domingo, 31 de diciembre de 2023

FELIZ AÑO NUEVO 2024

 Hoy, domingo de la Sagrada Familia,

además de felicitarte por ello 
(pues todos tenemos una raíz, sin la cual nos secamos; 
todos provenimos de una familia)


deseo a ti y a los tuyos

que tengáis una muy buena salida y entrada de año

y un próspero 2024

colmado de la bendición del Señor:

 

Dios se hizo hombre,

no vino al mundo precipitándose desde el cielo:

nació de María.

No nació en una mujer, sino de una mujer…:

significa que Dios quiso tomar carne de ella.

No la utilizó, sino que le pidió su “sí”, su consentimiento.

Y con ella inició el lento camino

de la gestación de una humanidad libre de pecado

y llena de gracia y de verdad,

llena de amor y de fidelidad.

Una humanidad bella, buena y verdadera,

a imagen y semejanza de Dios,

pero tejida con nuestra carne ofrecida por María;

nunca sin ella; siempre con su consentimiento;

en libertad, en gratuidad, en respeto, en amor.

Y este es el camino que Dios ha elegido

para entrar en el mundo, para entrar en la historia,

este es el modo.

Y este modo es esencial,

tan esencial como el hecho mismo de que haya venido.

La maternidad divina de María

—maternidad virginal, virginidad fecunda—

es el camino que revela

el respeto extremo de Dios por nuestra libertad.

Quien nos creó sin nosotros no quiere salvarnos sin nosotros

Ante el nuevo año…,

quiero desear a todos

que crezcamos en esta virtud: la amabilidad.

La experiencia nos enseña que si se convierte en un modo de vida,

puede crear una convivencia sana,

puede humanizar las relaciones sociales

disolviendo la agresividad y la indiferencia…

¡No demos por sentado el misterio de la maternidad divina!

Dejémonos asombrar por la decisión de Dios,

que podría haber aparecido en el mundo

de mil maneras mostrando su poder

y, en cambio, quiso ser concebido con plena libertad en el seno de María,

quiso ser formado durante nueve meses como cualquier niño,

y finalmente nacer de ella, nacer de una mujer.

No pasemos deprisa, detengámonos a contemplar y meditar,

pues aquí está una parte esencial del misterio de la salvación.

Y tratemos de aprender el “método” de Dios,

su respeto infinito, su “amabilidad” por así decirlo,

porque en la maternidad divina de la Virgen

está el camino hacia un mundo más humano.

 

PAPA FRANCISCO, Homilía en las primeras vísperas de la solemnidad de Santa María, Madre de Dios

y Te Deum de acción de gracias, 31 diciembre 2022


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