PALABRA DE VIDA enero 2024
«Amarás al Señor
tu Dios…
y a tu prójimo
como a ti mismo»
(Lc 10,
27)
La Semana de oración por la unidad de los
cristianos[1]
ofrece este año como motivo de reflexión la frase arriba citada, cuyo origen se
encuentra en el Antiguo Testamento (Dt 6, 4-5; Lv 19, 18). En su
camino hacia Jerusalén, Jesús es interceptado por un doctor de la ley que le
pregunta: «Maestro, ¿qué he de hacer para tener en herencia vida eterna?» (Lc
10, 25). Así se abre un diálogo, y Jesús responde preguntando a su vez: «¿Qué
está escrito en la Ley?» (Lc 10, 26), lo que suscita la respuesta en su
interlocutor: el
amor a Dios y el amor al prójimo en su conjunto se consideran la síntesis de la
Ley y los Profetas.
«Amarás
al Señor tu Dios… y a tu prójimo como a ti mismo».
«Y ¿quién es mi prójimo?», continúa el doctor
de la ley. El Maestro responde relatando la parábola del buen samaritano. No
enumera los distintos tipos de personas que pueden representar al prójimo, sino
que describe la actitud
de profunda compasión que debe animar cualquier acción nuestra.
Somos nosotros
mismos quienes debemos hacernos prójimos de los demás.
La pregunta que hemos de hacernos es: «Y yo
¿de quién soy prójimo?».
Tal como hizo el samaritano, debemos preocuparnos de
los hermanos cuyas necesidades conocemos, dejarnos arrastrar hasta el fondo a
las situaciones que se presentan, sin ningún temor, con un amor que se preocupe
de ayudar, sostener y alentar a todos.
Es necesario ver en la otra persona a otro yo,
y hacer a la otra persona lo que nos haríamos a nosotros mismos. Es lo que se
llama la «regla
de oro», que encontramos en todas las religiones. Gandhi la explica
de un modo eficaz: «Tú y yo somos un todo. No puedo hacerte daño sin herirme»[2].
«Amarás
al Señor tu Dios… y a tu prójimo como a ti mismo».
«Si permanecemos indiferentes o resignados
ante las necesidades del prójimo, tanto en el plano de los bienes materiales
como en el de los bienes espirituales, no podemos decir que amamos al prójimo
como a nosotros mismos. No podemos decir que lo amamos como lo amó Jesús. En una
comunidad que quiera inspirarse en el amor que Jesús nos enseñó, no puede haber
lugar para las desigualdades, los desniveles, la marginación ni la negligencia.
[…] Mientras veamos en nuestro prójimo a un extraño, a aquel que perturba
nuestra tranquilidad o desbarata nuestros planes, no podemos decir que amamos a
Dios con todo el corazón»[3].
«Amarás
al Señor tu Dios… y a tu prójimo como a ti mismo».
La
vida es lo que te sucede en el momento presente. Darnos cuenta de quien pasa a nuestro lado, saber escuchar
al otro puede abrirnos horizontes
interesantes y desencadenar
iniciativas insospechadas.
Así le sucedió a Victoria:
«En la iglesia, me impresionó la hermosa voz
de una mujer africana sentada a mi lado. Me dio alegría y la animé a unirse al
coro de la parroquia. Nos paramos a hablar. Es una religiosa de Guinea
Ecuatorial que está de paso por Madrid. En su congregación recogen a recién
nacidos, niños y niñas abandonados, y los acompañan hasta la edad adulta
mediante estudios universitarios o enseñando un oficio. Su taller de sastrería
está bien montado, pero no hay suficientes máquinas de coser.
»Me ofrezco a ayudarla a encontrar más
máquinas fiándome de Jesús, segura de que nos escucha y me empuja a amar sin
escatimar.
»Un amigo mío conoce a un artesano que se
alegra de participar en esta cadena de amor. Se encarga de reparar ocho
máquinas de coser y encuentra además una máquina planchadora. Una pareja de
amigos se ofrece a llevarlas hasta Madrid cambiando su lugar de vacaciones y
recorriendo casi 1.000 kilómetros. Así, las «máquinas de la esperanza» llegan
hasta Malabo a través de un largo viaje por tierra y por mar. ¡En Guinea no se
lo creen! Sus mensajes muestran toda su gratitud».
Patrizia Mazzola y el equipo de la Palabra de vida
[1] Esta se celebra en todo el hemisferio boreal del 18 al 25 de enero, y en
el hemisferio austral, en la semana de Pentecostés. Los textos de la oración de
este año están preparados por un equipo ecuménico de Burkina Faso.
[2] C. Lubich, El arte de amar, Ciudad Nueva, Madrid 2006, p. 19.
[3] C. Lubich, Palabra de vida, noviembre 1985, en Ead.,
Palabras de vida/1 (1943-1990) (ed. F. Ciardi), Ciudad Nueva, Madrid
2020, pp. 357-358.
No hay comentarios:
Publicar un comentario