PALABRA DE VIDA enero 2023
«Aprended a hacer el bien, buscad la
justicia»
(Is 1, 17)
La palabra de vida del mes de enero está
tomada del primer capítulo del profeta Isaías. Esta frase
ha sido elegida para la «Semana de oración por la unidad de los
cristianos», que se celebra en todo el hemisferio norte del 18 al 25
de enero. Los textos han sido preparados por un grupo de cristianos de
Minnesota, en Estados Unidos[1].
La justicia
es un tema candente. Las desigualdades, la violencia y los
prejuicios crecen en una sociedad a la que le cuesta dar testimonio de una
cultura de paz y de unidad.
Y los tiempos de Isaías no eran
muy diferentes de los nuestros. Las guerras, las rebeliones, la búsqueda de la riqueza y el poder,
la idolatría y la marginación de los pobres habían hecho descarriarse al pueblo
de Israel. Con
palabras muy duras, el profeta llama a su gente a convertirse, indicando el
camino para volver al espíritu originario de la alianza de Dios con
Abrahán.
«Aprended a hacer el bien, buscad la
justicia».
¿Qué significa aprender a hacer el bien? Hemos de ponernos en disposición de
aprender, lo cual requiere un esfuerzo
por nuestra parte. En nuestro camino diario, siempre tenemos algo que comprender, que
mejorar; podemos volver a empezar si nos hemos equivocado.
¿Qué significa buscar la justicia? Esta es como un tesoro que hay que
buscar y desear: es la meta de nuestro modo de actuar. Practicar la justicia nos enseña a hacer el
bien. Es saber captar la voluntad de Dios, que es nuestro
bien.
Isaías ofrece ejemplos concretos. Las personas que Dios prefiere
mayormente, porque son las más indefensas, son los oprimidos, los huérfanos y
las viudas. Dios
invita a su pueblo a cuidar de los demás de modo concreto, sobre
todo de quienes no están en condiciones de hacer valer sus derechos. Las
prácticas religiosas, los ritos, los sacrificios y las oraciones no le son
gratos si no se corresponden con la búsqueda y la práctica del bien y la
justicia.
«Aprended a hacer el bien, buscad la
justicia».
Esta Palabra de vida nos empuja a ayudar a los
demás a tener una mirada atenta y a socorrer al necesitado con hechos.
Nuestro camino de conversión requiere abrir el corazón, la mente y los brazos,
sobre todo, a quienes sufren.
«El deseo y la búsqueda de la justicia están
grabados desde siempre en la conciencia del hombre; Dios mismo los depositó en
su corazón. Pero, a pesar de las conquistas y progresos realizados a lo largo
de la historia, ¡qué lejos sigue estando el pleno cumplimiento del proyecto de
Dios! Las guerras en curso a día de hoy, así como el terrorismo y los
conflictos étnicos, son señal de desigualdades sociales y económicas, de
injusticias, de odios. […] Sin amor, sin respeto a la persona, sin atender sus
necesidades, las relaciones personales pueden ser correctas, pero también
pueden volverse burocráticas, incapaces de
dar respuestas decididas a las
exigencias humanas. Sin amor, nunca habrá justicia verdadera, no
se compartirán los bienes entre ricos y pobres, no se atenderá la singularidad
de cada hombre y mujer ni la situación concreta en que se encuentran»[2].
«Aprended a hacer el bien, buscad la
justicia».
Vivir
por un mundo unido es preocuparse de las heridas de la humanidad a través de
pequeños gestos que ayudan a formar la familia humana.
Un día, J. de Argentina se encuentra por
casualidad con el director del instituto donde había dado clases, el cual lo
había despedido con un pretexto. Cuando el director lo reconoce, trata de
evitarlo, pero J. va a su encuentro. Le pregunta por él y el director le cuenta
las dificultades de los últimos tiempos, le dice que vive en otra ciudad y que
está buscando trabajo. J. se ofrece a ayudarlo, y al día siguiente difunde
entre sus contactos la noticia de que está buscando trabajo para una persona.
La respuesta no tarda en llegar. Cuando el director recibe la noticia de una
oferta de trabajo, no se lo puede creer. La acepta, profundamente agradecido y
conmovido de que precisamente aquel que él había despedido se interese
concretamente por él.
J. recibe el «céntuplo», porque precisamente
en ese momento le ofrecen dos trabajos que siempre había deseado, desde que
estudiaba en la universidad. También él está asombrado y conmovido por el amor tan
concreto de Dios[3].
Patrizia Mazzola y el equipo
de la Palabra de vida
[1] En Mineápolis (Minnesota), resultó muerto en 2020 el ciudadano negro
George Floyd por la acción de un policía: un homicidio que ha generado un
movimiento por la eliminación de toda forma de discriminación racial.
[2] C. Lubich, Palabra de vida, noviembre de 2006: Ciudad Nueva n. 436 (2006/11),
pp. 22-23.
[3] Tomado y adaptado de «Il Vangelo del giorno», Città Nuova, año
VIII, n. 1, enero-febrero 2022.