sábado, 30 de junio de 2018

LA PAZ OS DEJO, MI PAZ OS DOY


VIDA DE LA PALABRA                                  últimas semanas de junio

Alguna de mis EXPERIENCIAS tratando de llevar a la práctica diaria la Palabra de Vida de junio («Bienaventurados los que trabajan por la paz, porque ellos serán llamados hijos de Dios», Mt 5, 9) y la de mayo («En cambio el fruto del Espíritu es amor, alegría, paz, paciencia, afabilidad, bondad, fidelidad, modestia, dominio de sí», Ga 5, 22-23):

1.-        Dos conocidos míos son muy distintos (por no decir opuestos entre sí) y cuando estaba con uno y me hablaba del otro, procuraba yo sacar aspectos positivos del que no estaba en ese momento y permanecer yo con serenidad escuchando o cambiando de tema, procurando no ponerme de parte de nadie, sino conservar la paz.

2.-        Cuando felicité su cumpleaños por correo-e. a 


Alguna de vuestras EXPERIENCIAS tratando de llevar a la práctica diaria la Palabra de Vida de junio («Bienaventurados los que trabajan por la paz, porque ellos serán llamados hijos de Dios», Mt 5, 9) y la mayo («En cambio el fruto del Espíritu es amor, alegría, paz, paciencia, afabilidad, bondad, fidelidad, modestia, dominio de sí», Ga 5, 22-23) y la de abril («En verdad, en verdad os digo: el que cree, tiene vida eterna», Jn 6, 47):

1.-        para Dios nada es imposible y se ha visto en ese matrimonio casi perdido y en el abuelo que al final se ha ido a la casa del Señor con todos los deberes hechos.
Y es que cuando leo estas cosas, cuando leo tus experiencias y las de los otros hermanos, me alimento, me dan fuerzas, me confirmo y me reafirmo en que solo Dios es el TODO y lo puede TODO y que debemos siempre estar en ÉL. No para que nos dé, sino para hacer su voluntad y cuando la hacemos somos felices. Gracias, Paco, por compartir las experiencias de todos

2.-        ¡gracias, Paco, una vez más por este nuevo empuje a mitad de mes! Realmente esta PdV me está haciendo entender más claramente que la verdadera paz es un don de Dios y que, en primer lugar, mi parte es salvaguardarla dentro de mí. Me doy cada vez más cuenta de que, si no tengo la paz con Dios en mi interior, el “trabajo por la paz” que realizo no construye relaciones positivas con quienes tengo cerca. Por ello, a pesar de la falta de fuerzas por el calor que me afecta mucho, no he dejado de participar en la Misa diaria, de ir a confesar y de buscar momentos de oración que tanto me ayudan a poder acoger con Jesús el dolor personal y de los demás.
2b.-      Así he podido seguir amando a los hermanos con experiencias muy sencillas, como felicitar a familiares y personas conocidas (con S. Antonio, S. Luis y S. Juan han sido muchas), sobre todo a las que veo de tarde en tarde, o asistir a la cena de Jubilación de dos antiguas compañeras, aunque me cansa mucho llegar tarde por la noche a casa y no me apetecía nada.
2c.-      También, seguir yendo los sábados por la mañana a una Residencia de mayores para echar una mano y acompañar a estas personas, donde cada día experimento que es mucho más lo que recibo que el esfuerzo que me supone.
O ir a conocer, con otras amigas, el Centro de la Asociación donde colabora una de ellas como madre de un hijo con autismo. Después nos decía: “he disfrutado mucho compartiendo con vosotras esta parte de mi vida tan importante”.
O compartir con otras familias el piso que tengo en la playa y que no voy a usar todo el verano. Ya está allí una de ellas y hay otras tres más con las que hemos programado que pasen distintos periodos de estos meses para descansar allí.

