Hoy, domingo de la Sagrada Familia,
deseo a
ti y a los tuyos
que
tengáis una muy buena salida y entrada de año
y un
próspero 2024
colmado
de la bendición del Señor:
…Dios
se hizo hombre,
no vino al mundo precipitándose desde el cielo:
nació de María.
No nació en una mujer, sino de una
mujer…:
significa que Dios quiso tomar carne de ella.
No la utilizó, sino que le pidió su “sí”, su consentimiento.
Y con ella inició el lento camino
de la
gestación de una humanidad libre de pecado
y llena de gracia y de verdad,
llena de amor y de fidelidad.
Una
humanidad bella, buena y verdadera,
a
imagen y semejanza de Dios,
pero
tejida con nuestra carne ofrecida
por María;
nunca sin ella; siempre con su consentimiento;
en libertad, en gratuidad, en respeto, en amor.
Y este es el camino que Dios ha elegido
para entrar en el mundo, para entrar en la historia,
este es el modo.
Y este modo es esencial,
tan esencial como el hecho mismo de que haya venido.
La
maternidad divina de María
—maternidad virginal, virginidad fecunda—
es el camino que revela
el respeto extremo de Dios por nuestra libertad.
Quien nos creó sin nosotros no quiere salvarnos sin nosotros…
…Ante
el nuevo año…,
quiero
desear a todos…
que
crezcamos en esta virtud: la amabilidad.
La experiencia nos enseña que si se convierte en un modo de vida,
puede crear una convivencia sana,
puede humanizar las relaciones
sociales
disolviendo la agresividad y la indiferencia…
¡No demos por sentado el misterio de la maternidad divina!
Dejémonos asombrar por la decisión de Dios,
que podría haber aparecido en el mundo
de mil maneras mostrando su poder
y, en cambio, quiso ser concebido con plena libertad en el seno de
María,
quiso ser formado durante nueve meses como cualquier niño,
y finalmente nacer de ella, nacer de una mujer.
No pasemos deprisa, detengámonos a contemplar y meditar,
pues aquí está una parte esencial del misterio de la salvación.
Y tratemos de aprender el “método” de Dios,
su respeto infinito, su “amabilidad” por así decirlo,
porque en la maternidad divina de la Virgen
está el camino hacia un mundo más humano.
PAPA FRANCISCO, Homilía
en las primeras vísperas de la solemnidad de Santa María, Madre de Dios
y Te Deum de
acción de gracias, 31 diciembre 2022
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