Te ofrezco varios textos que nos ayuden
a profundizar en la Palabra de vida del presente mes de julio
para que la pongamos en práctica más concretamente y mejor:
UNANIMIDAD EN
ORAR
[Nadie
se reúne con otros para rezar] "fiándose de su virtud, sino de la
comunidad y del acuerdo, que Dios tiene siempre en máxima consideración y por
el que se conmueve y aplaca. "Porque donde dos o tres están reunidos en mi
nombre -ha dicho [Jesús]-, allí estoy Yo en medio de ellos"… Lo que en
realidad uno no puede obtener rezando solo, lo obtendrá rezando juntamente con
la comunidad. ¿Por qué? Porque si la virtud propia no tiene una gran fuerza, la
tiene, sin embargo, la unanimidad: "Donde dos o tres están reunidos…"
SAN JUAN CRISÓSTOMO, Homilía sobre la
II carta a los Tesalonicenses
CONDICIONES
DEBIDAS PARA OBTENER
"…¿cómo es, pues, que no consiguen todo lo que piden? Porque hay muchas
causas que les impiden conseguirlo. En primer lugar, muchas veces piden cosas
inconvenientes… Otros no están a la altura [de pedir]… Jesús, en efecto, busca
a los que son semejantes a los Apóstoles mismos. De ahí que diga: "Si dos
o
más de entre vosotros", es decir, de entre los que practican la
virtud, de los que llevan vida verdaderamente evangélica... Otros, en fin,
piden misericordia sin arrepentirse de sus pecados…
Mas si se dan todas las condiciones debidas: pedir lo que conviene, hacer todo
lo que está de tu parte, llevar vida apostólica, tener la unidad de pensamiento
y el amor con tu prójimo, no hay duda que alcanzarás lo que pidieres, pues
misericordioso es el Señor"
SAN JUAN CRISÓSTOMO, Homilías sobre
San Mateo
ORAR CON HUMILDAD
"…nos creamos indignos de conseguir lo que deseamos y, por eso, nos unamos
con otros que tengan el mismo modo de pensar y de sentir. En realidad quien
pide y obtiene solo, a menudo se ensoberbece; en cambio se contiene dentro de los límites de la humildad, si son
varios quienes piden y obtienen"
ANASTASIO EL SINAÍTA
ORACIÓN COMUNITARIA: “CONSENSERINT”
Existe
un modo de oración comunitaria, llamada “consenserint”… El término viene de la cita: “Os digo también que si
dos de vosotros se ponen de acuerdo
en la tierra para pedir cualquier cosa, mi Padre del cielo se la concederá.
Pues donde hay dos o tres reunidos en mi nombre, allí estoy yo, en medio de
ellos” (Mt 18, 19-20).
Como nosotros hacíamos era:
- alguien
‘dirige’ la oración (se va turnando, o según parezca) e inicia la oración
con frases cortas.
- el
resto del grupo va repitiendo alternativamente esas palabras de quien
dirige.
- se
tienen en cuenta las intenciones particulares del grupo, de la Iglesia…
puede dejarse un espacio para que quien lo desee lo haga en alto…
Una idea que siempre me
impresionaba, y que solía terminar la oración, era: “Te pedimos por lo que
Tú mismo pedirías al Padre”. Tenía la fuerza de quien quiere hacer su
oración junto al mismo Jesús, de su parte…
Esta forma de oración me suscitaba
la convicción de que no éramos sólo nosotros quienes rezábamos
por una intención concreta, sino que toda la Iglesia lo hacía
a la vez.
ORACIÓN QUE DIRIJAMOS JUNTOS A DIOS
“…pueden dar frutos solamente cuando los
cristianos viven y trabajan juntos en armonía. De esta manera será
más fácil contribuir en la construcción de relaciones de respeto y pacífica
convivencia...
La unidad, a la que anhelamos
sinceramente, es un don que viene de lo alto y
que se funda en nuestra comunión de amor con el Padre, el Hijo y el
Espíritu Santo. Cristo
mismo prometió: «donde dos o tres están reunidos en
mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos» (Mt 18, 20). Caminemos…
hacia la unidad, unidos fraternalmente en la caridad y teniendo como punto de
referencia constante a Jesucristo, nuestro hermano mayor... Que el Padre misericordioso escuche y acoja las oraciones
que le dirigimos juntos. Depositemos nuestras esperanzas en Él, «que
en todo tiene poder para hacer mucho más de
cuanto podamos pedir o concebir» (cf. Ef 3, 20).”
PAPA FRANCISCO, DISCURSO
AL PRIMADO DE LA COMUNIÓN ANGLICANA
Viernes 14 de
junio de 2013
NO INDIVIDUALISMO, SINO UNIDAD
"...¿cómo
se puede despreciar la reunión de la Iglesia y afirmar que las oraciones de los
individuos se han de anteponer a las de la venerable asamblea, si el Señor
promete estar presente en medio de dos o tres reunidos y concederles todo lo
que pidan?". Dios no aprecia, por tanto, el individualismo, sino la
unidad.
SAN PEDRO CRISÓLOGO,
Sermón 132
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