3.-        en primer lugar pedirte perdón por no enviarte correos a menudo… Y en segundo, decirte GRACIAS, GRACIAS Y MIL GRACIAS, por… tener esa paciencia divina que te hace perseverar y no olvidarte nunca de nadie...
…gracias a la Palabra de Vida que me mandas cada mes, siempre tengo algo en qué pensar cuando estoy, por ejemplo, (como este mes), quitando cardos del cuello de las cepas a base de azada. Sin perder la costumbre de orar mientras laboreo como decía Santa Teresa y hace nuestro Papa Francisco. Así no se pierde el tiempo con malos pensamientos.
            En cuanto a dar gracias al Señor, no tengo bastantes horas para darlas. Hace ya tres años que le diagnosticaron a uno de mis hermanos un cáncer de cerebro: le daban sólo tres meses de vida, pero después de la operación, la radio y la quimio han pasado los años. Hace ya tres meses que en un tac han visto que se le está reproduciendo, pero a todo el mundo le sorprende la entereza con la que lo lleva y el ejemplo que da a su alrededor. Que sea lo que Dios quiera. Y por lo que los mismos médicos se sorprenden, quiere que siga aquí mientras ve crecer a sus tres hijos (y uno ya en la universidad).
            Hay tantas y tantas cosas por las que dar gracias, que nos faltan horas. Y ver en cada cosa que parece estorbarnos algo que nos fuerza a superarnos: hay que quitar muchos cardos, muchos estorbos, mucha mala hierba y pereza, para encontrar algo bueno, el fruto de tu trabajo. Cuanto más te cuesta algo, más ves su valor. Cuando tiendes a perder algo o a alguien, más echas de menos el tiempo que no has estado a su lado




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puedes encontrarlas “pinchando” AQUÍ o AQUÍ
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que, por gracia de Dios, hayas podido realizar
poniendo en práctica el Evangelio;
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jueves, 21 de junio de 2018

ACTIVIDADES VERANO 2018

ACTIVIDADES VERANO 2018
Te informo aquí de alguna entre otras de las muchas actividades interesantes, (de todo tipo, y para unas edades y otras), que organizamos para los próximos meses, ("pinchar" en la imagen para ver el cartel con su info; y/o pinchar en el título si está en color para más info). Son actividades abiertas a todo el mundo; puedes invitar a quien quieras:






-     Curso sobre mística"Viajando el Castillo Interior y el Castillo Exterior".
Centro Mariápolis de Las Matas, (C./ Poniente 33), 
del viernes 7 de septiembre de 2018 (a las 18:00 horas) 
hasta el domingo 9 a las 17:00, (incluyendo visita a Ávila y Segovia).
Con especialistas en Santa Teresa de Jesús y San Juan de la Cruz y la sierva de Dios Chiara Lubich.





-        Mariápolis (=ciudad de María), convivencia para personas de todas las edades, vocaciones y proveniencias. Como María, dar a Jesús al mundo: en nuestro caso, tratando de vivir el mandamiento nuevo del amor recíproco para que “donde dos o
más…” esté Él.

En España, los años impares será una Mariápolis la primera semana de agosto para todos; en cambio, los años pares, habrá diversas Mariápolis en distintos lugares de la geografía española, más cortas y con menos participantes. En concreto, este año 2018, aparte de las desarrolladas en primavera, también habrá en…:



         >   Camping de Navahermosa (Toledo), del 2 al 5 de agosto, pensada especialmente para familias con niños. "En familia". Mariápolis vacaciones.










>   Las Matas (Madrid). Del 12 al 14 de octubre.

>   También es posible participar en otros países. Info: http://www.focolare.org/gb/news/2017/08/02/mariapolis-gb-2018/





_____________________
Actividades ya realizadas:

-        El habitual encuentro mensual de comunidad con la Palabra de Vida el sábado 23 de junio de 2018, en este mes se revestirá en forma de excursión al Santuario mariano de la Fuencisla (Segovia) para personas de las poblaciones cercanas que quieran un ambiente de sana amistad en la fe. Todo el año hemos ido profundizando en un punto de la espiritualidad de la unidad: María.

Se saldrá por la mañana desde el Centro Mariápolis “Luminosa”, en Las Matas, (C/ Poniente 33   -   Tel.:   91  630 17 46). Se celebrará la Misa a las 17:00 en el Convento de los PP. Carmelitas, en la capilla del sepulcro de S. Juan de la Cruz.






-       Para edades entre 9 y 15 años habrá un campamento organizado por los Chicos por la Unidad (los amigos de los Gen3 -adolescentes del movimiento de los focolares- y
cualquiera de esa edad que quiera vivir por la fraternidad universal).
Este año será en Cercedilla (en la sierra de Madrid), del 6 al 9 de julio de 2018, en la finca de los PP. Orionistas.







