sábado, 1 de julio de 2017

SI ÉL ENVÍA..., PAZ

VIDA DE LA PALABRA                   últimas semanas de JUNIO

Alguna de mis EXPERIENCIAS tratando de llevar a la práctica diaria la Palabra de junio («Como el Padre me envió, también yo os envío», Jn 20, 21) y la de mayo («Yo estoy con vosotros todos los días hasta el fin del mundo», Mt 28, 20):
1.-        Suena el móvil 24h del hospital. Estoy hecho polvo: la noche anterior apenas había dormido y luego había tenido un viaje conduciendo 5 horas. ¡No puede ser!: ¡¡son las 3:40 a.m.!! Sin lavarme la cara, me visto y salgo de la Parroquia hacia el hospital: 12 minutos. Por el camino, voy rezando por el enfermo y repitiéndome: “como el Padre me envió, también yo os envío”; “tienes que espabilarte y dar lo mejor de ti mismo, ¡y, sobre todo, dar al Señor, al enfermo y a la familia!”. Me viene la tentación de queja: “ ¡con lo que me cuesta conciliar el sueño… seguro que al regreso ya no me vuelvo a dormir!; ¡¡¡no: Tú me envías, Señor!!!”.
Entro a la habitación del enfermo y… los familiares, tristes, y con cierto enfado airado me dicen: “ya nada: hace 15 minutos que falleció”. Se me “encendió” la sangre; pensé en una milésima: “¡podían haber llamado la tarde anterior, cuando les dijeron que no iba a salir vivo el ancianito con esa crisis que le habían ingresado!; ¡¡encima que me arruinan el descanso, me recriminan!!”. Pero sin contestarles y olvidando eso que me pasó por la cabeza, sin dilación me santiguo y empiezo a rezar un responso por el eterno descanso del fallecido y varias oraciones.
Después de eso, ya les pregunto a cada familiar cómo están, los conforto, les aconsejo… con paz y paciencia. Yo creo que todos al final quedan plenos de serenidad incluso en medio del dolor.
Al cabo de una hora, estoy de nuevo en casa, con la conciencia tranquila, feliz de haber sido enviado por el Padre, igual que lo fue su Hijo Jesús; sigo rezando por ellos… y después de una hora y media o así, logro dormirme… aunque ya es casi el momento de que suene el despertador.

2.-        La semana pasada me entró agobio sabiendo que mientras el párroco iba a estar fuera estas 5 semanas, no vendría otro sacerdote a ayudarme. Además, la semana pasada fue tremenda en el hospital: simplemente la “ronda por las habitaciones” que se hace habitualmente en unas dos horas y media, algún día empleé más de cuatro horas (muchos enfermos lo solicitaban, gracias a Dios), cuando ya previamente siempre tengo lleno el horario; y, además, llamaban al teléfono a otras horas (y “deshoras”).
Pensando, además, que el diácono que ayuda, también se marchará dentro de pocos días y que la voluntaria que atiende el despacho parroquial también ayer se tomaba unas vacaciones… me entró la pre-ocupación; tuve que recordarme en muchos momentos la Palabra del mes: “… así os envío Yo”, para que me naciera la tranquilidad y vivir el momento presente.
Estuve haciendo muchas gestiones a ver si en julio venía otro sacerdote a colaborar mientras estoy solo… y cuando ya lo tenía apalabrado, el compañero me dice que no, que nos apañemos, pues sale muy caro comprarle el billete al otro.
            Todo ello para mí está siendo un examen de conciencia.
Primero: no tengo que compararme con nadie (en julio parece que hay más trabajo en el hospital); en agosto (que sí tendré mis vacaciones, Mariápolis y convivencia), al otro compañero sí le vendrá otro sacerdote a ayudar (aunque ese mes no hay Caritas ni comedor social, y, según los médicos, poquísimos enfermos en el hospital).
Y, segundo: nunca me ha fallado el Señor, (¿recuerdas lo que tantas veces digo?: “ni un minuto antes, pero tampoco uno después”). ¡¡Él hará que haya tarea suficiente para no agotarme y para poder desarrollarla bien!! Y por eso mismo, otro motivo más para no compararme si no es solo con la Voluntad de Dios sobre mí.
Además, también estas últimas semanas de junio, de nuevo cada día se me pone de relieve algo que me punza y a lo que le doy excesivas vueltas: un día se me rompe el cristal de la pantalla del móvil, otro día unas palabras entre 2 personas a las que quiero y que les hace sufrir mucho a ambas, otro día se me desconfigura el ordenador, otro una corrección fraterna (momento precioso y que agradezco, pero que me deja en el impasse de cómo solucionarlo), otro organizar a correprisas la Confirmación de un feligrés para que pueda casarse, etc., y ayer –reconozco y me arrepiento que ahí ya me dejé apesadumbrar y tardé unas horas en reaccionar positivamente– llega una multa cuantiosa (y, lo peor, 4 puntos) del coche que yo di ya hace 2 años y que el actual dueño todavía no ha puesto a su nombre y se me imputa a mí (son ya varias así, aunque sin puntos, este año y medio pasado). Ocasiones preciosas todas, de nuevo, para descubrir y amar a Jesús Abandonado y fiarme que de cada una, si no dejo de amar, (si de verdad me siento y actúo enviado como Jesús por el Padre), Él está obteniendo un bien mayor, que en alguno de esos casos incluso ya he empezado a “ver”.
Y, como para corroborarlo, anteayer el salmo de la Misa repetía “el Señor se ocupa de todas vuestras ansias” y, preparándote este mensaje… ¡leo la Palabra de vida para julio… que es la más adecuada!


