jueves, 28 de febrero de 2019

VIVIR LA PAZ

VIDA DE LA PALABRA                    últimas semanas de FEBRERO

Alguna de mis EXPERIENCIAS tratando de llevar a la práctica diaria la Palabra de Vida de febrero («Busca la paz y anda tras ella», Sal 34, 15) y la de enero («Justicia, solo justicia has de buscar», Dt 16, 20):

1.-        La semana pasada se juntaron algunos de esos días “simpáticos”: sin parar. Dos de ellos, haciendo la ronda de visitas en el hospital, por los pasillos varias personas se me acercaban (pocos días es así) para que visitara también a su familiar; una me preguntó: “¿confiesas solo a los enfermos, o también a los familiares?”. Con pena tuve que decirle que ese día iba más que a correprisa, por la abundancia de enfermos y de otras tareas; le expliqué que los días siguientes le tocaba a un compañero: “pues me espero al miércoles que entres de turno de nuevo”.
A primera hora de la tarde, logré sacar un ratillo para una rápida compra semanal y, al llegar a casa, pude leer los WhatsApp de la mañana: varias personas querían haberme llamado por teléfono; les contesté entonces que podían en esos minutos. Así que, me puse los auriculares y, mientras colocaba mi compra en el frigo, recibí llamadas; en un momento dado, se me cayó un tarro de puré y salpicó toda la cocina: me acordé de la PdV… ¡paz!; tranquilicé por el ruido a quien estaba al otro lado del teléfono; y una sonrisa interior para el Señor: “hay que ver que hoy tengo menos tiempo que nunca, y voy a emplear un buen rato en limpiar salpicaduras de puré por encimeras, frigorífico, puertas de armario…; y como ya no tiene remedio, ¡paz y paciencia!, ¡¡busca la paz y camina tras ella!!”.
          Por la tarde, parece que iba a tener unos minutos y me propuse ir a rezar… pero… asomo por la puerta del despacho que da al templo… y alguien se levanta de su banco y se me acerca corriendo…: “¿me puede confesar?”.
          Luego fui al Centro Mariápolis y, nada más entrar, mientras estoy quitándome abrigo, gorra y bufanda en la sala de los percheros… allí mismo entra alguien con toda confianza pidiéndome confesar. Y ahí en el ropero la confesé. Es un ministerio que me encanta, así que, no me era difícil vivir con paz esos momentos y más aún siendo una buena amiga; al acabar, me dirigí a la sacristía y en seguida entra alguien a preguntar algo para la reunión de después y, a la vez, por detrás, otro me comunicaba algo a tener en cuenta durante la Misa. “¡Busca la paz y anda tras ella!”, me iba repitiendo yo interiormente.
          En la Misa estaban unos amigos que hacía mucho que no veía (unos son de Cataluña, otros viven allí) y me propuse saludarlos a todos después…, pero… nada más acabar, abro la puerta para salir y otra persona me pide que la confiese.
Luego el ratito de cena-reunión fue precioso.
Acabé el día realmente agotado y feliz: ¡con y en paz!

2.-        Fui el sábado a Madrid. Al acabar, voy a por mi coche y… mi puerta rayada (con una llave quizá). Inmediatamente me acordé de la PdV: “¡busca la paz y corre tras ella!”; además, también en el “taller de oración” esta semana habíamos aprendido que “si la cosa tiene remedio, ¡lucha con todos tus medios para arreglarla!; y si no tiene solución, no sirve de nada amargarse: ¡abandónate en Dios con silencio y paz!”. Entré en el coche y me sentía realmente contento por dentro, (en otras ocasiones similares, hace tiempo, la verdad es que me pasé luego días molesto interiormente). Recé una oración por quien hubiera hecho el rallajo. Estaba yo muy en paz. Incluso, aunque el gps empezó tarde a funcionar y di más vuelta de lo debido, estaba en ese clima de la PdV, “busca la paz y corre tras ella”, y tampoco me alteré gracias a Dios. Y luego llegué a tiempo a la parroquia.


