VIDA DE LA PALABRA primeras semanas de MAYO
Alguna de mis EXPERIENCIAS tratando
de llevar a la práctica diaria la Palabra de mayo («Yo estoy con vosotros todos los días hasta el fin del mundo», Mt 28, 20) y la de abril
(«Quédate con nosotros, porque
atardece», Lc 24, 29):
1.- El día que mi hermana volaba hacia el Chad,
en Misa añadí una petición por los misioneros, "especialmente por mi
hermana... que se marcha hoy...". Además de pedir todos, al acabar la Misa
una señora muy mayor salió rápidamente y volvió 5 minutos después con un
sobrecito: "ya que yo no podría ir
de misiones, esto para su hermana". ¡Eran mil euros! Entre otras
labores, en la misión tienen un internado con 50 niños de la calle hasta los 17
años y habiéndoles enseñado un trabajo, (a alguno lo han rescatado cuando lo
vendían en el mercado); ahora que han dejado de ayudarles desde Alemania, para
mí era un signo de la Providencia, una confirmación: “Yo estoy con vosotros”.
¡También con mi hermana, también con esos niños!: ¡Él, a través de gente buena,
estará pendiente de ella incluso en lo material, cuánto ni más en lo que de
verdad vale y en lo espiritual!
2.- Mi madre ha venido unos diez días conmigo,
(de momento, le gusta la casa y parece contenta). Después de haber vivido yo
casi siempre en comunidad, particularmente los últimos 13 años con 4
compañeros, este curso me estaba acostumbrando a vivir solo, por tanto, a no
tener que ocuparme de nadie de puertas hacia dentro, (oportunidad de descanso, sí,
pero riesgo poco a poco de egoísmo o de rarezas). Al tenerla a ella aquí, es
una alegría estar pendiente de no hacer ruido en los ratos de descanso,
facilitarle las cosas, recordarle con paciencia aunque ya lo hayamos hablado,
estar pendiente de su abundante medicación y de las gotas de sus ojos, estar
atento (entre unas tareas y otras abajo en la parroquia) en subir con
frecuencia un par de minutillos a la casa, llevármela de “copiloto” a muchas
tareas (lo cual supone también ir más despacio, a su ritmo), etc.
Es bonito no sólo vivir para los demás en la Parroquia y en el hospital y
en el Centro Mariápolis, sino (como siempre) también en el hogar. Y se nota más
que Él está. Y es una preciosa oportunidad (por el amor recíproco) de cumplir
las condiciones para que Él realice su promesa “donde dos o más…”.
Alguna de vuestras EXPERIENCIAS tratando
de llevar a la práctica diaria la Palabra de mayo («Yo estoy con vosotros todos los días hasta el fin del mundo», Mt 28, 20), la de
abril («Quédate con nosotros, porque
atardece», Lc 24, 29) y la de marzo («¡Reconciliaos con Dios!»,
2 Co 5, 20):
1.- “…EL SEÑOR también se ha quedado
con nosotros, con mi marido y conmigo: hace pocos días salimos a hacer
unas compras y, estando parados ante una rotonda esperando nuestro turno
tranquilamente, vino un coche a toda velocidad y nos dio un golpazo.
Desde luego el SEÑOR estuvo allí, porque no nos pasó nada, solamente unos
problemillas cervicales. Si nos da una chispita más fuerte non hubiese
puesto en el medio de la vía, a merced de los que venían a toda
velocidad por nuestra izquierda, y quizás hoy no te lo podría estar
contando. Fue un golpe seco por detrás. Paco, ÉL estuvo allí como con los
que caminaban a EMAÚS. Yo también me di cuenta más tarde,
como ellos y le di gracias, como lo hago siempre cada día y
a cada momento.
Paco, ¡qué cosas y qué experiencias de fe me mandas!, ¡qué bien se
expresan nuestros hermanos! Se ve que el SEÑOR esta con ellos. ¡Qué pequeñita
me siento ante esas manifestaciones tan llenas de amor! ¡Qué hermosos
ejemplos!: yo quiero llegar algún día a expresarme como ellos y como tú…
…no se me va
a olvidar nunca el día que te conocí: mi alma estaba rota sabiendo que
mi madre “se iba” y fue entrar tú en esa habitación del hospital y
sentir un gran alivio. Primero porque se cumplía el deseo de ella, y también el
mío. Pues yo no quería como cristiana, que faltase a mi madre ni un solo
requisito para su partida …”
2.- “…como te había dicho, llegué por la tarde de los Ejercicios: el Señor una
vez más ha sido grande por su misericordia, no tengo palabras para poder
compartir la experiencia vivida.
Desde que estamos en comunión, una paz fruto de su presencia en medio; y de
nuevo ha brotado con toda intensidad la fuerza de querer vivir como lo único
importante Su voluntad: solo siento gozo y paz con una fuerza interior que no
son de uno, pues a veces siento la tentación de muy lo contrario, pero una y
otra vez “¡quédate con nosotros, Señor!”.
Estos días han sido de verdadera gracia, siempre me hace sentir el Señor
gran necesidad, por lo que trato de pedir su Gracia. Como lo estoy viviendo en
una gran novedad, siento es don: nunca me había sorprendido con tanta fuerza;
he sentido que no creo, pues la vida la viviría distinto, pero de nuevo “¡quédate
con nosotros!”, el encuentro con Jesús es fascinante, trato de dejarme
sorprender en cada persona y acontecimiento, y no han faltado momentos en que
solo con Jesús en medio contigo y con todos (aunque sea a distancia) ha sido
posible el decir “¡quédate con nosotros que atardece!”; pensado como un posible
túnel que acorta nuestra distancia para de nuevo volver a optar por Su voluntad
.
Acabo de ver tu nuevo correo… vivirlo como presencia de Jesús Resucitado
llena de paz aunque nosotros estemos físicamente agotados .La partida de tu
hermana al ser la que está con ella y por tres años ¿ qué es ella religiosa? lo
encomiendo y hago unidad para siempre y en todo se manifieste Su voluntad…”
Si quieres leer más experiencias
similares,
de
gente de todo el mundo,
N.B.: tú también puedes compartir las
experiencias
que, por gracia de Dios, hayas podido realizar
poniendo en práctica el Evangelio;
“pincha” aquí abajo en “comentarios” y
escríbela;
o, dado que en algunos navegadores eso no
funciona,
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