miércoles, 15 de marzo de 2017

RECONCILIADORES

La Cuaresma avanza rápida. Vuelan los días y hay que mejorar en el entrenamiento a vivir en plenitud como hijos de Dios. A ello nos ayudará intensificar nuestra vivencia de la Palabra («¡Reconciliaos con Dios!», 2 Co 5, 20), (¡y “ser reconciliadores”!), para lo cual, unos textos (y las experiencias):




REFORZAR LA ESPERANZA

[...] cada gesto, cada palabra, cada actitud que adoptemos, si está impregnada de amor, será como las de Jesús. Como Él, seremos portadores de alegría y de esperanza, de concordia y de paz, de ese mundo reconciliado con Dios (cf 2 Cor 5, 19) que toda la creación espera. [...]

CHIARA LUBICH, Palabra de Vida mayo 2004



TODA LA VIDA ES UN DON
“… el otro es un don. La justa relación con las personas consiste en reconocer con gratitud su valor. Incluso el pobre en la puerta del rico, no es una carga molesta, sino una llamada a convertirse y a cambiar de vida.
… abrir la puerta de nuestro corazón al otro, porque cada persona es un don, sea vecino nuestro o un pobre desconocido. La Cuaresma es un tiempo propicio para abrir la puerta a cualquier necesitado y reconocer en él o en ella el rostro de Cristo. Cada uno de nosotros los encontramos en nuestro camino. Cada vida que encontramos es un don y merece acogida, respeto y amor. La Palabra de Dios nos ayuda a abrir los ojos para acoger la vida y amarla, sobre todo cuando es débil. Pero para hacer esto hay que tomar en serio también lo que el Evangelio nos revela…”

PAPA FRANCISCO, Mensaje para la Cuaresma 2017



ACOGER AL OTRO COMO ES
[...] acoger al otro tal como es, y no como quisiéramos que fuese: con un carácter diferente, con nuestras mismas ideas políticas, nuestras convicciones religiosas, y sin aquellos defectos o aquella forma de hacer las cosas que tanto nos chocan.
No, hay que dilatar el corazón y hacerlo capaz de acoger a todos en su diversidad, en sus límites y miserias [...]

CHIARA LUBICH, Palabra de Vida agosto 2006



SER CREATIVOS EN EL AMOR.

Otra característica del amor de Dios Padre es su universalidad. Dios ama a todos indistintamente. Él tiene como medida la ausencia de todo límite y toda medida. Por otra parte, este amor suyo no podía ser gratuitos creativo si no estuviese totalmente proyectado allí donde hay una necesidad o un vacío que colmar. Precisamente por esto el Padre Celestial ama también a esos hijos que son ingratos o rebeldes o están alejados; es más, se siente particularmente atraído hacia ellos.



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