-        Edición estraordinaria de la bimensual Conexión CH: http://collegamentoch.focolare.org/
Multivideconferencia con las principales capitales del mundo desde las que contarán testimonios de vida cristiana, como un "telediario" en plan positivo. En esta ocasión será una conexión directa con Manila (Filipinas), donde se realiza el GenFest internacional ese fin de semana. Los GenFest son el encuentro mundial de los jóvenes de los focolares y de otros amigos suyos en los que S. Juan Pablo II se inspiró y apoyó para iniciar las JMJ

           Domingo 8 de julio de 2018 a las 20:00. 
En el Centro Mariápolis "Luminosa", C/ Poniente 33, de Las Matas (Madrid). 


Las ediciones anteriores se pueden contemplar en diferido: 
ediciones anteriores






-      Para los jóvenes (entre 18 y 28 años) que no puedan ir a Manila al gran GenFest mundial del 6 al 8 de junio, y a sus

actividades previas y posteriores  allí ( filipinas-genfest-2018 y  todos-los-puentes-del-genfest ), habrá aquí en España una edición revestida en forma de Camino de Santiago del 21 al 29 de julio.







sábado, 16 de junio de 2018

PAZ EN EL ORAR PARA TRANSMITIR PAZ

VIDA DE LA PALABRA                        primeras semanas JUNIO

Alguna de mis EXPERIENCIAS tratando de llevar a la práctica diaria la Palabra de Vida de junio («Bienaventurados los que trabajan por la paz, porque ellos serán llamados hijos de Dios», Mt 5, 9) y la de mayo («En cambio el fruto del Espíritu es amor, alegría, paz, paciencia, afabilidad, bondad, fidelidad, modestia, dominio de sí», Ga 5, 22-23):

1.-        Hace unos meses alguien me confiaba que su matrimonio iba mal: le dije que viniera con su cónyuge para así escuchar las dos versiones. A lo largo del rato todo iba de mal en peor. Yo, sin distraerme en esas casi dos horas de escucha, en algunos instantes rezaba interiormente parafraseando la PdV de ese mes: “muéstrame tus caminos, Señor, para aconsejarles; enséñales a ellos sus sendas”. Visto que no había salida, fiándome de la PdV, al final empecé a hablar yo, a tratar de diseccionar actitudes, y… a proponerles unos retos, entre otros, que viniera cada uno a confesarse con regularidad, que vieran juntos la peli “Proof of fire” y seguir el libro que ahí mencionaba, (de hecho, a los pocos días se compraron dos por internet … y funcionó las primeras jornadas…).
            Pasados algo más de 50 días, llegó el domingo que les había fijado como plazo y vinieron a charlar conmigo: ¡humanamente eso no tenía remedio! Casi me entra la desesperación escuchándoles, pero me acordé de los dones del Espíritu Santo que hablaba la PdV de mayo. ¡Sólo Él podía poner solución! Después de un rato dicen: “no tenemos remedio, ¿verdad?”. Y fiándome del Espíritu Santo, en cambio, para su sorpresa solo les digo: “si no tuvierais solución, no estaría ahora empleando este tiempo con vosotros ni tantas horas como hemos echado otros días”. Se quedaron entre estupefactos o incrédulos. Y continué: “Y dentro de 3 ó 5 años, cuando tengáis esto superado, seréis vosotros los que estaréis aconsejando y ayudando a otros matrimonios en situaciones similares como la que estáis pasando”. Les doy la Palabra de Vida para que la lean y la intenten llevar a lo cotidiano. Les explico la eficacia de rezar en unidad (en los correos de julio de 2014 te lo desgranaba) y hacemos una oración, (un consenserint), juntos. oracion-en-unidad Se van y les paro; vuelven y añado: “ ¡eh! ¡Así no!: os dais la mano y os vais paseando”. 
            Dos semanas después, primero uno y días después la otra, me dicen: “parece que vamos mejorando”.