Alguna de vuestras EXPERIENCIAS tratando de llevar a la práctica diaria la Palabra de Vida de febrero («Busca la paz y anda tras ella», Sal 34, 15), la de enero («Justicia, solo justicia has de buscar», Dt 16, 20) y la de diciembre («Estad siempre alegres en el Señor», Flp 4, 4):

1.-        “es un regalo participar de todos estos testimonios y del Espíritu a través de ellos... 
…por supuesto, me encantaría compartir lo que está siendo mi búsqueda de la paz con el resto de las personas de tu grupo. Es curioso cómo puedes sentirte en comunión viviendo algo en común con gente que ni conoces, pero que sabes que están en la misma clave que uno mismo... 
"Busca la paz y anda tras ella": un post it en el ordenador de mi trabajo, otro en la nevera de mi casa, con el transcurrir de los días, otro en mi corazón. Me siento como Dori, (la pececita que olvida permanentemente lo que acaba de vivir), como si pensar en "busca la paz y anda tras ella" fuera una sorpresa permanente, cada vez que, en el fragor de la vida cotidiana veo un post it y me vuelve a sorprender, vuelvo a vivir el regalo de Dios cada vez que me pongo las gafas de la búsqueda de la paz. 
La mayor sorpresa ha sido cómo ese recuerdo de la búsqueda de la paz que sólo da Dios, ha cambiado un millón de momentos en mi día a día y en el día a día de mi familia.
1b.-      Ante un momento de cansancio con mi hija pequeñita, recuerdo la búsqueda de la paz y la abrazo, y mi hija sonríe y me dice "mamá, eres mi corazoncito".
Ante una discrepancia con mi marido, respiro de nuevo la búsqueda de la paz, Dios entra en mi corazón, y suavizo mi mirada y le escucho, y mi marido me dice, "eres mi brújula, cariño", y le digo, "ya sabes que yo soy sólo un instrumento, mi amor".
Y esta mañana me sigo sorprendiendo cuando me siento en mi lugar de trabajo, y vuelvo a leer en mi post it "busca la paz y anda tras ella", y vuelvo a sorprenderme y a sentirme instrumento, a sentirme pequeña y grande al mismo tiempo. 
            Un millón de gracias, Paco

2.-        “de nosotros te diré que, aun con nuestros problemas y edad, no nos podemos quejar: viviendo muy unidos, como nunca lo hemos estado y dando continuamente gracias a Dios porque cada vez sentimos más el amor que nos tiene. Deseando se consolide la salud de tu madre, para ti un fuerte abrazo de los dos.

3.-        “amigo Paco: terminados los exámenes, he dedicado tiempo a leer tu PdV despacio; viene cargada de tantos sentimientos de gente y los tuyos propios… Espero que tu madre esté más estable y con ello vosotros también más tranquilos…
Hace unos meses vino una chica jovencita por aquí, era extranjera, pero hablaba castellano fenomenal; quería hacer voluntariado: bien!! Al ser jovencita, mi instinto me llevó a ofrecerla actividades: terapia ocupacional, acompañamiento… y me dice: “noooo:  trabajo más duro”; “pero, ¿sin cobrar?”, pregunté. “Sí, sí”, contestó. Terminó en cocina. Su motivación no podía venir de otro modo que de la mano de Dios.
Conforme la he ido conociendo, algo dentro de mi interior cambió: sentí una señal de esas del día a día, que no las hacemos caso; no un gran milagro, pero sí, algo distinto: sentí observándola que Dios la acompaña, ella está lejos de su país, Canadá, sola y no necesita más: solo el Señor, buscarlo y descubrirlo. Qué cambio en mí…! Si Dios está conmigo, no hay problema; si yo solo miro a Dios, qué me importa agradar a la gente, qué me importa qué dicen de mí, qué me importa tener muchos amigos superficiales; si yo solo le miro a Él e intento agradarle, no tengo que pensar en nada más. Agradándole a Él, agradaré a los demás sin darme cuenta o no… esos instantes de paz, aún los percibo.
3b.-      No es fácil agradar a Dios y tener ese corazón puro, con tantos caprichos materiales, estrés, malos humos, soberbia… Le pedí al Señor que tenía que hablar con una compañera, la cual no se había portado nada bien laboralmente hablando y mi carácter a veces me incita a ser demasiado clara. Le pedí en la capilla que no, que me ayudara a ver que es una persona, escuchando cosas que a mí no me gustaría escuchar, que me ayudara a no estar por encima. No he hablado con ella aún, pero seguro que el Señor me allanará el camino para no olvidar que todos somos personas iguales, no importa la posición sentimos lo mismo. Espero, Paco, que nunca se me olvide. Gracias por compartir conmigo tus experiencias

