viernes, 16 de noviembre de 2018

ABRIR LAS PUERTAS DEL CORAZÓN A JESÚS

Unos textos para renovar el empuje en practicar la Palabra de Vida de noviembre («Mira que estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y me abre la puerta, entraré en su casa y cenaré con él y él conmigo»):




ESCUCHAR LA VOZ DEL SEÑOR, 
QUE LLAMA

Es laudable nuestro deseo de contentar a todos, pero ello no es siempre posible y nos "encadena". Es preferible escuchar la Voz que guía sabiamente nuestra conciencia. Solo contentar a Dios deja contentos.

Manolo Morales, o.s.a, Comentario al Pasapalabra diario




HAMBRE DE SANTIDAD

Pienso en aquel genio de santidad que fue Catalina de Siena: ella hacía ver -y experimentar- que la santidad es de todos; que les interesa a todos y que, en el fondo, les gusta a todos, según la invitación que hizo el Señor a sus discípulos de ser perfectos aquí en la tierra, como es perfecto el Padre del Cielo… Cuando se les propone a los profesionales y a los obreros, hombres y mujeres, emanciparse del subproletariado espiritual para elevarse a las alturas de la contemplación, la respuesta es generosa: la gente tiene hambre de santidad como tiene hambre de pan.

IGINO GIORDANI, La Iglesia de la contestación, Ciudad Nueva, Roma, 1970, pág. 102




CADA MINUTO CUENTA PARA SER SANTOS

Los santos no quieren perder tiempo: cada minuto -donde sea y como sea- es útil para la contemplación; es decir, para construir un templo absoluto (cum templo) divino y humano, espiritual y material. Cuando alguien le preguntaba a San Antonio Abad, en el desierto, lo que debía hacer para ser santo, él respondía: “¡trabaja!”.

IGINO GIORDANI, Laicado y sacerdocio, Ciudad Nueva, Roma, 1964, pág. 61





VENCER NUESTROS TEMORES 
CON EL AMOR

Existen técnicas terapéuticas que nos ayudan a vencer muchos temores que son fruto sólo de nuestra imaginación.
Existe una que es infalible: la técnica del amor.
Amar significa salir de uno y pensar en el otro. Casi sin percibirlo, vencemos muchos de nuestros temores, porque nuestra mente está ocupada con algo más importante, con el amor al prójimo.
Incluso cuando el temor es real, por alguna situación concreta, el amor nos da paz y serenidad para resolver el problema, pues quien ama ve: ve la solución y no el problema.
En cada circunstancia problemática, podemos reflexionar primeramente sobre cómo podemos amar más y mejor; después, seguramente, tendremos la luz para resolver cualquier dificultad.
El amor vence todo, vence cualquier temor.

Apolonio Carvalho Nascimento





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