.- Estaba yo esta mañana en la estación esperando el tren
de cercanías, que venía con 25 minutos
de retraso, (y con eso, no solo no iba allí a poder saludar 5 minutos a una
prima mía, sino que encima iba a llegar tarde a la pequeña reunión en la que tenía que participar
en el Arzobispado), y justo antes de subirme al tren, me llaman por teléfono
diciendo que la reunión se había suspendido, (lo habían intentado 2 veces, y
también por whatsapp, pero yo estaba celebrando Misa y luego me dirigí rápido a
la estación hablando con gente y, por tanto, sin mirar el móvil).
Por otro lado, ese tiempo en el andén he podido ayudar a un señor de
85 años que estaba un poco desorientado porque hacía mucho que no viajaba en
tren y, encima, ni los teleindicadores ni los tornos de entrada funcionaban. Es
muy buena persona: me he hecho amigo de él y resulta que es pequeño artista y
me ha regalado un crisma pintado por él; nos hemos intercambiado las tarjetas,
muy agradecido él del ratillo.
Además, cuando ya salía yo de la estación, una feligresa me
presenta a un hombre un poco alejado de la Iglesia y algo necesitado, y 2
minutos hablando entre los 3, él ha quedado que pasará un día por la parroquia
y que, entonces o más adelante, también hablará despacio con nosotros.
2.- Sin dejar de atender las Misas de la Parroquia y
las catequesis de adultos, durante el puente de la Inmaculada pude en muchos
momentos participar en el centro Mariápolis y servir con las confesiones en una
convivencia-retiro con casi 300 personas consagradas a Dios en la Obra de María
(Movimiento de los Focolares).
La peculiaridad es que ese encuentro quería ser, además, un abrazo
al Mediterráneo, en línea con lo que el Papa Francisco pide a menudo. De hecho
un tercio de los participantes eran españoles de los diferentes territorios de
la península y sus islas, y los otros 2/3 eran de los diversos países de
Oriente Medio y norte de África. Se juntaban, pues, aquí en Las Matas las
riberas este, sur y oeste de la cuenca mediterránea y solo este hecho ya era
algo precioso y rico.
Casi todos eran cristianos católicos, pero había también incluso
algún cristiano de otra confesión y algún musulmán: todo ello hace admirar el empuje
del Espíritu Santo que sopla donde quiere y cuando quiere, más allá de nuestros
cortos límites humanos e incluso religiosos.
En el último momento, no pudieron venir los de Alepo (Siria), por
las circunstancias sociales, políticas y de violencia que estamos siguiendo con
inquietud, pero se pudieron unir por videoconferencia, junto con algunos otros
que por enfermedad o guerra tampoco pudieron venir.
2b.- Es muy distinto escuchar números en los
informativos, que tener personas delante con las cuales estás compartiendo el
desayuno o una meditación.
Es muy distinto ver insensiblemente imágenes a las que por
desgracia nos tienen acostumbrados los medios, que escuchar la experiencia de
una iraquí que reside en Líbano y que tienes sentada a tu lado y en los
siguientes días te la vas cruzando al salir y entrar o del comedor, o del
auditorio o de la capilla.
Es muy distinto saber que hay millones de mártires, (también hoy
en día), en la historia de la Iglesia, que escuchar a alguien de Haifa, en el
norte de Israel, que te dice que cada día, antes de ir a trabajar o a estudiar,
tiene que consultar la radio y las redes para saber si hay bombardeos o
tiroteos.
2c.- Me impresionaba un focolarino del Líbano cuando
me contaba en la comida que tiene dudas en el amor de Dios, por los 15 años de
guerra civil desde 1975 y luego otras que ha habido y en esto últimos meses los
bombardeos. Pero, el evangelista san Juan en una de sus cartas, (decía él y me
miraba fijamente, como si yo como sacerdote fuera especialista), afirma que “se
nota que habéis pasado de la muerte a la vida en que amáis a los hermanos”. Y
experimentaba él que eso era verdad, pues se ponía a ayudar o a comprar algo a
quien está más necesitado o se iba a ayudar a Caritas y recobraba la paz y la
alegría incluso en medio del dolor y de tener que acudir a tratamiento
psicológico, pero que también eso entra en el plan de Dios.
2d.- Me admiraba también un focolarino italiano que
lleva 12 ó 14 años en Argelia tratando de convivir y de aprender de todos los
que allí viven. Y que no deja de admirar mudo la Obra del Espíritu Santo cuando
tantos de allí, musulmanes la mayoría, sienten que encuentran a Dios tratando
de vivir la misma espiritualidad de Chiara Lubich que él en el respeto y la estima mutua. Le pregunté si en todos
estos años ha pasado situaciones difíciles y me contestó que no, siempre en
buena armonía, (quizá –pienso yo- porque él es sencillo trabajador de la
tierra, no alguien que va a imponer nada, sino solamente a amar dando lo mejor
de sí mismo y buscando la unidad).
2e.- Me impresionaban también algunas focolarinas que
están en Egipto o en el sur de Turquía, que les encantaría confesarse cada 15
días, pero apenas hay un sacerdote en decenas de kilómetros a la redonda.
2f.- Ante cada persona que me hablaba o se confesaba
o que daba un testimonio en público o contaba lo que Dios obraba en su alma, (como
siempre suelo hacer, pero en esta ocasión mucho más todavía), verdaderamente me
ponía en contemplación: tenía yo que “descalzarme” como Moisés ante la zarza
ardiente, viendo no solo la sacralidad de cada conciencia, de cada alma, sino
admirando la sencilla y profunda obra que Dios iba haciendo en ellos y con
ellos.