4.-        “la PdV “busca la paz y corre tras ella” en muchos momentos me he tenido que abrazar a ella y, simplemente dando prioridad, y a lo que no merece la pena, ofrecerlo y procurar la paz. Créeme, Paco: tus experiencias son las que más me ayudan. ¡Qué ganas de verte y poder hablar un rato! Todo llegará

5.-        “…sí, vamos mejorando todos, gracias a Dios! Ayer me entró un ataque de migraña y fue un poco duro, la verdad; pero se lo ofrecí al Señor: me acordé del sufrimiento en la cruz, de todo el dolor q tuvo que soportar y no me podía quejar. Sentía a la Virgen a mi lado y al lado de mis hijos y finalmente dormí en paz, tarde... pero en paz. Soñé con una Misa y me he despertado feliz. Sigo rezando por tu madre y por ti…




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viernes, 15 de febrero de 2019

CONSTRUIR LA PAZ CON QUIEN TE ENCUENTRES


En cuanto nos hemos descuidado, ya llevamos medio mes y se nos acabará en seguida.
Así que, ¡a renovarnos en la intensidad de vivenciar la Palabra! Nos ayudarán unos textos y las experiencias.



DEJARSE AYUDAR POR EL HERMANO

          […] Un día -particularmente difícil- medité por un sendero y me volvió a la mente, de improviso, un escrito de Chiara: “Quien está al lado ha sido creado como don para mí y yo he sido creada como don para quien me rodea. Sobre la tierra todo está en relación de amor con todo: cada cosa con cada cosa. Pero hace falta ser el amor para encontrar el hilo de oro entre los seres”.
Era la clave: aquel hermano era un don de Dios para mí, tenía un mensaje de Su parte que darme. Recuerdo que cuando volví a nuestra casita, sentí dentro de mí una luz, una pequeña luz, que era cuanto bastaba para ir adelante. Ahora hacía falta descubrir por qué y cómo mi hermano era un don de Dios para mí y el mensaje que me transmitía. Lo primero que comprendí fue que el responsable de la situación no era el hermano que vivía conmigo, sino mi modo de amarlo, mi medida de amor. [...]   

GASPARE NOVARA, Mio fratello è un dono , en “Unità e Carismi” 2010



ELEVEMOS EL TERMÓMETRO DE NUESTRA CARIDAD RECÍPROCA

Que también una simple sonrisa nuestra o un gesto o un acto de amor o una palabra o un consejo o una valoración positiva o una corrección a su tiempo, hacia los hermanos, revelen nuestra prontitud a morir por ellos. Que se vea nuestro amor, no por vanidad, sino para garantizarnos el arma potente del testimonio.

A menudo también nosotros, como los primeros cristianos, estamos en un mundo sin Dios, descristianizado. Debemos, pues, testimoniar a Jesús y podemos hacerlo en el mejor de los modos con nuestro recíproco amor.

CHIARA LUBICH, La testimonianza da dare



SER MANANTIAL DE AGUA PARA TODOS

"Agua corriente no mata a la gente". Mata el agua estancada, el aislamiento y la soledad malsana. Somos "con los demás y para los demás". Esa es nuestra salud y la salud del mundo: ser agua de manantial, "agua viva".

P. MANUEL MORALES, O.S.A., Comentario al pasapalabra diario



SUPERAR EL CONFORMISMO

Debemos tener un profundo respeto por la idea del otro, pero al mismo tiempo debemos saber expresar nuestra opinión. El conformismo puede llevarnos a ser indiferentes delante de las injusticias, de la corrupción y de la inmoralidad.

