VIDADELA PALABRA primeras semanas ABRIL
Alguna de mis EXPERIENCIAS tratando
de llevar a la práctica diaria, con la Gracia de Dios, la Palabra de Vida de abril («Mirad que realizo algo nuevo; ya está brotando, ¿no lo notáis?»,
Is 43, 19) y la de marzo («¿Cómo
es que miras la brizna que hay en el ojo de tu hermano y no reparas en la viga
que hay en tu propio ojo?», Lc
6, 41):
1.- Ayer martes,
(aunque lo suyo sería mañana Jueves Santo por la mañana), concelebramos la Misa
Crismal en la Catedral de Madrid. Yo creo que había más sacerdotes y más fieles
laicos que nunca: una mitad longitudinal de la Catedral para cada. Esa misma
distribución ya era algo bonito. Solo los sacerdotes ya seríamos unos 800 más 9
obispos, (incluidos los 3 cardenales de Madrid: titular y eméritos).
Yo creo que esa distribución
longitudinal influyó también para la mayor resonancia de los cantos y
oraciones. De hecho, si te conté que el año pasado me impresionó el eco de
nuestras respuestas en la renovación de
las promesas sacerdotales, este año ha sido mucho más: no sólo nuestros 3 “sí, quiero” con voces varoniles
retumbaron en las bóvedas de la Almudena como nunca, sino también cada “amén”, “y con tu espíritu”… y demás oraciones comunes de todo el pueblo de
Dios, (tanto laicos como sacerdotes). Lo mismo también que los cantos dirigidos
por la escolanía de El Escorial y entonados por todos: sobre todo la Misa de Angelis, que siempre me
emociona.
Unos minutos antes también pude
confesarme, (aunque no habían pasado los 15 días), con el sacerdote que tenía
al lado, providencialmente gran amigo, además, con quien pude renovar la unidad
directamente.
Viví con intensidad, (esa, además,
había sido la penitencia por la confesión), la bonita y larga ceremonia. Quizá
también porque la víspera la expliqué a la comunidad parroquial y, con ello,
como que los sentía involucrados en el orar por nosotros, aparte de que algunos
de ellos también estuvieron presencialmente. Es más: uno se había ofrecido a
llevarnos a nosotros, los dos sacerdotes de la parroquia, en su coche, pues
tiene etiqueta medioambiental 0, con lo cual puede entrar en el centro de
Madrid.
1b.- Al hilo de esto
último: el domingo al acabar la Misa de Ramos, mientras yo saludaba a la gente
que salía, uno me pidió venir a hablar conmigo el martes. Con el bullicio, le
contesté que “encantado”, sin percatarme en ese instante que a la hora que me
dijo, habría debido estar yo saliendo para coger el tren hacia la Misa Crismal.
Cuando el martes bien temprano me puse
nervioso al ver la confluencia de ambas tareas…, fue providencial que el otro
sacerdote me mandara un whatsapp anunciando que, (como he contado en la
experiencia anterior), un feligrés se había ofrecido a llevarnos en su coche a
dicha Misa, con lo cual yo pude atender hasta el final a este que me había
pedido charlar despacio y confesar.
“¡Hay que ver, Señor!: yo mismo me
estropeo mi horario haciendo confluir varias cosas y Tú tienes que salir a
arreglármelo una vez más. Sí, Señor, también ahora recuerdo lo que siempre me
dices: ‘ni un minuto antes, ¡pero tampoco uno después!’.
2.- El finde de Ejercicios Espirituales de Cuaresma fue
todo un desafío: por confusión mía de fechas, eran los días en los que yo
estaría solo en la Parroquia.
Me
fie de la Providencia, más allá de mi despiste. Y un buen sacerdote y amigo, Manuel,
pudo estar casi todo el tiempo con los Ejercicios, y llevó él casi todo el peso
de las predicaciones, aunque ya sabes que este tipo de Ejercicios los
“construye” toda la comunidad del entorno del Centro Mariápolis y todos los
participantes en el finde.
No
obstante, yo también pude organizarme para estar casi todo el tiempo en los
Ejercicios, sin dejar, a la vez, de celebrar todas las Misas de la Parroquia.
Resultó muy fructuosa toda la combinación. Y cada cosa venía como que medida en
el tiempo y circunstancia justa, tanto en un sitio como en el otro.
Hubo
unos 31 ejercitantes, (más algún niño que traían sus padres), esta vez, casi
todos de Madrid y su provincia. Todos han salido muy contentos de la
experiencia comunitaria de encuentro con Dios. Te comparto algunos ecos de los
participantes:
“muy buena impresión,
buena organización, orden, buena limpieza de la casa y se come muy bien. El
programa muy bueno, adecuado y excelentes los testimonios; no falta de nada,
formación adoración, rosario y espacios de oración y silencio” (M.);
“cada año me parecen mejores y cada vez saco
más provecho y más experiencias. Este año me ha impresionado mucho la
meditación de la oración y las maneras de orar. Me voy contenta, porque me
dicen que parece que voy buscando el sufrimiento, pero voy a tratar de superarlo”;
“me siento satisfecha de haber realizado
estos ejercicios espirituales. Realmente no me esperaba tanto contenido en tan
poco tiempo. Todo ha sido muy enriquecedor para el estado espiritual en el que
me encuentro Los necesitaba mucho. Creo que, conforme vayan pasando los días,
todo me irá calando más, restaurando mi alma y preparándome para vivir con más
intensidad la Semana Santa. Quiero agradecer de corazón el haber tenido esta
oportunidad de crecer en el AMOR de Jesucristo” (A.).
