Te ofrezco a continuación, unos textos (y experiencias) que nos ayuden a que no se escape el mes más corto sin intensificar a fondo el que “la Palabra nos viva” («Examinadlo todo y quedaos con lo bueno», 1 Ts 5, 21):
VIVIR EN LA PRESENCIA DE DIOS
Una eternidad necesitaré para agradecer esa Presencia fiel. ¿Hay algo en la vida de un niño que le haga más fuerte y dichoso que la mirada feliz de sus padres? ¿Pero tendré que "hacerme cono niño" para advertir esa mirada de Dios?
P. MANOLO MORALES, O.S.A., Comentario al Pasapalabra diario 12 febrero 2025
SABER DISCERNIR PARA DECIDIR BIEN
El discernimiento es un acto importante que concierne
a todos, porque las elecciones son una parte esencial de la vida. Discernir las decisiones. Uno elige la
comida, la ropa, un curso de estudio, un trabajo, una relación. En todos ellos
se realiza un proyecto de vida, y también se concreta nuestra relación con Dios.
En el
Evangelio, Jesús habla del discernimiento con imágenes tomadas de la
vida ordinaria; por ejemplo, describe al pescador que selecciona los peces
buenos y descarta los malos; o al mercader que sabe identificar, entre muchas
perlas, la de mayor valor. O el que, arando un campo, encuentra algo que
resulta ser un tesoro (cf. Mt 13,44-48).
A la luz de estos
ejemplos, el discernimiento se presenta como un
ejercicio de inteligencia, y también de habilidad y
también de voluntad, para aprovechar el momento favorable:
son condiciones para hacer una buena elección. Es necesario inteligencia,
habilidad y también voluntad para hacer una buena elección. Y también hay un coste necesario para que el discernimiento
sea operativo. Para desempeñar su oficio lo mejor posible, el pescador tiene en
cuenta la fatiga, las largas noches en el mar y el descarte de una parte de las
capturas, aceptando una pérdida de ganancias por el bien de los destinatarios. El comerciante de perlas no duda en gastar todo
para comprar esa perla; y lo mismo hace el hombre que ha tropezado con un
tesoro. Situaciones inesperadas e imprevistas en las que es imprescindible
reconocer la importancia y la urgencia de una decisión que hay que tomar. Cada uno debe tomar sus decisiones; no hay nadie
que las tome por nosotros. En un momento determinado los adultos, libres, pueden pedir consejo, pensar, pero la
decisión es propia; no se puede decir: “He perdido esto, porque lo ha decidido mi marido,
mi mujer, mi hermano”: ¡no! Tienes que decidir
tú, todo el mundo tiene que decidir, y por eso es importante saber discernir: para decidir bien, hay que saber
discernir.
El Evangelio sugiere
otro aspecto importante del discernimiento: implica los afectos. El
que ha encontrado el tesoro no siente ninguna dificultad en venderlo todo, tan
grande es su alegría (cf. Mt 13,44). El término utilizado por
el evangelista Mateo indica una alegría muy
especial, que ninguna realidad humana puede dar; y de hecho vuelve a
aparecer en muy pocos otros pasajes del Evangelio, todos ellos referidos al encuentro con Dios. Es la alegría de
los Magos cuando, tras un largo y penoso viaje, vuelven a ver la estrella
(cf. Mt 2,10); es la alegría de las mujeres que regresan del
sepulcro vacío tras escuchar el anuncio de la resurrección por parte del ángel
(cf. Mt 28,8). Es la alegría de
los que han encontrado al Señor. Tomar una bella decisión, una decisión
correcta, siempre te lleva a esa alegría final; quizás en el camino
tengas que sufrir un poco de incertidumbre, pensar, buscar, pero al final la
decisión correcta te beneficia con la alegría.
PAPA FRANCISCO, Audiencia general de los
miércoles, 31 agosto 2022
ACOGER A CADA PERSONA CON AMOR
Acoger con amabilidad, más allá de que "me caiga" bien o mal. La mente y el corazón saben que la amabilidad es amor gratuito, generativo: Dios no nos ama porque seamos amables; somos amables porque Dios nos ama.
P. MANOLO MORALES, O.S.A., Comentario al Pasapalabra diario 17 febrero 2025