Dios no obliga a nadie a creer en Él o a hacer su voluntad, sin embargo deja claro cuál es el comportamiento correcto para estar de acuerdo con su pensamiento. Él hace esto a través de las Escrituras, de sus ministros, de las circunstancias o a través de nuestra conciencia. Envía al Espíritu Santo que nos ilumina y nos da la fuerza para dar testimonio del amor de Dios ante el mundo.
Algunas veces debemos ir contra la corriente del mundo para dar testimonio del amor, de la verdad y de la justicia. Cuando el pecado hace ruido, no podemos quedar en silencio, pues eso es conformismo.

APOLONIO CARVALHO DO NASCIMENTO, Comentario al pasapalabra diario



jueves, 14 de febrero de 2019

CORRE TRAS LA PAZ CON CORAZÓN PURO

VIDA DE LA PALABRA                       primeras semanas de FEBRERO


Alguna de mis EXPERIENCIAS tratando de llevar a la práctica diaria la Palabra de Vida de febrero («Busca la paz y anda tras ella», Sal 34, 15) y la de enero («Justicia, solo justicia has de buscar», Dt 16, 20):

1.-      Después de 3 semanas cayendo en picado a salud de mi madre desde los más diversos puntos cada día aumentando uno, por fin parece que el fin de semana pasado empezó a equilibrarse… y esperemos que, con las semanas, sí pueda recuperar (le han cambiado toda su medicación).
          A los hermanos nos producía total intranquilidad el declive acelerado, pero la PdV se me venía continuamente a la mente: “busca la paz y corre tras ella”. Por tanto, de nada servía acelerarme. Y menos cuando se juntó también que yo estuve en cama 3 días con 39º de fiebre (y previamente otros 3 días el otro sacerdote, y, por tanto, yo con tarea añadida). Lo único que se podía hacer era mantener la paz, (¡y correr tras ella!), fiándose del Señor, sabiendo que donde no llego yo, si vivo bien y por amor el momento presente que Él pone entre mis manos, Él se ocupará del resto.

2.-      En todas las parroquias siempre me ha gustado pasarme por los grupos de catequesis para saludar (y por si el catequista necesitase un apoyo puntual).
El martes entro en un aula y de golpe me pregunta un niño: “¿tú tienes un corazón puro?”. La pregunta me deja bloqueado, (tampoco se puede andar con muchas disquisiciones), y con un rápido examen de conciencia puedo contestar que “sí, aunque siempre puedo y debo mejorar”. Ciertamente, desde hace 4 años, a la primera milésima de segundo de cualquier atisbo de tentación (sea de “juzgar”, de doble intención o de otra cosa), pidiendo inmediata ayuda a los 3 santos arcángeles (y por Gracia y don del Señor) puedo continuar haciendo la voluntad de Dios de ese momento presente. Pero estaba claro que, a través de esa anécdota, el Señor quería que no me conformara con eso. “Justicia, solo justicia has de buscar”.
Después me explicó la catequista que los niños estaban recordando las bienaventuranzas y, al llegar a “bienaventurados los limpios de corazón…”, ella les preguntó: “¿conocéis a alguien puro de corazón?”. Y por lo visto a coro contestaron: “¡Paco!”. Tremenda responsabilidad para mí, que soy un desastre, para mantener eso que solo por Gracia viene dado; “espaldarazo” que ofrece el Señor por boca de los niños, pero a la vez estímulo a dejarme cada vez más y mejor en Sus manos de Padre para no estancarme; para “con temor y temblor”, no dejar de agradecerle a Él, y no fiarme de mí, ni engreírme; y confiar totalmente en Él: “busca la paz y corre tras ella”.
Y lo que siempre nos decía un sacerdote focolarino murciano: “cuando os halaguen, aceptad y recoged todo eso en seguida y, con las mismas, interiormente ofrecérselo todo a la Virgen sin quedaros vosotros con nada: las flores, a María”. Es obra de María. Reconocer la justicia: todo lo bueno viene del Señor y de la Virgen.


