PALABRA DE VIDA enero 2014
Del 18 al 25 de enero se celebra en muchas partes del mundo la Semana de oración por la unidad de los
cristianos, que en otros lugares se celebra en Pentecostés. Este año el
lema elegido es: «¿Está dividido Cristo?» (1
Co 1, 13).
Chiara Lubich solía comentar cada vez el versículo bíblico. Para mantener
su aportación, proponemos un texto suyo que puede ser de ayuda para profundizar
en la frase que se nos propone este año.
«Jesucristo,
único cimiento de la Iglesia»
(cf. 1 Co 3, 11)
Era
el año 50 cuando Pablo llegó a Corinto, la gran ciudad de Grecia famosa por su
importante puerto comercial y animada por sus múltiples corrientes de
pensamiento. Durante 18 meses el apóstol anunció allí el Evangelio y sentó las
bases de una floreciente comunidad cristiana. Después de él, otros continuaron
la obra de evangelización. Pero los nuevos cristianos corrían el riesgo de
apegarse a las personas que llevaban el mensaje de Cristo más que al propio
Cristo. Y así nacían distintas facciones: «Yo soy de Pablo», decían unos; y
otros, refiriéndose a su apóstol preferido: «Yo soy de Apolo», o bien: «Yo soy
de Pedro».
Ante
la división que turbaba a la comunidad, Pablo afirma con fuerza que los
constructores de la Iglesia, comparándola con un edificio o un templo, pueden
ser muchos, pero uno solo es el cimiento, la piedra viva: Cristo Jesús.
Sobre todo este mes, durante la «Semana de oración por
la unidad de los cristianos», las Iglesias y Comunidades Eclesiales recuerdan
juntas que Cristo es su único cimiento, y que sólo adhiriéndose a Él y viviendo
su único Evangelio pueden encontrar la unidad plena y visible entre ellos.
«Jesucristo,
único cimiento de la Iglesia».
Basar nuestra vida en Cristo significa ser un todo con
Él, pensar como Él piensa, querer lo que Él quiere, vivir como Él vivió.
Pero ¿cómo basarnos, enraizarnos en Él? ¿Cómo
convertirnos en un todo con Él?
Poniendo en práctica el Evangelio.
Jesús es el Verbo, o sea, la Palabra de Dios
encarnada. Y si Él es la Palabra que asumió la naturaleza humana, nosotros
seremos verdaderos cristianos si somos hombres y mujeres que impregnan toda su
vida de la Palabra de Dios.
Si vivimos sus palabras, es más, si sus palabras nos
viven hasta hacer de nosotros «Palabras vivas», somos uno con Él, nos
estrechamos a Él; ya no vive el yo o el nosotros, sino la Palabra en todos.
Podemos pensar que viviendo así contribuiremos a que la unidad entre todos los
cristianos se haga realidad.
Así como el cuerpo respira para vivir, el alma, para
vivir, vive la Palabra de Dios.
Uno de los primeros frutos es que Jesús nace en
nosotros y entre nosotros. Esto provoca un cambio de mentalidad: inyecta en el
corazón de todos, sean éstos europeos, asiáticos, australianos, americanos o
africanos, los mismo sentimientos de Cristo ante las circunstancias, las
personas y la sociedad.
[…]
Vivir la Palabra libera de condicionamientos humanos,
infunde alegría, paz, sencillez, plenitud de vida, luz; al hacer que nos
adhiramos a Cristo, nos transforma poco a poco en otros Él.
«Jesucristo,
único cimiento de la Iglesia».
Pero hay una Palabra que resume todas las demás, y es
amar: amar a Dios y al prójimo. Jesús resume en ella «toda la Ley y los
Profetas» (Mt 22, 40).
Lo cierto es que cada Palabra, aunque expresada en
términos humanos distintos, es Palabra de Dios; pero como Dios es Amor, cada
Palabra es caridad.
Entonces, ¿cómo vivir este mes? ¿Cómo estrecharnos a
Cristo, «único cimiento de la Iglesia»? Amando como Él nos enseñó.
«Ama y haz lo que quieras», dijo san Agustín, casi
sintetizando la norma de vida evangélica, porque amando no te equivocarás, sino
que cumplirás de lleno la voluntad de Dios.
CHIARA LUBICH
¡Qué capilla tan preciosa y recogida! ¿Dónde se encuentra? ¿Quién la hizo?
ResponderEliminar¡Feliz 2014!
Es la Capillita del Centro Mariápolis "Luminosa", en Las Matas (Madrid), C/ Poniente 33, donde habitualmente celebro la Misa.
ResponderEliminarEstá diseñada y realizada por el "Centro Ave" (http://www.centroavearte.it/), que tiene sus estudios en Loppiano (Florencia), ciudadela de testimonio donde se trata de vivir el Evangelio, (el amor recíproco del mandamiento nuevo de Jesús), en todos los aspectos de la vida, (también en el del trabajo y el arte).