VIVIR PARA QUE LA HUMANIDAD
SE CONVIERTA EN UNA FAMILIA
Salvar
la familia es salvar la civilización. El estado está compuesto por familias; si
éstas decaen, también aquél vacilará...
…Los
esposos se convierten en colaboradores de Dios al dar a la humanidad vida y
amor… Amor que desde la familia se extiende a la profesión, a la ciudad, a la
nación, a la humanidad, propagándose como una onda en círculos concéntricos
hasta el infinito. Desde hace veinte siglos arde una inquietud revolucionaria,
encendida por el Evangelio, y pide amor...
IGINO
GIORDANI (1894-1980)
EL RESUCITADO EN MEDIO DE NOSOTROS
"Yo estoy con vosotros siempre, hasta la
consumación del mundo". A punto de
dejar este mundo, Jesús reunió a sus apóstoles en torno a Sí por última vez. Durante su vida
terrena les había dedicado sus más valiosas energías para unirlos a Sí cada vez
más y de este modo fuesen con Él una cosa sola. Y ahora,
despidiéndose de ellos, les envía al mundo con sus plenos poderes para continuar su
misión, que es anunciar el Evangelio y reunir a toda la humanidad en
su amor, como una sola gran familia.
Los apóstoles encontrarán muchas resistencias y
dificultades. Pero Jesús los tranquiliza. Si bien ya no lo volverán a ver
durante su vida terrenal, Él permanecerá siempre con ellos para guiarles y
sostenerles. Será Él quien los mantenga unidos incluso cuando se
dispersen por el mundo para que siempre sean una sola mente y un solo corazón con Él.
Y será Él quien actúe a través de sus actividades apostólicas.
Estas palabras que cierran la vida de Jesús, no por
casualidad nos recuerdan aquella realidad que constituye la fuente de toda la vida y la fecundidad de la Iglesia: la presencia
continua de Jesús en medio, no sólo de los apóstoles y de sus
sucesores, sino también en medio de todos sus discípulos. Jesús no nos ha
dejado, sino que, aunque no lo vemos con los ojos del cuerpo, está siempre
en medio de nosotros. Él sigue iluminándonos con su Palabra, comunicándonos la
vida divina mediante sus sacramentos (especialmente la Eucaristía), guiándonos
mediante sus pastores. Jesús continúa santificando al mundo a través de sus discípulos
unidos en su nombre.
Jesús nos envía también a nosotros para dar
testimonio de su Evangelio en el ambiente en el que vivimos, pero también
nosotros, al igual que los apóstoles, y sobre todo en estos tiempos, podemos
advertir la gran dificultad de esta misión llegando a sentirnos casi aplastados
por el ambiente de secularización y por la invasión del mal que nos rodea.
Ahora bien, Jesús quiere recordarnos que Él está
siempre con nosotros. Quiere asegurarnos que será Él quien actúe a través de nosotros. Y
si Él está en medio de nosotros, el mundo no nos dará miedo, porque
Él ha vencido al mundo.
Naturalmente esta maravillosa y activa presencia de
Jesús tiene una condición:
que estemos unidos en su nombre.
…creando las condiciones para que Jesús esté siempre presente en medio
de nosotros. Por tanto, nos ayudaremos mutuamente a vivir su Palabra, sobre
todo el mandamiento del amor recíproco. Prestaremos mayor atención a todo
aquello que pueda acrecentar la unidad con nuestros pastores y en nuestras
comunidades. Y las ocasiones son muchas...
…Es Él, el resucitado en medio de nosotros, quien puede devolver
al mundo la esperanza.
Con su ayuda, fuertes por su presencia, ¡vayamos! ¿A
dónde? A donde Él nos lleve, a donde su voluntad nos indique: al trabajo, a
casa, al colegio, etc. Y, a donde quiera que vayamos, llevémosle a Él presente entre
nosotros.
CHIARA
LUBICH, Comentario
a Mt 18,20, enero 1992
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