Alguna de vuestras EXPERIENCIAS tratando de llevar a la práctica diaria la Palabra de Vida de febrero («Busca la paz y anda tras ella», Sal 34, 15), la de enero («Justicia, solo justicia has de buscar», Dt 16, 20) y la de diciembre («Estad siempre alegres en el Señor», Flp 4, 4):

1.-        “…la “consulta” está a tope!! Jaja se suma un nuevo enfermito: mi marido.
Lleva 2 días en cama. Los peques siguen malitos los 3. Y la chica que nos ayuda está un poco acatarrada. La voluntad de Dios es trasmitirles su Amor de Padre a través de mis cuidados!: soy tan feliz sirviéndole así!!!

2.-        “qué tal sigue tu madre? Después de leer la Palabra de Vida y las experiencias... Me viene algo a la cabeza...: no importa la cantidad de cosas que se hagan a lo largo del día, sino cómo se hacen.
Ahora que tengo más tiempo para mí, pues mis hijas me necesitan menos, me he incorporado a un encuentro de oración… Es una hora en la capilla... Un encuentro con el Señor que me ayuda bastante y siento mucha Paz. Es solamente una vez al mes, pero este año me he comprometido a no relajarme tanto y a acudir a todo lo que pueda. De hecho iremos la parroquia este mes a “33 el musical”

3.-        “sigo muy liada con las entrevistas de jóvenes con adicciones... Si son ellos los que llaman, (suelen llamar padres, familiares y sacerdotes), normalmente sufro plantones. Hace poco dos de media hora cada uno y justo el día que hacía más frío. Yo todo se lo ofrezco al Señor.
3b.-      Ayer tuvimos nuestro encuentro mensual y los encargados de las chicas me decían que pusiera horario para llamarme, que si no venían, no insistiera, etc... Pero yo de momento no lo hago así. Por ejemplo, hay uno que vive en la calle, que ya me ha dado dos plantones. Los que mendigan no tienen móvil y no puede avisar. Fue un sacerdote el que me llamó para hablarme de él, diciéndome que ya no tenía esperanza. Yo le dije que rezáramos por él. Este viernes quedamos los tres, pues el sacerdote quería conocerme. Me preguntó si estaba casada y tenía hijos. Al decirle que cuatro me dijo: "¿y te dedicas a ayudar a estas personas? Tienes el Cielo ganado". El chaval parece decidido a cambiar. Confiemos... 
3c.-      El otro día estuve con una pareja… no practicantes, pero escucharon con cariño y atención lo que les decía del poder de la oración. Yo hago lo que puedo (que no es nada) porque todo lo tiene que hacer Él. Hace poco sentía que tal vez no tenía yo "herramientas" suficientes para saber cómo hacer con cada uno y en Misa dijo el sacerdote que lo importante es ponernos a Su servicio, que Él hará el resto... ¡Sentí que me lo decía a mí...!
3d.-      El viernes tuve una tarde muy ajetreada con estas entrevistas. Luego venían unos amigos a casa a media tarde, que finalmente se quedaron a cenar (tuve que improvisar cena). Y al poco tiempo me llama mi hija, que si puede venir con una amiga a cenar (siempre les digo que sí). Yo estaba ya algo cansada y llega mi marido con dos regalos para mí: uno de su empresa ha montado con su mujer un negocio de bolsos y me regalaba dos. ¡Me encantan los bolsos! Y además estaban personalizados con mis iniciales. Para mí no fue una casualidad, sino un detalle del Señor que me decía: “hoy no has parado por Mí y te mando un detalle que sé que te encanta...” Me emocioné, porque para mí fue regalo de Él...
Y así estoy... Muy pendiente del teléfono y dándolo todo