1b.-      Al final de esa misma semana una de sus niñas, antes de las catequesis, se me acerca: “necesito otra vez tu ayuda”. Yo creí que era para sus padres, pero no: “mi abuelo está muy malito; necesito tu ayuda para rezar, como hace 6 meses que me ayudaste”.
Tres días después su padre me escribe: “…don Paco, mi padre ya se está yendo con Dios y estoy muy mal, con mucho dolor, aunque sé que va al reino de Dios… sólo pido que Dios perdone a mis hermanos y hermanas por no dejarme llamar al párroco…”. Es la hora de la siesta de mi día libre; recordando la paz que debo tener (como la Palabra de junio repite) y que no puedo guardarme sólo para mí, le escribo: “cuando tengas un minuto, me llamas por teléfono y hacemos juntos una oración”. Diez minutos después, me llama llorando de pena porque su padre no va a recibir los últimos sacramentos; le recomiendo un par de “tácticas”, pero, sobre todo, (volviéndole a explicar Mt 18, 19), rezamos juntos otro consenserint. Veinte minutos después me vuelve a llamar y para mi sorpresa, (¡hombre de poca fe yo!): “ni te imaginas con quién me he encontrado: con el sacerdote… ¡ante mi padre!”, me dice arrancando de nuevo a llorar, pero esta vez de alegría y agradecimiento.
Falleció luego esa noche, pero con la seguridad en la fe de haber emprendido el viaje definitivo hacia la casa del Padre con todos los auxilios sacramentales y espirituales.
            Dos días después veo a este amigo en la primera Misa del día con gafas de sol: sin que él me lo pida, la ofrezco nominalmente en sufragio por el eterno descanso de su padre; lo veo emocionarse. Al acabar, me acerco a darle un abrazo y me dice (llorando de nuevo): “estoy triste, estoy feliz, estoy agradecido, me falta…; no sé cómo estoy: no puedo dejar de agradecer a Dios la de cosas y relaciones que se han arreglado en estas semanas”.
            Me marcho al hospital, a continuar mi jornada… y...:

1c.-      Ya voy a salir de dar la Comunión a una señora mayor en su habitación (lleva más de un mes ingresada) y con tenue hilo de voz me para: “ayer se equivocaron, y me pincharon no en vena, sino en arteria, me dolía muchísimo y recé: por el Papa y por Paco”. Me emocioné. Siempre se lo digo a todos los enfermos: el Papa pide oraciones a todos, yo también te pido que reces por mí, por todas las muchas tareas que tengo. Voy “mendigando” oraciones ante cada enfermo o anciano: cuando hay algún familiar, se sonríen simpáticamente, como si yo estuviera hablando a un niño, pero les digo, (re-cal-can-do cada palabra): “ni os imagináis el tesoro que es una persona mayor y/o un enfermo; vale más que todo el oro, porque son muy similares a Jesús abandonado, porque Él está sufriendo en ellos”. Así que, me acuerdo de algunos de problemas, (como los que he contado antes): sin duda en su resolución han influido (¡y mucho!) las oraciones y ofrecimiento de esta y otras personas mayores y/o enfermas.
            Ya estoy saliendo del hospital… veo una cara conocida… y saludo sin saber muy bien quién es. Me reconoce y, presentándome a su anciana madre como amigo de unos parientes políticos suyos, me cuenta que su madre está regular: hubo una explosión en el piso de al lado, y saliendo, se acuerda de su amiga (muy mayor también y con parkinson), vuelve, se asoma y, viendo el fuego, le entra la tentación de escapar cuanto antes… Nos interrumpe la conversación ya la buena mujer y termina ella misma: “yo quería irme, pero no podía dejar allí a mi amiga, así que, entré y… no sé cómo… milagrosamente… logré sacarla… Dios me dio fuerzas…”, y  le entra la congoja…, se pone nerviosa recordando el hecho…, llora...
            Toda esta gente, con su experiencia de vida, con su rezar con fe… ¡cuántas cosas Dios nos arregla a nosotros (y al mundo) por la entrega, fe y oración de estos mayores llenos de fe sencilla pero arraigada!, ¡o por tantas monjas, como mi tía, con su “ora et labora”!: la comunión de los santos, el misterio del Cuerpo místico de Cristo... Como para “creerme” que a veces ayudo yo a solucionar cosas, cuando ¡seguro que son estas personas con su oración las que mueven el corazón de Dios más allá de lo desagradecidos que le somos los humanos! Y esta paz es la que habla la PdV y que no puedo dejar de transmitir.