Alguna de vuestras EXPERIENCIAS tratando de llevar a la práctica diaria la Palabra de junio («Como el Padre me envió, también yo os envío», Jn 20, 21),la de de mayo («Yo estoy con vosotros todos los días hasta el fin del mundo», Mt 28, 20) y la de abril («Quédate con nosotros, porque atardece», Lc 24, 29):
1.-        “Paco, me gustaría colaborar en el proyecto de tu hermana. De la única forma que se me ocurre, además de rezar por ella y desearle lo mejor, también nos gustaría contribuir en la financiación del proyecto. Pregúntale la cuenta en la podamos ingresar nuestra aportación. Su testimonio no tiene valor en dinero, pero sé que el dinero ayuda mucho a ofrecer mejor calidad de vida a esos niños, quienes, como ella cuenta, se están haciendo hombres en la escuela y les toca dar un paso más sin familia alrededor. Yo desde aquí, me gustaría decirle a tu hermana que su experiencia es muy inspiradora y que ella está disfrutando de la alegría de vivir del que menos tiene. Y aquí en USA, con todo el dinero del mundo, los niños en general son unos sosos y les falta alegría. A mí me llena de satisfacción saber que la alegría de vivir viene de dentro, de un sentir profundo de sentirse querido y aceptado, no de acumular objetos y regalos. Es muy obvio lo que digo, pero me encanta que tu hermana lo viva así de intensamente. Nos llega a todos. Dile que siga contando sus experiencias. Imagino que tendrá muchos lectores ya

2.-        “los calores?: pues como puedo, pero te diré que con gozo y mucha paz el Señor este año me ha regalado el poder ir a Fátima el día 12 y 13 un autocar y otro de Madrid con… entre ellas mi hermana, apenas nos vimos, he disfrutado de estar todo el día (llegamos a las 8:30 de la mañana y regresamos a las 12 de la noche a dormir a Ciudad Rodrigo): rosario de antorchas, todo el día con María y con Jesús tuvimos de todo  por ser fiesta San Antonio de Padua y la segunda aparición a los pastorcitos; allí me acorde de todos y, te diré, de manera especial de ti, ¡quién sabe por qué…! Tuvimos una celebración preciosa con gran devoción a pesar de tantísima gente, concelebraron más de 300 sacerdotes, 9 obispos, todo ayudaba a vivir la presencia de Jesús entre tantos de tan diversos colores y lenguas y todos unidos en torno al mismo Dios y a nuestra Madre: ¡qué grande es sentirse Iglesia! Empezó a las diez y terminamos a la una treinta, con la bendición con el Santísimo a los enfermos: parecía Jesús entre la muchedumbre enferma y necesitada y allí estamos todos ¿verdad?
2b.-      No te imaginas con qué gozo y fortaleza comencé el mes: me sabía amada por Él y “como el Padre envió a su Hijo, también os envió Yo”, empecé sintiendo la necesidad de hacer comunión con quien experimento total rechazo; y, la verdad, que en cositas muy pequeñas, como el pedir su ayuda para cualquier cosa, valorar algo que hacía en público, etc., he sentido el poder acercarme y sobre todo el ver que ella se me está acercando de la misma manera. Pensé “daré el primer paso”, aunque en muchos momentos había sido rechazada; me ayuda el pensar que todos podemos cambiar: son tantas las oportunidades que nos ofrece el Señor cada día...
2c.-      Por otro lado, estos últimos días los he pasado con demasiado trabajo, con lo cual me ha costado vivirlo con un poco más de tranquilidad interior, para poder ir acogiendo la voluntad de Dios de la forma que se me iba presentando: todo me salía al contrario, con lo que una y otra vez me decía “como el Padre me envía, así os envió Yo”



Si quieres leer más experiencias similares, 
de gente de todo el mundo,
puedes encontrarlas “pinchando” AQUÍ  
y otras también AQUÍ



N.B.: tú también puedes compartir las experiencias
que, por gracia de Dios, hayas podido realizar
poniendo en práctica el Evangelio;
“pincha” aquí abajo en “comentarios” y escríbela;
o, dado que en algunos navegadores eso no funciona,
mándamela por correo-e.



No hay comentarios:

Publicar un comentario