4.-        “…entre mis vecinos y amigos hay pocos creyentes, y estos, nada practicantes. El domingo me dice un matrimonio: “tienes una alegría y cariño especiales; ¡tú vives la fe…!: tienes que explicarnos”.
Por la tarde, delante de una botella de vino, empecé a explicarles el fuego que siento en mi corazón, como un sol. Me hacían preguntas difíciles (también las típicas críticas a la Iglesia), pero yo creo que el Espíritu Santo me inspiraba las respuestas, pues no me quedaba callada con soltura y entusiasmo. Creo que se quedaron muy “tocados”…



Si quieres leer más experiencias similares, 
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N.B.: tú también puedes compartir las experiencias
que, por gracia de Dios, hayas podido realizar
poniendo en práctica el Evangelio;
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viernes, 1 de febrero de 2019

BUSCA LA PAZ

PALABRA DE VIDA            febrero 2019



«Busca la paz y anda tras ella»
(Sal 34, 15)

David expresa en este salmo su alegría y su agradecimiento ante la asamblea: ha conocido el peligro y la angustia pero ha invocado con confianza al Dios de Israel y ha recobrado la paz.
El protagonista de este himno es Dios con su misericordia, su presencia fuerte y decisiva junto al pobre y al oprimido que lo invoca.
Para que otros alcancen la misma salvación, David sugiere varias actitudes del corazón: evitar hacer el mal y en su lugar obrar siempre el bien. Y subraya la necesidad de no difamar al prójimo, pues las palabras pueden llevar a la guerra.

«Busca la paz y anda tras ella».

En el lenguaje bíblico, la paz tiene numerosos significados, como por ejemplo el bienestar físico y espiritual o el acuerdo entre individuos y entre pueblos. Pero en primer lugar es un don de Dios a través del cual descubrimos su rostro de Padre. Por eso es indispensable buscar intensamente y apasionadamente a Dios en nuestra vida, para experimentar la paz verdadera.
Es una búsqueda comprometida, que nos exige hacer nuestra parte siguiendo la voz de la conciencia, la cual siempre nos incita a escoger el camino del bien y no el del mal. En muchos casos sería suficiente con dejarnos alcanzar por Dios, que desde hace tiempo se dedica a buscarnos a cada uno de nosotros.
Como cristianos, tenemos ya una relación íntima con Jesús por el bautismo: Él es el Dios cercano que nos prometió la paz; Él es la paz. Y hemos recibido el don del Espíritu Santo, el Consolador, que nos ayuda también a compartir con los demás los frutos de la paz de Dios que hemos experimentado. Él nos indicará el camino para amar a las personas que tenemos alrededor y así superar los conflictos, evitando acusaciones infundadas, juicios superficiales y maledicencias, y abrir el corazón para acoger al otro.
Quizá no podamos hacer que callen todas las armas que tiñen de sangre tantas regiones de la tierra, pero podemos actuar cada uno personalmente y sanar relaciones heridas en la familia, en nuestra comunidad cristiana, en donde trabajamos o en el tejido social.
El compromiso de una pequeña o gran comunidad decidida a testimoniar la fuerza del amor puede reconstruir los puentes entre grupos sociales, iglesias o partidos políticos.

«Busca la paz y anda tras ella».

Además, el buscar la paz con convicción nos dirá cómo comportarnos adecuadamente para proteger la creación, que también es un regalo de Dios a sus hijos, así como una responsabilidad para con las nuevas generaciones.
Decía Chiara Lubich en 1990 a Nikkio Niwano, fundador del movimiento budista japonés Rissho Kosei-kai: «[…] Si el hombre no está en paz con Dios, la misma tierra no está en paz. Las personas religiosas perciben el “sufrimiento” de la tierra cuando el hombre no la usa siguiendo el plan de Dios, sino solo por egoísmo, por un deseo insaciable de poseer. Este egoísmo y este deseo contaminan el entorno aún más y antes que cualquier otra contaminación, que no es más que su consecuencia. […] Si descubrimos que toda la creación es regalo de un Padre que nos quiere, será mucho más fácil establecer una relación armoniosa con la naturaleza. Y si además descubrimos que este regalo es para todos los miembros de la familia humana –y no solo para unos cuantos–, pondremos más cuidado y respeto en algo que pertenece a la humanidad entera, presente y futura».


LETIZIA MAGRI