Alguna de vuestras EXPERIENCIAS tratando de llevar a la práctica diaria la Palabra de Vida de de junio («Bienaventurados los que trabajan por la paz, porque ellos serán llamados hijos de Dios», Mt 5, 9) y la mayo («En cambio el fruto del Espíritu es amor, alegría, paz, paciencia, afabilidad, bondad, fidelidad, modestia, dominio de sí», Ga 5, 22-23) y la de abril («En verdad, en verdad os digo: el que cree, tiene vida eterna», Jn 6, 47):

1.-        “hoy he tenido un día muy bonito. He cambiado de planes, no espero a confesarme para ponerme en marcha, ya lo he hecho desde hoy: esta mañana operaban de la cadera a la tía de una amiga y la he llamado tres veces para interesarme por ella.
Por la tarde, recordaba que a una compañera de la parroquia la operan de la muñeca mañana. No es que tenga mucho trato con ella, pero la verdad es que es muy maja; y sin pensarlo dos veces la he llamado, también para interesarme por ella y por si necesita ayuda en algo. La verdad es que nos hemos puesto a hablar y hemos estado casi media hora al teléfono.
Cuando he colgado es de eso que piensas: “caramba, con lo maja que es esta chica ¿por qué no la he llamado antes?, ¡con la de veces que la he visto en la parroquia!”. Por un momento he estado tentada de quedarme en ese sentimiento negativo y quedarme con el lamento, pero he decidido que no: no le iba a dejar a mi cabeza tener ese pensamiento. No quería quedarme en lo que pude haber hecho y no hice: prefería pensar en lo que sí que puedo hacer y voy a hacer de aquí en adelante

2.-        “acabo de recibir la P d V de este mes: la espero siempre con ilusión para escribirla en el calendario y tenerla siempre presente… releyéndola siempre y en los momentos más críticos... Pero después de leer las experiencias de amor y de unidad tan hermosas y duras... mi vida es de alabanza y gloria a Dios... a pesar de las situaciones dolorosas que pueda haber en mi vida.
Después de pasar por el quirófano y de recibir oraciones, compañía, amor y unidad, no me queda más que decir a muchos y a todos GRACIAS!!! Y como me enseñaron que Emaús (Maria Voce) ante una enfermedad, todos le ofrecían oraciones, tomo su ejemplo y las acojo todas para luego que Dios las reparta a quien más las necesite.
Hasta Jesús-Eucaristía vino a mí en el hospital, de tus manos (en esos días que cuentas al principio en tus experiencias... que ni dormir te dejamos los hospitalizados)

3.-        “contarte que Dios nos sorprende cada día más: vemos su bendición a cada paso... Hemos estado 17 mujeres con una misión preciosa… y yo con la ayuda de mi marido...: divulgar el amor al Sagrado Corazón, retomar cada primer viernes de mes, como acto de consagración, y comprar los Sagrados Corazones abandonados en los mercadillos para que vuelvan a ser el centro en nuevos hogares... Este viernes se consagrarán unas 4000 personas con unas postales tamaño cuartilla que hemos repartido con un Sagrado Corazón precioso... ¡Van a consagrarse colegios enteros...! ...sólo podemos seguir dando gracias a Dios



Si quieres leer más experiencias similares, 
de gente de todo el mundo,
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o también AQUÍ




N.B.: tú también puedes compartir las experiencias
que, por gracia de Dios, hayas podido realizar
poniendo en práctica el Evangelio;
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viernes, 15 de junio de 2018

PAZ INTERIOR PRODUCE PAZ ALREDEDOR

Para revivificar la intensidad en hacer experiencias de poner en práctica la Palabra de junio («bienaventurados los que trabajan por la paz, porque ellos serán llamados hijos de Dios») pueden contribuir a ello estos textos:


            

EL PRIMER PASO DE LA PAZ: TENERLA EN NUESTRO INTERIOR

La paz que alcanzamos dentro de nosotros, no la perdemos cuando a nuestro alrededor esta no existe.
          La paz interior es un estado de espíritu que revela nuestra relación con el ambiente y con lo trascendente. Va más allá del concepto de paz como ausencia de conflictos. Es mucho más que eso, es una postura espiritual constante y coherente delante de cualquier situación, porque nuestra verdadera paz está en Dios.
Buscar la unión con Dios dentro de nosotros es el primer paso para tenerla también con los hermanos.
          Quien está unido a Dios está unido también a todas las personas sin excluir a ninguna de ellas, pues esta unión está establecida ante todo, dentro del corazón como fruto de la unión con Dios.
          Por lo tanto, la paz dentro y alrededor de nosotros, la paz con todos, sin excepción.

