sábado, 15 de julio de 2017

DIOS NO SE CANSA DE HACERNOS DESCANSAR

VIDA DE LA PALABRA            primeras semanas de JULIO

Alguna de mis EXPERIENCIAS tratando de llevar a la práctica diaria la Palabra de julio («Venid a mí todos los que estáis fatigados y sobrecargados, y Yo os daré descanso», Mt 11, 28) y la de junio («Como el Padre me envió, también yo os envío», Jn 20, 21):
1.-        “Sobrecargados”. Así me estoy sintiendo cada mañana al despertar durante estas semanas que me toca encargarme de todo en Parroquia y hospital. “Venid a mí…” me he recordado a mí mismo hasta la saciedad. Y, al final, cada día con Él, he podido ir haciendo (y con sosiego e ilusión todo); sí que es verdad que dos días, varias llamadas del hospital me han descabalado ya del todo momentos de atención a la parroquia y a personas concretas, pero he contado con la comprensión de todos ellos. Pero, también es verdad que, dos días que tenía que “alejarme” un poco, (fiándome a tope de Él, y rezando para que no llamaran), un día que comía yo en Madrid y otro que iba a celebrar unas bodas de plata, no sonó en todo el día el “dichoso” teléfono, (¡el día anterior y el previo hasta 3 veces tuve que ir al hospital para atender a algún agonizante!). Y algo inesperado: el párroco viene (breve “intermedio” en sus vacaciones-cursillo) mañana día y medio, que puedo aprovechar (“… Yo os daré descanso…”) para ir con mi madre, cambiar de aires (¡¡soltar el teléfono 24h de urgencias del hospital!!) y así luego afrontar de nuevo solo las últimas semanas del mes.

2.-        “Tradicionalmente” me felicitan pocos ese día y esos pocos este año lo hicieron ya muy de noche o en días sucesivos. El Señor siempre está pendiente de los detalles: me pareció bonito que el domingo, a la Misa una familia me llevó unas tabletas de chocolate negro que me entregaron sus peques con un beso y, por otro lado, una de las beneficiarias del comedor social me regaló dos detalles de calidad. ¡¡Ellos no sabían que ese día era mi aniversario de ordenación!! Lo mismo otros 2 amigos, que en esos días me regalaron, (aparte de otros para mi hermana o para la parroquia o para el movimiento), dos generosas cantidades de dinero, que vienen bien para pagar la multa que tuvo un compañero con mi anterior coche y traspasárselo a él, (¡finalmente accedió!, después de año y medio que lleva usándolo), aunque tuviera yo que correr con las tasas.


Alguna de vuestras EXPERIENCIAS tratando de llevar a la práctica diaria la Palabra de julio («Venid a mí todos los que estáis fatigados y sobrecargados, y Yo os daré descanso», Mt 11, 28), la de junio («Como el Padre me envió, también yo os envío», Jn 20, 21) y la de mayo («Yo estoy con vosotros todos los días hasta el fin del mundo», Mt 28, 20):
1.-        “no podía ser más adecuada esta PdV para este mes en el que el intenso calor, unido al cansancio acumulado, nos tiene casi sin fuerzas para seguir adelante. Te confieso que he sentido más que nunca la tentación de acomodarme y “no meterme en complicaciones”. Menos mal que, por la gracia de Dios, todos los días he podido acercarme a Jesús y encontrar en Él la luz y la fuerza para seguir adelante con el compromiso de estar al servicio de los demás y experimentar que su yugo es ligero y llena el corazón de alegría.
Te cuento brevemente algunos momentos vividos en estos 15 días:
la señora sudamericana que viene a casa a ayudar con la limpieza tiene estudios y le gusta mucho hablar de temas profundos. Estos días sólo me venían ganas de acabar cuanto antes, pero Jesús me ha dado la capacidad de pararme a hablar con ella con calma y esforzarme en usar palabras adecuadas, porque a veces, incluso hablando español, he notado que el lenguaje nos lleva a distintas interpretaciones sobre lo que queremos decir.
1b.-      No hacía demasiado tiempo que había confesado y me costaba llegar antes a Misa, pero sentía que necesitaba aprovechar todas las gracias que la Iglesia nos ofrece. Fue comprobar una vez más que en Jesús, esta vez a través de las palabras de un ministro suyo, encontraba mi descanso y la luz para seguir el camino día a día.
1c.-      El domingo por la mañana decidí ir a ver a una persona enferma que está en una Residencia fuera de mi ciudad. Iba a ir sola, que era lo más rápido, pero pensé que mejor podía ir con otra amiga común que no tiene coche. A la vuelta se clavó algo en la rueda del coche, logramos llegar a un taller sin que se desinflara del todo. Mientras la arreglaban, tomamos algo juntas y pudimos compartir muchas cosas: fue un rato muy agradable. De nuevo experimentaba que Él es mi descanso.
1d.-      Un día fue precioso con Jesús Eucaristía. Había Exposición del Santísimo en la iglesia que entré y me quedé un rato. En la oración le encomendé muchas personas y muchas situaciones que me “pesaban”, con calma y nombrando a cada una. Al final, me di cuenta de que todas esas situaciones no eran mías personalmente, pero sí las había hecho mías por amor y sentí una profunda alegría, una fuerte presencia de Jesús en mí que vale más que todo en la vida.
¡Hasta pronto!, si Dios quiere, nos vemos en la Mariápolis.

2.-        “aunque tarde pero siempre leo los mensajes que me mandas. Para mí el verano no es buena época porque paso mucho tiempo separada de mis niñas, (están en el pueblo, con los abuelos), que me dan tanta fuerza. Yo, aunque parezca siempre tan tranquila y sonriente, estoy pasando muy mala época en mi vida y al menos leer esto me hace pensar que no debo flaquear, aunque cueste. Gracias por todo. Seguiré leyendo tus mensajes... a ratitos 🙂

3.-        “la semilla que crecía en la juventud que compartimos en la parroquia y en las Carmelitas, continúa hoy y la comienzan a vivir nuestras hijas: cada día nos seguimos asombrando en Dios, ayer nuestra hija pequeña abría la Biblia para que Dios nos hablara antes de rezar un rosario en familia. Y nos habló de la importancia del culto a Dios... muy graciosa dijo...: “mira, justo lo que vamos a hacer...” Las “casualidades” de Dios, porque Dios está en cada paso... y nos gusta ver cómo desde niños sientes que Dios es el amigo que siempre te habla.
Decirte que seguimos tocando la guitarra (y digo “seguimos” porque lo hacemos mi hija mayor y yo... y mi esposo y la peque cantan). Otro regalo.
Y bueno... seguimos en grupo aprendiendo en comunidad a orar...
Quería contarte toda esta vida porque me siento feliz de vivir en el amor de Dios y haber sido bendecida compartiéndolo en familia... Doy gracias a Dios porque no lo alabo porque nuestra vida sea un camino de rosas...: mi marido está enfermo del corazón, a mí se me destruye el hígado como consecuencia de una enfermedad en la sangre que sufrí hace 15 años y nuestras hijas traen “una mochilita” por la vivencia del maltrato en orfanatos del país de donde las adoptamos... Doy gracias a Dios porque en cada paso bueno o malo... siento a Dios y lo comparto en familia




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