Alguna de vuestras EXPERIENCIAS tratando
de llevar a la práctica diaria la de Palabra de Vida de abril («Mirad que realizo algo nuevo; ya está brotando, ¿no lo notáis?»,
Is 43, 19), la de marzo («¿Cómo
es que miras la brizna que hay en el ojo de tu hermano y no reparas en la viga
que hay en tu propio ojo?», Lc
6, 41) y la de febrero («Examinadlo todo y quedaos con lo bueno»,
1 Ts 5, 21):
1.- “…como siempre, gracias por
tu PdV. En esta Cuaresma siento que estoy un poco de “cumpleaños”, porque hace
justo un año, el Domingo de Resurrección, me reencontré con mi fe y con vosotros,
con la comunidad de la Parroquia. Fue un brote de los que hablas en tu correo,
porque tras muchos años alejada de la Iglesia, algo me impulsó a ir a Misa ese
día y ahí comenzó todo de nuevo.
Ha sido un año magnífico: he conocido a
gente estupenda, he hablado mucho con vosotros -y cada vez que os escucho
siento que aprendo más y más-, y tengo a Dios mucho más presente en mi día a
día.
Muchos días mi familia ha compartido la Misa
conmigo los domingos, y también día a día descubro a mi alrededor personas que
antes no sabía que eran creyentes y ahora, en ratos de charla muy
gratificantes, Dios está con nosotros mientras hablamos de Él.
Así que de nuevo, gracias. Gracias por
permitirme participar en la vida de la Parroquia y disfrutar de esos ratos de
paz y silencio que tanto bien me hacen…”.
2.- “…Muchas
gracias Paco como siempre por estos recuerdos que me hacen sentir que seguimos
en el mismo camino.
Y no puedo estar más de acuerdo
cuando dices que Él sigue con nosotros aunque, ciegos y sordos por el ruido del
mundo no seamos conscientes.
Con la experiencia de los muchos
años a cuestas, y mirando con perspectiva mi vida, ahora veo claramente la mano
del Señor que siempre me ha guiado y ha acompañado mi camino.
Hacerse mayor
nos proporciona una riqueza extraordinaria y es un buen momento para agradecer
y ofrecer los momentos oscuros que todos debemos atravesar en algún momento de
nuestra existencia.
No suelo contestar a La Palabra
de Vida, pero te agradezco siempre que me tengas en tu “agenda” y siempre la
aprovecho en mis oraciones…”.
3.- “…admiro mucho como escribes tu
vida-reflexión desde principio que llegué a España. Los detalles de las pequeñas expresiones de
amor a tu madre y a los demás, así vives bien la PdV. He leído la PdV en
avión hoy… Mientras leyendo tus experiencias me acuerdo también de mis
padres, que ahora están conmigo…: daré más cariño los años que puedan vivir
conmigo y con nuestra familia. También sigo intentando poner a Jesús en Medio
por el amor recíproco en mi parroquia…”.
4.- “…qué suerte tiene Marisa de
teneros... Y qué suerte tenéis vosotros de tener a vuestra madre... Muy
emotivas todas "mis experiencias", más aún para mí, que he podido
conoceros y compartir con vosotros, de alguna manera, algunas de las vivencias
que refieres...Yo también tengo suerte…”.
5.- “…has notado
que llevo un par de domingos sin poder ir a misa y no es que esté en el pueblo
o que tenga que ver a mi madre, que por supuesto, voy a verla cada fin de
semana. El domingo pasado por la mañana tuve un accidente con el coche: me
dieron un buen golpe por detrá,s cuando me incorporaba a la A6. Me llevaron al
hospital y afortunadamente no tengo nada roto, pero sí un golpetazo en todo el
cuerpo. No puedo conducir y coche tardaré en tenerlo. Pero espero el próximo
domingo encontrarme mejor y que alguien me pueda llevar. Solo que lo supieras,
que estoy bien gracias a Dios, porque podía haber sido una tremenda desgracia. Cuando
me dicen que qué mala suerte he tenido, les digo que no, ¡que he tenido
muchísima suerte!: tengo a mis ángeles de la guarda a tope…”.
5.- “…escribo
desde Argelia, donde llegué ayer... Ahora estamos en coche hacia…, donde
viviremos tres días de comunión con la comunidad algerina focolarina, por tanto
musulmana casi al 100% con un pequeño pequeñísimo racimo de cristianos.
No tuve tiempo de contaros que
dejaba España después de estos 5 años estupendos y creativos y formativos
vividos con todos vosotros.
El proceso (permisos, visado,
cuestiones que cerrar...) ha sido muy rápido y ágil, mucho más de lo
previsto...
Se abre ante mí un tiempo nuevo,
(según la Palabra de vida de este mes de abril). Y deseo que Dios pueda hacer
en mí y conmigo eso "nuevo" que está en su plan de amor.
Llevo pocas horas aquí, pero
escribiría ya páginas con las impresiones que me han suscitado los rostros, las
palabras, los gestos, la acogida, los abrazos, por no hablar de la prisa que
noté ayer, dando una vuelta alrededor del focolar, en las personas que se
dirigían a rezar juntos en la mezquita, o en la llamada del almuecín a la
oración, incluso en plena madrugada... Todo nuevo.
Trataré de vivir este tiempo que
se abre con en el corazón vuestra unidad, enriquecida de cuanto hemos visto
realizarse ante nosotros con la gracia de Dios. Cuento también con vuestra
oración y vosotros contad con la mía, para que la intensidad del amor aumente
en el mundo…”.