APOLONIO CARVALHO NASCIMENTO




ANTE TODO TENER LA PAZ CON DIOS

Es esencial vivir en paz con uno mismo y con los otros, pero ante todo, vivir en paz con Dios.
          Vivir el amor y el perdón, promover la paz y la reconciliación, intermediar todo con mansedumbre y humildad.
Hablar de cosas que nos unen, poner la concordia como elemento fundamental en las decisiones, buscar el consenso incluso entre opuestos y establecer relaciones armoniosas con todos.
          No es fácil, pero es posible. Viviendo de este modo, estaremos haciendo la voluntad de Dios y, por tanto, estaremos en paz con Él.
          No basta con no pecar: tenemos que amar, hacer el bien, difundir la paz.
El proyecto de Dios para nosotros siempre fue el Paraíso, un reino de concordia y armonía. ¡Debemos reconquistarlo!

APOLONIO CARVALHO NASCIMENTO




EL OPERADOR DE PAZ DA EL PRIMER PASO

[...] para dar espacio al otro hay que olvidarse de uno mismo: aceptar sin sentir el peso (es decir, soportar) las diferencias del otro es un primer paso para no quedarnos en nosotros mismos. 
[...] será pues, concretamente: no juzgar las intenciones del otro por lo que hace o dice (y que puede ser que no comprendamos bien); no aumentar lo que vemos, sino tratar de observarlo por lo que es en el presente; conseguir mirar al otro, cada día, como si lo viéramos por primera vez, sin añadir a la molestia actual la de los días anteriores...
Hecho este primer paso, será más fácil saber leer lo que el otro tiene en su corazón y que, a menudo, es obscurecido por ese modo de actuar que nos molesta; y llegar a comprenderlo, a comprenderse, y también a ayudarse a mejorar. [...]"

FRANCESCO CHÂTEL, Primo passo: sopportare, Città Nuova




DAR NUEVA ESPERANZA A TODOS

La verdadera esperanza no es nunca a bajo precio: pasa siempre a través de las derrotas. La esperanza de quien no sufre, quizá no es ni siquiera tal. A Dios no le gusta ser amado como se amaría a un líder que arrastra a la victoria a su pueblo destruyendo con sangre a sus adversarios. Nuestro Dios es una luz tenue que arde en un día de frío y de viento, y aunque parezca frágil su presencia en este mundo, Él ha elegido el lugar que todos despreciamos.

PAPA FRANCISCO, Audiencia general miércoles 24 mayo 2017



LA CARIDAD EXIGE HUMILDAD

Hacer un acto de amor a otra persona requiere de mucha humildad.
Si no hubiera humildad, se corre el riesgo de querer apoderarse afectivamente del otro exigiendo reciprocidad.
          La pureza de corazón, el desapego del bien que se hace, revela la presencia de Dios en el hermano. Es a Él que ofrezco humildemente mi amor.
Amar con humildad es tener esta pureza de corazón: entender que tener caridad es servir y donarse.
El amor trae sus frutos y, para ser humilde, no debo apoderarme de las consecuencias de ese amor.
El desapego de todo el amor practicado es la certeza de que todas las obras realizadas por mí son obras de Dios.
La caridad es el amor que está siempre dispuesto a dar la vida. Y dar la vida es un acto de extrema humildad.