Aunque cansado por no tener un minuto libre en todos esos
días, acabé contento de todo ello, habiendo recibido múltiples gracias, que
ahora no puedo más que esbozar.
Sobre todo se me llenaba el alma de esperanza, en este tiempo del Adviento que, además, la resalta. Me
ilusionaba comprobar que Dios sigue actuando en el mundo y que quiere nacer de
nuevo en la humanidad entera pero también en esta cuenca del Mediterráneo.
Alguna de vuestras EXPERIENCIAS tratando
de llevar a la práctica diaria la de Palabra de Vida de diciembre («Nada
es imposible para Dios», Lc 1, 37), la de noviembre
(«Esta viuda, en cambio, ha echado todo
cuanto poseía, todo lo que tenía para vivir», Mc 12, 44) y la de
octubre («El que quiera llegar a ser grande entre vosotros sea vuestro servidor,
y el que quiera ser el primero entre vosotros sea esclavo de todos», Mc 10, 43-44):
1.- “…terminé mi labor en
el confesonario y me levanté para salir a tomar el café, pero unos chicos, (habían
entrado antes en la Misa que celebré), me pidieron confesarse. Se trata de un
colectivo de chicos y chicas superdotados que es atendido por sus educadores de
forma específica, evitando así que se desanimen en la enseñanza común, pudiendo
llevar su ritmo intelectual propio.
Yo solo disponía de 20 minutos: ¿café
y descansar, (que a mis ochenta de edad es muy necesario), o los chicos? Eran
mis dos “monedillas de tiempo” antes de mi siguiente tarea. Recordé a la viuda
del Evangelio, la PdV, que dio el óbolo que complació tanto al Señor. Les
atendí y me quedó un sabor de boca mejor que el del café…”.
2.- “…te escucho casi todos los jueves “Una luz en tu vida”
en Radio María…: también he sentido algo en mi corazón los sábados que tenemos
media hora con el Santísimo después de la Misa: hay días que con una mosca me
distraigo, pero hay otros que siento algo especial, como que me dijera “te
quiero”. Esos días salgo tan feliz que estoy todo el día flotando: por la tarde
voy a ver a mis hermanos, (mi cuñada está muy malita o mi hermano le gusta que
vaya), o, si no están, visito alguna persona y me siento feliz…”.
3.- “…participé en la
comida de Navidad de tu Parroquia. Me impactó cuando entré (llegué un poco
tarde 😊) el ver a tantas personas que participaban. Fue un
encuentro muy familiar y muy bonito. La paella estupenda 😋 y todas las personas que hicieron posible este
encuentro, unas campeonas. Después algunos nos quedamos a ver ese capítulo de “The
Chosen” relacionado con la Navidad y compartimos algunas de nuestras
impresiones. Un bonito domingo entre hermanos. Ahh y se me olvidaba, la rifaa,
nos lo pasamos genial (y a mí me tocó uno de los premios)…”.
4.- “…Esta mañana ha sido un poco estresada, pero creo que
el Señor me quería probar, pues tenía cita a las diez y media en el hospital
con el oculista. Pero la mañana salió mal desde un principio. Salí de casa unos
minutos antes, pero el autobús había venido ya tres minutos antes y pensé:
“tengo que ir andando, porque tengo que
ir al centro y esperar otro, ya llego tarde”. En tres cuarto de hora estoy allí
y diez minutos tengo para sacar el tique; estoy esperando en la consulta y me
dicen que no llevo el papel, que vaya a pedirlo que, si no, no me atienden
pero, no podía perder la cita (me dijeron que en dos días me llegaba, pero
habían pasado diez días); parece que el Señor me iluminó: llamé a un familiar
que está en el hospital y me llamó y me dijo todo, pero la que luego me atendió
me contestó bastante mal, pero el Señor como que me decía: “tranquila”. Hice
una llamada y no estaba trabajando, pero dije “Señor, me fio de Ti: Tú eres mi
único Bien”. Al final encontré el informe, esperé tres cuartos de hora, pero
salió la enfermera, le di el informe, me llama por mi nombre y me dice
enseguida te llamo, le di las gracias, entré en la sala, me miró y esperé
tranquila: “Tú lo sabes todo Señor”. Total, que salí a la una, pero era una
recompensa; en principio, me venían cosas a la mente, pero las fui superando al
pensar: “tengo que amar a fondo”.
Gracias,
por las experiencias que has contado, pedí por los ejercicios, para que todo fuera bien…”.
5.- “…muchas gracias, Paco. Estos correos son como una
pequeña luz en medio de tanta oscuridad que nos rodea. Gracias por compartirnos
tus experiencias. Solos no podemos. Sólo con Dios y en Dios…”.
6.- “…Tus experiencias siempre son un estímulo,
concreto y exigente...
La Palabra de Vida no
tiene explicación, es una confirmación muy fuerte de la necesidad de la UNIDAD
entre dos o más... Qué concreto, como siempre, lo que dice
Chiara: «Solos, no
podemos... la fuerza de la unidad viene de "donde dos o más...».
En estos días pasados he sentido la "necesidad y
urgencia" de decidir determinadas cosas con otra hermana. Sentía que debía
"morir a mi proyecto, mi forma de ver... dejando que ella decidiera y yo
aceptando gozosa lo que ella propusiera. Y, como es normal, llegó el fruto de
la unidad: encontramos la solución a lo que deseábamos y la alegría fue plena
para las dos...
Es una experiencia que nunca falla. Lo tengo comprobado que,
cuando me dispongo a “morir” a mi voluntad, la VIDA de Jesús llega
inmediatamente…”.
7.- “…muchísimas gracias, Paco. Me hace mucho bien recibir
la Palabra de Vida y vuestros testimonios…”.
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