VIDA DE LA PALABRA últimas semanas de NOVIEMBRE
Alguna de mis EXPERIENCIAS tratando de
llevar a la práctica diaria la Palabra de Vida de noviembre 2018 («Mira que
estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y me abre la puerta, entraré en
su casa y cenaré con él y él conmigo», Ap 3, 20):
1.-
La PdV siempre es
muy sugerente; y más la de este mes. En ese sentido, el Adviento incidirá…: “…el
Señor se manifestará entonces lleno de gloria,
el mismo que viene ahora a nuestro encuentro
en cada hombre y en cada acontecimiento,
para que lo recibamos en la fe
y para que demos testimonio por el amor,
de la espera dichosa de su reino.
Por eso, mientras aguardamos su última venida…,”
Ha habido, pues, mil
oportunidades de poner en práctica la PdV.
P.ej., el otro día al acabar la compra en el
supermercado, fui a dejar el carrito y como yo llevaba mucha prisa y no le
había puesto moneda, pensé simplemente dejarlo en la fila de carritos sin
encajarlo… y vi además, que en la fila de carritos de al lado, había un cesto
de ruedas (que no se deben sacar fuera) y, además, volcado. Aunque noté que
Jesús llamaba a la “puerta” de mi conciencia en esas 2 minucias, le dije que
tenía que volver corriendo a la Parroquia y que esa no era mi incumbencia. Pero
esa “llamada a la puerta” para “entrar… con él y él conmigo” se hizo más
insistente, así que, sin terminar de sentarme en el asiento de mi coche, volví
sobre mis pasos (dialogando mientras con Jesús en el corazón, riéndome de mí
mismo y pidiéndole excusas), entré al edificio y encajé bien “mi” carrito y, en
la fila de al lado, recogí el cesto y lo puse en pie y colocado.
¿Te quieres creer que, de verdad Jesús cumple sus
promesas hasta en esas nimiedades?: mientras regresaba yo a casa, feliz, casi
que palpaba que “…entraré en su…” coche y conduciré “…con él y él conmigo”?
1b.- Me percaté solo entonces de algo similar
la semana anterior: solo me había dado cuenta de la primera parte de la PdV
(“estoy a la puerta y llamo”), ¡pero no de la promesa subsiguiente (“entraré en
su casa y… Yo con él y Él conmigo”!).
A mitad de la compra, vi que un producto estaba caducado
y, (notando esa “llamada”, para que otro cliente no se lo llevara por error),
lo saqué de la estantería y, (como no había ningún empleado por esa zona), lo
dejé en un pequeño mostrador.
Después de pagar, cuando
ya salía, vi a lo lejos el producto y, a mi lado, uno de los empleados, y,
(para que no quedaran mal los trabajadores ni la empresa), le expliqué todo.
Muy agradecido fue corriendo a retirar aquel producto, sin parar de darme las
gracias.
Y, como te decía, viendo
la satisfacción y agradecimiento, luego yo noté mucha alegría y paz dentro de
mi corazón, ¡pero no me había dado cuenta que “eso” era la huella de que Jesús
estaba cumpliendo “Su” parte de la Palabra de Vida! ¡¡Gracias, Jesús!! ¡¡Qué
grande eres!!
Alguna de vuestras
EXPERIENCIAS tratando de
llevar a la práctica diaria la Palabra de Vida de noviembre 2018 («Mira que
estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y me abre la puerta, entraré en
su casa y cenaré con él y él conmigo», Ap 3, 20),
la de octubre («Pero si sois conducidos por el Espíritu, no
estáis bajo la ley», Ga 5,
18) y la de septiembre («Recibid con docilidad la Palabra sembrada en
vosotros, que es capaz de salvar vuestras almas», St 1, 21):
1.- “…soy catalana y
llevo muchos años fuera, por lo que mi experiencia personal es que, al convivir
con personas de otras ideas y naciones, el horizonte se amplia y me siento
ciudadana del mundo. Las fronteras caen... En mi familia mi madre era catalana
y mi padre aragonés... En casa se hablaba castellano.
El año pasado en
agosto encontré a mi hermano distinto muy… sensible en este tema y ahí se
complicó la relación...
Y aquí viene mi
experiencia de estos días: …llegamos ahora a casa después de haber pasado todo
el día con mi hermano y mi cuñada que llegaron esta mañana… y ¡bendito psp de
hoy!, (“testimoniar con la vida que la fraternidad es posible”, que ayuda a
vivir hoy así la PdV del mes), porque es lo que he tratado de vivir y tener
presente todo el día: decir que es posible la fraternidad, pero con el
pensamiento, con las palabras y acciones... Mi hermano… ha venido con lazo
amarillo, bufanda y… etc. Eso, el primer impacto en la estación... Pero todo el
día ha tenido el mismo color…
Tomando el aperitivo…
vi que sacaban los pinchos con una banderita española... Me levanté y pedí por
favor al camarero que en los nuestros no la pusieran, que quería tener un gesto
de paz y buena voluntad con mi hermano, ya que había venido a Madrid a verme,
aunque se estaba pasando un poco con tanto amarillo... Y la jornada de hoy
terminó en paz y armonía. Mañana un nuevo día para seguir amándoles…”
2.- “…estoy en el
local con pintor, albañil... y a la par preparando el envío solidario a un país
de África. Ha venido una amiga con una furgoneta llena de cosas y, en ese momento,
pasaba un barrendero y nos pregunta. “¿os ayudo?”. ¡Y ahí que se ha puesto el
hombre a ayudarnos a desocupar el vehículo! Agradeciéndole su ayuda, nos hemos
enterado que tiene una hermana en las misiones y hemos acabado formando una
improvisada tertulia, de pie, a la puerta del local…”
Si quieres leer más
experiencias similares,
de gente de todo el
mundo,
N.B.:
tú también puedes compartir las experiencias
que,
por gracia de Dios, hayas podido realizar
poniendo
en práctica el Evangelio;
“pincha”
aquí abajo en “comentarios” y escríbela;
o,
dado que en algunos navegadores eso no funciona,
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