APOLONIO CARVALHO NASCIMENTO

viernes, 1 de junio de 2018

TRABAJAR POR LA PAZ

PALABRA DE VIDA                                           junio 2018
 
«Bienaventurados
los que trabajan por la paz,
porque ellos serán llamados hijos de Dios»
(Mt 5, 9)

El Evangelio de Mateo inicia el relato de la predicación de Jesús con el sorprendente anuncio de las bienaventuranzas.
En ellas, Jesús proclama «bienaventurados», es decir, plenamente felices y realizados, a todos los que a los ojos del mundo son considerados perdedores o desventurados: los humildes, los afligidos, los mansos, los que tienen hambre y sed de la justicia, los limpios de corazón, los que trabajan por la paz.
A ellos Dios les hace grandes promesas: serán saciados y consolados por Él mismo, serán herederos de la tierra y de su Reino.
Es, pues, una revolución cultural en toda regla, que trastoca nuestra visión, a menudo cerrada y miope, para la cual estas categorías son una parte marginal e insignificante de la lucha por el poder y el éxito.

«Bienaventurados los que trabajan por la paz, porque ellos serán llamados hijos de Dios».

Según la visión bíblica, la paz es fruto de la salvación que Dios realiza; o sea, es ante todo un don de Dios. Es una característica de Dios mismo, que ama a la humanidad y a toda la creación con corazón de Padre y tiene sobre todos un proyecto de concordia y armonía. Por eso, quien se prodiga por la paz demuestra cierta «semejanza» con Él, como un hijo.
Escribe Chiara Lubich: «Puede ser portador de paz quien la posee en sí mismo. Es necesario ser portador de paz ante todo en nuestro comportamiento de cada instante, viviendo de acuerdo con Dios y su voluntad. […] “…serán llamados hijos de Dios”: recibir un nombre significa convertirse en lo que ese nombre expresa. Pablo llamaba a Dios “el Dios de la paz” y saludaba a los cristianos diciéndoles: “El Dios de la paz esté con todos vosotros”. Los que trabajan por la paz manifiestan su parentesco con Dios, actúan como hijos de Dios, dan testimonio de Dios, quien […] ha imprimido en la sociedad humana el orden, que da como fruto la paz»[1].
Vivir en paz no es simplemente la ausencia de conflicto; tampoco es una vida sosegada, contemporizando con los valores para buscar la aceptación de los demás siempre y como sea; más bien es un estilo de vida exquisitamente evangélico que requiere la valentía de hacer opciones a contracorriente.
«Trabajar por la paz» es sobre todo crear ocasiones de reconciliación en la vida de uno mismo y de los demás, en todos los niveles: ante todo con Dios, y luego con quienes tenemos cerca, en la familia, en el trabajo, en clase, en la parroquia y en las asociaciones, en las relaciones sociales e internacionales. O sea, es un modo decisivo de amar al prójimo, una gran obra de misericordia que sanea todas las relaciones.
Eso es precisamente lo que Jorge, un adolescente de Venezuela, decidió hacer en el colegio: «Un día, al final de las clases, vi que mis compañeros se estaban organizando para una manifestación de protesta durante la cual tenían la intención de usar la violencia, incendiando coches y tirando piedras. Inmediatamente pensé que ese comportamiento no cuadraba con mi estilo de vida. Así que les propuse escribir una carta a la dirección del colegio: así podríamos pedir de otro modo lo mismo que ellos pensaban conseguir con la violencia. Entre unos cuantos la redactamos y se la entregamos al director».

«Bienaventurados los que trabajan por la paz, porque ellos serán llamados hijos de Dios».

En este tiempo se revela especialmente urgente promover el diálogo y el encuentro entre personas y grupos diversos por historia, tradiciones culturales o puntos de vista, y así mostrar aprecio y acoger la variedad y riqueza que supone.
Como dijo recientemente el papa Francisco: «La paz se construye en el coro de las diferencias […] Y a partir de esas diferencias uno aprende del otro, como hermanos… Uno es nuestro Padre, nosotros somos hermanos. Querámonos como hermanos. Y si discutimos entre nosotros, que sea como hermanos que enseguida se reconcilian, que siempre vuelven a ser hermanos»[2].
También podremos esforzarnos por conocer los brotes de paz y fraternidad que ya hacen nuestras ciudades más abiertas y humanas. Preocupémonos de ellos y hagamos que crezcan; así contribuiremos a curar las fracturas y los conflictos que las invaden.

LETIZIA MAGRI



[1] Cf. C. Lubich, «Constructores de paz», Ciudad Nueva 153 (2/1981), p. 21.
[2] Cf. Saludo del Santo Padre, Encuentro con los líderes religiosos en Myanmar, 28-11-2017.




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